La última guardia de Jorge (1)
Eliezer Budasoff: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia Viñas: Y yo soy Silvia Viñas.
Audio de archivo, reportera: La indignación aumenta por el caso de un joven pasante de medicina que murió contagiado de Covid-19.
Eliezer: Desde el año pasado, la situación sanitaria en México ha agotado la reserva del personal de salud. Según Amnistía Internacional, es el país con la mayor cantidad de trabajadores sanitarios muertos por covid. Y para enfrentar la falta de recursos, el sistema médico ha tenido que recurrir a miles de jóvenes estudiantes de medicina.
Audio de archivo, reportero: Con apenas veintinueve años el Covid-19 le arrebató la vida a Jorge Alejandro López.
Silvia: Médicos en práctica que, aun sin haber terminado sus estudios, quedaron en la primera línea de atención para pacientes de covid.
Audio de archivo, reportera: El hospital donde estaba trabajando le negó el equipo de protección y posteriormente también le negaron la atención médica.
Eliezer: Jorge Alejandro López Rivas era un médico interno de pregrado que quería ser cirujano. A finales del año pasado, se contagió de covid en el hospital donde hacía sus prácticas, al norte de Ciudad de México.
Silvia: Hoy, lo que su caso nos dice sobre las condiciones de trabajo de los casi sesenta mil estudiantes de Medicina en México. Es 16 de abril de 2021.
Laura Hernández: Yo creo que medicina no es algo que tú eliges. Creo que medicina te elige.
Eliezer: Ella es Laura Hernández.
Laura: Soy médico interna del Hospital General de Ecatepec, perteneciente al Instituto Politécnico Nacional, donde estudié la carrera de médico cirujano y homeópata.
Emiliano Rodriguez Mega: Bueno, Laura Hernández es una médica interna de pregrado, ¿no? Tiene veintitrés años.
Silvia: Emiliano Rodríguez Mega, periodista de ciencia, la entrevistó.
Laura: Estudio medicina porque jamás en la vida me vi haciendo otra cosa.
Emiliano: Y fue hasta enero de 2021, compañera de Jorge.
Eliezer: Laura y Jorge estaban haciendo el internado en el mismo hospital. Antes de seguir con su historia, vale la pena explicar brevemente qué es esto del internado.
Emiliano: Usualmente en México, al menos, cuando uno hace la carrera de Medicina, pasa por distintas etapas, ¿no? Cuando acabas las clases como tal, empiezas este período que se llama el internado, en donde básicamente te mandan a un hospital durante aproximadamente un año.
Eliezer: Y en ese año los estudiantes van rotando de área cada dos meses.
Emiliano: En los internados básicamente a los chicos los ponen a hacer de todo ¿no? Ayudar en cirugías, entrar como ayudante, sacar exámenes de laboratorio, sacar copias, ¿no? Hacer papelerías, tomar notas, dar de alta a los pacientes, hacer censos de los pacientes que están en el hospital. Y después de cumplir ese internado haces lo que se llama el servicio social, en donde usualmente se les manda a comunidades alejadas, a comunidades rurales, para atender a la gente que vive ahí.
Silvia: Pero llegar a este punto, al internado y luego al servicio social, no es nada fácil.
Emiliano: Es una carrera donde estos chicos se encuentran con crueldad tras crueldad, supongo que es una manera de ponerlo.
Laura Hernández: Es cruel desde que entras a la carrera. Porque, al menos en México, todavía se tiene el estigma de que estudiar medicina es tener tu vida resuelta, por decirlo de alguna manera, porque la gente cree que los médicos ganan mucho dinero y si tienes un médico en la familia, ya todos tus problemas se solucionaron.
Emiliano: Es una carrera exigente, que te humilla a veces.
Laura: Pasas al internado y crees que ya pasaste por todos los ciclos clínicos y por todo lo teórico y que algo debes de saber, y resulta que no sabes de nuevo.
