E19 Expectativas con Miguel Pérez
Hola, hola, estudiante, ¿cómo va todo? Te doy la bienvenida a un nuevo episodio del pódcast de nivel avanzado de Spanish Language Coach. El primer episodio de verano de este año, ¿no? Hoy empieza el verano aquí. Sí, creo que sí, es día 21. ¿Has visto que inglés me he vuelto ya? Hablando del tiempo para romper el hielo. ¡Qué va! En realidad en España también hacemos eso.
Bueno, que me lío. Recuerda leer la guía de vocabulario antes de escuchar el episodio para entenderlo mejor. La tienes en la web www.spanishlanguagecoach.com, y allí encontrarás también la transcripción gratuita y las flashcards de vocabulario.
Por último, te recomiendo que sigas el pódcast en tu app de escucha de pódcast habitual para no perderte ningún episodio si es la primera vez que lo escuchas. Y si ya lo conoces y quieres apoyar su continuidad, la mejor forma de hacerlo es recomendarlo a otras personas y valorarlo con un comentario o unas estrellas en la app de pódcast que uses.
Ahora te dejo con la charla tan agradable que tuve con Miguel. Aprende y disfrútala.
Hoy, Miguel y yo vamos a adentrarnos en un tema que afecta a la vida de todo el mundo, las expectativas. Las expectativas son aquellas ideas o creencias que tenemos sobre cómo deberían ser las cosas, ya sean nuestras vidas personales, relaciones, trabajo o incluso en la sociedad en general. Es fascinante cómo pueden influir en nuestras decisiones, emociones y experiencias diarias. Pueden ser un motor que nos impulse a lograr grandes metas o en ocasiones pueden generar frustración y desilusión cuando las cosas no salen como esperamos. Además, las expectativas pueden venir tanto de nosotros mismos como de las personas que nos rodean, lo que añade una capa adicional de complejidad a este tema. Miguel, ¿cómo va? ¿Cómo estás?
Muy buenas, César, de maravilla. Gracias por invitarme.
Nada, un placer que estés aquí. Miguel, tú no eres un profesor al uso. Ambos somos profes de español con presencia online. ¿Qué te hace a ti? ¿Qué crees que te hace a ti diferente frente a otros profesores? Y ¿qué tipo de expectativas probablemente no cumples frente a ese imaginario que tenemos de un profe?, ¿no?
Yo creo que la más visible es mi forma de comunicar. La forma que tengo de hablar con mi audiencia en cualquier canal es mucho más informal, mucho más vulgar, incluso, que la esperada o la estereotípica de los profes de español. Es la más grande.
Sí, sí. De hecho, yo hoy he entrado en tu Instagram, que es como uno de tus canales más potentes, y he ido al primer post que tenías, a la primera publicación. Y es verdad que ya tenías tu estética, ya ibas con tu camisa de tirantes y enseñando tatuajes. Pero es verdad que la forma en la que comunicabas era un poco más serio, no decías tantos tacos, tantas palabrotas. Y ahora es verdad que es fácil identificarte por esto, porque tú dices, bueno, al final es como yo hablo, como muchas personas en España hablan. Pero sí que puede llamar la atención hoy mismo en las historias de tu Instagram, invitadas a los estudiantes a inscribirse a tu newsletter y el título de la newsletter de hoy era algo así como "Si no soy bombero ¿Por qué tengo esta manguera?
Efectivamente.
Entonces, esto puede llamar bastante la atención, porque cuando pensamos en un profesor, una profesora, pues si pensamos en alguien formal, que guarda mucho las distancias. Yo siempre, es verdad que cuando empecé a trabajar como profe, puesto que trabajaba con adultos, nunca pensé que tenía que crear esa distancia entre estudiante y alumno, que sí que creo que es más importante si trabajas en un instituto, en un colegio. Pero en el caso del trabajo con adultos, creo que sí que podemos minimizar distancias, y creo que es una forma más natural de crear conexiones.
Completamente. Estoy de acuerdo, sobre todo en el caso de los profesores que elegimos a nuestros estudiantes o cualquier persona que pueda elegir a sus clientes, tú eliges las distancias. Eso es muy importante. Al final he descubierto con el tiempo, este año y pico que llevo en redes, que mi mejor filtro es ese. O sea, una persona que no sea capaz de pasar todo el proceso de conocerme, ver estas cosas vulgares, si le molestan, jamás va a poder conectar conmigo como cliente o como estudiante, porque ese soy yo.
Claro.
No es un personaje, ese soy yo.
