¿Cómo el obsoleto EJÉRCITO de la INDIA quiere hacer FRENTE a CHINA? - VisualPolitik
Queridos amigos, amigas, cuando hablamos de grandes fuerzas armadas y ejércitos
normalmente nos solemos fijar en casos como los de Estados Unidos, China o Rusia.
Pocas veces se nos ocurren más casos, quizás a lo sumo los de Reino Unido o Francia,
y siempre y cuando no hablemos de la lucha por el poder y la hegemonía en el siglo XXI.
Ahora bien, ¿qué pasa con la India? Al fin y al cabo la India es el segundo
país más poblado del mundo y muy pronto - si es que no lo es ya - será el primero. Y
no solo se trata de la población, por superficie también está entre
los 10 países más grandes del mundo, concretamente en la séptima posición.
Además, de una u otra forma su economía está en auge - o al menos eso esperan muchos
inversores - y cada vez más empresas están estableciendo allí plantas de producción.
(Tesla establecerá una fábrica de coches eléctricos en el sur de la India - Reuters)
(Apple acelera el cambio de producción de iPhone y iPad a India y Vietnam - Nikkei Asia)
Y, ojo, porque lo solemos olvidar, pero cuando hablamos de la India,
estamos también hablando de una de las nueve potencias nucleares que hoy por hoy podemos
encontrar en todo el mundo. Concretamente se estima su arsenal, aunque no hay datos oficiales
confirmados, en unas 150 cabezas nucleares. Y sí, a pesar de que siempre se pasa por alto,
la India también tiene sus propios enfrentamientos y disputas geopolíticas,
incluyendo su propio choque con el gran gigante asiático: la República Popular China.
(A día de hoy los dos países con los que la India mantiene una relación más problemática
son Pakistán y China. El principal foco del conflicto se sitúa en la región de Cachemira
una región compartida entre Pakistán, e India, con un pedacito también en manos del gigante chino.
De esta forma, en este lugar la India mantiene dos flancos abiertos: por un lado contra Pakistán,
a quien Nueva Delhi acusa de enviar milicianos a través de la frontera de
facto para desestabilizar a la parte india de Cachemira, y por otro lado contra China,
con quien comparte una frontera en el valle de Galwa que, de vez en cuando,
se convierte en escenario de enfrentamientos armados y tensiones.
Asimismo, la India y China, como ya os hemos contando en VisualPolitik,
comparten una frontera montañosa poco amistosa en pleno Himalaya al tiempo que también mantienen
intereses enfrentados en el Océano índico. Un océano donde nos encontramos con una China cada
vez más expansionista que trata de tener el control construyendo bases navales en
la zona y la India que persigue reforzar su Armada para asegurar sus rutas comerciales.)
Sin embargo, a pesar de ser un gigante demográfico, una potencia en ciernes
y mantener sendos conflictos con dos potencias nucleares, la India,
la gran potencia mundial en burocracia lejos de haber desarrollado un poderoso y temible
ejército -tal y como podríamos pensar- tiene unas fuerzas armadas repletas de problemas.
Y ese no es el único problema. Además, en las zonas de conflicto con sus vecinos, el
país carece de buenas infraestructuras por tierra, como carreteras y ferrocarriles, lo cual dificulta
enormemente las cadenas de suministros y el posible despliegue de tropas en caso de conflicto.
Sin embargo.. Todo esto muy pronto podría cambiar.
Queridos amigos, amigas, ¿Qué papel juega realmente la India en el nuevo
juego de poderes que se está desarrollando en Asia-Pacífico? ¿Cómo espera Nueva Delhi
poder llegar a competir con su vecino del norte? ¿Estamos quizás asistiendo
a los prolegómenos de una nueva especie de guerra fría entre China y la India?
Atentos.
(CUANDO EL TAMAÑO NO IMPORTA)
A diferencia de China, Rusia y de otras grandes potencias militares emergentes,
la India nunca ha tenido una tradición militar demasiado arraigada.
