¿Cómo los TALIBANES han dominado AFGANISTÁN? - VisualPolitik
El día 7 de octubre del 2001, los Estados Unidos dirigidos por el entonces presidente
George W. Bush, y con el apoyo de las tropas británicas comenzaron la invasión de Afganistán.
Fue la consecuencia directa de los atentados contra las torres gemelas del 11 de septiembre.
En pocas semanas los talibanes fueron expulsados del poder, su líder el Mullah Omar tuvo que
refugiarse en las montañas y la organización dirigida por Bin Laden, Al Qaeda sufrió un
durísimo golpe.
Sin embargo, casi 20 años después, tras más de 7.000 bajas de soldados y contratistas
de Estados Unidos y del resto de países de la OTAN;
Tras más de 70.000 bajas sufridas por el ejército y la policía afgana; y tras un
gasto de más de 2 billones de dólares, la guerra llegó a su fin.
Claro que nadie hubiera imaginado el desenlace de la Guerra más larga en la historia de
los Estados Unidos de América.
Tras un esfuerzo titánico los talibanes volvían a ocupar el poder y los norteamericanos se
enfrentaron a una dolorosa retirada caracterizada por el caos, las prisas e incluso los atentados
yihadistas del ISIS.
[Menudos 20 años tirados por la borda]
Queridos amigos, amigas, en un pasado vídeo, aquí en VisualPolitik, vimos las claves que
explicaron la rápida caída de la República de Afganistán ante las fuerzas talibanes.
Sin embargo, dejamos muchas preguntas pendientes.
Por ejemplo, ¿Cómo demonios lograron los talibanes resistir el envite de la gran potencia
norteamericana?¿Qué lazos tienen con el terrorismo internacional? Y quizás la pregunta
más importante de todas: ¿A qué futuro se enfrenta ahora Afganistán? ¿Cómo será
el gobierno talibán?
Pues bien, en este nuevo vídeo de la trilogía sobre Afganistán vamos a responder a todas
estas preguntas. Aunque los que nos apoyáis en Patreon ya habéis recibido algunas notas
clave en nuestro boletín especial. Muchas gracias por cierto por todo vuestro apoyo.
Ahora lo primero, lo primero de todo es saber quienes son exactamente los talibanes.
Atentos.
(POLÍTICA EN EL INTEGRISMO RELIGIOSO)
Los Talibanes tienen su origen a principios de los años 90. Tras la retirada de las tropas
soviéticas de Afganistán en 1989, los señores de la guerra que habían sido apoyados por
Estados Unidos se hicieron de facto con el poder.
(El resultado fue un cúmulo de luchas internas, corrupción masiva y caudillismo. El país
incluso cayó en una guerra civil por el control del poder. Esa fue la ventana de oportunidad
para los talibanes:
Un grupo de fanáticos religiosos, encabezado por el Mulá Omar que prometía acabar con
la anarquía e imponer los valores islámicos. En 1996 lograron su objetivo: entrar en Kabul
y hacerse con el control del país.)
Tras su llegada a Kabul proclamaron un Emirato Islámico e impusieron en Afganistán una
de las dictaduras religiosas más estrictas y demenciales de toda la historia. Los castigos
eran inhumanos, las minorías fueron masacradas y las mujeres dejaron en la práctica de ser
consideradas seres humanos.
Terrible.
Por supuesto, como todos sabéis, también dieron cobijo a grupos terroristas como Al
Qaeda, motivo por el cual Estados Unidos invadió el país en 2001 como respuesta al atentado
contra las torres gemelas.
Los talibanes son un grupo radical religioso-militar. Una organización dirigida por fanáticos
que no han dudado en utilizar cualquier arma a su alcance, incluyendo crueles atentados.
(Con todo, en 2014 hubo un cierto cambio. El por aquel entonces líder talibán, el
Mulla Mansour defendió que el grupo tenía que asumir también una estrategia política
y ganar apoyo popular no por el miedo sino por la gestión y el control de la corrupción.
A partir de ese momento, los talibanes abrieron una oficina en Doha para facilitar las negociaciones
internacionales, comenzaron a preocuparse por la gestión de los servicios públicos
y a perseguir a funcionarios corruptos.