Claro, y además es eso, cuando tienes una presencia en Internet, no puedes esperar a gustarle a todo el mundo, como una croqueta. Y tienes que asumir que habrá gente que piense que seas un capullo, un mal hablado, poco profesional. ¿Esto te ha preocupado alguna vez a la hora de cuando compartes contenido? ¿Alguna vez has pensado quizás debería cortarme un poco?
Pues no, la verdad es que no, porque he ido tensando la cuerda poco a poco. O sea, como tú has dicho, al principio no era exactamente así. No era muy distinto, pero no era exactamente así. Entonces, poco a poco he ido testando los límites de las plataformas en las que he estado. Por ejemplo, ayer el vídeo que subí de los insultos en Instagram ha permanecido y son insultos explícitos, pero en TikTok no. En TikTok, a los cinco segundos de subir el vídeo, me lo tiraron. Vale, pues ya me queda claro que en esta plataforma no lo puedo hacer. Entonces, poco a poco vas tensando la cuerda, viendo cuánta gente te sigue, cuánta gente abre tus correos cuando son provocativos, cuando tienen asuntos así un poco más picantes, más ofensivos. Y me he dado cuenta de que funcionan mejor los míos, no voy a decir los de todo el mundo, pero los míos funcionan mejor así.
Claro.
Entonces, pues simplemente me he adaptado a lo que mi audiencia me ha pedido, que es que muestre más de esa parte de mí.
Y al final se trata de ser que esa presencia que tienes en un medio público sea lo más parecido posible a quien eres tú de verdad, ¿no? Porque así es mucho más fácil. Si tuvieras que crear un personaje y ponerte todos los días delante de la cámara o compartir historias con un personaje que no eres tú, a la larga sería muy difícil llevarlo.
Exactamente. Eso además es una cosa que yo he experimentado o que más bien lo he visto desde fuera. He visto un montón de profes o de otras personas que están en las redes a muerte un año o tres meses o seis meses y de repente se queman. ¿Por qué se queman? Porque lo que están haciendo no es sostenible. No en cuanto al nivel de trabajo, sino al nivel de esfuerzo que les supone adaptar su forma de ser a las redes. No podemos ser 100 por cien nosotros. Y eso les quema. Y a mí no.
Sí, sí, sí. Es algo que como profesor, obviamente, cuando decides crear un canal público donde pueden llegar muchas personas a verte, ese estilo de comunicación es algo con lo que no estamos acostumbrados a lidiar. En nuestras vidas privadas o en nuestras vidas como profe en una academia o dando clases particulares, es completamente diferente y cuesta crear ese estilo en el que te encuentras a gusto, sientes también que eres tú, que no estás impersonando a nadie y es interesante. Miguel, quería hablar de expectativas contigo por este tema, porque me resultaba un tema interesante para hablar contigo y quiero que empecemos desde el principio, cuando somos pequeños y las expectativas que empezamos a notar de las personas, sobre todo de nuestros referentes, que son papá y mamá, o papá y papá, o mamá y mamá, o solo papá, o abuela, o quien sea que haya sido quien nos ha criado. Tú notas, antes de empezar el episodio, que te decía que creo que es algo también muy cultural. Nosotros que estamos en contacto con gente de todo el mundo, yo sí que he notado que el tema de las expectativas de los padres, sobre todo, varía mucho en función de la cultura.¿verdad?
Sí, sí, completamente, completamente. Además, tú y yo, que hemos emigrado, hemos podido comparar culturas. Yo he notado, por ejemplo, que las expectativas que tienen nuestras familias en España no tienen nada que ver con las expectativas que tienen, por ejemplo, en otro continente. Hemos hablado antes de la expectativa asiática, de la excelencia académica, de la excelencia en general. Yo no me he sentido nunca tan presionado en ese sentido, ni considero que mi entorno se haya sentido así jamás.
