¿Cuál es el LEGADO de Donald TRUMP? ÉXITOS y FRACASOS de su administración - VisualPolitik
(Este vídeo no tiene que ver con las elecciones sino con los 4 primeros años de Donald Trump
como Presidente. Sea cual sea el resultado los datos, números y hechos aquí contenidos
se mantendrán inalterados)
Queridos amigos, en este vídeo vamos a examinar y analizar cómo ha sido el primer mandato
de Donald Trump al frente de los Estados Unidos.
Este vídeo no va contra ni a favor del Presidente Donald J. Trump, no. Muchos lo veréis y os
gustará el resultado, a otros seguramente no. Muchos pensaréis que nos hemos dejado
cosas en el tintero. O que hemos repartido más palos y zanahorias de la cuenta.
Pero creo, honestamente, que esto que vamos a ver es una buena aproximación a lo que
ha sido la administración Trump más allá del marketing, los escándalos y el folklore
político.
Y sí, seguramente nos hayamos dejado muchas cosas en el camino, pero hemos tenido que
seleccionar y priorizar. Así que os animo a que si pensáis que ha faltado o sobrado
algo nos lo digáis luego en los comentarios y abramos debate.
Dicho esto, queridos amigos, vamos a empezar por lo que el cuadragesimoquinto presidente
de los Estados Unidos, Donald John Trump siempre consideró como su prioridad número 1.
Al fin y al cabo hablamos de un presidente que llegó al Despacho Oval presumiendo de
sus capacidades de gestión empresarial. Así que… No nos queda otra que empezar exactamente
por ahí.
(ES LA ECONOMÍA… DEMONIOS)
Las campañas electorales son esos momentos en los que los políticos nos venden todo
tipo de promesas: menos impuestos, más vacaciones, más carreteras, más democracia, la mejor
educación del mundo, mejores polideportivos, lo que sea.
Las elecciones se convierten así en una especie de bazar, de zoco turco donde los políticos
tratan de conquistar nuestros votos a base de grandilocuentes promesas.
Promesas tan excelsas y rimbombantes como generalmente descafeinadas cuando finalmente
llegan al poder.
Eso es algo a lo que estoy seguro, pero seguro, seguro, que todos estamos habituados. Digamos
que forma parte del espectáculo.
Sin embargo, amigos, lo de Donald Trump en 2016 fue mucho más allá, fue toda una oda
a la imaginación.
¿No me creéis? Pues... ¿Qué os parece si hacemos memoria? Atentos.
(Durante la campaña electoral del 2016 Donald Trump dio un golpe sobre la mesa. Dijo una
y otra vez que su llegada al despacho oval implicaría que por primera vez los Estados
Unidos fueran dirigidos de forma profesional por un empresario con mucha experiencia.
Algo que lógicamente tendría resultados. Donald Trump se comprometió a cambiar los
Estados Unidos para siempre.
Por ejemplo, el cuadragesimoquinto presidente prometió que multiplicaría el crecimiento
económico hasta situarlo entre el 4 y el 6% anual, algo que conseguiría mediante fuertes
recortes de impuestos y una nueva política comercial.
De hecho, en esta misma línea, el presidente se comprometió asimismo a terminar con el
enorme déficit comercial que según él mismo lastraba la economía norteamericana. Y eso
no es todo, además dio su palabra de que lograría equilibrar las cuentas públicas
y lo que es aún mejor, que sus políticas permitirían pagar toda la deuda pública
federal - más de 19 billones de dólares - en apenas 8 años.
Con estos cambios el pueblo norteamericano disfrutaría de una prosperidad nunca antes
visto.)
Ojo, todas estas promesas no son nuestras… Sino del Presidente Trump…. Claro que 4
años después podemos decir que lo que ha ocurrido ha sido muy diferente, incluso sin
contar con la pandemia del sars-coronavirus-2.
Más allá de todo el marketing que se ha vertido sobre el supuesto milagro económico
de Donald Trump, quizás deberíamos preguntarnos… ¿Cuáles han sido realmente los números
que ha logrado su administración?
Pues… Durante los primeros 3 años no fueron malos, pero tampoco nada del otro mundo. Lo
siento, esto no es una opinión, son los números. ¿Queréis datos concretos? Pues fijaos.
Durante los 3 primeros años de la administración Trump el crecimiento del empleo fue menor
que los registrados durante la administración Obama;
el crecimiento económico medio fue algo superior pero muy similar;
los salarios también crecieron más, sí, pero muy ligeramente, apenas 2 décimas más
cada año. De una media del 1% durante la era Obama a una del 1,2% durante la era Trump;
Y por su parte la inversión extranjera cayó en 2019 a su nivel más bajo desde el 2006.