Cuando el país dejó de ser una colonia británica en 1947, los británicos no dejaron tras de sí
ninguna cultura militar asentada ni estructuras sólidas de seguridad interna o inteligencia.
Y de hecho, la situación no cambió demasiado una vez alcanzada la independencia. Los
sucesivos gobiernos indios consideraron que la falta de desarrollo económico y
social era una amenaza mayor que la que provenía de sus vecinos.
Y claro, si hablamos de un país pobre y muy poblado, ya os podéis imaginar la configuración de
sus fuerzas armadas. Tradicionalmente el ejército indio siempre ha sido muy dependiente del número
de efectivos, dejando en un segundo o tercer lugar la cuestión de la modernización de los equipos.
De esta forma, aunque la India tiene el tercer mayor presupuesto militar del mundo,
tras China y Estados Unidos, sus capacidades operativas en la práctica son muy reducidas.
Por así decirlo, en cierto modo, la configuración del ejército indio recuerda más a los ejércitos
de la primera mitad del siglo XX que a los de las fuerzas armadas modernas.
(La India mantiene actualmente unas fuerzas armadas con 1.500.000 efectivos. Según los
analistas y estrategas militares necesitan deshacerse de entre 200.000 y 300.000 hombres
por lo menos y desviar los recursos sobrantes a la mejora de armamento
para el campo de batalla, invertir por ejemplo en artillería moderna,
helicópteros de ataque ligero o capacidades aéreas de cuarta y quinta generación.
Luego, además del exceso de personal y la escasez de equipos y armamento
está también el problema de las pensiones militares. Para que os hagáis una idea,
casi el 30% del presupuesto de defensa para 2021 se dirige a pagar las pensiones
militares. Esto supone casi 18.000 millones de un presupuesto total de unos 62.000)
Es decir, el ejército indio prácticamente gasta más en pensiones militares que en la adquisición
de nuevos equipos. De hecho, si restamos las pensiones militares del presupuesto,
entonces la posición de la India en el ranking de países por gasto militar cae de la tercera
plaza hasta la novena y se sitúa a la altura de países como Corea del Sur,
claro que con casi 1 millón y medio de soldados a los que pagar, entrenar, preparar y equipar.
Claro que este no es el único problema que tienen las fuerzas armadas indias.
El país también ha tenido serios problemas para intentar alcanzar el
objetivo de desarrollar una industria militar propia y fuerte. Y este es
precisamente uno de los retos que el actual gobierno se ha marcado.
Evidentemente tener una industria militar fuerte le permite a un país
ser mucho menos dependiente de la situación geopolítica internacional
a la hora de comprar equipos militares. Y eso también te hace menos vulnerable.
Si dependes exclusivamente de las compras en el mercado internacional y sobre todo
si dependes en exceso de un país y de repente se produce un conflicto,
no puedes poner la mano en el fuego sobre qué sucedería con los suministros militares.
Ahora bien, esta es la situación actual de la India. ¿Pero qué están
haciendo al respecto? ¿Cuáles son los planes de Nueva Delhi?
Pues bien, veámoslo.
(¿CONSTRUIR UNAS FUERZAS ARMADAS DESDE CERO?)
Desde hace algunos años atrás el gobierno indio está poniendo su
foco de atención en las debilidades que presentan sus fuerzas armadas.
Por así decirlo parecen haberse dado cuenta de que ni son eficientes, ni son
modernas ni desde luego podrían estar a la altura en el caso de
que se torcieran las cosas con China o incluso con Pakistán.
Por eso en 2012 se puso en marcha un programa de modernización y reestructuración a 15 años
vista, hasta el 2027: Hablamos del Plan de Perspectiva Integrada a Largo Plazo o LTIPP.
Un plan que preveía la compra de armamento moderno por valor
de 250.000 millones de dólares en ese periodo,
pero que sin embargo ha ido sufriendo recortes y constantes retrasos a lo largo de los años.