Sí, a mí me pasa exactamente igual. Yo nunca sentí... O sea, obviamente, mis padres me exigían que estudiara y me decían es tu trabajo, tienes que hacerlo en la educación elemental, secundaria. Y luego nunca me presionaron para ir por un lado u otro. Yo tuve la opción de elegir mi carrera universitaria, mi carrera profesional. Nunca he pedido consejo ni he sentido que necesitaba su aprobación para nada. Pero sí que es verdad que cuando me mudé aquí, es verdad que Reino Unido es famoso por el nivel de exigencia de su educación. Muchas universidades muy buenas del mundo están aquí y también probablemente tenga un sesgo, porque cuando empecé a dar clases particulares en chicos y chicas muy jóvenes en casas, probablemente esas familias que buscaban un profesor de español particular también tenían una capacidad económica superior a la media y eran familias muy, muy preocupadas por que sus hijos entraran en las mejores universidades, que tuviesen las mejores notas. Y sí que notaba esa presión de los padres que ejercían a sus hijos por la excelencia, casi, y que estuvieran siempre en el top. Y era algo, y es algo que me sorprendió mucho. Y lo mismo con la cultura asiática, por ejemplo, algunos de mis estudiantes me hablaban de cómo a lo mejor eran médicos y ellos nunca habían querido ser médicos. Es una cosa que sus padres desde pequeñitos les dijeron tu hermano y tú vais a hacer esta carrera. Y recuerdo uno de ellos que estudió radiografía o se especializó en radiografía y me decía lo hice porque es que yo no tengo vocación de médico y la radiografía es una de las especialidades donde menos contacto tienes con los pacientes. Yo pensé "Joder, qué triste que tengas que hacer esto toda tu vida teniendo la capacidad para hacer otras muchas cosas que te puedan hacer mucho más feliz".
Totalmente. Es es escapar de tu trabajo haciendo lo mínimo posible. Y esto es lo que estaba pensando cuando hablabas de esto, es vale, esfuerzo sí, extenuación no. Es como justamente eso. Es como bueno, te vas a esforzar por algo que no te interesa, pero claro, hasta que revientes. Si te esforzas por algo que te interesa, pues es otra historia. Es lo que has dicho tú, si no te han forzado nunca ni a sacar las mejores notas, ni a estudiar cierta carrera o hacer esto con tu carrera profesional, tú te has esforzado y te sigues esforzando un montón. Pero no tiene nada que ver el nivel de satisfacción cuando haces eso que cuando te fuerzan a hacer algo que no quieres. Claro, claro.
Ahora que has dicho eso, me ha venido a la cabeza algo que sí que se escucha mucho en España, imagino que ahora todavía también, lo de si vas a estudiar, estudia algo con salidas.
¡Uf!
O sea, no estudies una... No estudies una carrera no estudies filosofía o no estudies algo relacionado con las humanidades o no estudies arte dramático.
Bellas artes.
Bellas artes, claro. Y es algo que, por ejemplo, tengo mi hermana pequeña que tiene que decidir a hora qué estudiar y hace años sí que me hubiese importado más su elección o le hubiese intentado aconsejar o influenciar de otra forma. Pero ahora me siento mucho más relajado porque al final creo que el mercado laboral se está flexibilizando y realmente la universidad es una forma de ganar experiencia, de ganar constancia, de aprender también a hablar, a comunicarte, a trabajar en equipo. Y hay muchas carreras que realmente luego te dan muchas posibilidades y te puedes especializar siempre en otra cosa.
Completamente. Al final, lo que estudiamos y lo que terminamos haciendo profesionalmente no siempre tiene tanto que ver. Pues es lo que hemos hablado de las expectativas. Que yo estudié magisterio, ¿qué se espera de alguien que estudie magisterio en España? Pues que cuando termines la carrera te pongas a opositar y de aquí a equis años te saques una plaza y poco a poco te intentes acercar a la ciudad en la que has nacido y ya.
Y te jubiles.
Y te jubiles, eso es. Eso es. Un trabajo fijo para siempre y ya está. Y yo tomé otro camino.
Tú, el primer año de magisterio, ¿qué expectativas tenías respecto a la carrera? ¿Qué pensabas hacer en el último año?
Probablemente eso. Creo que era eso. No entré a Magisterio pensando que ese fuera a ser mi destino, de que iba a ser y todo eso. Pensé, bueno, yo sí tengo vocación, eso sí lo tenía claro. Y acabé dando clase de algo que no tenía nada que ver, a español a adultos. O sea, nada que ver con lo que había enseñado, que era inglés para niños.
