El poder de las palabras
Había una vez una niña llamada Lucía que siempre hablaba sin pensar. Decía cosas hirientes a los demás sin darse cuenta de lo que estaba haciendo. La gente comenzó a evitarla porque no querían estar cerca de alguien que era tan desagradable. Un día, Lucía se encontró con un anciano sabio que le regaló una caja. Le dijo que dentro de la caja había un gran poder que podía cambiar su vida para siempre. Lucía estaba intrigada y emocionada por el regalo, y rápidamente abrió la caja para ver lo que había adentro. Dentro de la caja, Lucía encontró un pequeño papel enrollado. Lo abrió y leyó las palabras escritas en él: "Las palabras que hablas son como semillas que siembras. Cada palabra que hablas tiene el poder de crear alegría o dolor en el mundo que te rodea". Lucía no estaba segura de entender completamente lo que estaba escrito en el papel, pero el anciano sabio le explicó que las palabras eran poderosas y que podían tener un impacto profundo en las vidas de las personas. Le dijo que debía tener cuidado con lo que decía y asegurarse de que sus palabras trajeran alegría y felicidad a los demás. Lucía comenzó a pensar cuidadosamente antes de hablar. Se dio cuenta de que las palabras que usaba tenían un gran poder y que podían cambiar la forma en que las personas la veían. Empezó a ser más amable y compasiva, y se sorprendió al ver cómo la gente comenzaba a acercarse a ella de nuevo. Con el tiempo, Lucía se convirtió en una persona más feliz y positiva. Se dio cuenta de que sus palabras tenían el poder de cambiar el mundo que la rodeaba, y decidió usar ese poder para hacer el bien y crear alegría en la vida de los demás. Y así, Lucía aprendió el valor de pensar antes de hablar y de usar sus palabras para hacer el bien en el mundo. Aprendió que las palabras pueden ser herramientas poderosas para crear felicidad y amor, y que es importante usarlas sabiamente.