Amigos, ojo, porque esto es importante, este escenario,todos estos resultados estuvieron
además bañados con un enorme incremento del gasto público y de la política de expansión
monetaria de la reserva federal.
Fijaos por ejemplo en este gráfico:
(Bajo la Administración Trump, en apenas 3 presupuestos, el gasto público se ha disparado
sin contar los paquetes de rescate por el coronavirus en torno a un 20%. Esto supone
un incremento anual de más del 6%. Es decir, el gasto público con Trump ha crecido 3 veces
más que la economía nacional.)
Y claro si además bajas los impuestos, pues lo que te encuentras es con un agujero brutal.
Y eso es exactamente lo que ha ocurrido.
A pesar de crecer la economía por encima del 2% y estando prácticamente en pleno empleo,
el déficit público federal, insisto, federal en 2019 fue de casi 980 mil millones de dólares.
Un 4,5% del PIB. Y eso no es todo. Para este año incluso sin
coronavirus estaba proyectado un déficit de casi el 5%. ¡El 5% con la economía creciendo
y funcionando a pleno empleo! De locos.
Imaginaos a dónde se irían estas cifras, no sé, en caso de crisis. Bueno, qué diantres,
estamos en 2020, lo hemos visto. Y, ¿Sabéis qué? Se espera que el gobierno federal cierre
el 2020 con un déficit público por encima del 17%.
Sí, sí, el 17%. No te has confundido ni nosotros nos hemos olvidado de poner bien
los decimales. Un 17%.
Y esto, esto es lo que explica que la deuda pública no solo no se haya pagado sino que
se haya disparado.
(Tan solo durante los primeros 3 años de Donald Trump al frente del país la deuda
pública creció en más de 3 billones, billones hispanos de dólares. Si a eso le sumamos
el impacto del coronavirus, a mediados del 2020 ya había superado la barrera de los
6 billones de dólares.
Para que os hagáis una idea, esto es más que todo el PIB de Japón, o prácticamente
la suma de los PIB de Alemania y Francia.)
Estos, amigos, son los números.
Claro que son cosas que en gran medida ha quedado camufladas por lo que ha sido toda
una enorme campaña de marketing, espoleada por declaraciones como esta:
(“Hicimos y llevamos a este país al punto más grande de su historia. Nunca tuvimos
una economía como la que tuvimos ... Nunca tuvimos números como estos. Los volveremos
a tener de nuevo. Donald Trump)
Bueno todos conocemos a Trump y su particular relación con la verdad.
Dicho esto amigos, su gobierno sí ha tenido algunos importantes éxitos con su política
económica durante este tiempo.
Ahí tenemos, por ejemplo, la ley de empleos y recortes de impuestos que la administración
impulsó y logró aprobar a finales del 2017. La mayor reforma fiscal en 30 años - que
no la mayor bajada de impuestos, ojo.
(Hablamos de una ley que redujo ligeramente el impuesto sobre la renta de las personas,
que alentó la competencia fiscal entre los estados y que sobre todo redujo el impuesto
sobre beneficios de las empresas estableciendo una especie de flat tax. Además - y esta
es una de las claves - cambió el ámbito de aplicación de este impuesto que dejó
de ser mundial.
Es decir, las empresas norteamericanas ya no tienen que pagar completamente por los
beneficios que por ejemplo obtengan en Europa - dónde evidentemente ya habrán pagado sus
correspondientes impuestos.
El caso es que estas medidas permitieron aumentar los beneficios corporativos, y por tanto la
fortaleza de las empresas norteamericanas, su competitividad y su valor en bolsa. Esta
es una de las claves que han alimentado el buen desempeño del mercado de valores norteamericanos
durante los últimos años.)
Lo que se le olvidó a Trump, como ya he hemos visto, fue ajustar también el gasto público.
Y claro, menos impuestos… Y más gasto público… Es una combinación que no suele ser muy recomendable.
En cualquier caso, esta reforma fiscal tuvo un impacto razonablemente bueno.
Otro punto en el que podemos decir que Trump ha tenido cierto éxito ha sido a la hora
de limitar el crecimiento de las regulaciones federales.
Y es que veréis, nada más llegar al poder, el 30 de enero del 2017, el Presidente Trump
firmó la Orden Ejecutiva 13771 por la que ordenaba eliminar dos regulaciones existentes
por cada nueva regulación que se aprobara.