Sí, sí, sí. Bueno, a ver, tiene algo de relación, pero es verdad que seguramente con lo que pensabas al principio de la carrera... Yo estudié Administración y Dirección de Empresas, Economía y lo hice un poco... O sea, me gustaba la economía y me gusta, pero no tenía una vocación muy grande por nada en ese momento y pensaba, bueno, pues trabajaré en un banco. O sea, la mayoría de gente con la que estudiaba el primer año, segundo año, nuestra expectativa o lo que veíamos que era la mejor salida era trabajar en un banco, ser bancario. Durante esos años de carrera, todos los bancos en España se fueron a la mierda. Llegó el rescate bancario de la economía. Bueno, un poco de desastre y poco a poco nuestras expectativas se fueron diluyendo y cambiaron. Al final hay que ser abierto de mente y yo creo que ha sido para mejor, porque creo que no me hubiese gustado trabajar en un banco para nada. Pero bueno, sí, son expectativas, esas esperanzas que tenemos o esas ideas del futuro. Y hablando de carrera profesional, el otro día te preguntaban en Instagram que si no hubieras sido profesor de español, ¿qué te hubiese gustado ser? Y dijiste que entrenador personal. Háblame un poco de esta faceta tuya del fitness y el entrenamiento y por qué te gusta tanto irte al gimnasio y machacarte.
Bueno, la verdad es que siempre he sido muy activo. Una cosa es entrenar en deportes de equipo, que es lo típico que hacemos los niños, cualquier joven pues hace eso. Y otra cosa es que los adultos terminamos casi todos en el gimnasio. Lo que pasa es que mi entrada al gimnasio pasó antes de lo esperado. Me lesioné mucho. Entonces me dijeron que se me acabaron los deportes de equipo y que tenía que entrenar solo pesas. Y dije vale, pues nada. Con 16 años empecé y me enganché porque claro, ahí me sobraba energía, mucho más que ahora. Y claro, yo tengo una genética lo suficientemente buena como para notar los cambios rápido y una ética de trabajo lo suficientemente dura como para tomarme en serio absolutamente todo lo que hago. Entonces, esa combinación fue muy buena. Bueno, yo no esperaba ponerme fuerte, entre comillas, pero todo el mundo me lo decía. "Miguel, fíjate, pero qué espalda y qué de todo". Y yo, pues oye, perfecto. Entonces, al superar esas expectativas, ya empecé a aprender más sobre entrenamiento, más sobre nutrición, que al final aprender es otra de las cosas que me gustan mucho. Y diez años después, aquí estoy con un amplio bagaje de conocimiento en esto.
¿y qué es lo que crees que te ha enseñado más? Levantar pesas en el gimnasio, que puede parecer algo muy trivial, muy superficial, pero yo creo que en el fondo sí que ayuda, ya sea en el gimnasio, un deporte de equipo o tocar el piano, todo este tipo de actividades que necesitan constancia, te ayudan a desarrollar esta capacidad de decir, bueno, los resultados llegan, pero hay que esperar, hay que ser constante. También puedes fallar de vez en cuando y luego retomarlo.
Exactamente. Yo creo que una de las enseñanzas, si se puede llamar así, de entrenar de forma consistente, es que más vale ir y hacer un poco que no ir. Y otra cosa que he experimentado todos estos años es que nunca jamás me he arrepentido de ir a entrenar. O sea, sí me he arrepentido de no haber ido, pero nunca, incluso los días que no tenía ganas, nunca me he arrepentido de ir.
Eso es el lema que aparece en mi gimnasio de arriba, está gigante. Nadie nunca se ha arrepentido de un entrenamiento.
Fíjate. Pues sí.
Es verdad, es verdad. Sin embargo, yo creo que quiero hablar de las expectativas que tenemos todos y la presión que tenemos todos por mejorar nuestro cuerpo, nuestra presencia. Sí que es cierto que vivimos, en mi opinión, una sociedad bastante superficial que nos empuja a estar insatisfechos con nuestros cuerpos. Si tienes pelo porque tienes demasiado pelo y te tienes que depilar. Si no tienes pelo, te tienes que ir a Turquía a hacerte un trasplante. Si estás gordo porque tienes que adelgazar. Si estás delgado porque tienes que ganar músculo. Y si eres viejo o vieja, porque tienes que rejuvenecer, porque es lo que se lleva. Entonces, sí que es verdad que dentro de esas expectativas, yo creo que está bien y puede ser incluso sano trabajar en tu aspecto físico, desde una forma superficial, te hablo incluso. Pero al final el deporte y el ejercicio físico es algo necesario, que es buenísimo para nuestra salud física y mental, y que muchas veces cuando alguien empieza a hacer deporte, o al menos es lo que yo he vivido en mi caso, yo he conseguido muchos resultados, sin