Por ejemplo, se encargan de que los médicos que cobraban del gobierno afgano fueran a
trabajar al hospital público en vez de cobrar e ir a trabajar exclusivamente a clínicas
privadas.)
También incluyeron a tayikos y uzbekos en el consejo de dirección de los talibanes,
para ampliar su influencia más allá de las áreas pastunes.
Todo era una estrategia que les permitió ganar mucho apoyo popular. Y tal y como hemos
visto la estrategia fue todo un éxito.
[Claro, que un momento. No nos equivoquemos. Una cosa es la estrategia y otra la realidad.
Cuando en 2016 Mansour cayó tras un ataque con drones de Estados Unidos, el grupo nombró
líder supremo a este tipo, el Mulá Haibatulá Ajundzada. Un tipo tan radical que no solo
defiende inmolarse sino que alentó a su propio hijo a convertirse en “mártir”. Se inmoló
a los 23 años.]
Pero, ahora que les conocemos mejor, hay preguntas que tenemos que responder. Por ejemplo, tras
20 años de guerra: ¿Cómo sobrevivieron? Lo que básicamente equivale a preguntarse,
¿Cómo demonios han financiado los talibanes toda su actividad? Pues atentos, porque me
parece que la respuesta a esta pregunta no os va a dejar indiferentes.
(LA COLOMBIA DEL OPIO)
Amigos, puede que a primera vista no nos dé esa impresión, pero lo cierto es que durante
los últimos años los talibanes se convirtieron quizás en el grupo insurgente mejor financiado
de todo el mundo.
Para que os hagáis una idea, según estimaciones de Naciones Unidas antes de hacerse con el
poder los talibanes contaban con unos ingresos que oscilaban entre los 300 y los 1.600 millones
de dólares anuales. Y no se trata sólo de Naciones Unidos, la mayoría de las fuentes
apuntan a ingresos que cada año superaban la barrera de los 1.000 millones de dólares.
[Nada de aficionados. Hablamos de una auténtica fuerza de combate. Una organización bien
financiada, entrenada y estructurada.]
Ahora bien, la pregunta, la gran pregunta que todos podemos hacernos es, ¿De dónde
demonios sacaban el dinero los talibanes?
Pues esencialmente de todo un enorme catálogo de actividades delictivas como por ejemplo
los narcóticos, la extorsión y la minería ilegal. Y luego junto a ello las donaciones
procedentes de países como Pakistán, Arabia Saudita y Qatar.
Aunque de todas, los narcóticos se llevaban la palma. Y es que, Afganistán es al opio
lo que Colombia es a los polvos blancos.
(Según la Oficina contra las Drogas y los delitos de las Naciones Unidas, en Afganistán
se produce casi el 90% del opio mundial, la sustancia clave para la producción de heroína.
Afganistán se ha convertido así en uno de los narcoestados más importantes del planeta,
todo un centro neurálgico que abastece a buena parte de los mercados de estupefacientes
del mundo.
Y no solo eso, durante los últimos años la industria ha comenzado a diversificarse.
Además del Opio han comenzado a utilizar la efedra, una planta que crece por todo el
país para fabricar efedrina y metanfetamina, dos compuestos mucho más lucrativos del opio
y que oficiales antinarcóticos del extinto gobierno afgano calificaron como “una catástrofe
venidera para el mundo”.) Pues bien, el caso es que de toda esta lucrativa
industria ilegal los talibanes reciben su parte. Se calcula que al menos el 10% de los
ingresos totales. Precisamente por eso no resulta extraño que las tres principales
provincias productoras de Opio, Helmand, Kandahar y Uruzgan sean bastiones talibanes.
Y, ojo, porque no hablamos precisamente de poco dinero. Las exportaciones de opio, derivados
y metanfetaminas constituyen la mayor exportación y la mayor actividad productiva del país.
De hecho, las exportaciones relacionadas con los narcóticos de Afganistán superan con
mucho al resto de exportaciones combinadas.