(Al final la cosa no ha sido así, pero durante este mandato sí que se ha contenido la creación
de nuevas regulaciones federales.
Una forma de verlo es echar un vistazo al número de páginas del Código de Regulaciones
Federales que todos los años codifica las regulaciones federales existentes. Pues bien,
fijaos en cómo durante estos años el número de páginas de este Código se ha mantenido
relativamente estable.)
Evidentemente, menos regulaciones suele ser algo que le hace la vida más facil a las
empresas, especialmente a las pequeñas empresas. Y no es que Trump haya reducido el número
de regulaciones federales, pero al menos no han continuado creciendo más y más.
Claro que frente a estos logros también ha habido… grandes fracasos.
Ahí está por ejemplo el caso de la guerra comercial, una de las políticas clave de
esta administración.
En menos de 3 años, desde que se pusiera en marcha a principios del 2018, Trump casi
pone patas arriba el comercio mundial. De repente se lanzó a toda una guerra comercial
con China y también con países aliados: Canadá, México, Europa, Corea del Sur, etcétera,
etcétera.
Y esto ha sido un enorme fracaso. No solo porque ha mermado la competitividad de muchas
empresas norteamericanas que ahora tienen que pagar un montón de aranceles por sus
compras sino también porque no ha cumplido su propósito esencial: reducir el déficit
comercial.
Que de hecho ahora se encuentra en máximos.
(6 de octubre del 2020 El déficit comercial de EE. UU. Salta en agosto a su mayor nivel
en 14 años. Reuters)
Y eso a pesar de que los aranceles le están costando a los ciudadanos y empresas norteamericanas
decenas y decenas de miles de millones cada año.
Trump ha más que duplicado el arancel medio de todas las exportaciones norteamericanas,
lo que equivale a una de las mayores subidas de impuestos desde 1940 y que contrarresta
gran parte de la reducción de impuestos del 2017.
Sí, eso el Presidente Trump no lo suele contar, pero las cuentas son las cuentas.
Y ahí no termina todo.
(Los aranceles han provocado que otros países tomen medidas recíprocas de tal forma que
por ejemplo las compras chinas de productos fabricados en Estados Unidos son ahora más
bajas que antes de que se pusiera en marcha la guerra comercial.
Muchas empresas norteamericanas se están enfrentando a engorrosos trámites burocráticos
y mayores costes y la inversión extranjera en Estados Unidos se ha desplomado a su menor
nivel desde el 2006.)
[Vamos, todo un éxito.. de cartón piedra. hoy en Estados Unidos hay menos empleos industriales
que cuando Trump llegó a la Casa Blanca]
Y ojo, porque esto no ha terminado.
Ahora el siguiente país en el punto de mira es Vietnam. El 2 de octubre del 2020 el departamento
de comercio puso en marcha una investigación sobre una supuesta competencia desleal que
puede terminar en nuevos aranceles.
Y vuelta a empezar.
Por cierto, ¿Sabéis cómo está arreglando el Presidente muchos de los desaguisados que
se han creado con estas políticas? Pues a golpe de subvención. Sí, sí, de subvención.
(23 de mayo del 2019: Trump anuncia un nuevo paquete de ayuda de $16 mil millones para
los agricultores estadounidenses afectados por la guerra comercial. WaPo)
Amigos, a todos estos resultados que hemos visto tendríamos que añadir las presiones
para que la Reserva Federal devaluara el dólar e incrementará su política de darle a la
máquina de los billetes - de lo que ya os hablamos en un vídeo que os dejo en la descripción
- o de la pésima respuesta a la pandemia del coronavirus.
Al final, en materia económica el mandato de Trump ha tenido algunas luces, sí, pero
en general deja un país mucho más endeudado, más cerrado al mundo y ahora incluso, coronavirus
mediante, con menos empleos y muchos más parados que cuando llegó al poder.
Y es que visto lo visto, casi podemos decir que Trump ha sido un buen representante en
los Estados Unidos de lo que podríamos denominar como peronismo histórico. Y no, no me he
vuelto loco. Ahí tenéis los datos y las políticas que se han puesto en marcha. Trump
ha volado por los aires muchos fundamentos históricamente básicos del Partido Republicano.
Pero amigos, por supuesto la legislatura de Trump no se ha limitado exclusivamente al
terreno económico.
Atentos.