Aun así, a pesar de que no se han cumplidos todos los plazos ni las metas fijadas hasta el momento,
lo cierto es que sí se ha producido una cierta mejora en las capacidades
militares indias, por mar, por tierra y por aire.
Si os parece vamos a echar un vistazo a estas mejoras. Empecemos por la Armada.
(La India pretende tener operativa para el año 2050 una fuerza de 200 buques de guerra
y 500 aviones de combate que la convertirían en una de las Armadas más fuertes del mundo.
Sin embargo en la actualidad solo cuenta con unos 170 buques, 17 submarinos y algo
más de 200 aviones navales. Están por tanto todavía bastante lejos todavía de su objetivo.
Entre su actual equipamiento cuenta con un portaaviones, el INS Vikramaditya,
que es un portaaviones soviético comprado a Rusia en el 2004. Además está desarrollando
portaaviones autóctonos para incorporar dos más antes de la siguiente década
Como curiosidad, aproximadamente el 60% del equipamiento militar indio en la actualidad
tiene origen soviético o ruso, sobre todo los submarinos, aviones y blindados.
Pero volviendo a la armada, además del portaaviones esta cuenta también con 11
destructores, 13 fragatas, 23 corbetas, 7 buques de reconocimiento, 15 submarinos convencionales,
uno nuclear y un submarino de misiles balísticos, entre otros buques de menos calado.)
Bien, este es el inventario actual, la pregunta es, ¿qué es lo que está por venir?
Pues bien, los planes para la Armada pasan,
además de los dos nuevos portaaviones que ya hemos comentado, por 24 nuevos submarinos,
entre ellos seis nucleares y seis diésel-eléctricos con sistemas avanzados
de propulsión independiente del aire, lo que les permitirá estar bajo el agua más tiempo.
También adquirirán siete nuevas fragatas y cinco buques de apoyo,
entre otras adquisiciones menores. Pero quizás lo más sabroso llega al
hablar de lo que se espera que se sume al ejército de tierra y a la fuerza aérea.
Y es que veréis, la modernización del ejército indio pasa por la incorporación
de 464 tanques T-90 rusos, adicionales a los cerca de 2.000 con los que ya cuenta..
El objetivo es operar unos 3.000 tanques rusos de este tipo y sustituir con ellos
los tanques más viejos, como los T-72 soviéticos que aún están en servicio.
(Pero no solo de tanques va la cosa… Las mejoras también están llegando al campo de la artillería,
con el desarrollo de cañones de artillería de largo alcance y mayor movilidad que
le permitirán alcanzar objetivos en la frontera con Pakistán a mayor distancia.
Por ejemplo, en esta linea, se adquirirán hasta 145 obuses M777A2 a Estados Unidos,
un total de 100 obuses autopropulsados
K-9 surcoreanos y también se están desarrollado obuses autóctonos ATAGS.)
Luego, para proteger las bases militares y nucleares, y también las ciudades e
infraestructuras estratégicas, en 2016, la India firmó un acuerdo con Rusia para desplegar el
sistema de defensa antiaérea ruso S-400, uno de los mejores sistemas antiaéreos del mundo.
Y ojo porque esto es muy pero que muy importante, la adopción del S-400 puede otorgarle a la
India una ventaja decisiva sobre Pakistán, haciendo prácticamente imposible hoy por hoy
que ningún avión, drone, helicóptero o misil pakistaní llegue atacar el territorio indio.
Hablamos eso sí, de un despliegue que no ha sentado nada bien a los Estados Unidos,
un país aliado de India, que incluso amenazó con sanciones por una ley del
2017 que castiga la compra de este tipo de equipamiento ruso.
(Fricción entre India y Estados Unidos sobre el plan de compra de sistemas de
defensa rusos S-400. Nueva Delhi no tenía una exención de la ley estadounidense del
2017 destinada a disuadir a los países de comprar equipos militares rusos. CNBC)
Además, en 2017, India firmó con Israel un contrato de 2.000 millones de dólares para
equipar al ejército indio con un regimiento de 16 lanzadoras y 560 misiles Barak 8 israelíes.