Hablamos de cifras que superarían con creces los 3.000 millones de dólares anuales según
las estimaciones existentes. De esta forma el imperio talibán habría estado recibiendo
entre 300 y 500 millones cada año. ("El cultivo de opio y la producción de heroína
es más peligrosa que la invasión y el ataque de los soviéticos a nuestro país. Es más
peligroso que los combates entre facciones en Afganistán. Es más peligroso que el terrorismo".
Hamid Karzai, ex-presidente de Afganistán)
[Apunte; Lo que resulta quizás más paradójico, es que a pesar de ser una fuente de financiación
de los talibanes, la superficie dedicada a las plantaciones amapolas, de dónde se extrae
el opio, no ha dejado de crecer. Y eso que los norteamericanos se gastaron más de 9.000
millones para intentar atajar el problema.
9.000 millones que no han servido absolutamente para nada, porque desde la invasión de Estados
Unidos, cuándo por cierto, los propios talibanes habían prohibido su cultivo, el tamaño de
las plantaciones se ha multiplicado ni más ni menos que por 40.]
Pero, amigos, los narcóticos no fueron ni mucho menos la única fuente de financiación
de los talibanes.
(La minería ha sido otra importante fuente de financiación. Según informaciones recabadas
por la ONU, en 2020 los talibanes pudieron ingresar unos 400 millones de dólares por
tasas a minas ilegales. Un importe que coincide con muchas estimaciones independientes y que
supera con creces lo que el propio gobierno afgano recaudaba de este sector.
De hecho, los talibanes tuvieron como prioridad asegurarse el control lo antes posible de
las regiones más ricas en minerales para asegurarse así esta importante fuente de
financiación. Desde las minas de lapislázuli en el norte de Badakhshan, a las explotaciones
de oro, plomo y zinc en Helmand o de talco y mármol en el sur de Nangarhar. Los talibanes
emitían licencias mineras, controlaban el transporte e incluso organizaban la mano de
obra.) Y junto a los narcóticos y la minería, los peajes en carreteras y pasos fronterizos
fueron otra importantísima fuente de recursos.
Y así, así es cómo los talibanes construyeron un imperio delictivo que les brindó los recursos
suficientes para financiar su ejército de entre 70.000 y 100.000 hombres, comprar suministros,
armas y funcionarios afganos. Y así finalmente ganar la guerra.
Pero ahora que ya sabemos como sobrevivieron y dado que están de vuelta en el poder, la
pregunta, la pregunta clave que todos podemos hacernos es: ¿qué lazos tienen exactamente
con el terrorismo internacional?
Atentos.
Por cierto, un momento antes de seguir. ¿Te has preguntado cómo está siendo la recuperación
económica tras la pandemia del Sars-Coronavirus-2? ¿Cómo marcha la economía mundial? ¿Hay
motivos para alegrarse o para preocuparse?
Si quieres conocer las respuestas a estas preguntas no te pierdas el último vídeo
de si lo hubiera sabido, el nuevo canal de mutuactivos sobre actualidad financiera con
el que participamos. Os dejo todos los links en la descripción.
(DE FACCIÓN EN FACCIÓN)
Los Estados Unidos y la OTAN invadieron Afganistán hace casi 20 años por el cobijo que los talibanes
le daban a la organización terrorista Al Qaeda.
Y con los talibanes de nuevo en el poder, no sé, podríamos llegar a pensar que se
ha vuelto al punto de partida.
("Todos los partidarios de Al Qaeda están celebrando los acontecimientos. Es una victoria
sobre Estados Unidos, que es lo que esperan lograr [...] Muchos grupos aprovecharán esta
victoria en términos propagandísticos: si los talibanes pueden hacerlo, vosotros podéis
hacerlo". Peter Neumann, profesor de estudios de seguridad en el King's College de Londres.)
Sin embargo, en el acuerdo con los talibanes alcanzado por la Administración Trump y luego
asumido por la Administración se deja claro que a cambio de toda la jugada que hemos visto
con la caída de Afganistán, los talibanes se comprometen a impedir que grupos terroristas
utilizan Afganistán como centro de operaciones y refugio.
La pregunta es, ¿Se puede confiar en los talibanes?