embargo, esos resultados no son visibles de forma superficial, desde fuera. O sea, mi feed de Instagram está lleno de fotos de antes y después, sobre todo de chicos, que en seis meses han conseguido una transformación brutal de tener barriga, tener un six pack alucinante y yo digo ¡Guau!, digo yo llevo dos años entrenando con consistencia, con esfuerzo, comiendo bien, comiendo sano, disfrutando de la comida y sin embargo, si yo pusiera dos fotos mías de hace dos años, una foto de hace dos años y una de ahora, sí que hay diferencia, sobre todo en la báscula, porque peso diez kilos más que he ganado de músculo y un poco de grasa, imagino. Pero no hay... No parezco un Ken, no parezco un Action Man ni nada de esto. Sin embargo, pues eso, mi dolor de lumbares ha desaparecido. Hace dos años me levantaba que no podía andar por la mañana, de estar todo el día sentado, porque además tengo un poco de escoliosis, duermo mejor, mi ansiedad se ha reducido. O sea, tuve un montón de beneficios que quizás no esperaba y los he tenido. Y sin embargo, esa expectativa que tenía ¡Guau! Voy a empezar a entrenar duro, a mejorar mi alimentación, a aprender a comer bien, con una dieta vegana, con la suficiente proteína, que tanto preocupa a los no veganos. Y sin embargo, esa expectativa no se ha cumplido. Pues no tengo un buen cuerpo, pero tengo un cuerpo bueno, un cuerpo que funciona y que me siento cada vez más a gusto con él, que es un largo viaje. Y no sé si tú esto, como tú que eres mucho más experto en el fitness y en el mundo del gimnasio, si esto lo ves, que mucha gente se frustra porque no cumple con las expectativas o no tiene las expectativas que tenían, no se cumplen cuando llevan un año en el gimnasio y lo han dado todo.
Sí, todos los días. Eso es una cosa que sucede tanto en ese sentido como en el contrario. Gente que a lo mejor siente este efecto placebo, que lleva un entrenamiento o un mes entrenando y dice Ya me noto.... Pues a ver, yo no les quiero arruinar la ilusión y decirles "Técnicamente no hay variación en la hipertrofia hasta pasados al menos dos meses". O sea, al principio eres más fuerte porque tus conexiones neuronales, neurales más bien, tus conexiones nerviosas son más abundantes. O sea, tu cerebro aprende a reclutar los músculos que ya tienes. Cuando ya aprende eso es cuando necesita que el músculo sea más grande y más fuerte. Pero hasta entonces no hay cambios visibles. O sea, los primeros dos meses no hay cambios visibles.
Vale, vale, vale. Aunque podemos pensar que sí, ¿no? Placebo puro.
Pero hay gente que piensa que sí.
Placebo puro, totalmente. Entonces es como "Hostia, ya me voy notando". Mira esta vena. Esa vena ya la tenías. Es estupendo, ¿no? Pero, claro, sí, sí, sí. sucede en los dos sentidos. Hay gente que se frustra porque no llega a lo que esperaban. Spoiler, nadie llega a lo que esperaba. Ni los Mr. Olimpia se ven bien el día de antes de competir. O sea, nadie. Y los que pues van al otro lado, ¿no? Dicen, "buah, es que soy un toro".
También es esto, que no te puedes comparar con nadie. Una de las cosas que has dicho tú, la genética, que es que es un factor fundamental también
Gigante
O sea...Y aparte de otros muchos factores, edad, otras cuestiones físicas que cada persona pueda tener, entonces, lo mejor es no compararse y hacer deporte. Yo sí que lo recomiendo a todo el mundo de forma regular, porque sí que te ayuda. A lo mejor no estás más guapo, pero por dentro sí que te sientes muchísimo mejor, desde luego, cualquier tipo de deporte. Y al final somos animales y tenemos que movernos. Aunque sea como mi padre, que me manda todos los días la captura de pantalla de "hoy he hecho más de 10 000 pasos". Pues bueno, mejor que nada.
Totalmente, eso es superimportante.
Es todo en los pasos es casi una secta para mucha gente, lo de hacer 10 000 pasos todos los días mínimo.
Sí, sí, sí.
Pero bueno, está bien, está bien. Es moverse, es movimiento.
11 000 no sé cuántos dará... No sé cuánta gente dará 11 000, pero 10 000, muchísima gente. Sí, desde luego.
Miguel, nos movemos del deporte a otra práctica que requiere mucho esfuerzo, mucha práctica y años de dedicación, que es el aprendizaje de idiomas. O del español en concreto, que es a lo que nos dedicamos nosotros. ¿Cuáles son en tu experiencia las expectativas que tiene un principiante total? Alguien que solo habla su lengua nativa y dice "Buah, este año, empiezo el año aprendiendo español". ¿Cuáles son, crees, en tu experiencia, las expectativas que este tipo de perfil de estudiante tiene al empezar a aprender?
