CAPÍTULO 20: AGRICULTURA CONVENCIONAL
CAPÍTULO 20: AGRICULTURA CONVENCIONAL.
Jaime envuelve el filete de carne de vaca alimentada con hierba para Julia. Julia saca su monedero para pagar. Jaime: Julia, ¿cuándo es la próxima reunión de tu asociación ecologista? Julia: El próximo viernes, aunque esta noche nos vamos a reunir para cenar y jugar al trivial en el bar. ¿Por qué? Jaime:Estoy aprendiendo mucho sobre el cambio climático. El periódico publica muchos artículos sobre el tema y me gustaría ir a una de vuestras reuniones para saber un poco más. Julia: ¡Claro, vente por allí! Podrías compartir lo que me acabas de contar sobre las granjas locales y la carne sostenible. Yoko: ¡Es una gran idea, cariño! Jaime, ¿supiste sobre la carne sana en esos artículos? Jaime: Ya sabía un poco. ¡Tengo que informarme mucho sobre la carne para hacer bien mi trabajo! Pero sí, me enteré de más cosas. Yoko: ¿De qué más te enteraste con los artículos?
Jaime: El último artículo fue sobre la agricultura y los gases de efecto invernadero. ¡Había mucha información! ¿Sabes cuántos gases de efecto invernadero producen las granjas más grandes cada año? Julia y Yoko: No, ¿cuántos? Jaime: ¡Un 10-20% de todos los gases de efecto invernadero! Yoko: ¡Guau! ¿Y por qué la agricultura produce tanto dióxido de carbono? Jaime: Solo hay un tipo de agricultura que es así de dañino. Cuando los campos se plantan con el mismo cultivo una y otra vez, el suelo pierde calidad. Julia: Sí. Las plantas absorben el dióxido de carbono del aire. Un suelo sano absorbe el carbono de las plantas cuando mueren, pero la agricultura intensiva detiene este proceso. Por lo tanto, el carbono del suelo se libera de nuevo en el aire como dióxido de carbono. Yoko: ¡Guau! ¡No lo sabía! Jaime: Los agricultores también ponen productos químicos en el suelo agotado para intentar recuperar su calidad. Esos productos químicos pueden entrar en el agua subterránea, y si eso sucede, el agua ya no es segura para beber. Yoko: ¿Hay otra manera más segura y sana de cultivar comida para nosotros y para el planeta? Jaime: ¡Eso es lo que quiero saber, Julia! Julia: ¡Por supuesto! Las granjas ecológicas no le echan productos químicos al suelo. Suelen ser granjas pequeñas que son propiedad de una familia, en lugar de una empresa.
Yoko: ¿Quieres decir, como las granjas que nos venden las verduras en el mercado de los sábados? Julia: ¡Exactamente! Yoko: Así que debería asegurarme de cultivar muchos tipos de verduras en nuestro huerto, y tampoco debería echarle ningún producto químico en el suelo. Jaime: ¿Vas a plantar un huerto? ¡Qué buena idea! Julia: ¡Sí! ¡Las espinacas estarán deliciosas con mi bistec de la semana! Yoko: Jaime, nos tenemos que ir. ¡Gracias por el bistec y la conversación! Jaime: ¡Adiós, chicas! ¡Buenas tardes! Yoko y Julia: ¡Adiós!