Emiliano: Es es una carrera súper pesada, donde si no estás literalmente matándote de hambre o matándote de sueño, entonces quizás, no tienes la madera para ser médico. O quizás no tienes la vocación necesaria para ser médico.
Laura Hernández: Y no es algo que cualquiera pueda aguantar o que cualquiera aguante en general. Creo que es una carrera a veces tan cruel que si no es para ti, lo dejas.
Silvia: Laura, a pesar de todo, no lo ha dejado. Es de esas personas que toda su vida se preparó para estudiar medicina, que de pequeña jugaba a curar a sus hermanos y andaba con un botiquín.
Eliezer: Pero claro, nunca se imaginó que haría su internado bajo estas circunstancias. En junio del 2020, en plena primera ola de la pandemia en México, Laura empezó su internado en el hospital General de Ecatepec, a las afueras de Ciudad de México.
Laura Hernández: Y este es un hospital de cero rechazo, entonces llegara lo que llegara se le brindaba un servicio. O sea, tal cual podía llegar una embarazada o podía llegar una apendicitis, o podía llegar un paciente con proyectil de arma de fuego, todos los pacientes eran atendidos.
Silvia: También es un hospital “híbrido”, o sea, que además de atender a todo tipo de pacientes, también recibe personas con covid.
Emiliano: Y algo particular de Ecatepec es que ha sido uno de los municipios más devastados por la pandemia de covid ¿no? Incluso los mismos datos del Gobierno del Estado de México ponen hasta arriba a Ecatepec como el municipio con mayor número de casos positivos y también con mayor número de defunciones.
Silvia: Y es en este hospital donde Laura conoce a Jorge, que estaba estudiando medicina en la Universidad Autónoma de México, la UNAM.
Emiliano: Ellos entraron al mismo hospital, al Hospital General de Ecatepec, prácticamente al mismo tiempo.
Eliezer: ¿Qué te contó Laura sobre cómo era Jorge?
Emiliano: Jorge era un tipo amable, tranquilo, tenía una facilidad para lidiar con los pacientes.
Laura: De hecho, teníamos un paciente que solo se dejaba hacer sus curaciones por él. Además tenía como ese carisma, ¿sabes? De cuando ves a una persona y ya te dan ganas de ser su amigo. Esa persona era Jorge. Si no había algo o no, no tenías, no sé, una pluma, él te daba la suya. O él conseguía lo que hacía falta. Era un muy buen amigo.
Emiliano: Eran compañeros de guardia. Y vivían, digamos, como las partes más intensas de esas guardias, ¿no? Guardias que además se supone que son de veinticuatro horas, pero podían llegar a ser mucho más largas, incluso como de treinta y seis horas. Entonces Laura y Jorge compartieron mucho tiempo juntos.
Laura: En muy poco tiempo nos hicimos muy buenos amigos. O sea, de hablar todos los días y sentarnos a platicar después de nuestras guardias, horas. Le decía que era mi hermano de guardia. Porque es cierto que esa gente con la que pasas tantas horas al día, todos los días van siendo parte de tu familia.
Emiliano: En algún momento, Laura y Jorge comenzaron a hablar sobre sus temores.
Laura: Hablábamos mucho de nuestra familia. Él, de su pareja.
Emiliano: Existe este miedo constante, este temor constante de contagiar a tu familia.
Laura: Durante el internado estuve un tiempo viviendo en mi casa, pero cuando empezaron a subir los contagios decidí que ya no. Y creo que nos pasa mucho a esta generación en general, más que el miedo de enfermarnos nosotros, es el miedo de enfermar a nuestros papás o a nuestra gente cercana.
Eliezer: Desde que empezaron su internado en junio del 2020, Laura y Jorge pasaron por varias rotaciones: cirugía general, luego medicina interna. Y en noviembre, a la que sería la última rotación de Jorge: urgencias.
Laura Hernández: Pues en ese hospital no hay médicos residentes de urgencias. Entonces, tú haces todo lo que debería de hacer o podría hacer el médico residente y todo lo que hace un médico interno.