(UN MUNDO DE PUÑOS, BANDERAS Y ACERO)
En la cuestión de la política exterior el mandato de Trump ha sido de todo menos tranquilo.
Desde las malas relaciones con los líderes occidentales hasta una sorprendente cercanía
con muchos líderes autoritarios, o directamente abyectos dictadores, como Kim Jong-Un. Desde
luego este mandato ha roto muchos pero que muchos moldes.
Pero en esta ocasión vamos a centrarnos exclusivamente en los tantos más favorables como desfavorables
de la que ha sido tal vez la política exterior más impredecible en mucho tiempo.
Y amigos, la cosa empieza fuerte, porque lo primero que podemos decir es que Trump se
ha convertido en el primer presidente de los Estados Unidos en no declarar una guerra desde
1980. Y eso desde luego está bien. (Pero eso no es todo: esta administración ha logrado hitos tan importantes como los
acuerdos de Abraham. Un acuerdo histórico, en el que Estados Unidos jugó un papel importante,
y por el que los Emiratos Árabes Unidos han reconocido formalmente el estado de Israel.
Un reconocimiento al que luego se ha sumado Bahrein y que probablemente conducirá en
los próximos tiempos a que el resto de países árabes como Kuwait o Arabia Saudita sigan
el mismo camino. Estamos hablando de la plena normalización de las relaciones entre los
países árabes e Israel)
Otro punto fuerte de la política exterior de Trump ha sido por ejemplo, el regreso a
la política de la disuasión con Irán tras la ejecución a principios del 2020 del General
Soleimani, el poderoso jefe de las fuerzas de élite Quds. Uno de los pesos pesados del
régimen teocrático de Irán.
En su haber también están la derrota del ISIS, con la ejecución del líder del califato
Abu Bakr al-Baghdadi o su apoyo a Taiwán. Porque, amigos, esta administración ha sido
particularmente cercana a esta asediada isla de la que hace muy poquito tiempo os hablamos
en VisualPolitik.
Y por último el acuerdo de paz en Afganistán, o mejor dicho la retirada, porque el acuerdo
de facto devuelve a los talibanes toda su influencia. Claro que aquí, siendo justos,
no está claro que hubiera otra alternativa posible.
Sin embargo, esperad un momento, porque junto a todos estos éxitos o luces también encontramos
grandes fracasos. Y entre ellos el más importante es, sin duda,China.
(Tras su llegada a la Casa Blanca Donald Trump puso en marcha una especie de Guerra Fria
contra el gigante asiático y de momento no la está ganando. El gobierno chino de Xi
Jinping está extendiendo sus tentáculos como nunca antes habíamos visto.
África, Asia Central o incluso los países de la antigua Yugoslavia son ejemplos de territorios
donde la influencia de China es más importante incluso que la de los Estados Unidos. Y no
solo eso, la modernización del Ejército Popular de Liberación ha puesto al rojo vivo
toda la región del este de Asia.)
Para colmo Xi Jinping se ha atrevido a poner fin de facto al régimen de libertad de Hong
Kong sin que Washington haya sido capaz de hacer absolutamente nada. Del "Tear down this
wall" de Ronald Regan en Berlín Occidental
hemos pasado a la más absoluta inacción en el caso de Hong Kong, que hasta ahora era uno de los lugares más libres de la tierra.
Puede parecernos algo distante, pero pensad en lo que esto significa en la que ya es demográfica
y económicamente la región más importante del mundo.
Amigos, en parte esa inacción se debió a que todos los cartuchos ya se habían gastado
en la guerra comercial. Así que ahora el mundo libre se queda con los aranceles, sin
Hong Kong, y con una China más expansionista que nunca. ¿Cómo era eso? ¿“The Art of
the Deal”?
(Luego respecto a temas tan delicados como Corea del Norte, Ucrania o Venezuela los logros
de la administración han sido prácticamente nulos. De hecho, ahora ya sabemos que tendremos
que hacernos a la idea de una Corea del Norte permanentemente nuclear.)
Y si a todo esto le sumamos las tensas relaciones con muchos de los aliados históricos, la
política comercial del presidente - que sacó por ejemplo a Estados Unidos del mayor acuerdo
de libre comercio de la historia, algo que curiosamente Xi Jinping seguro celebró por
todo lo alto -, la traición de Trump a los kurdos, su papel a la hora de alimentar el
enfrentamiento con Catar o su incapacidad para exigir responsabilidades lo que tenemos
es un escenario de blancos y negros.
