El Batallón de Los San Patricios Episodio 6
Cortina: La Mujer, Marta. ¿Te gusta?......Que no te guste mucho. Has burlado la muerte una vez. No cometas más errores.
Con estas palabras de amenaza, Cortina se voltea y sale caminando. Dominguez se queda unos segundos más, mirándolo a Riley de forma amenazante. Entonces, Dominguez también sale caminando.
Próxima escena
Cortina acaba de salir con un grupo de varios hombres. Ha salido de patrulla para averiguar los movimientos del enemigo. El enemigo de Cortina es el ejército del gobierno mexicano, los federales. Cortina es un rebelde, un hombre que tiene un pequeño ejército luchando contra la corrupción, luchando por el pueblo mexicano, contra los oligarcas.
Marta está sentada, en el campamento. Ella está sola, sentada, pensando. Ella lo ve a John Riley caminando solo en el campamento. Riley se detiene y se le ve frustrado. De pronto, Riley patea una silla y ahí mismo se agarra la pierna con las manos. En el momento de frustración, Riley se olvidó que estaba herido, que la pierna estaba todavía, sensible. Estaba mejor pero todavía sensible. Entonces, el dolor a causa de la patada le hizo gritar de dolor.
Marta, al verlo a Riley patear la silla, se río:
Marta: Me parece que tu pierna ya está curada. La pierna va mucho mejor.
Riley: Poco a poco.
Los dos, el hombre, Riley, y la mujer, Marta se sientan juntos.
Riley: Marta. ¿Le amas a Cortina?
Marta: Es que no lo entiendes.
Después de una pequeña pausa, Marta le extiende la mano a Riley, se levanta y lo invita a Riley a caminar con ella. Ella lo lleva a un pequeño descampado donde hay una vista de un paisaje precioso de montañas y la luna en todo su esplendor.
Marta: Mira allí, Irlandés. ¿Qué ves?
Riley: El frío que llega del invierno.
Marta: Yo veo mi hogar. El pueblo del que procedo desde hace siglos. Cientos y cientos de años.
Riley: Nunca he tenido hogar. Solo el ejército. No conocí a mi padre. Crecí solo.
Marta: Yo soy mestiza. Mi madre era azteca. Y mi padre era español. De la mezcla de estas dos culturas nació México. Y eso soy yo. Somos esta tierra de allí. ¡Y la tierra es para aquellas personas que la trabajan!
Riley aprovecha un momento de pausa y le toca el pelo a Marta y le hace cariño.
Riley: Déjame decirte una cosa. Eres la mujer más maravillosa que he conocido.
Próxima escena:
Cortina y sus hombres regresan al campamento. Cortina y sus hombres, todos montados a caballo entran al campamento. Todas las mujeres y los soldados ingleses se levantan y caminan al centro de la plaza del campamento para verse con los soldados rebeldes y Cortina.
Cortina: Dominguez.
Cortina llama a Dominguez para que se acerque también. Cortina entonces levanta la mano dando un gesto en anticipación de hablar, de anunciar algo al público. Entonces, todos se reunen en la plaza para escuchar a Medina.
Cortina: Escuchen bien. Los yánquis han invadido México. Estamos en guerra.
Grabowski: Caray. Desertar en tiempo de guerra es la horca.
Grabowski entonces levanta el brazo y como agarrando un lazo imaginario, haciéndose el ahorcado (pretending to hang himself)
Patty: No hagas eso porfavor. No lo hagas.
Cortina: Estamos aquí para luchar contra los que venden a México en su beneficio ¡La revolución! Bien. Queda una cuestión.
Dominguez: ¿Qué cuestión? Los yanquis nos han hecho un favor. ¡La guerra nos beneficia! ¡Paredes y los Centralistas deben luchar contra ellos! Ahora estas montañas son nuestras!
Marta: ¿Nuestras para qué, Dominguez?
Cortina: Responde.
Dominguez: Es una mujer. ¿Le haces caso?
Cortina: ¿Qué quieres Marta?
Marta: Lo que México siempre ha querido....que nos dejen en paz. Debemos olvidar nuestras diferencias y luchar contra el invasor.
Dominguez: ¿Es que vas a hacerle caso?
Cortina: Está hablando por su pueblo.
Dominguez: Solo una mujer hace caso a otra mujer.
Cortina: Repite eso Dominguez. Llámame mujer. Ahora.
Hay una pausa larga y muy incómoda. Dominguez está mirándole directamente a los ojos a Cortina y Cortina también como estátua lo está mirando a Dominguez. De pronto Dominguez, con una pequeña patada a la costilla de su caballo sale cabalgando mientras grita lo siguiente:
Dominguez: ¡Haz tu propia guerra! ¡Yo con mis hombres haré la mía! ¡Vámonos muchachos!
Entonces, los hombres de Dominguez se separan del grupo grande, suben a sus caballos y salen cabalgando detrás de Dominguez. Ahora el pequeño ejército de hombre rebeldes de Cortina ha reducido por la mitad.
Marta entonces se acerca a Cortina: Marta: ¿Qué vas a hacer?
Cortina se le queda mirando a Marta por unos cinco segundos y entonces voltea la cabeza y se le queda mirando a Riley y le pregunta a Marta lo siguiente:
Cortina: ¿Y tú? ¿Qué vas a hacer tú?
Cortina entonces se retira y se va caminando hacia la hacienda abandonada y Marta también se va caminando detrás de Cortina dejándolo solo a Riley afuera.
Entonces uno de los soldados, uno de los hombres de Riley se acerca a Riley para hablar.
Sean: Bueno.
Riley: ¿Qué?
Sean: ¿Qué demonios vamos a hacer ahora?
Riley: No lo sé. Dímelo tú.
Sean: Pero...
Antes de que el Sean pueda terminar de hablar, Riley se retira y se va caminando al otro lado del campamento para estar solo.
Próxima escena:
El coronel Lacy con otro hombre están cabalgando en el desierto. Hace viento y los dos hombres llevan una venda en la cara para defenderse contra el polvo, para no tragar polvo mientras respiran. De pronto llegan al campamento del ejército americano. Es un campamento en el desierto en territorio mexicano.
El Coronel Lacy de pronto lo ve al General Zachary Taylor en su caballo parado en la cima de una pequeña colina y se acerca al general para hablar. El General Taylor saca una carta para enseñarle al coronel Lacy:
Taylor: He recibido esto, Coronel. Ibamos a atacar y me retienen para celebrar una reunión en cabalgo. ¡Maldito sea!
Entonces, el General Taylor se baja del caballo y se va caminando. Lacy y los otros hombres presentes le siguen al General acompañándolo mientras camina.
Taylor: Un trabajo de vendidos, cobardes, gallinas.