Acumulación Originaria del Capital - Karl Marx (2)
tuviera suficiente edad o tuviera alguna discapacidad. Pero, en mil quinientos treinta, a quien se
le encontrara mendigando sin licencia se le castigaba con flagelación y encarcelamiento.
Más tarde se legisló que si alguien se rehusaba a trabajar se le condenaría a ser esclavo
de la persona que lo denunció como vago. Si se descubría que alguien no ha trabajado
durante tres días se le mandaba a donde nació, se le marcaba en el pecho con un hierro candente
con una V y se le ponía a trabajar. ¿Y las hijas e hijos de estas personas? Todos tenían
derecho de quitárselos y de retenerlos como aprendices. Y si éstos osaran intentar escapar
serían ahora convertidos en esclavos. Durante el reino de Isabel se estableció
que, a los mendigos adultos sin licencia, se les cortaría una oreja con un hierro caliente
a menos de que alguien quisiera usarlos como esclavos. Pero parece que no siempre había
tiempo para cosas tan elaboradas. Marx nos indica que en estos tiempos era normal que
cada año se colgaran a 300 o 400 sentenciados por vagos.
En Francia y Holanda había leyes similares. A las personas sanas que carecieran de medios
de existencia se les castigaba con mandarlos a remar a las galeras.
Así fue como las legislaciones europeas a inicios de la modernidad tomaron a la población
rural, expropiada por la violencia, expulsada de sus tierras y reducida al vagabundaje,
y la sometieron por medio de latigazos, hierros calientes y tormentos, a la disciplina que
requería el sistema de trabajo asalariado. Marx nos dice que no era suficiente que las
condiciones materiales separaran a los trabajadores de los medios de subsistencia. Había que
“educar” a los trabajadores para que vieran el trabajo asalariado como algo natural.
Aunque hoy en día basta con la sobreoferta de fuerza de trabajo para mantener bajos los
salarios, Marx nos dice que así no fue en los orígenes del capitalismo; o por lo menos
así no se veía. En el siglo catorce surgió la legislación del salario máximo para los
trabajadores del campo; el pago de salarios por encima del máximo se volvió un crimen
sentenciado con prisión, y el que osara recibir ese salario merecía además una pena más
grave. En el siglo dieciséis la situación de los
trabajadores empeoró pues, aunque los salarios máximos habían tenido un aumento nominal,
ese salario alcanzaba para menos cosas aún. Desde el siglo catorce se habían iniciado
restricciones para que albañiles y carpinteros se organizaran y ahora las restricciones también
aplicaban a los tejedores, hilanderos y todo tipo de obreros.
Yo sé que les enseñaron que en la revolución francesa se trataba de liberar a la gente
y así. Pero desde mil setecientos noventa y uno se les quitó a los obreros el derecho
a ponerse de acuerdo sobre sus intereses, a actuar en común y mediante esas acciones
a mitigar su dependencia absoluta. Se decía que con ese tipo de organizaciones lesionarían
la libertad de los empresarios. Liberté, Egalité y Fraternité… pero solo entre
burgueses. Génesis del arrendatario capitalista
Bien, falta todavía explicar de dónde vienen los capitalistas. Porque la expropiación
de la población rural directamente sólo crea grandes terratenientes, que no es lo
mismo. Marx nos va a explicar primero el surgimiento del arrendatario capitalista, con lo que se
refiere a aquél capitalista que renta las tierras a los terratenientes y contrata a
trabajadores asalariados para que las trabajen. Su origen se da con los Bailifs, que eran
siervos que administraban las tierras de los señores feudales. En el siglo catorce los
Bailifs se convirtieron en arrendatarios libres; se encargaban de contratar a gente para que
trabajara la tierra del señor, el cual daba la semilla el ganado y la herramienta. La
siguiente fase fue la del apartero o medianero, éstos establecían un contrato con los terratenientes
para usar la tierra y se repartían lo que producían los campesinos contratados. Se
vuelven arrendatarios capitalistas cuando en lugar de realizar pagos proporcionales
establecen un contrato con el terrateniente fijado en dinero. En muchos casos, para asegurarse
su ingreso y el de sus generaciones, el terrateniente estipulaba que el contrato fuera de hasta
99 años. Lo que los terratenientes no se esperaban
es que el imperio español introdujera enormes cantidades de oro y plata a la circulación
en Europa. Esto trajo una inflación sin precedentes que llegaba a ser de HASTA 1.5% ANUAL!! Ya
se que hoy en día eso no es prácticamente nada, pero para la época de hecho fue sin
precedentes. La inflación benefició enormemente a los capitalistas arrendatarios, por un lado,
aumentaba cada vez más la ganancia que podían obtener de los cultivos que vendían, por
el otro lado disminuía el costo relativo que le tenían que pagar al terrateniente.
