¿Qué pasa con el podcast? (1)
Español con Juan es un podcast en español para aprender español. Si tienes un nivel intermedio o intermedio-alto de español, nuestro podcast te puede ayudar a mejorar tu nivel de comprensión y a aprender gramática y vocabulario en contexto, de una forma natural, escuchando los comentarios y las divertidas historias de Juan. Puedes leer la transcripción de cada episodio en nuestra página web 1001 Reasons to Learn Spanish.
Hola, chicos. ¿Qué tal? ¿Qué tal? ¿Qué tal va todo? ¿Qué tal va todo? Aquí estoy de nuevo. Aquí estoy de nuevo. Hace algunas semanas que no, que no nos escuchábamos porque... bueno, he estado muy ocupado. Estoy. Estoy todavía muy ocupado. Estoy terminando el nuevo curso de Repaso 5.
No sé si esto os interesa mucho, pero a los que estáis, a los que estáis estudiando conmigo en Repaso Total, seguramente sí. En fin, ya sabéis que este es un programa donde hay muchos cursos de repaso y entonces, bueno, estoy haciendo un nuevo curso de repaso, el Repaso 5, y la verdad es que no tengo, no tengo mucho tiempo para hacer vídeos ni para subir podcast tampoco.
En fin, no es que estoy en mi casa viendo la televisión o dando paseos por el campo. No, no, no, no... Estoy trabajando duro, estoy trabajando mucho, pero no, no tengo tiempo... No he tenido tiempo de subir podcasts porque yo, para subir estos podcasts y para hacer los vídeos necesito estar inspirado, ¿eh?
Yo soy una persona muy creativa, soy una persona muy creativa, pero la inspiración, la inspiración no me viene cuando estoy muy cansado; no cansado físicamente, porque, claro, lo que hago no es algo físico. Entonces no estoy cansado físicamente, estoy cansado mentalmente.
Después de trabajar, no sé, seis o siete horas preparando las actividades para el curso este de Repaso cinco que os digo, pues, claro, después no tengo ganas, no tengo ganas, no me apetece...
Y además, además, no sé, no sé de qué os puedo hablar, no sé qué os puedo decir porque lo único que tengo ganas es de irme a la cama... Después de estar haciendo eso... Es muy cansado.
Ahora, en este momento he venido al parque. Estoy dando un paseo por el parque. Sí. Me gusta venir al parque durante la semana, ¿no? Porque no hay mucha gente. Me siento más inspirado paseando.
No sé si os pasa, pero yo, en fin, no sé cómo explicarlo... Yo me siento mucho mejor, me siento más inspirado, me siento más creativo, cuando estoy en la ducha, sí, cuando estoy en la ducha; cuando me estoy duchando es cuando me vienen las mejores ideas.
Yo en la ducha he tomado decisiones muy importantes. Sí, sí, sí, sí.
También me pasa algo parecido cuando vengo a pasear, ¿no? Vengo aquí al parque, a pasear, no pienso en nada. Normalmente no pienso en nada. Y cuando uno no piensa en nada es cuando tiene uno las mejores ideas. De verdad, ¿eh?
No sé si os pasa a vosotros, pero para mí, para mí es así. ¿Eh? Algunas de las mejores decisiones de mi vida las he tomado así,¿no? Paseando, en la ducha...
Quería deciros también, no sé si lo sabéis, que estoy poniendo nuevos vídeos en Instagram, ¿vale?
No sé si tenéis Instagram, pero, bueno, estoy poniendo algunos vídeos. Si os soy sincero... Yo aquí en el podcast quiero ser totalmente sincero, ¿vale?
(Siempre. Yo siempre soy sincero. Yo no digo mentiras, ¿eh? Eso sí, yo no digo mentiras, pero digamos que aquí en el podcast soy más personal, ¿no?)
Entonces, para ser sinceros, a mí las redes sociales no me gustan mucho. A mí no me gusta mucho Facebook o Instagram o Twitter o todo esto, ¿no? Quizás, como digo, porque, bueno, yo soy un soy un boomer, como se dice ahora, y entonces no estoy acostumbrado a estas cosas de las redes sociales.
