UN HOMBRE BUENO
¡Hola, chicos! ¿Qué tal?
Bienvenidos, una semana más a Español con Juan. Ya sabéis que… Y si no lo sabéis os lo recuerdo: este es un podcast en español para aprender español.
Cada semana, o casi cada semana, os cuento alguna historia, hablo de lo que me pasa por la cabeza en ese momento, algo que me preocupa, os cuento, quizás, algo curioso o tal vez un hecho interesante de la historia de España…
En fin, intento hacer cosas variadas. Mi principal objetivo es que no te aburras. Aprender un idioma lleva tiempo, requiere disciplina, trabajar de forma regular, cada día un poquito.
Aprender un idioma es como correr un maratón. No puedes ir muy rápido porque te agotarías enseguida. Tienes que ir a un paso sostenido, estable, regular, que te permita llegar al final. El problema es ese, que si te cansas demasiado, si exageras, pues, al final te agotas, te aburres y terminas por abandonar la carrera.
Entonces, estudiar un idioma es algo similar. Hay que ir sin prisa, pero sin pausa.
Y para no aburrirse en esa larga carrera… porque si te aburres, seguro que vas a abandonar, ¿no? Al principio estás muy motivado y tienes muchas ganas de estudiar y de aprender un nuevo idioma, pero conforme pasa el tiempo pues, claro, la ilusión del principio poco a poco se va apagando. Por eso, hay que hacer actividades que mantengan viva la ilusión, las ganas de seguir aprendiendo.
Eso es lo que hago yo aquí. Intentar daros ganas, energía, ilusión para seguir aprendiendo español.
Si os aburre lo que yo hago, si no os parece interesante ni divertido, pues entonces, chico, deja de escuchar este podcast y ponte a escuchar podcasts de temas que te gusten, que te interesen.
En fin, lo peor, lo peor que puedes hacer para aprender un idioma es aburrirte. Si te aburres, estás perdido. Haz cualquier cosa, hazla en español, pero, por encima de todo, no te aburras, haz cosas que te gusten a ti, que te ilusionen a ti.
¿De acuerdo?
Bueno, el episodio de hoy es un poco especial porque en realidad lo grabé hace una semana como un vídeo para YouTube. Por eso, veréis, o, mejor dicho, escucharéis, que el sonido y el formato es un poco diferente de los episodios que hacemos aquí normalmente.
La razón es esa: es una versión en audio de un vídeo que intenté publicar en YouTube la semana pasada, pero YouTube me lo bloqueó y me dijo que no se podía publicar en ningún país.
El problema fue que yo uso en el video imágenes de la televisión que están protegidas por derechos de autor.
Entonces, lo que pasa es que a mí el vídeo, este vídeo que hice, me parecía muy interesante y pensé que era una pena que la gente no pudiera verlo.
Se trataba de una presentación de José Mujica, que fue presidente de Uruguay, y una persona muy interesante, con una filosofía de vida muy particular.
En el vídeo, yo explicaba las ideas de Mujica y luego ponía cortes de algunas entrevistas suyas para la tele en las que él hablaba. La idea era que la gente pudiera entender mejor lo que él decía, si yo lo explicaba antes.
Estaba bastante contento con el resultado, pero al final, como se suele decir, “mi gozo en un pozo”. Esta es una expresión que se usa cuando estamos frustrados por algo, cuando pensábamos que íbamos a conseguir algo muy bueno y al final no lo conseguimos. Mi gozo en un pozo.
Bueno, total, que al final he decidido poner el audio del vídeo aquí en el podcast y así podéis escuchar la voz de Mujica hablando de cómo ve él la vida, el mundo, la política, la economía…
Y, además, si prestáis atención, al mismo tiempo vamos a ver la diferencia entre:
Un hombre bueno y un buen hombre
Un hombre pobre y un pobre hombre
Un hombre grande y un gran hombre.
Es decir, que vamos a matar dos pájaros de un tiro. Vamos a aprender gramática, vocabulario y vamos a escuchar a un gran hombre ,a José Mujica.
¿De acuerdo?
Pues, venga, chicos, os dejo con el episodio de hoy.
¡Espero que os guste!
UN HOMBRE BUENO Soy José Mujica. Campesino para ganarme la vida, en la primera etapa de mi vida. Y después me dediqué a luchar por cambiar y mejorar la vida de mi sociedad. Y ahora estoy en una etapa de presidente y mañana, como cualquier hijo de vecino, seré un montón de gusano que se va.
¡Hola, chicos! ¿Qué tal?