Ah, y también añadirán 22 helicópteros de ataque Apache estadounidenses, que son considerados una
de las máquinas más letales de todo el mundo. Y tras repasar los cambios en la Armada y
en las fuerzas de tierra le toca ahora el turno a la fuerza aérea.
Amigos, aunque la India es la cuarta fuerza aérea más grande del mundo tras las de Estados Unidos,
Rusia y China, no es precisamente la más puntera.
Actualmente cuenta con 806 cazas, 82 aviones de misiones especiales,
7 aviones de reabastecimiento de combustible, 232 aviones de transporte,
652 helicópteros y 325 aviones de entrenamiento. Y si esto os parece mucho,
la IAF, la fuerza aérea india, pretende sumar más de 400 aviones adicionales.
(La IAF acaba de agregar 53 nuevos Sukhoi SU-30 a su flota,
de tal forma que ya vuela 272 aviones de este modelo ruso. Además ha firmado un contrato de
casi 9.000 millones de dólares con Francia para la compra de 36 cazas Dassault Rafale.
Estos dos modelos son capaces de llevar distintos tipos de misiles,
entre ellos misiles con capacidad nuclear como el BrahMos indo-ruso.)
Y junto a los cazas encontramos también nuevos sistemas de alerta temprana y
control aerotransportado, así como una nueva red de satélites que la India tiene
ya en funcionamiento. Hablamos de satélites como por ejemplo el RISAAT-II y una especie
de satélite mirón pensado especialmente para vigilar a Pakistán las 24h del día.
Y esta larga lista que os hemos mostrado responde solo a los programas más importantes. Pero creo
que la idea ha quedado clara. Parece que en la India se están poniendo manos a la
obra para llevar a cabo una profunda modernización de sus fuerzas armadas.
El país quiere dejar de ser un tigre de papel para convertirse en un temido y fiero tigre de fuego,
sin embargo para completar sus planes hará falta mucho pero que mucho dinero
Y de momento, lo cierto es que dinero, dinero,
tampoco es que India haya puesto tanto para sus programas de Defensa en los últimos años.
Y eso hace que muchos de estos planes se estén desarrollando más como retales
sueltos que como un programa integrado para mejorar las capacidades operativas.
(Entre los años 2000 y 2019, el gasto en defensa
de la India en relación a su PIB bajó del 2,45% al 1,49%.
Y aunque ahora ha remontado ligeramente hasta el 2,18%, si lo comparamos con el
aproximadamente 2% de China y tenemos en cuenta que el PIB de este último país es 5
veces mayor que el de la India, podemos ver la importante distancia que separa ambos países.)
Por su parte, son muchos los analistas del mundo de la defensa,
que afirman que al plan de 15 años de la India, que vence en 2027,
le falta sentido estratégico, es decir, algunas de las adquisiciones armamentísticas
podrían no estar bien orientadas a las necesidades reales en caso de guerra.
Claro que quizás para la India su gran fuerte, su gran apuesta sea la capacidad disuasoria de
sus 150 cabezas nucleares. Pero eso no quita para que sea cuestionable que con un gasto de
más de 60 mil millones de dólares anuales, el país apenas pueda aspirar a jugar ningún rol regional.
¿Logrará la India cambiar esta situación y ver colmadas sus incipientes deseos
de convertirse en toda una potencia? Lo veremos, de momento como veis los
planes de modernización siguen avanzando, aunque lentamente.
Luego la producción local tampoco está despegando. El gobierno ha firmado a
través del plan Make in India acuerdos de coproducción y codesarrollo con Estados Unidos,
Israel o Rusia, pero no parece que sea suficiente. Por no hablar del infierno
burocrático que es la India y cómo eso afecta a las cadenas de producción.
En cualquier caso solo el tiempo podrá revelarnos cuál será el panorama en
unos cuantos años. Los deseos están sobre la mesa, las carencias y dificultades también.
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Un saludo y hasta la próxima.