El vacío bajo mis pies (parte 4) Historia en pasado (pretérito imperfecto) Hoy he tenido un sueño muy extraño.
He soñado que era domingo por la mañana y que me había levantado temprano y con una cierta sensación de fatiga. Estaba cansado pero había decidido ir al quiosco de la esquina a comprar el periódico. He soñado que al salir a la calle el suelo desaparecía inesperadamente bajo mis pies. El suelo no desaparecía ante mí, sino detrás. Mientras andaba hacia el quiosco todo parecía normal, pero de golpe veía que llevaba un zapato desatado y me agachaba para atarme los cordones. Al apoyar la mano en el suelo, ya me parecía encontrarlo algo extraño, ligeramente blando, pero no le daba más importancia y seguía andando hasta el quiosco. He soñado que cogía el periódico, lo pagaba, daba media vuelta y me disponía a deshacer el camino hasta casa. Y aquí venía la sorpresa, justo por donde acababa de pasar no había nada. Miraba a mi alrededor y todo parecía normal. Era temprano y no había nadie más en la calle, pero todo estaba donde tenía que estar, excepto el suelo por donde había pasado. El resto de la acera estaba bien, pero había un surco vacío en el medio. Me agachaba, me ponía de rodillas y, lentamente, acercaba la mano al vacío... ¡y no había nada! Extendía el brazo entero, hasta donde me dejaba el hombro, y no había nada. Volvía a mirar a mi alrededor en busca de alguien a quien explicárselo, alguien que pudiera ver lo que yo veía, pero no había nadie. Me levantaba medio aturdido y me ponía a andar hacia casa por la parte de la acera que estaba intacta, sin dejar de mirar el surco vacío que tenía a mi lado. A medio camino miraba hacia atrás y, como temía, el suelo seguía desapareciendo a mi paso. En un ataque de incredulidad o desesperación, empezaba a correr en zigzag en medio de la calle y, efectivamente, al girarme, había un trazo de curvas vacío. Llegaba a la puerta de mi edificio y allí todo parecía normal. Subía las escaleras hasta mi piso, entraba en casa, me iba directamente a la habitación, me dejaba caer en la cama y me quedaba dormido. Me he despertado sobresaltado recordando el incidente.
¿Era un sueño? Me levanto despacio de la cama y me acerco a la ventana. Levanto la persiana, abro la ventana y, lentamente, temeroso, saco la cabeza a fuera y miro hacia abajo.