Pues yo creo que una persona que no hable otra lengua y que se disponga a aprender una segunda, como no tiene otra experiencia aprendiendo un idioma previamente, pues tiene la expectativa, normalmente, de que enseguida va a poder hablar, enseguida va a poder comunicarse, porque al final solo es traducir. Y eso no sucede en casi ningún caso. Hay gente que sí que es extraordinaria y lo puede hacer, pero en casi ningún caso sucede. Y esa, yo creo, es la expectativa más habitual en los principiantes. Pero es que expectativas tenemos todos. O sea, tenemos todos. En toda la etapa del aprendizaje de lenguas, no te imaginas cuánta gente me viene diciendo "Yo quiero hablar como un nativo".
¿A ti alguna vez te han venido algún estudiante? Porque a mí esto me ha pasado y digo, a ver, no soy un cirujano estético porque alguien me ha dicho alguna vez quiero hablar como este presentador de informativos. Digo, pero a ver, ¿qué quieres? Ese acento, esa dicción concreta, o sea, esa cadencia que te quiero decir, no puedes tratar de imitar a una persona. Es muy curioso.
Justamente, tratar de imitar a una persona es más sencillo en cuanto a nivel de pronunciación, que ya sabes que es mi nicho. Es más sencillo eso que el quiero hablar como un nativo. Nativo eres tú, soy yo, es Messi, es Rajoy... es eso.
Claro, es mucho más amplio, sobre todo con el español, claro.
Claro. Entonces, es como una expectativa irreal, porque tú les pides que te describan como habla un nativo y te dicen, "Pues no sé, como un español o como un colombiano o como un lo que sea". Entonces, es una expectativa que tampoco es cristalina. Por lo menos la expectativa de hablar como este presentador es clara.
Sí, está más concretada, claro.
Es una meta.
Sí, sí, sí, sí. Pero aún así, es una meta bastante irreal, claro. Y sobre todo porque no los estudiantes ya de intermedio o avanzados, porque saben el proceso y conocen que toma tiempo. Pero sobre todo si nunca has estudiado un idioma o si nunca has hecho ejercicio y quieres empezar, al final, como vivimos en un mundo donde se ofrecen soluciones con el, yo siempre digo, el pack completo: "fácil, rápido y divertido". Claro, cuando empiezas a hacer algo que nunca has hecho y tú piensas, porque así te lo ha vendido el marketing desde que el mundo es mundo, como algo fácil, rápido y divertido y te das cuenta de que no es fácil, de que no es rápido y de que no casi siempre, pero no muchas veces, es divertido y a veces lo tienes que hacer aunque no te apetezca, ya sea ir al gimnasio o ponerte a practicar un idioma, llega la frustración de decir esto no es tan fácil, esto no es tan rápido como yo pensaba. Y yo creo que también las expectativas que tiene mucha gente sobre cualquier proceso que toma tiempo, es ese que nos vende la idea de que muchas cosas se pueden conseguir de la noche a la mañana.
Totalmente. Eso es cierto, sobre todo en este mundo, en este campo nuestro de la enseñanza de idiomas en concreto del español. ¿Quién no tiene un programa especializado para ti, personalizado, divertido? O sea, son palabras que se ven constantemente. Es como de soy profe certificado con experiencia.
Nativo.
Nativo, nativo, muy importante.
Como si eso fuera signo de éxito seguro.
Exacto.
Y sobre todo diciendo eso, echando por tierra el trabajo de un montón de personas que no son nativas y a lo mejor están mucho más preparadas que tú para enseñar un idioma.
Exacto. Entonces, esto es una expectativa detrás de otra. O sea, quieres que tu profe sea nativo o tú piensas que el alumno quiere o el estudiante quiere que su profe sea nativo, pues tú le dices yo soy nativo, que tenga experiencia, yo tengo experiencia, a lo mejor no es eso lo que le interesa. Tenemos expectativas también con los clientes.
