¿Por qué ISRAEL no debería AMPLIAR su TERRITORIO? - VisualPolitik
Este vídeo ha sido posible gracias a Arte TV.
Arte TV es un canal de documentales, que podéis encontrar aquí mismo en YouTube y que
os recomendamos le echéis un vistazo porque vais a poder encontrar reportajes super interesantes.
Reportajes que os permitirán comprender mejor
muchos de los grandes temas políticos y sociales que se producen en el mundo.
Os dejamos en la descripción una selección con algunos de los que
más nos han gustado y también en la pantalla, al final del vídeo
Y ahora sí arranquemos.]
(Localizado en uno de los lugares más áridos, secos y políticamente hostiles del mundo,
durante las últimas tres décadas Israel ha protagonizado una de las mayores historias
de éxito de todo el planeta al tiempo que ha destrozado las marcas de sus vecinos.
Por ejemplo, y a pesar de tener muchos menos habitantes, la economía de Israel es 14 veces
mayor que la de Egipto, 8 veces más grande que la de Irán y casi el doble que la de Arabia Saudita.)
Y eso no es todo. Si medimos la producción económica en términos per cápita,
esta supera ya a la de países como Canadá, Reino Unido o Japón.
Amigos, amigas, en un terreno tan árido como hostil los israelíes han
sido capaces de poner en marcha una eficiente, productiva y muy,
pero que muy avanzada economía industrial. Quizás la más avanzada tecnológicamente de todas.
De hecho, por ejemplo, en porcentaje del PIB este es el país que más invierte en
Investigación y desarrollo de todo el mundo. Hablamos,
según datos del Banco Mundial, de casi el 5% de la economía nacional.
De esta forma, y de la mano de grandes multinacionales y de todo un interminable
enjambre de Start-ups, Israel se ha convertido en uno de los grandes líderes tecnológicos del mundo.
Algo que, por ejemplo, le ha permitido acumular
en reservas internacionales más de 180 mil millones de dólares.
Incluso, en lo que llevamos de siglo XXI, el Ta-35, el índice más importante
de Tel Aviv le ha metido más de 50 puntos de rentabilidad al S&P; 500. Vale, todo esto si hablamos de economía; pero,
¿Sabéis qué? lo cierto es que en el resto de campos la situación no resulta muy diferente.
Es una democracia sólida, una potencia nuclear, militarmente se sitúa a años
luz de cualquier amenaza y para colmo tras los acuerdos de Abraham el país
ha normalizado sus relaciones diplomáticas con prácticamente todas las grandes potencias árabes.
(Israel y los Emiratos Árabes Unidos trabajan para alcanzar un acuerdo de libre comercio. JNS)
[Evidentemente, también hay problemas. Por ejemplo, tal y como ocurre en muchos países
que han cambiado muy rápido, hay muchas personas mayores que no han logrado sumarse a esta ola
de prosperidad y que tienen que trabajar hasta edades muy avanzadas. Sobre esta cuestión, por
cierto, en Arte TV tienen un reportaje bastante interesante. Os dejo el link en la descripción.]
En cualquier caso, creo que si queremos escoger un término que pueda condensar la
evolución que el país hebreo ha tenido durante los últimos 20, 30 años ese no
puede ser otro que la palabra éxito: éxito económico, éxito diplomático y éxito militar.
Sin embargo, querida comunidad de VisualPolitik, no lancéis todavía los fuegos artificiales;
porque a pesar de todo este enorme éxito, Israel ha sido incapaz no ya de resolver
sino siquiera de avanzar en una solución para su mayor problema político y social: Palestina.
A ver, no creo que sorprenda a nadie,
si os digo que aquí las cosas van por mal camino desde hace ya casi una eternidad.
Frente al éxito de Israel hay casi 5 millones de palestinos
que viven una situación completamente distinta.
Sí, en muchos casos, por culpa de las propias autoridades palestinas,
pero no nos engañemos, en otras también porque el gobierno hebreo
parece cada vez menos interesado en acabar con la ocupación militar.
El caso es que sea como sea la solución parece más lejana que nunca.