Silvia: O sea, Laura y Jorge estaban haciendo su trabajo de médicos internos y también lo que le corresponde a un médico ya graduado, con más experiencia. Y recordemos que este es un hospital que recibe pacientes de covid.
Eliezer: Estaban en una situación de riesgo que había sido prevista.
Laura: De hecho, desde como marzo del año pasado, sacaron una circular de Secretaría de Salud donde establecía: los médicos residentes deben de hacer esto y no pueden estar en tales áreas; los médicos internos de pregrado deben de hacer esto y no deben de estar en tales áreas; los pasantes de servicio social igual; los estudiantes también. O sea, estaba ya como todo estipulado. Y dentro de eso mencionaba que nosotros como médicos internos no podíamos estar en áreas de alto riesgo de contagio como urgencias, la parte de triage, área covid.
Emiliano: ¿Y cómo es que terminaron en urgencias entonces?
Laura: Por órdenes del hospital, el hospital tenía indicado que nuestra rotación era en urgencias y nosotros debíamos rotar en urgencias.
Silvia: Entonces, aunque tuvieron que entrar a trabajar en urgencias, que es un área de alto riesgo de contagio de covid, ¿les ofrecieron algún tipo de protección?
Emiliano: Pues lo que Laura me contó fue que a los internos de su hospital al comienzo de este internado sí les dieron un equipo de protección personal que básicamente consistía en una careta de las desechables y unos cuantos cubrebocas. Más adelante les volvieron a dar de este tipo de caretas desechables. Ella dijo que más o menos como unos cinco cubrebocas.
Laura: Y cinco cubrebocas la verdad es que no son suficientes. Y su careta desechable, pues quizás, por más que la cuides, te pueda servir cinco o seis guardias, pero no es una careta que te sirva para toda la vida.
Emiliano: ¿Y por qué no les dieron más suministros ahí en el hospital?
Laura: Desconozco, desconozco si era porque no se contaba con el material, porque lo tenían que resguardar para que durara más tiempo, si era porque no se los permitían, si su logística era errónea. Desconozco.
Emiliano: Los primeros cubrebocas que les dieron además no eran N95 y no cumplían con las especificaciones para funcionar como tal. Y ya en la segunda rotación sí les dieron los KN95. El problema que me decía Laura era que su cara es muy pequeña, entonces le quedaban muy grandes.
Laura: Yo tengo que comprar los míos para pacientes pediátricos o para pediátricos, porque no me quedan. Para adultos me queda muy grande y no cumple con su función.
Silvia: Emiliano contactó al Instituto de Salud del Estado de México para preguntar sobre esta falta de protección de la que habla Laura. No ha recibido respuesta. En un comunicado que salió en enero, dijeron que los estudiantes de medicina no están expuestos a aerosoles de pacientes.
Eliezer: Pero según lo que cuenta Laura, no solo estaban trabajando en áreas de alto riesgo, donde no debían estar, sino que la protección que recibieron los médicos internos de este hospital, o que encontraron por sus propios recursos, no fue suficiente. Para septiembre, México ya se había convertido en uno de los países con más muertes de personal sanitario en todo el mundo.
Laura: En la segunda ola, en la ola de noviembre y diciembre, muchos internos, y en general mucho personal del hospital comenzó a enfermarse: desde médicos de base, enfermeras, camilleros, residentes, los médicos internos.
Emiliano: En algún momento lo que Laura me describe es que comenzaron a caer como moscas. No porque todos se murieran, sino porque caían enfermos, aunque algunos sí murieron.
Laura: Veíamos las guardias y veíamos cómo a veces solo había un interno en una guardia. A veces ya no había internos, porque todos los que eran de esa guardia, los tres, cuatro, estaban enfermos. Y yo solo decía ¿cuándo nos va a tocar a nosotros? Ya no era que no nos toque, es ¿cuándo me va a tocar?
Emiliano: ¿Tú y Jorge hablaron de eso justamente?
Laura: Sí. Ya habíamos dicho que, pues de entrada íbamos a tratar de que no pasara.