Claro, claro, claro, claro. Algo que sí que pasa de la noche a la mañana o que mucha gente piensa que pasa de la noche a la mañana es hacerse viral, ¿no? En cuestión de días. Y esto lo quería hablar contigo porque hay muchos profes y muchas profes online que crean contenido de forma regular. Vamos creciendo poco a poco. Sin embargo, tú en Instagram, que tienes una cuenta muy potente ahora con más de 100 000 seguidores, con una presencia grande en el mundo de la enseñanza del español como lengua extranjera, hiciste un vídeo que se hizo muy viral y te hizo ganar un montón de seguidores. Entonces, esto puede parecer que fue fruto de la suerte o de la casualidad y que fue un éxito de la noche a la mañana. Entonces, quiero que hablemos de las expectativas del éxito en redes sociales y de lo que realmente hay detrás para que eso pase y cómo se mantiene, ¿no?
Esto es una pregunta muy buena, porque por supuesto, ya sabes que he estado subiendo contenido prácticamente a diario cada dos días como mucho desde febrero del año pasado. O sea, llevo casi 300 vídeos en poco más de un año. O sea, soy muy, muy productivo. Pero, ¿qué pasa? Que cuando subí el vídeo aquel que me hizo ultraviral, que por cierto, más de tres millones y medio de personas han visto, o sea que se dice pronto tres millones y medio.
Es muchísimo.
Sí. Cuando lo subí, yo pensaba que iba a tener bastantes visualizaciones, pero no tantas, lógicamente. Y luego he intentado replicar lo mismo que hice en ese vídeo en otros. O sea, mismo tipo de misma estructura, mismo todo. Y no ha salido. No he vuelto a tener otro vídeo con tres millones de visitas. Entonces, es muy caprichoso. La viralidad es caprichosa.
Claro, pero es eso, alguien puede pensar, bueno, pues mira, a este tío se le ha hecho viral ese vídeo y eso le ha permitido ganar 100 000 seguidores. Pero claro, para que ese vídeo se te haga viral, primero has tenido que practicar con muchos otros vídeos que no se te han hecho virales. Y esa es la cosa, que realmente no es el éxito de la noche a la mañana, sino que llega después de un bagaje y de picar mucha piedra.
Totalmente.
Hasta que encuentras la pepita de oro.
Sí, llevaba ya más de 200 vídeos cuando subí ese. Y de hecho, una cosa es que tu video se haga viral y otra cosa es que la gente te siga. Son muy diferentes. Hay mucha gente que tiene vídeos con, yo no sé, siete millones de visualizaciones y ves que tienen 5000 seguidores. Vale, ¿cómo puede ser esto posible? Pues porque ese vídeo no tiene nada que ver con el resto de tu perfil.
Claro.
El vídeo que yo subí sí tenía que ver con el resto de mi perfil.
Claro, claro.
Simplemente, en ese tuve éxito, pero la gente no me siguió por ese. Me siguió porque se metieron en mi perfil, vieron que potencialmente podía haber más de eso y me siguieron.
Claro.
Eso es muy importante.
Sí, sí, sí, sí, absolutamente. ¿Y cómo llevas el tema de...? Porque tú eres un profe que se moja y que a veces hablas de temas relacionados con la enseñanza del español que pueden ser un poco controvertidos. Y desde mi punto de vista, Instagram o TikTok, imagino que es lo mismo. Yo ninguna de las dos redes las trabajo de forma diaria. De hecho, no las tengo ni en mi móvil. Me las pongo una vez a la semana, las instalo y comparto lo que quiero compartir.
¡Qué listo eres, tío!
Porque para mí el podcast es un espacio muy seguro. Ayer leía que ojalá en Instagram la gente tuviese que pagar por enviar un mensaje, igual que hacíamos antes con los mensajes de teléfono móvil, porque así pensarían lo que escriben. ¿Cómo llevas tú? Porque yo te juro que el 99,9 percent de los mensajes que recibo son superpositivos, pero cuando he recibido alguno negativo, joder, pues te afecta un poco. ¿Cómo llevas tú cuando subes un vídeo? Lo ven 100 000, 200 000, 300 000 personas y de repente tienes, no sé, un montón de parte de los comentarios que son bastante destructivos, diría yo, porque ni siquiera es como aportar información o decir, Pues mirad, yo tengo otro punto de vista. No, es un poco de insultar, ser destructivo, no aportar nada interesante. ¿Cómo gestionas eso?
Lo llevo muy bien, la verdad, porque siempre he tenido una personalidad muy estable emocionalmente. Entonces, yo creo que a ti también te sucede, con lo que dices de los mensajes positivos y tal, tu autoestima ese día no sube porque hayas tenido diez mensajes de personas que te han dicho que eres increíble, que tu pódcast, a ver, profesionalmente sí sube tu autoestima, pero personalmente no, porque separamos una cosa y otra.
