El Batallón de Los San Patricios Episodio 1
Escena Uno
La Ciudad de Nueva York: Año 1846
Reclutador del ejército americano en las calles de Nueva York gritando en la calle: “¡Enrólate. Hazte ciudadano americano!”
Papá: Ya hemos hablado de esto, Patty. Sé que no lo haces por ti….sino por tu familia. Y te estamos muy agradecidos. Tu madre y yo nos sentimos muy orgullosos……Mira. Ahí es. Ve. Acércate.
Recrutador: ¿Quieres alistarte?
Patty: Sí.
Reclutador: Firma aquí. Adelante. Podrás llegar a ser ciudadano americano.
Reclutador: Ten. Tu primera paga.
Papá: Que Dios te bendiga, hijo.
Reclutador: Bienvenido al ejército. Acompáname. Empezarás ahora mismo.
Hombre Leyendo un periódico. En el periódico que un hombre en la calle está leyendo, hay un artículo con el siguiente título: “Demasiados irlandeses nos están quitando el trabajo”. En el año 1846, la ola de inmigración de los irlandeses desde Irlanda a Los Estados Unidos estaba en pleno auge. Y la actitud de una gran parte de la población americana era negativa hacia los irlandeses. Los irlandeses en el año 1846 sufrían la misma discriminación que los latinos sufren hoy en día en el siglo veintiuno.
Escena Dos:
Es de noche. El sargento John Riley está prendiendo un puro con el fuego de una fogata. El Sargento John Riley, del ejército americano, un señor de cuarenta y tres años de edad, había venido a los Estados Unidos desde Irlanda cuando era un chico de veintiún años. Ahora es ciudadano americano y es sargento, oficial en el ejército americano. El sargento John Riley es respetado por los otros soldados, especialmente los soldados bajo su mando. Pero John Riley también ha sido marco de discriminación por su origen Irlandés. El año 1846 era un tiempo de extrema disriminación contra los irlandeses.
John Riley termina de prender su puro y ahora se pone a caminar hacia la oficina del capitán Gaines. El capitán Gaines es un señor prejuicioso contra los extranjeros y trata muy mal a los reclutos irlandeses en la tropa bajo su mando. Pero antes de ir a la oficina del capitán Gaines, Riley decide mejor ir al calabozo y hablar con unos soldados irlandeses que acaban de ser castigados y echados al calabozo por supuestos delitos contra el orden público. En realidad, los hombres están siendo castigados por haber ido a misa, contra la orden del Capitán Gaines. Los soldados irlandeses son católicos. En el año 1846, la gran parte de los irlandeses eran muy religiosos con una fe muy fuerte que les obligaba a ir a misa con frecuencia. En Los Estados Unidos en 1846, la religión católica no era nada popular, los americanos tenían una actitud muy negativa, una opinión muy negativa sobre la iglesia católica, y el poder del Papa. La mayoría de los americanos eran protestantes. El capitán Gaines, parece que estaba castigando a los soldados que ahora estaban presos en el calabozo porque habían desobedecido la orden de no ir a misa. Los soldados habían salido del campamento, de la base militar sin permiso y habían cruzado la frontera entre Los Estados Unidos y México (la base militar estaba a menos de un kilómetro de una iglesia católica al otro lado de frontera con México en Santa Fe, una ciudad americana ahora en el siglo veintiuno, pero que en el siglo diecinueve, en 1846, Santa Fe era parte de México)
John Riley ahora abre la puerta del calabozo y entra:
Sargento Riley: Vaya. Vaya.
Patty: Ayúdenos, Sargento.
Sargento Riley: Estáis acusados con razón. Habéis infrigido las reglas.
Sean: ¿Polvo en una hebilla justifica ir a la cárcel? Ser irlandés. Esa es la infracción, Riley. Los británicos nos trataban mejor que su cabo Bledsoe.
Sargento Riley: Soy irlandés como la mitad de los hombres de este ejército
Sean: Sí. Pero no de los recién llegados.
Adrian: El capitán dice, “No podréis ir a misa. ¿Que no podemos? Dígale que tengo que ir a misa. El me metió aquí.
Shultz: Feldwebel, John Riley. ¿Sabe qué significa en el ejército alemán? “Mujer de campo”. Realmente un título de honor. La idea es que una Feldweber
se sacrifica y hace todo lo necesario para ayudar a sus hombres. Tú eres nuestro jefe, nuestro guardián que nos cuida, que nos protege contra los abusos que podremos enfrentar. Una buena Feldweber cuida de sus hombres. Tu eres responsible por nosotros, Sargento, John Riley.
Sargento Riley: Tú has luchado contra Napoleón antes de vestirte de azul. Hay que cumplir las ordenanzas. ¿Cuándo os vais a meter eso en la cabeza?
Patty: Yo las he cumplido. ¡Pero hay una ley para esos paletas americanos y otra muy diferente para nosotros! ¡Usted es católico y tan irlandés como nosotros, Riley! ¡Y además, nuestro sargento! Se está cometiendo una injusticia. Estamos en sus manos. ¡Interceda por nosotros!
Sargento Riley: Vamos, Patty. Pórtate como un soldado.
Al decirle eso a Patty, el Sargento John Riley abre la puerta y sale del calabozo.