Así a fines del siglo dieciséis Inglaterra logra tener una clase de arrendatarios capitalistas
con enormes riquezas líquidas. La repercusión de la revolución agrícola
sobre la industria. Creación del mercado interno para el capital industrial
Con todo esto cambiaron radicalmente las relaciones de propiedad de la tierra, lo cual fue acompañado
de métodos de cultivo perfeccionados, una mayor cooperación y la concentración de
medios de producción. Sin embargo, Marx nos hace notar que la liberación de la población
rural de la tierra y viceversa, también se libera a la población rural de sus medios
alimentarios y viceversa. La producción agrícola ahora está libre para ser vendida y la gran
masa está disponible para comprarla porque ya no pueden producir sus propios alimentos.
Los arrendatarios capitalistas se dedican ahora a producir alimentos para los trabajadores
y materias primas para la manufactura. El cambio en las relaciones de producción
y de propiedad también tienen una repercusión en la producción de tela. Antes un trabajador
podía sembrar y cultivar lino, o trasquilar a sus ovejas y sacar lana, y trabajaba en
su casa para producir telas, no solo para hacer su propia ropa sino también para obtener
algún ingreso extra. Los trabajadores “liberados” no tienen tierra para sembrar lino y no tienen
ovejas, el lino se encuentra en las manufacturas que los están esperando con brazos abiertos
para darles un salario pequeñito. ¿Son estos todos los beneficios que ha traído
el desalojo de la población rural para los capitalistas manufactureros? Esperen ¡pues
todavía hay más! Porque si los campesinos ya no pueden producir su propia ropa ahora
la van a tener que comprar. Y gracias a ello surge el mercado interno. Lo que antes era
consumo y medios de subsistencia ahora son mercancías de la manufactura. La separación
del trabajador de sus medios de subsistencia también tiene la consecuencia de la escisión
entre la manufactura y la agricultura, la cual llegará a su término con la gran industria.
Pero ¿cómo surge el capitalista industrial? Marx nos dice que éste no se produjo de una
manera tan gradual como la del arrendatario. Hay que reconocer que el capital no surge
en el capitalismo, ya sé que suena raro, pero el capitalismo es más bien la época
en la que el modo de producción capitalista es el modo de producción dominante. Marx
nos recuerda que en la edad media había dos formas diferentes de capital. Por un lado,
estaba el capital usurario, el dinero que se prestaba y sobre el cual se cobraba interés.
Por el otro lado estaba el capital comercial, el dinero que se usaba para comprar cosas
en un lado, moverlas a largas distancias y venderlas en otro lado. Estos dos tipos de
capital constituyeron el fundamento del nuevo capital industrial, pero tuvieron que ser
potencializados. El fin de la edad media es también el inicio
del colonialismo. La explotación de las minas en américa mediante el exterminio, esclavización
y sometimiento de la población indígena, así como la transformación de áfrica en
un espacio reservado para la caza y esclavización de su población, caracterizan los albores
de la era de producción capitalista. Sobre esto se construyen los factores esenciales
que multiplicaron las fuerzas del capital usurario y comercial: el sistema colonial,
la deuda pública de los estados, el moderno sistema de recaudación fiscal y el sistema
proteccionista. Estos elementos se fundan en la violencia
más brutal, el poder del estado y la violencia organizada de la sociedad para transformar
las relaciones de producción feudal en el modo producción capitalista. Por ello Marx
afirma que “La violencia es la partera de toda sociedad vieja preñada de una nueva.