Hoy vamos a hablar de un hombre grande... ¡No, no, no! No creo, no creo que sea muy grande.
Un gran hombre, eso sí. Es diferente. No es lo mismo ser un hombre grande, un hombre grande, que un gran hombre.
Hoy vamos a hablar de un gran hombre, de un gran hombre que muchos dicen que es pobre, que no tiene mucho dinero.
Bueno, no es exactamente pobre, no es exactamente pobre porque fue durante algunos años presidente de un país, presidente de un país, presidente de Uruguay. Es pobre, es pobre en comparación con otros presidentes de otros países, porque es un hombre muy sobrio, sobrio: no le gusta gastar demasiado, no le gusta el lujo; quiere vivir como la mayoría de la gente de su país vive.
No le gusta gastar dinero (gastar plata, como dicen en Uruguay), pero lo que es seguro es que no no es un pobre hombre. No, no es un pobre hombre.
Es diferente. Un hombre pobre es alguien que no tiene dinero. Un pobre hombre es alguien, es alguien que no tiene suerte. Es alguien desgraciado. Quizás tiene dinero, pero no es feliz. No está contento con su vida. Y este hombre no es, no es un pobre hombre.
Es un hombre con una gran filosofía de vida.
Es un hombre (al) que le gusta la sobriedad. Es un hombre sobrio (al) que no le gusta despilfarrar dinero. Pero fundamentalmente, fundamentalmente, José Mujica es un hombre bueno. Un hombre bueno. Un hombre que tiene un buen corazón. Un hombre que quiere ayudar a los demás, que es honesto, que es sincero, que quiere luchar por lo que él cree que es justo. Es un hombre honesto, generoso.
Pero no es un buen hombre. No, no es un buen hombre. Un buen hombre es alguien ingenuo, dócil, sumiso, que soporta las injusticias de la vida con resignación. José Mujica no es un buen hombre, es un hombre bueno.
Y hoy aquí en Español con Juan, vamos a hablar de José Mujica, expresidente de Uruguay.
¿Estás listo? ¿Estás lista? Pues, venga. ¡Empezamos!
De joven, José Mujica era campesino. Empezó a interesarse por la política. Tenía una visión de la política de izquierdas. Quería luchar contra las injusticias y empezó a participar en movimientos políticos.
Entró en la guerrilla, fue guerrillero durante los años senta, setenta, en un grupo que se conoce como Los Tupamaros.
Eran unos años muy convulsos en toda Latinoamérica y terminó, terminó en prisión. Pasó unos cuantos años en la cárcel; tuvo, tuvo varias heridas... En fin, él lo que quería era transformar el mundo.
Me dediqué a luchar por cambiar y mejorar la vida de mi sociedad. Tuve unos inconvenientes, varias heridas, unos cuantos años de cárcel, en fin, cosas de rutina en quien se mete a transformar el mundo. Sigo vivo por milagro. Y por encima de todas las cosas amo a la vida.
Estuvo muchos años en el calabozo, en prisión y dice que cuando estaba en la cárcel no tenían libros para leer. Cómo tenían tanto tiempo para pensar, pues pensaron mucho y llegaron a la conclusión... Descubrieron que la felicidad no está fuera de ti, no está en las cosas que tienes, sino en tu interior. Hay que ser feliz con poco. Lo importante para ser feliz no es querer siempre tener más y más cosas, cada vez más cosas. La felicidad está dentro de ti. Para ser feliz en la vida, basta, basta tener muy poco.
Pasamos más de diez años de soledad en el calabozo. Estuvimos siete años sin leer un libro y tuvimos mucho tiempo para pensar y descubrimos esto: o logras ser feliz con poco, porque la felicidad está dentro tuyo, o no logras nada.
Él no está diciendo que hay que ser pobre. No, no está hablando de pobreza; está hablando de ser sobrio, de tener sobriedad, de no necesitar mucho.
No está haciendo una apología de la pobreza. Él no quiere la pobreza. Él lo que defiende es la sobriedad. Ser sobrio, ser sobrio significa no necesitar muchos lujos, no necesitar muchas cosas.
Esto no es una apología de la pobreza. Esto es una apología de la sobriedad.
Él piensa que vivimos en una sociedad muy consumista. El mundo necesita que la gente consuma cada vez más. Compramos teléfonos nuevos, luego los tiramos, compramos otro nuevo. Ropa. Necesitamos una casa más grande, un coche nuevo...