Pues, queridos amigos, amigas, aquí hay opiniones para todos los gustos. Hay analistas que piensan
que los talibanes aprendieron la lección y no estarán dispuestos a jugarse el poder
por organizaciones como Al Qaeda o Al-Qaida en el Subcontinente Indio. Otros en cambio
dan por hecho que este grupo y otros similares se revitalizarán porque simple y llanamente
los talibanes no los van a perseguir.
Y, ¿Sabéis qué? El propio Secretario de Defensa de Estados Unidos Lloyd Austin declaró
en el senado que el riesgo de que esto ocurra es relevante.
(De momento, un
informe para el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del pasado mes de mayo de 2021, apuntaba
a que Al Qaeda está presente en al menos 15 provincias afganas y que sigue manteniendo
un estrecho contacto con los talibanes, aunque han asumido un perfil bajo para no torpedear
el acuerdo de Doha.
Según este mismo informe la afinidad religiosa, las relaciones familiares por matrimonios
entre ambos grupos y los años de lucha en común hacen que los lazos entre talibanes
y Al Qaeda sigan siendo fuertes.)
Con todo, puede que Al Qaeda sea la menor de las preocupaciones. La organización está
muy debilitada, según un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos se centra prácticamente
en sobrevivir y su líder al Zawahiri parece estar enfermo.
Hoy por hoy la mayor amenaza para la comunidad internacional parece proceder del conocido
como ISIS-K, el Estado Islámico del Khorasan, la facción del ISIS que sin ir más lejos
fue responsable del espantoso atentado terrorista en el Aeropuerto de Kabul.
(Carnicería en el aeropuerto de Kabul: 13 soldados estadounidenses entre más de 100
muertos. News.com.au)
La cuestión es que en principio el ISIS-K es un grupo rival de los talibanes. De hecho,
cuándo estos llegaron a Kabul, al tomar el control de la prisión fijaos lo que hicieron:
(Los talibanes ejecutan al ex jefe de IS-K un año después de que el gobierno afgano
lo encarcelara. The Week)
El ISIS-K llegó al país en 2015 y ganó devotos entre talibanes descontentos. Digamos
que se presenta como una alternativa más integrista que los talibanes. Y desde luego
tratan de alcanzar el mayor nivel de violencia posible: atentados en colegios, hospitales
y todo tipo de barbaridades extremas. De hecho, tanto los Estados Unidos como el resto de
la comunidad internacional, incluyendo a Rusia y China los ven como un peligro, el auténtico
peligro de Afganistán.
Pues bien, el caso es que son un grupo rival para los talibanes, motivo por el cual están
prácticamente en guerra y se han enfrentado en numerosas ocasiones.
Ahora bien, ¿realmente están tan alejadas?
(“Los talibanes están mucho más cerca del Estado Islámico de lo que afirman”
Sajjan M. Gohel, director de seguridad internacional de la Fundación Asia-Pacífico en Foreign
Policy) Ojo, porque no es una opinión aislada.
Y es que justo aquí es cuándo llegamos a la Red Haqqani.
La Red Haqqani es la rama más radical, violenta y militarmente mejor preparada de los talibanes.
Algo así como la Guardía Pretoriana del nuevo Emirato Islámico.
("No creo que nadie en Occidente entienda completamente el alcance de la red Haqqani.
Es el grupo militante no estatal más impresionante que he visto, con la excepción de ISIS en
los dos primeros años del califato". Michael K. Nagata, Teniente General retirado del ejército
de los EE. UU y ex-director de estrategia del Centro Nacional contra el Terrorismo.)
Pues bien, esta Red Haqqani a diferencia de los talibanes si es considerada por Estados
Unidos como un grupo terrorista.
Y no es para menos, esta organización entre otras muchas acciones ha sido responsable
de atentados terribles que le han costado la vida a cientos y cientos de soldados estadounidenses,
de países aliados y del ejército afgano.
Pues bien, existen indicios de que esta Red Haqqani sí que ha colaborado y colabora con
ISIS-K, a quien proporcionaría asistencia técnica a cambio de perseguir objetivos conjuntos.