Ella misma es una potencia económica.” Veamos primero lo que Marx llama el sistema
colonial cristiano. Marx lo ejemplifica con la administración colonial holandesa, la
nación capitalista modelo del siglo diecisiete. Lo más característico de este sistema fue
la trata de personas en indonesia para ser esclavizados. Los holandeses secuestraban
a los jóvenes oriundos de la isla de Célebes y los mantenían en prisiones secretas hasta
que fueran suficientemente maduros para despacharlos en barcos de esclavos.
Los puritanos no desmentían tampoco el carácter cristiano de la acumulación originaria. En
las colonias de América del norte se establecieron grandes premios por cada asesinato de indios
nativos de esa región. La gran nación capitalista estableció sus cimientos sobre la base de
un gran genocidio. Esto es característico porque para fortalecer
al capital comercial, aumentando la producción de mercancías, se hizo uso de la explotación
más cruel a las personas nativas de cada región colonizada en las indias occidentales,
indias orientales, México y el resto de Latinoamérica. Parte de este sistema colonial eran los monopolios
que tenían las compañías mercantiles. Los monopolios de sal, opio y té produjeron muchísima
riqueza para los capitalistas comerciales de un día para otro. Concentraron el capital
y la explotación de las regiones sometidas garantizó un flujo de materia prima y abrió
mercados exteriores para las manufacturas. Esto permitió madurar rápidamente al comercio
y la navegación.
El segundo y tercer factor del surgimiento del capital industrial son dos lados de la
misma moneda, la deuda pública y el sistema moderno de recolección de impuestos. En la
deuda pública los capitales usurarios, o bancarios, hacen enormes préstamos a los
estados con tasas de interés. La particularidad de los préstamos al estado, es que los bancos
no estaban perdiendo nada, pues el título de deuda que tenía el estado con el banco
se podía transferir. De esta manera el dinero fluía dos veces, por un lado, como el dinero
prestado que el estado gasta, por otro lado, como el título de deuda que circula entre
los bancos. Con ello además surgió un nuevo mercado de acciones y finanzas: el juego de
la bolsa y la moderna bancocracia. Por su parte los gobiernos podían tener gastos
extraordinarios que pagarán a largo plazo gracias al nuevo sistema de impuestos. Marx
no especifica a qué se refiere con el nuevo sistema de impuestos, pero hace referencia
a que estos nuevos impuestos encarecen los medios de subsistencia. Podemos entender esto
como las aduanas de importación de granos y lana que se estaban levantando en los siglos
dieciocho y diecinueve y que contrastan con los sistemas medievales de impuestos que se
levantan solo a los dueños de tierra y en algunos casos los impuestos de capitación.
El último factor del origen del capitalista industrial se refiere al sistema proteccionista.
Mediante este sistema se protegían con las leyes y el ejército, a los intereses de los
capitales locales. Permitió acelerar por la violencia la transición entre el modo
de producción antiguo y el moderno. El proteccionismo esquilmaba al pueblo mediante los aranceles
subiendo los precios de los bienes de consumo. Además extirpaba por la violencia toda la
industria de los países contiguos dependientes. En el caso de Inglaterra Marx se refiere a
cómo, con los aranceles a la manufactura, se destruyó esta industria en Irlanda.
Por si todavía hay por ahí apologistas del origen del capitalismo. Marx comienza a cerrar
este capítulo afirmando que el nacimiento de la industria fue celebrado con el robo
herodiano de inocentes. Con esto se refiere al robo de niños y la esclavitud infantil
que fueron parte de la transformación de la industria manufacturera en fabril y el
establecimiento de la debida proporción entre capital y fuerza de trabajo. Si han leído