Sinceramente no veo, no veo por qué tengo que estar viendo vídeos de gatos o viendo vídeos de chicas bailando o no sé, esas cosas. No, no, no, no, no, no, no me interesan, no me interesan. No.... ¿Para qué? ¿Para qué? Se pueden hacer cosas más importantes que ver lo que desayuna un chico o una chica, yo que sé. O los viajes que hace.
Hombre, hay algunos vídeos que no están mal,¿no? Que son interesantes.
Sí, sí, yo veo, veo muchos vídeos en YouTube, por ejemplo, para aprender idiomas, para, en fin, para informarme de algún tema.
Estoy pasando ahora por delante de una escuela, por delante de un instituto... Hay chicos de unos 14 o 15 años y no sé si se oye bien. Espero que sí. Espero que todo se oiga bien de todas formas, ¿no?
Y bueno, pues eso, que no me gustan mucho las redes sociales. No me gusta ver a la gente siempre con la nariz pegada a la pantalla del teléfono, ¿no?. Me parece un poco triste, ¿no? Yo cuando era joven no me gustaba nada ver televisión. Veía televisión de vez en cuando, pero no, no todo el tiempo, ¿no? Y había gente que se pasaba horas y horas viendo la televisión.
Entonces, bueno, me parece una pérdida de tiempo. Y, en fin, ahora con los teléfonos estos móviles, pues es mucho peor, ¿no? Vas en el autobús, vas en el metro, vas por la calle, estás en un restaurante, en la playa o donde sea... Por todas partes ves gente que está absorbida completamente viendo el teléfono, no sé que hacen en el teléfono, ¿no? En fin, me parece una pérdida de tiempo.
He estado leyendo sobre el tema,¿no? He estado viendo cosas sobre sobre el uso de las redes sociales y tal. La verdad es que causan más problemas de los que parece, sí. La gente tiene cada vez menos capacidad de atención....
En fi, ese es un tema interesante.
Lo que quería decir es que, a pesar de todo, a pesar de todo, yo uso las redes sociales para mi trabajo, ¿no? Porque si quiero contactar con gente en todo el mundo, ¿no? Hombre, pues eso está muy bien, ¿no? Eso está muy bien porque pongo vídeos en YouTube, pongo vídeos en Instagram y, bueno, la gente los descubre, ¿no? Descubre mi trabajo y hay gente, hay estudiantes que usan Instagram, por ejemplo, para aprender español. Entonces, bueno, pues puedo, puedo llegar a gente, puedo llegar a gente,¿no? Puedo contactar con nuevos estudiantes y eso está muy bien, ¿no? Pero yo para mi uso personal, para mi uso personal, no lo uso, no lo uso.
Yo no os recomiendo. Yo no os recomiendo que paséis muchas horas, muchas horas viendo vídeos en Instagram o en Tik Tok o en YouTube. Un poco sí, un poco sí, pero en fin, hay cosas más importantes que hacer, ¿no?
Pero de todas formas, si tenéis una cuenta en Instagram podéis ir y ver los vídeos que estoy poniendo, porque estoy poniendo algunos vídeos que yo creo que son interesantes.
Bueno, estoy pasando ahora por una calle que es una calle muy bonita, es una calle... Es una de mis calles favoritas aquí en Londres. Es una zona muy rica, ¿no? Es una... Donde estoy ahora es un barrio donde vive gente con mucho dinero. De vez en cuando veo por aquí artistas, cantantes, presentadores de la televisión, gente así famosa, ¿no? que viven, que viven por aquí, ¿no?
Es una zona que está muy bien. Es tranquilo. Hay unos coches impresionantes, ¿no? Las casas son muy bonitas, hay unos jardines preciosos, ¿no?
Sinceramente, me encantaría vivir aquí, ¿eh? Me encantaría vivir aquí. He visto los precios. He visto los precios de estas casas... Que creo que la casa más barata cuesta 2 millones o 3 millones. No sé. La más barata...
