¿California era una isla? - Con El Mapa de Sebas
No uno, ni diez: ¡miles de mapas lo demuestran!
En el Siglo Diecisiete, toda esta porción de tierra que va desde Cabo San Lucas hasta
más allá de San Francisco ¡aparece separada del continente!
Lo más raro es que hay mapas más antiguos que la muestran ¡pegada!
¿Qué pasó aquí?
¿Un cataclismo geológico?
¿O el mayor error cartográfico de la historia?
Descifremos el misterio…
¿California era una isla?
Hoy está con nosotros Sebas, del canal “El Mapa de Sebas”, donde narra las historias
y conflictos de todos los países, imperios y reinos de todos los tiempos.
Seguro que te encantará: te dejamos el link en la descripción.
Desde hace por lo menos 19 mil años ha habido habitantes en estas tierras y seguramente
ni los Miwok, los Modoc, los Cucapá ni los Cochimíes creyeron que este lugar era una
isla.
En este video hablaremos de cómo nuestros amigos europeos fueron víctimas de la más
curiosa confusión.
Si vemos los mapas europeos de América de 1620 a aproximadamente 1700, veremos que,
en casi todos, la península de Baja California y buena parte de la costa oeste de lo que
hoy es Estados Unidos aparece como una isla, pero en los mapas de solo unos años antes
¡no!
Claramente se ve la península muy unida al continente.
Todo empezó con una ficción: ¿Te acuerdas que Don Quijote se volvió loco por leer libros
de caballería?
Pues uno de estos libros, sin querer, volvió loco a todo el mundo.
Se llamaba Las sergas de Espladián, escrito por Garci Rodríguez de Montalvo, que cuenta
las aventuras del hijo de Amadís de Gaula.
Ahí habla de una isla mítica que estaba “a mano derecha de las indias”, en la
que había sólo hermosas mujeres de piel oscura y estaban gobernadas por la reina Calafia:
casi como un paraíso terrenal, en la isla abundaba el oro y otras riquezas.
En esa época se pensaba que el mundo era más pequeño y “a la derecha de las indias”,
o sea, al este de Asia, bien podía significar frente a la costa Oeste de América.
Aunque ahora sabemos que hay un océano gigantesco entre los dos continentes, en ese entonces
no estaba tan claro.
Mira este mapa donde dibujan a Cipango –es decir, a Japón–, como una isla cerca de
México.
¡Pero no divaguemos!
El caso es que el famoso e indócil conquistador Hernán Cortés seguramente estaba al tanto
de la leyenda de la isla de la Reina Calafia, la mítica California.
Después de aniquilar la Gran Tenochtitlan, Cortés llega a la costa oeste, sin permiso
y con ganas de conquistar más y manda una expedición a explorar más allá…
a ver si de casualidad se topa con la fabulosa isla ¡Y qué tal!
¡Que sí!
Llega a lo que hoy conocemos como Baja California.
Estaba tan ansioso de quedar bien y justificar el dinero que se gastaba en las misiones que
escribió una carta al Rey…
pues un poco mentirosilla: cuenta que encontró la legendaria isla de California, rica en
perlas y oro.
Y, si esto es cierto, capaz que otra leyenda también es cierta: la del Estrecho de Anián:
un paso marítimo por el norte del continente que les permitiría sustraer las riquezas
de la costa occidental por mar, sin tener que atravesar el continente por tierra.
Para esto, los ingleses no se habían quedado quietos: el famoso corsario Sir Francis Drake
también había llegado a la costa occidental de América, a Cabo Mendocino y Oregon, y
ya empezaba a reclamar tierras para el Imperio Británico.
Esto alertó a los españoles: era necesario explorar esos rumbos y reclamarlos para el
Imperio Español, no fuera que Drake les comiera el pastel.
Así que envían una nueva misión para cartografiar California.
La encabezó Sebastián Vizcaíno y en ella iba Fray Antonio de la Ascención, quien además
de religioso era cosmógrafo.
La expedición se internó en lo que ahora sabemos que es el Golfo de California (también
llamado Mar de Cortés), pero regresó y exploró la costa occidental de la península.
Hicieron un mapa bastante preciso, aunque solo de este lado de la península, y escribieron
informes donde se hablaba de que había muchos peces comestibles, que había muchos indígenas
para evangelizar y que además les habían regalado perlas.
Fray Antonio, con más entusiasmo que veracidad, e ignorando las exploraciones anteriores,
escribe que ese mar comunica con el estrecho de Anián y, por lo tanto California es una
isla.
¡Y hasta dibuja un mapa sin haber explorado esa parte!
El Rey Felipe IV no le cree: la isla no ha sido circunnavegada.
Aún así, Fray Antonio sigue mandando mapas a España pidiendo que se cambien los mapas
del mundo.
Esto no tiene gran efecto… pero un inesperado día ¡Atacan los piratas!
Sucede que estos piratas holandeses abordan un barco español y, además de llevarse oro
y joyas, se encuentran uno de los mapas de Fray Antonio de la Ascensión.
Pensando que se habían encontrado un secreto celosamente guardado, se llevan el mapa hasta
Amsterdam.
Los cartógrafos de esa ciudad toman el mapa y lo dan por cierto.
Se considera que Michiel Colijn fue el primero en copiarlo en 1622.
Ese mismo año, basándose en el mapa de Colijn, el matemático británico Henry Briggs publica
un artículo acompañado por un mapa.
Al ser una autoridad en el tema, el mapa de Briggs es copiado por cartógrafos ingleses,
franceses, alemanes y hasta japoneses: de pronto todo el mundo está convencido de que
California es una isla ¡Y este malentendido duró unos doscientos años!
Pero en 1705 el sacerdote jesuita Eusebio Kino, gran explorador y astrónomo, conocido
por estas tierras como el Padre Kino (sí: por eso hay un vino con su nombre) dirigió
una expedición que, entre otras cosas, alcanzó por tierra california desde Sonora, demostrando
de una vez por todas que California no era una isla.
Por fin, en 1747, el Rey Fernando VI decretó que California no era una isla.
Pero la idea era tan persistente que les tomó a los cartógrafos del mundo casi cien años
más para abandonar la idea.
Y esa es la historia de cómo la ficción y las ilusiones cambiaron los mapas del mundo
por un par de siglos.
Pero ¿será posible que esta parte del continente, en la vida real, algún día de verdad se
separe del continente?
Después de todo sabemos que existe la Falla de San Andrés: esa tremenda fractura en la
corteza terrestre que marca la distinción entre dos placas tectónicas: la norteamericana
y la del pacífico.
Con cierta frecuencia los terremotos se manifiestan en esta zona ¿Un día California será una
Isla?
La verdad es que no, porque las placas no se están moviendo alejándose una de la otra,
sino más bien de manera paralela: la del Pacífico hacia el Norte y la Norteamericana
hacia el Sur…
así que, aunque California nunca llegue a ser una isla, sí podría ser que dentro de
algunos millones de años las ciudades de Portland y Tijuana, si siguieran existiendo,
sean vecinas muy muy cercanas.
¡Curiosamente!
¿Te imaginas que California ha querido independizarse y ser su propio país, aún en la actualidad?
Este video de El Mapa de Sebas te lo explica este hecho y muchos datos más sobre esta
fascinante región.
En ese canal encontrarás videos súper interesantes de historia y de cómo se han transformado
los países del mundo ¡Visítalo!
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