Por un lado el acuerdo entre Israel y los países árabes ha sido un acontecimiento
histórico, y el hecho de que Estados Unidos esté envuelto en menos guerras sin duda es
una buena noticia para Estados Unidos.
Pero por otra parte, Trump nos deja un mundo menos abierto, con una nueva guerra fría
potencialmente en marcha para la que tal vez no estemos preparados y a muchos tiranos con
una sensación de total impunidad. Esos son sus grandes oscuros.
(DEL MURO A LA JUSTICIA Y UNA PANDEMIA)
A nivel de política nacional podríamos decir muchas cosas, pero creo que hay tres cuestiones
que sobresalen por derecho propio: la inmigración, la justicia y el coronavirus. [Porque sobre
su plan de reforma del sistema de salud pues… Ni está ni se le espera, a pesar de todas
las veces que lo ha prometido.]
Amigos, si Trump ha tenido una obsesión esa no ha sido otra que el muro y reducir la inmigración,
toda la inmigración.
(Por un lado el muro ha sido un enorme fracaso. Trump lo prometió por activa y por pasiva,
pero 4 años después apenas se han producido avances. De hecho y a pesar de todos los esfuerzos
apenas se han construido 480 km de muro, de los cuales 420, por cierto, no ha sido una
construcción sino más bien una reparación de las estructuras ya existentes.
Es decir, que el muro de Trump, el muro nuevo de Trump apenas tiene 4 años después de
prometerlo una extensión de 60 km en una frontera de más de 3.000. Y por supuesto
México no ha pagado un solo dólar)
Claro que esa no ha sido su única política respecto a la inmigración.
Desde que asumió el cargo su administración ha emprendido más de 400 acciones ejecutivas
sobre inmigración. Su obsesión incluso ha llegado hasta las visas H-1B, las otorgadas
a profesionales de alto nivel como matemáticos, informáticos o ingenieros.
Desde que Trump llegó al poder el porcentaje de solicitudes rechazadas se ha triplicado:
(“Los principales CEOs denuncian la política de inmigración de Trump como una amenaza
para la economía estadounidense”. New York Times)
Y es que hablamos, ojo, de profesionales altamente cualificados que resultan claves para la competitividad
de las empresas norteamericanas. Esta es por cierto una de las razones por las que en Silicon
Valley el apoyo a Biden es tan alto.
Tal vez en materia migratoria el único tanto que ha logrado es que México detenga buena
parte de los flujos migratorios desde América Central que tanto le han incomodado.
(Pero dónde sí ha cosechado grandes triunfos ha sido en la parte de la justicia. En 2018
y tras un acuerdo bipartito firmó la First Step Act, una ley que supone como su nombre
indica un primer paso para reformar el sistema judicial y que da un mayor papel a las políticas
de rehabilitación y reinserción.
También ha logrado colocar gracias a la mayoría republicana en el Senado a 3 jueces conservadores
en la Corte Suprema, lo que garantiza presumiblemente la mayoría conservadora por muchos años.)
Esto tiene una influencia gigantesca en la política de los Estados Unidos.
Y por último el gran fracaso, el mayor fracaso tal vez de toda la legislatura ha sido la
forma con la que esta Administración se ha enfrentado a la pandemia. Y es que ahí están
las grabaciones con Bob Woodward, Trump supo muy pronto a qué nos enfrentábamos pero
no hizo nada. Bueno, no solo no hizo nada sino que trató de quitarle peso.
Y eso, eso amigos le ha costado a la sociedad norteamericana un precio muy alto: más de
235 mil fallecidos a la hora de preparar este vídeo. Con apenas el 4% de la población
mundial, Estados Unidos suma entorno al 20% de todas las víctimas mortales registradas.
Y por supuesto, una crisis económica enorme.
En fin amigos, por el camino nos dejamos muchísimas cosas, incluso un proceso de Impeachment,
pero estas creemos que han sido las principales claves de la era Trump, con sus luces y sus
sombras.
Claro que si me lo permitís, para terminar tengo que decir una cosa: ese supuesto milagro
económico impulsado por el presidente simplemente no ha existido. Ha llegado la hora de preguntarse
si tanta tensión, tantos enfrentamientos y tantas amenazas han merecido la pena. Personalmente
creo que no.
Pero llegados hasta aquí, ¿Qué opinión tienes de la era Trump? ¿Qué crees que nos
ha faltado comentar?
Déjanos tu respuesta en los comentarios y abramos debate.
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Una vez más gracias por estar ahí.
Un saludo y hasta la próxima.