Algo que ha hecho que en VisualPolitik nos hagamos unas cuantas preguntas:
¿Por qué las cosas no avanzan? ¿Qué demonios ocurre con la creación de
los dos estados de la que tanto se habla? ¿De qué forma podría encontrarse una camino
que ponga a todas las partes en rumbo hacía una solución permanente de una vez por todas?
En este vídeo vamos a buscar responder a todas estas preguntas, y lo primero,
lo primero de todo es saber qué demonios ha fallado.
Atentos.
R(EL FALLIDO CAMINO DE LOS DOS ESTADOS)
En 1993, el gobierno israelí, encabezado entonces por Isaac Rabin y la OLP, la Organización de
Liberación Palestina, liderada por Yasir Arafat firmaron los conocidos como Acuerdos de Oslo.
Aparentemente suponía todo un punto de inflexión en el conflicto. La OLP reconocía a Israel
como un estado legítimo al tiempo que ambas partes se comprometieron a poner en marcha
la construcción de dos estados, tal y como ya había planteado Naciones Unidas en 1947.
De esta forma se pondría de una vez por todas fin a la ocupación de Israel,
y los dos estados podrían seguir sus propios caminos de forma independiente. Queridos amigos,
amigas en ese momento el futuro parecía completamente despejado.
(Para lograr alcanzar la solución de los dos estados, se fijó un plazo máximo de
5 años para negociar todos los detalles, y se dividió a Cisjordania en 3 niveles:
la zona A, la zona B y la zona C.
Siguiendo estos 3 niveles los israelíes se irían retirando por fases, de tal forma que como muy
tarde para 1998, excepto en los asentamientos que siguieran en pie, se tenía que haber transferido
la responsabilidad plena del territorio de Cisjordania a la Autoridad Nacional Palestina.)
Sin embargo, las cosas evolucionaron de forma radicalmente distinta.
Desde los Acuerdos de Oslo han pasado casi 30 años y todo sigue más o menos igual…
[Bueno, no, eso no es del todo exacto… Lo cierto es
que las cosas se han puesto mucho pero que mucho más complicadas.]
Fijaos, por ejemplo, en lo que ocurre con la llamada zona C que abarca más
del 60% de toda Cisjordania. Hoy por hoy, el gobierno israelí mantiene el
pleno control sobre la seguridad y la administración del territorio.
Y no solo eso, de facto los palestinos no pueden realizar ninguna actividad en esta zona,
que como ya hemos dicho representa la mayor parte de Cisjordania: no pueden gestionarla,
no pueden registrar tierras, no pueden explotar sus recursos naturales y no
pueden construir si no reciben un permiso especial de las autoridades ocupantes.
Un permiso que en la práctica es casi imposible de obtener.
(Israel solo aprueba el 3% de los permisos de construcción
solicitados por palestinos en la Zona C. Middle East Monitor)
Esto supone que de las 1.485 solicitudes de construcción que fueron cursadas por
los palestinos, apenas 21, - ¡21 de 1.485! - fueron aprobadas por
la Administración Civil de Israel en Cisjordania.
Una organismo que conforme a los Acuerdo de Oslo ni siquiera tendría que existir
y que también mantiene en vigor un montón de restricciones que hacen
mucho más difícil crear negocios o empresas prósperas en todas las zonas: A, B y C.
Por supuesto, mientras tanto Israel hace y deshace a su pleno antojo.
Por ejemplo construye instalaciones militares, expropia tierras para construir carreteras
e infraestructuras para uso exclusivo de los israelíes o amplía los asentamientos.
De hecho este tema, el de los asentamientos, tiene también mucha tela que cortar.
Y es que veréis, Israel comenzó a construir asentamientos poco
después de ocupar Gaza y Cisjordania tras la guerra árabe-israelí de 1967.
Sin embargo, tras los Acuerdos de Oslo las cosas se han salido de control y
los asentamientos han crecido como la espuma- qué es, exactamente lo contrario a lo pactado.
De hecho, si en 1993 había unos 110 mil colonos en Cisjordania,
desde entonces esta cifra se ha multiplicado prácticamente por 4.
