El método dialéctico materialista de Karl Marx - Los Grundrisse (3)
comida chatarra. La síntesis entre producción y consumo nos muestra cómo se limitan mutuamente
y ésta sucede en tres dimensiones: consumo y producción son inmediatamente idénticos,
tienen una relación en la que se median mutuamente, y se crean uno al otro.
La primera dimensión es la identidad inmediata entre consumo y producción,
esto es, que el consumo y la producción son lo mismo. Al producir, se consume la materia
prima y los medios de producción, pero también algo más: las fuerzas vitales del individuo que
produce. Se consume una especie de fuerza que se usa para el trabajo, algo así como una fuerza
de… bueno, Marx no le pone nombre aquí. Pero esta identidad no sólo se da del lado
productivo, también del lado del consumo. Marx nos recuerda que cuando consumimos los bienes
producidos también estamos produciendo, pues nos producimos a nosotros mismos. ¿Significa
que producción y consumo no tienen diferencia? No. Ambos momentos son diferentes pues el primero es
el momento en que el productor se objetiva, mientras que en el segundo es en el que la
cosa se personifica. En ambos extremos de la relación hablamos de producción y consumo, pero
se distinguen por las determinaciones de sujeto y cosa, desde las cuales son momentos opuestos.
La producción del sujeto es consumo de la cosa, la producción de la cosa es consumo del sujeto.
La segunda dimensión de la interdeterminación entre producción y consumo es la de la mediación,
la producción es mediadora del consumo y viceversa. Esto es porque la producción
crea el medio para ser consumido, crea aquello que se consume y sin lo cual el
consumo no podría existir. Así no solo media, sino produce al consumo. Pero el
consumo también crea el medio para el producto, crea al sujeto para el cual son los productos.
Para explicar esto último, Marx se refiere al concepto aristotélico de dinamei o potencia.
Este concepto, junto con energeia, resuena en sentido en el que Hegel se refiere a la cosa
en sí y la cosa para sí: la cosa en potencia y su realización. Así el producto sólo lo es
en potencia en el momento de la producción, y se realiza como producto sólo hasta ser consumido.
Un vestido solo se realiza cuando se lleva puesto, unos tacos solo son
realmente tacos hasta que alguien se los come. Además, todo objeto producido tiene una finalidad,
como diría Kant, esto significa que sólo puede ser pensado como construido para cumplir un fin.
Y el fin de todo producto es el consumo. Por ello, el consumo pone idealmente el objeto de
la producción, como necesidad y finalidad. Adicionalmente, al ser la producción mediadora
del consumo, la producción produce el acto del consumo, y de ese modo al consumidor. La
producción de teléfonos inteligentes con cámara produce a gente que se toma selfies y las sube
a las redes sociales. Y la producción de redes sociales produce a gente que está obsesionada
con tener likes, discutir sobre minucias con extraños y enojarse constantemente.
La producción crea al objeto para el sujeto, pero también al sujeto para el objeto.
Por ello la producción es el primer momento del camino fenomenológico, y el consumo es el último
momento. El consumo existe desde el principio, en potencia, todo el proceso es el proceso de
realización del objeto hasta que lo logra en el último momento, la realización total del producto
es la satisfacción de las necesidades del sujeto. Lo siguiente que examinará Marx son las
interdeterminaciones entre la esfera de la distribución y la esfera de la producción.
Recordemos que la distribución determina, mediante leyes sociales, la parte de los
productos que le corresponde a los individuos. Así, los agentes de la producción se manifiestan
en la distribución de una manera determinada socialmente. Por ejemplo, en el capitalismo el
trabajo se manifiesta como salario, la tierra como renta, y los medios de producción como capital,
ganancia e interés. Pero esta determinación tiene sus raíces en la producción misma. El trabajo es
trabajo asalariado y por eso se manifiesta en salario, las herramientas y materiales
son capital, son propiedad privada, y por eso se manifiestan en forma de ganancia e interés,
la tierra se encuentra separada del capital y el trabajo, por eso se manifiesta como renta.
Por ello, en una sociedad dada, los agentes de la producción adquieren su expresión más
definida en la esfera de la distribución. Ahora, si han visto las cápsulas de Hegel,
ya se saben el truco hegeliano de empezar una oración con “Parece qué” y luego aplicarle a lo
afirmado la Hegeliana. Marx no se quedará atrás y afirmará que “parece que” la distribución
condiciona la posición del individuo dentro de la producción, pues el individuo que no
posea capital ni tierra está destinado al trabajo asalariado. PERO el que el capital y la propiedad
territorial existan como agentes autónomos de la producción es lo que produce esto.