Solo porque de esa forma la economía funciona. El país necesita que la gente consuma mucho para que la economía funcione. Pero esa forma de entender la política, de entender la economía, no es buena para la gente. No es buena para el desarrollo personal.
Para conseguir plata y poder comprar todas esas cosas, dedicamos nuestra vida a realizar trabajos que en realidad no nos gustan. Él piensa que ese tiempo es precioso. Que ese tiempo, el tiempo de la vida, el tiempo que estamos aquí, deberíamos dedicarlo a hacer lo que nos gusta realmente, lo que nos motiva, lo que nos llena, en lugar de dedicarlo a ganar plata, dinero, para comprar cosas que en realidad no necesitamos.
Pero como hemos inventado una sociedad de consumo, consumista, y la economía tiene que crecer (porque si no crece es una tragedia), inventamos una montaña de consumo superfluo y hay que tirar y vivir comprando y tirando. Y lo que estamos gastando es tiempo de vida. Porque cuando yo compro algo. O tú. No lo compras con plata. Lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Pero con esta diferencia: la única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta y es miserable gastar la vida para perder libertad.
Cuando tú compras algo, el instrumento es la plata con la que tú estás comprando. Pero en realidad estás comprando con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para tener esa plata. (Lo que) quiere decir que cuando tú gastas, en el fondo lo que estás gastando es tiempo de vida que se te fue.
Cuando yo te planteo la sobriedad como una manera de vivir, lo que te planteo es la sobriedad para tener más tiempo, la mayor cantidad de tiempo posible, para vivir la vida de acuerdo a las cosas que a ti te motivan, que no necesariamente son las del trabajo.
¿Pero somos libres cuando se nos impone una cultura de gastar y de gastar y que tienes que cambiar el telefonito todos los meses y que el auto no te resiste dos años y pim, pum, pum, pam...? Eso moverá la economía, pero no vayas a creer que desarrolla tu vida.
Porque la cosa más grande que tienes es que estás vivo. Es un milagro que estés vivo.
Y él, con esa filosofía, con esa filosofía de vida, es muy consecuente. Hace lo que piensa. Su vida es un reflejo de esa filosofía, de esos valores.
Cuando fue presidente de Uruguay, vivía de una forma muy modesta.
Ni siquiera vivía en la casa del presidente. En todos los países hay una, hay un palacio, una casa muy grande, con muchos lujos, donde vive el presidente, ¿no? La Casa Blanca en Estados Unidos, en Argentina la Casa Rosada... En Uruguay también hay un palacio para el presidente, pero él no vivía allí. Él vivía en una casa muy, muy modesta, una granja en el campo.
Su coche, su coche era un coche muy antiguo, un Volkswagen de los años 70 o de los años 60, muy antiguo. Y él pensaba "¿por qué tengo que usar un... Por qué tengo que cambiar de coche si este coche funciona perfectamente?"
Es un hombre muy, muy, muy sencillo, muy modesto, que es feliz con poco y él prefiere, prefiere dedicar su dinero. A hacer cosas que realmente sean útiles para la gente de su país, para la gente que lo necesita.
"Como nosotros somos un país chico, el presidente no tiene un avión presidencial acá. Y nos habían planteado muchos, ¿no? Nosotros decidimos comprar en Francia un helicóptero muy caro, que tiene una sala de cirugía y una cantidad de servicios para ponerlo en el medio del país. En lugar de comprar un avión presidencial, compramos un helicóptero porque eso va a servir, instalado en el medio del país, para salvarle la vida a gente en los accidentes y tener un servicio permanente que pueda socorrer rápido. Estas... Esta cosa tan simple... ¿Ven el dilema? ¿Compro un avión presidencial o compro un helicóptero para salvar vidas? Esa es la constante. Me parece que la sobriedad tiene que ver con estas cosas. Yo no estoy planteando volver a las cavernas o tener que vivir bajo un techo de paja y no estoy planteando eso. ¡No, no! No es eso. Lo que estoy planteando es de... Darle la espalda al mundo del despilfarro y de los gastos inútiles y de las casas impresionante que necesitan después tres, cuatro o cinco, media docena de sirvientes. ¿Para qué? Todo eso ¿para qué? No se precisa. Se puede vivir con mucho más sobriedad y gastar los recursos que se tengan en cosas que la sociedad verdaderamente sí son importante para el conjunto..."
Y se burla, se burla un poco de los lujos de otros presidentes. Cuenta una anécdota de cuando fue a Alemania, que lo recibieron con muchos lujos, le pusieron un coche con motos BMW muy grandes, con un coche enorme, blindado, que la puerta dice que pesaba muchos kilos... En fin. Y él pensaba "¿y yo para qué quiero todo esto? Esto no es necesario".