Lo valoras y lo agradeces, sobre todo te sientes agradecido. Pero si alguien te dice "Eres el mejor profe del mundo", no piensas que eres el mejor profe del mundo, porque serías...
Exactamente....
Gilipollas.
Exactamente. Esa persona tampoco lo piensa. O a lo mejor sí, pero tampoco tiene los medios para decir que sí, porque conoce a todos los profes. Claro. Entonces, de la misma forma que las críticas negativas, las críticas o los insultos no me afectan personalmente porque esa gente no me conoce, no puede ser personal porque no saben quién soy, lo mismo pasa con los halagos. Entonces, hay que mantenerse... hay que ser un samurai, un puto samurai y decir, "A ver, yo he venido aquí a hablar de mi libro". Yo no he venido aquí ni a hacer amigos, ni a inflar el ego, ni a discutir con gente. Hay que saber utilizar esto para llegar al punto que querías. Que en mi caso es que la gente se suscriba a mi newsletter y yo ahí poder venderles lo que les interesa aprender de mí. Al final, creo que todo el mundo puede entender qué espera de mí en cuanto a lo que yo ofrezco profesionalmente. Clases avanzadas y asesorías de pronunciación. Dos cosas. Si no entras en ninguna de estas dos cosas, pues no tenemos nada que hablar por Instagram. Por otro lado, igual sí, pero por Instagram no. Y a tu pregunta de cómo manejo esto, todo el odio por Internet lo manejo como interacción en los post. Jamás me han escrito un mensaje negativo. Son todo comentarios públicos, porque la gente, los trols, los haters, quieren que se vea que quieren desautorizarte en público. Y todas las interacciones en público son, digamos, el motor de Instagram, el motor de las redes. Entonces, ayer una persona, un mexicano, me respondió a un vídeo de México: "A nadie le gusta un español hablando de México". Mira, ese vídeo tiene 200 000 visualizaciones. Ni un mexicano se ha quejado de que yo hable de México.
Ya.
Pues yo le respondí, pues yo no quiero subnormales en mis comentarios y aquí te tengo. Pero claro, se lo respondí para que volviera. Es otro comentario más y otro más. Y a base de hacer eso, tengo gente que me ha comentado más de 40 veces en un vídeo, en el mismo vídeo.
O sea, que le das la vuelta a la tortilla y haces que los haters funcionen para ti y para darte visibilidad.
Totalmente. Así es cómo funciona. Entonces, para mí es una estrategia, bueno, para mí y para cualquiera, para cualquiera, que esto se puede hacer.
Claro, sí. Si eres capaz de lidiar con ese tipo de gente de comentarios, sí, pero yo creo que no todo el mundo está hecho de esa pasta, porque creo que hay personas que nos puede, me incluyo, desestabilizar un poco. Pero bueno, está bien y al final es, por eso, llevarlo a tu favor y decir, "Mira, le doy la vuelta a la tortilla y al final esto que me estás diciendo me va a ayudar más a mí que a ti".
Claro. Sí, sí, es visibilidad, al final, es una competición de a ver quién, a ver quién mantiene más la atención en sus publicaciones. Y los haters se las comen, pero vamos todas, todas.
Bueno, pues visibilidad, Miguel, ¿dónde pueden encontrarte las personas que quieran saber un poco más de ti y de tu contenido?
Pues sobre todo en Instagram, profedeespanol_ pero sí, profedeespanol_. Mi página web, profedeespanol.com, pero ahí lo único interesante es mi newsletter. Ahí, ahí es donde tiene que ir la gente, que es donde más se me puede conocer y sobre todo donde les puedo vender.
Muy bien, pues pondré el link a tu web en la descripción del episodio para que sea más fácil encontrarte. Y muchas gracias por esta charla. Te voy a dejar que yo ya he comido porque he comido a las 11 de la mañana, pero tú no has comido todavía y son casi las dos en España. Muchas gracias, Miguel. Un placer hablar contigo. Ha sido un placer. Cuando quieras, aquí estoy. Perfecto. Hasta la próxima. Un abrazo. Chao. Cortarse, tensar la cuerda, picar mucha piedra, darse la vuelta la tortilla, y otras expresiones más. ¿Las conocías, estudiante? Ya sabes que puedes usar las flashcards disponibles en la web para estudiar todas esas expresiones y palabras que quizás no conocías y hacerlo en contexto y con una imagen de refuerzo. Espero que hayas disfrutado del episodio, yo me despido ahora de ti hasta el próximo. ¡Te mando un abrazo grande! Chao, chao.