Y, ojo, porque para muchos el propio atentado del aeropuerto de Kabul benefició indirectamente
a los talibanes y a la Red Haqqani.
Y sí, la Red Haqqani es la organización que se encarga de la seguridad de Kabul y
que tenía rodeado el aeropuerto.
Así están las cosas. La esperanza de Estados Unidos para evitar que Afganistán se convierta
en una debacle absoluta y total es que los talibanes cumplan su palabra. Al fin y al
cabo son ellos los que están en el poder.
Por cierto, ¿Cómo creéis que será el nuevo estado talibán? ¿Qué podemos esperar?
Atentos.
(¿UN NUEVO ESTADO TALIBÁN?)
Vale, los talibanes han ganado. Han conseguido una victoria aplastante y casi 20 años después
de la invasión norteamericana vuelven a ocupar el poder.
Pero… Hasta aquí sus días de celebración. Porque lo cierto es que ahora se enfrentan
a un escenario difícil.
Es verdad que parece que llegan con más popularidad que la que tenían cuándo les echaron, en
parte por la exagerada corrupción del gobierno y las instituciones de la República de Afganistán,
pero aún así lo van a tener difícil.
Los talibanes se enfrentan ahora a un escenario de crisis económica, lucha entre facciones
y posibles focos de resistencia.
Pensad que el gobierno afgano era terriblemente dependiente de la ayuda internacional. Más
del 75% del gasto público procedía de donaciones de otros países que ahora se han suspendido.
(Además, la fuga de cerebros huyendo de los talibanes y muchas de sus medidas draconianas
- como alejar a la mujer del mercado laboral - prometen generar muchos problemas. Además,
también han prometido una guerra contra el opio, del que se han financiado hasta ahora.
El problema es que eso no solo le arrebatará muchos recursos a dirigentes talibanes locales
sino que también puede alimentar focos de violencia entre los traficantes y cientos
y cientos de miles de afganos que básicamente viven de eso. Y todo eso es un cocktail perfecto
para el conflicto.)
En principio se espera que los talibanes sitúen en la cúspide un consejo de 12 hombres para
gobernar Afganistán, por debajo de este órgano un gobierno más tecnócrata y luego una especie
de Guardia Revolucionaria formada por la Red Haqqani. Es decir, que el sistema podría
asemejarse al establecido en Irán.
En cualquier caso no podemos olvidar que hablamos de un grupo radical e integrista. Muchos medios
han especulado con que esta vez serán más moderados, pero sea como sea lo que podemos
esperar no es otra cosa que un gobierno muy radical.
En Afganistán se aplicará una interpretación muy estricta de la Sharia, las mujeres serán
expulsadas de facto de la vida pública y muchas perderán su posición en cuanto a
derechos civiles o situación profesional.
En muchas provincias las restricciones respecto al trabajo, la presencia pública, la educación
o incluso el acceso a la sanidad ya se están restableciendo.
(Se prohíben en Kandahar las transmisiones por radio y televisión de música y voces
femeninas. Pajhwok, afghan news)
Que los talibanes gobiernen Afganistán puede ser el mal menor para Estados Unidos, pero
no deja de ser una tragedia. Más aún si tenemos en cuenta que ha roto la tendencia
de los países musulmanes a moderarse y rechazar los movimientos integristas.
Y eso, si es que cumplen su palabra respecto a las organizaciones terroristas.
De momento su palabra sobre la amnistía general y la no persecución de sus enemigos tiene
más agujeros que un queso gruyer. Ya se han conocido numerosos casos de asesinatos, torturas
y persecución contra sus adversarios.
Terrible.
Pero… Llegados hasta aquí turno para ti:
¿Crees que los talibanes cumpliran su palabra y perseguirán el terrorismo en Afganistán?¿Crees
que serán menos radicales? ¿Qué posición tiene que tomar la comunidad internacional?
Déjanos tu respuesta en los comentarios y si este vídeo te ha resultado interesante
dale a like. Estamos preparando ya la tercera entrega de esta trilogía dónde hablaremos
de China, Rusia y el potencial del país.
Nos vemos en VisualPolitik.