Yo por el momento no puedo vivir aquí. Vengo solamente a pasear por esta zona, ¿no? porque me gusta. Me gusta mucho venir por aquí. Sueño, sueño que vivo en una de estas casas, pero no creo que yo nunca pueda vivir aquí ¿no? en esta parte... No creo que nunca pueda permitirme comprar una casa en esta zona de Londres.
Y hace unos días estuve en la peluquería, aquí en Londres, claro. Fui a cortarme el pelo. Y el peluquero era un chico italiano. Era un chico italiano. Bueno, los italianos están por todas partes, ¿no? He conocido más italianos fuera de Italia que en Italia, ¿no? Están por todas partes, ¿no? Bueno, por eso aprendí italiano. Por eso aprendí italiano aquí en Londres. Hablo italiano mejor que inglés, porque tengo más contacto con italianos que con ingleses, ¿no? Están por todas partes, ¿no?
Y el peluquero también era italiano, ¿no? Y bueno, estuve hablando con él un ratito mientras me cortaba el pelo, claro. Y el chico me dijo que... Me dijo algo que me gustó, ¿no?
Me dijo que él antes trabajaba mucho y ganaba mucho dinero, pero desde hace unos años trabaja sólo cuatro días a la semana y gana menos dinero, claro, pero está más tranquilo. Trabaja las horas que tiene que trabajar y el resto del tiempo lo dedica a hacer lo que le gusta, lo que le apetece. Y dice que así vive muy tranquilo. Mucho mejor que antes; que si tiene dinero para poner comida en la mesa, pues ya es suficiente y no necesita nada más.
Entonces, me gustó mucho esa actitud. Me gustó mucho esa actitud de no... En fin, no ser demasiado ambicioso.
Aunque, por otro lado. Por otro lado, la verdad es que si todo el mundo pensara así, la verdad es que no, no... el mundo no progresaría, ¿no?
Si todo el mundo hiciera o trabajara simplemente para comer y para tener lo mínimo, sería una vida mucho más tranquila, claro, pero, en fin, no habría progres, ¿no? Me parece a mí. No habría gente dispuesta, no sé, a correr riesgos, a emprender, a crear una empresa o a hacer grandes viajes.
En fin, todo lo que ha hecho el hombre, y la mujer, claro, y la mujer también, todo lo que han hecho el hombre y la mujer en la historia de la humanidad pues...
¡Huy aquí hay mucho ruido! Un momento. Me voy. Me voy a apartar un poco...
Entonces pues, en fin, sí, eso, que todo lo que ha hecho el hombre y todo lo que ha hecho la mujer, todo lo que ha hecho la humanidad a lo largo de los siglos, para progresar... En fin, es necesario, necesario correr riesgos, es necesario ser ambicioso, es necesario no conformarse, ¿no?
Las grandes empresas, por ejemplo, las grandes compañías, como por ejemplo, no sé, los ordenadores, ¿no? o los coches o, en fin, todas las fábricas de productos así grandes se han desarrollado gracias a que hay gente que era ambiciosa, ¿no? Y quería ganar más dinero, me imagino, ¿no? Quería progresar.
En fin, en fin, todo tiene su parte... Todo es relativo, todo es relativo.
Pero yo entiendo muy bien lo que decía este chico, ¿no? Entiendo muy bien su postura.
Hace unos meses... La última vez que estuve en Italia, conocí también a una mujer, a una señora que tenía un restaurante muy, muy pequeño; un restaurante... Bueno, prácticamente era su casa, ¿no? Era un restaurante con solo dos mesas, solo dos mesas, ¿no? Solo dos mesas. Y la comida era excelente, una comida buenísima, ¿no? Y le dijimos que por qué no abría un restaurante un poco más grande, ¿no? Y ella nos contestó que si abría un restaurante más grande tendría que contratar cocineros, camareros, pagaría más impuestos y ella no tenía ganas de complicarse la vida. Estaba muy contenta y muy feliz con aquel restaurante de dos mesas que sólo abría dos o tres horas al día para la cena, a la hora de la cena. Y estaba siempre completo, claro. El restaurante estaba siempre completo. Y con eso ella estaba muy contenta con su vida.