Y lo que resulta aún más llamativo: no dejan de crecer. Por supuesto, alentados
y subvencionados por el propio gobierno israelí y por una vivienda mucho, muchísimo más barata.
S(Las nuevas carreteras allanan el camino para
el crecimiento masivo de los asentamientos israelíes. AP)
El caso es que, tal y como ya os hemos contado en alguna que otra ocasión,
todos estos asentamientos han dejado a Palestina más agujereada que un queso Gruyer.
Agujereada y sometida a todo tipo de controles, limitaciones,
restricciones y barreras que de facto impiden cualquier desarrollo económico.
Ni siquiera los vehículos palestinos pueden cruzar a Israel.
Y evidentemente los muros de más de 9 metros que rodean muchas zonas de
Cisjordania y los interminables controles de seguridad a lo largo de la llamada
línea verde no facilitan ni la inversión extranjera ni el crecimiento empresarial.
Fijaos por ejemplo en el caso de Azzun Atmeh,
un pueblo palestino en plea Cisjordania que está rodeado de asentamientos israelies y de
los imponentes muros y vallas de separación. Moverse desde aquí no resulta nada sencillo.
(Por supuesto, no toda la responsabilidad recae en Israel. Los palestinos también tienen lo suyo:
los grupos radicales, la guerra entre facciones políticas, la falta de libertades civiles o su
incapacidad para hacer funcionar un modelo democrático. Por ejemplo, los palestinos
llevan sin acudir a las urnas desde el año 2006 a pesar de que el modelo supuestamente exige votar.
Y todo ello por no hablar del régimen radical
del grupo político-terrorista Hamas en la Franja de Gaza.)
[Por cierto, si queréis saber más sobre la guerra entre Hamas y Al Fatah, la otra facción palestina,
que ha roto en dos Palestina no os podéis perder otro reportaje de Arte TV:
El naufragio de las dos palestinas. Os dejo el link también en la descripción.]
Sea como sea no solo es que la solución al conflicto parezca más lejana que nunca,
es que la propia solución de los dos estados empieza a parecer inviable.
Los colonos israelíes son ya tan numerosos que es evidente que no
se van a marchar de Cisjordania, y por supuesto Israel no va a dejar la
seguridad y la comunicación de estos asentamientos en manos palestinas.
Algo que ha hecho que tanto entre israelíes como palestinos se empiece a valorar otra
posibilidad… Claro que tal y como veréis tampoco parece ninguna solución viable.
Atentos.
(UN ESTADO ÚNICO PARA DOS PUEBLOS)
Los colonos israelíes tienen cada vez más poder y más influencia en
el parlamento y también en la vida civil del país. Quizás ello ha contribuido a que
una idea haya ido creciendo poco a poco en la política de israel:
Convertir a Palestina, particularmente a Cisjordania,
en una especie de protectorado o colonia permanente. Es decir, anexionarse el
territorio y enviar de una vez por todas a la papelera la solución de los dos estados.
Y ojo, porque según una encuesta del Instituto de la Democracia de Israel realizada en 2020,
algo menos del 30% de los israelíes se oponían claramente a esta idea. Y tras la
nueva guerra con Hamas en 2021, puede que este porcentaje se haya reducido aún más.
Por supuesto, bajo ningún concepto se plantea otorgar la ciudadanía
a los casi 3 millones de habitantes de Cisjordania, y mucho menos a los de Gaza.
(El propio Primer Ministro, Naftali Bennett es un conocido partidario de esta tesis:
anexionarse Cisjordania, archivar cualquier idea sobre un posible estado palestino y
permitir una cierta autonomía a la zona palestina.
Pero claro, una autonomía que no sería mucho mayor que la que hoy
ya tienen con todos los problemas que hemos visto:
En definitiva, un solo estado - Israel - con dos
regímenes legales separados y muy desiguales entre sí.)
x Sería algo así, por duro que suene, como reconocer casi casi un modelo de Apartheid.
Un modelo que no podría cambiar,
porque los propios israelíes nunca estarían dispuestos a hacerlo. Por varios motivos.
Primero por una cuestión demográfica.