"Cuando fui a Alemania me pusieron 25 motos BMW adelante y me dieron un Mercedes Benz, que la puerta pesaba como 3000 kilos porque era todo blindado y digo '¿Para qué quiero todo esto?' ¿Se dan cuenta? Bueno".
Fundamentalmente, yo creo que José Mujica es un hombre que ama la vida. Él piensa que estar vivo es un milagro y tenemos que hacer de todo por aprovechar el tiempo que estamos vivos. Esa es fundamentalmente su filosofía.
Es una filosofía también de lucha. El quiere que la gente luche por sus sueños. Que si te caes, te vuelvas a levantar y continúes luchando. Los únicos fracasados, los únicos que fracasan, son los que abandonan la lucha, los que abandonan los sueños, los que dejan de soñar. Hay que continuar luchando por lo que quieres, por lo que vale la pena hasta el final. Ese es el mensaje que manda a la gente. Es un mensaje muy positivo
"Y se puede caer y volverse a levantar. Y siempre vale la pena volver a empezar una y mil veces mientras uno esté vivo. Ese es el mensaje más grande de la vida, que se puede resumir en esto: Derrotados son los que dejan de luchar. Y dejar de luchar y dejar de soñar".
Y uno puede pensar que este hombre, que ha vivido muchas situaciones muy duras, ha estado en la cárcel muchos años, ha sufrido mucho también, uno podría pensar que es un hombre rencoroso, que tiene deseos de venganza, que quiere destruir a sus enemigos. No, no, no es así. Es un hombre bueno, es un hombre bueno. Él no quiere vivir en el pasado. Él no quiere estar todo el tiempo pensando en lo desgraciado que ha sido antes. No quiere estar lamiéndose las heridas, ¿entendéis? Como un perro que se lame las heridas con la lengua. No quiere, no quiere lamentarse. No quiere lamentarse de... "¡Ay, qué desgraciado soy! Soy víctima de todo!"
Él no quiere la venganza. Él no quiere el rencor. Él no quiere mirar al pasado. Él quiere mirar al futuro. Lo que le interesa es el futuro. Lo que le interesa es el mañana. Él dice que no tiene cuentas que cobrar, no tiene cuentas que cobrar, no quiere la venganza, no quiere vengarse de sus enemigos. No quiere estar pensando en el dolor que le han hecho otras personas. No, él quiere mirar al futuro, él quiere mirar al futuro, al porvenir, al mañana.
"No se puede vivir en la vida cultivando el rencor. Los dolores que padecí en el transcurso de mi vida no me los repara nadie. Ni me los devuelve nadie. Hay que aprender a cargar con las cicatrices y con la mochila y seguir andando y mirando para adelante. Si me dedico a lamerme las heridas, en el transcurso no vivo hacia adelante y para mí la vida siempre es porvenir. Lo que vale es el mañana. Pero bueno, esa es una manera de ver la vida. No tengo cuentas que cobrar".
Bueno chicos, espero que os haya parecido interesante conocer a José Mujica. Yo creo que, aunque no estemos de acuerdo quizá en todo lo que él dice, aunque podamos discutir algunas de sus ideas, pero yo creo que estaréis de acuerdo conmigo en que Mujica es un hombre bueno, es un hombre bueno, tiene un buen corazón. Es un hombre que lucha por sus ideales, que lucha contra la injusticia.
No es un buen hombre, no es un buen hombre porque no es alguien dócil. No es alguien ingenuo. No es alguien que acepta las injusticias sin protestar. ¡No! Es un luchador, es un luchador, es un soñador, pero es bueno. Es un hombre bueno, no un buen hombre.
Algunos podrán pensar que es un hombre pobre. Él dice que no es pobre realmente. Es un hombre sobrio. Es un hombre sobrio que no necesita gastar mucho dinero para vivir bien, para ser feliz.
En cualquier caso, no es un pobre hombre. Porque un pobre hombre es alguien desgraciado, alguien que tiene mala suerte, alguien que es un fracasado. Él no es nada de eso.
Yo creo que es un gran hombre, no un hombre grande. Está un poco gordito, ¿eh? Está un poco gordito, pero yo creo que es un gran hombre, un gran hombre, es decir, un hombre importante, un hombre que ha hecho cosas importantes, eso es un gran hombre y, fundamentalmente, fundamentalmente, un hombre bueno.