Los LÍMITES de la PRODUCCIÓN militar RUSA - VisualPolitik - YouTube (2)
Podemos estar hablando fácilmente de unos 95.000 millones de dólares, y esto sería
una desviación respecto al presupuesto proyectado para 2022 de más del 40 por ciento.
Queridos amigos, la guerra no ha sido tan corta como esperaban, y por tanto tampoco
tan “barata”.
Ahora bien, ¿en qué parte entran en juego las sanciones en esta historia?
Pues, básicamente, las sanciones económicas como el fin de la importación de gas o el
tope de precio al petróleo ruso, entre otras, están empezando a impactar considerablemente
en las cuentas públicas de Rusia.
Por ejemplo, según los datos, ojo, del propio gobierno ruso, el déficit federal en los
dos primeros meses del año asciende a 2,6 billones de rublos - unos 34.100 millones
de USD. Esta cifra supone el 88% de todo el déficit previsto por el gobierno ruso para
el 2023.
De esta forma, según las estimaciones de Escuela de Economía de Kiev y varios analistas
el déficit real en 2023 será tres o cuatro veces mayor que en 2022. Al ritmo actual,
el gobierno consumirá por completo el Fondo Nacional Ruso de Inversión (NWF) antes de
finalizar el año. Este es el fondo que supuestamente tenía que asegurar la capacidad económica
del gobierno ante situaciones extraordinarias… Como la guerra de Ucrania. Hablamos de unos
150 mil millones de dólares a comienzos de 2023 que podrían consumirse en apenas unos
meses. A partir de ese momento los problemas para
Moscú podrían multiplicarse porque básicamente solo tendría dos opciones para mantener el
esfuerzo de guerra:
O financiar la guerra con emisión de deuda pública en el mercado financiero local, lo
que incrementará los tipos de interés y el propio déficit del gobierno.
O monetizar deuda con emisiones del banco central, lo que podría disparar la inflación.
Y es que, queridos amigos, amigas, los ingresos del gobierno ruso por las ventas de petróleo
y gas durante el arranque del 2023 se redujeron un 46% respecto al mismo periodo del 2022.
Y eso no es todo. El resto de ingresos no ligados a los hidrocarburos también se están
desplomando.
Las cosas no marchan bien.
( Esta situación está obligando al Kremlin a incluir dentro de los presupuestos de las
regiones la compra de equipamiento militar.
Es decir, que los gobiernos locales y regionales han perdido no solo poder, sino también recursos,
ya que parte de su presupuesto ahora se gasta en defensa. Para que os hagáis una idea,
los gastos del Estado ruso fueron un 58 por ciento más altos en enero de 2023 que en
el mismo mes de 2022, y eso según datos oficiales.)
Evidentemente, cuanto más esfuerzo financiero tenga que hacer el Estado ruso para financiar
su guerra, más dificultades tendrá para hacerlo.
Por eso, las sanciones económicas, al margen de los efectos que puedan tener sobre otros
campos como la opinión pública y demás, también tienen un impacto en la capacidad
militar.
Ahora bien, no estaríamos contandoos toda la historia si pasásemos por alto cómo la
industria de defensa rusa y el propio Estado se han ido adaptando a todas estas circunstancias
Y es que, evidentemente, cuando te imponen sanciones te las intentas saltar. Y, por supuesto,
el caso de Rusia no es diferente.
Ahora bien, ¿hasta que punto lo están logrando?
Pues bien, veámoslo.
T2 (INNOVAR PARA MATAR)
No os vamos a engañar… Los rusos están demostrando cierta capacidad para saltarse
algunas de las sanciones internacionales impuestas y así poder seguir con su campaña criminal
en Ucrania.
Sin embargo, ya os adelanto que esto más que medidas efectivas son solo una manera
de ganar tiempo.
Y es que, veréis, Moscú está adquiriendo semiconductores y microchips, así como otros
componentes de alta tecnología, en teoría de uso civil, a través de países no adheridos
a las sanciones o con imposición de sanciones menos duras como China, Kazajistán o Turquía.
Eso sí, mediante esta vía de importación está logrando importar muchos menos productos
tecnológicos que antes, aunque algunos de ellos tengan componentes occidentales a los
que ahora no tendrán acceso de forma directa.
En todo caso, ni siquiera podemos hablar de que las sanciones no estén funcionando, porque
es evidente con todo lo que os hemos contado que el tejido industrial ruso está muy lejos
de sus mejores días.
¿Producen? Sí, la industria militar ruso producir produce, pero equipos mucho menos
avanzado que antes de la invasión.
(De hecho, algunas de las evidencias que hacen pensar que Rusia todavía consigue componentes
para fabricar algunas armas avanzadas se han conseguido en la propia Ucrania.
Por ejemplo, el análisis de los restos de algunos misiles de precisión Kh-101 rusos
lanzados contra Kyiv recientemente han revelado que fueron fabricados entre septiembre y octubre
de 2022.
Es decir, Rusia puede seguir fabricando armamento avanzado aunque no en la cantidad y calidad
necesaria para enfrentarse a todo el armamento occidental que está llegando a Ucrania, incluidos
por primera vez tanques relativamente modernos como los Leopard.)
Para que os hagáis una idea del decrépito estado de sus almacenes armamentísticos,
Rusia ya ha empezado a disparar misiles fabricados en la época soviética.
Y esto se sabe porque las armas rusas, en especial los misiles, lanzados contra Ucrania
se analizan en la medida de lo posible.
Por ejemplo, en enero de este año 2023, se analizó un misil lanzado contra la ciudad
de Dnipro y resultó ser un Kh-22, cuya producción empezó en el año 1962, y que son terriblemente
imprecisos.
De hecho, terminó impactando contra un edificio de viviendas matando a decenas de personas.
(El edificio residencial en Dnipro fue alcanzado por un misil Kh-22, que no puede ser derribado
por la defensa aérea ucraniana - Centro Militar de Ucrania)
En fin, de locos.
Pero todavía hay algo más. Otro de los ejemplos sobre cómo Rusia trata de evadir las sanciones
que afectan a su capacidad militar lo tenemos en la importación de los famosos drones iraníes
de los que tanto se ha hablado.
Aunque no ha sido el único caso. También han importado tanques y blindados de Bielorrusia
y se cree que municiones de artillería de Corea del Norte. En fin, buscando ayuda en
lo mejor de cada casa.
Ahora bien, llegados a este punto, ¿qué podemos aprender de la experiencia de más
de un año ya de guerra y de todas las sanciones aplicadas contra Rusia?
Pues principalmente la lección es una: las sanciones no pueden ser la única vía para
desgastar a Moscú, porque su efecto llegará sobre todo en el medio y largo plazo. Así
que no servirían de nada sin el constante apoyo militar a Ucrania en forma de entregas
de armamento.
Si los ucranianos no tienen la fuerza necesaria para multiplicar el coste para Rusia en el
frente, no solo en vidas sino sobre todo en armas, entonces es probable que Moscú no
tuviera tantos problemas para alargar su campaña militar.
Y sí, evidentemente, esto desgastaría todavía más a Ucrania, que en 2022 registró un gasto
militar aproximado del 32,5 por ciento de su PIB, según el propio gobierno ucraniano.
Y sí, también nos desgastaría más a los demás, porque alargaría la guerra.
Sin embargo, llegados a este punto la pregunta clave es para ti; después de todo lo que
hemos visto, ¿crees que las sanciones a Rusia están surtiendo efecto en el campo militar?
¿Deberíamos incrementar la entrega de armas a Ucrania todavía más para acelerar el desgaste
ruso?
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