(En estos momentos, entre Israel y Palestina,
teniendo en cuenta tanto a Cisjordania como a Gaza, hay más de 7,3 millones de árabes y
apenas 6,8 millones de judios israelíes. Es decir, los árabes ya son mayoría.
Y no solo eso. Además, las tasas de natalidad palestinas son bastante más altas que las de
Israel. Y si además excluimos de la balanza a los judios ultraortodoxos, que tampoco contribuyen
en nada a la fortaleza de Israel, entonces en pocos años la mayoría árabe sería aplastante.)
Precisamente por eso, los israelíes nunca estarían dispuestos a compartir el poder
político ni a reconocer derecho de participación en las instituciones nacionales a los palestinos.
Luego también estarían, por supuesto, las fuertes diferencias económicas entre ambos territorios.
Que queréis que os diga, no parece que Israel esté dispuesto a financiar el desarrollo de Palestina,
desde carreteras hasta hospitales equivalentes a los suyos propios. Algo que a la larga, y dada la
falta de expectativas de poder tener un estado propio, no haría sino echar gasolina al fuego.
Lo que por cierto está bien documentado.
(Como ya vimos en el caso de Afganistán, algunos estudios de la Universidad de Oslo y también de
la London School of Economics apuntan a que la falta de prosperidad es un ingrediente clave
de los procesos revolucionarios y radicales, particularmente en los países musulmanes.)
Así que lo que tendríamos ante una supuesta anexión de Cisjordania,
sería básicamente la peor de las soluciones.
Pero ojo porque no se trata sólo de los israelíes. Según una reciente encuesta,
apenas el 40% de los palestinos sigue confiando en la solución de los dos estados.
Así que si algo está claro es que las cosas no pueden continuar como hasta ahora.
Primero porque es intolerable que en una democracia moderna existan ciudadanos con
derechos y ciudadanos sin derechos. Y segundo porque, amigos, amigas, no nos engañemos:
Este es el caldo de cultivo para que las cosas puedan llegar a ponerse
aún más difíciles en el futuro. Así que la pregunta que podríamos hacernos es:
¿Cómo demonios se puede desencallar esta situación?
No hay una respuesta única ni una respuesta segura. Pero, ¿podrían pasar
la solución por la participación activa de las potencias árabes?
(¿UN PROTECTORADO ÁRABE DE TRANSICIÓN?)
Tras los acuerdos de Abraham las relaciones entre
Israel y las grandes potencias árabes se están normalizando.
Y si somos honestos, parece difícil que pueda existir una solución alternativa a la estrategia
de los dos estados, pero o se pisa el acelerador o en poco tiempo esta será del todo inviable.
(Israel quiere seguridad, por ejemplo, frente a los ataques que Hamás perpetra desde Gaza.
El problema es que por sí mismo no puede lograrlo porque no deja de ser el “enemigo”,
con todo lo que ello implica. Al final las restricciones, las detenciones,
las estrecheces no hacen sino alimentar los recelos, el odio y el enfrentamiento.)
-> Pero, ¿Y si la comunidad internacional se comprometiera a encargarse de la seguridad? Por ejemplo, creando y financiando instituciones palestinas de verdad cuyo trabajo fuera
apoyado por una fuerza armada compuesta por policías y militares de otros países árabes?
Una fuerza que llegara no para ocupar Palestina sino para apoyar
transitoriamente la creación de un verdadero estado palestino.
De esta forma quizás se podrían poner en marcha instituciones que colaborando con
Israel y la comunidad internacional fueran capaces de hacerse con el control efectivo del territorio.
Al mismo tiempo podrían llevarse a cabo reformas económicas y planes
de inversión para impulsar la economía palestina.
[Lo que tarde o temprano permitiría acabar con los muros, las alambradas, los checkpoints y las
fortificaciones que hay repartidas a lo largo de la línea verde.
Quizás muchos políticos israelíes prefieran el statu quo actual,
pero eso no debería ser una opción.
En fin, es solo una de las muchas posibilidades, todas ellas difíciles y quizás imposibles.
Pero, algo habrá que hacer, ¿No os parece?
Pues, ¿sabés qué? Esa es exactamente la pregunta que te hacemos a ti: ¿Qué harías tú?
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