“Parece qué” la distribución es independiente de la producción. La economía política clásica
entiende la producción como una realidad eterna y la distribución como una arbitrariedad histórica.
Pero antes de la distribución de lo producido se encuentra la distribución de los medios de
producción. Un modo de distribución de los medios de producción llevará
a un modo de distribución de los productos. Puesto de este modo, esto es, afirmar que la
distribución es independiente de la producción, suena ridículo, pero es una ilusión muy común
dentro del capitalismo. Busquen cualquier video sobre las personas más ricas del mundo y
encontraran una infinidad de clips motivacionales sobre el secreto del éxito, sobre la actitud que
se debe tener, sobre una visión del mundo. No voy a negar que es necesario tener cierta actitud,
tener ciertas ideas y hacer ciertas cosas para que te vaya bien, pero si no tienes capital no tienes
nada. Lo que tienen en común las personas más ricas del mundo es que tienen capital, esto es,
tienen poder de decisión sobre el trabajo de otras personas y tienen el control de medios
de producción. Estos medios toman la forma de oficinas, servidores, código de software,
centros de distribución, fábricas de automóviles, líneas de telecomunicaciones y redes de
distribución. Gracias a que tienen todo eso, a la hora de distribuir los ingresos, estas personas se
quedan con una proporción mucho más grande que las que obtienen sus pobres empleadas y empleados.
Entonces ¿precede la distribución a la producción? No, tienen una relación dialéctica. En un momento
una cierta distribución aparece como el supuesto de la producción, pero tal producción llevará a
una nueva distribución. El movimiento histórico que desarrolla fuerzas productivas mediante la
producción, hace que estas fuerzas productivas tengan efectos sobre la distribución y ésta
a su vez sobre la producción. Las máquinas se producen, pero éstas afectan a la distribución
generando diferencias en el mercado y la ganancia, esto es, en la proporción del producto que les
corresponde a los trabajadores y al capitalista. La última esfera, la esfera del cambio, o el
mercado, es la que menos atención recibe en este texto. Esto es debido a que, para Marx, sólo tiene
una función mediadora. Media entre la producción y la distribución, media entre la producción y el
consumo, y media dentro de la producción misma. Esto significa que el cambio aparece para mediar
una vez que se produce y se reparte lo producido, que aparece antes de que los individuos consuman,
y que aparece dentro de la producción en el proceso en el que las materias primas y los
elementos de la producción van cambiando de manos hasta convertirse en el producto final.
El cambio determina a la producción, cuando el mercado se extiende, la producción
amplía su ámbito y se subdivide más. Marx va a aclarar que para que haya cambio
se necesita división del trabajo, y para que haya cambio privado es necesaria la propiedad
privada. Esto significa que el cambio también es determinado por la distribución y la producción.
Así queda explicado el método dialéctico materialista, el método que parte de lo
concreto representado y mediante el análisis llega a las determinaciones abstractas para ir
desde ahí mediante la síntesis a lo concreto como síntesis de determinaciones. Incluye dentro de
sí la inducción como proceso de análisis y la deducción como proceso de síntesis. Trae a la
realidad material el proceso dialéctico y eleva a lo más concreto el proceso de observación.
Es una metodología que nos invita a analizar nuestra propia realidad y darnos cuenta de
cuando estamos abstraídos en ella. Nos permite ver que estar en lo concreto representado no
quiere decir que no estemos abstraídos. Cuando yo estaba trabajando de ingeniero de
software estaba iniciando un proyecto de análisis de lenguaje natural, un sistema que analizara un
texto y pudiera realizar una evaluación al respecto. ¿Está el autor expresando agrado
con el objeto o desagrado? ¿Es un texto halagador o es un texto crítico? Era un software complicado
que podría tener varias aplicaciones. Cuando mi maestro me dijo:
"Es que no se dan cuenta que están abstraídos en el motor, no ven las interconexiones ocultas del
motor, como se relaciona con otras cosas. Cuando ven al motor sólo ven al motor, ¡pero no se dan
cuenta que el motor es el motor de una demoledora que va a tirar la casa en la que viven!"
Me di cuenta de lo que no estaba viendo, el software que estaba desarrollando se iba a vender
a empresas, políticos y gobiernos para encontrar en las redes quienes estaban hablando a favor de
ellos y quienes los estaban criticando. No estaba observando todas las determinaciones. Yo estaba
estudiando filosofía para elaborar una crítica del mundo real, quería que esa crítica que publicara
en las redes. Un software como el que estaba haciendo podría servir justo para encontrar
a personas como yo. Pensaba que estaba en lo concreto, pero estaba abstraído, estaba
construyendo el motor de la máquina demoledora que buscaba destruir mi propia casa.