Perdido en San José (3)
Estamos en los tiempos de la hiperlocalización y aquí en Costa Rica ni siquiera pasamos por la era del mapa. Es una alternativa al sistema de direcciones informal. Ponés el nombre del lugar hacia donde vas y, si no está, ponés el nombre del punto de referencia más cercano.
Es sustituir la falta de coordenadas por las coordenadas perfectas, aquellas que ni siquiera hacen necesario conocer la ciudad, sino que te guían giro a giro, calle por calle, a donde querés llegar. La ciudad se vuelve también una ciudad de arena: no hay calles, ni avenidas, ni plazas, solo hay lugares específicos, derechas e izquierdas.
Es eficiente, sí, mucho más que el sistema de direcciones a la tica, pero también me pregunto lo que se deja de lado. Sé que es contradictorio, pero a pesar de lo absurdo que es nuestra forma de dar las direcciones, tiene su encanto, porque te obliga a conocer la ciudad, sus formas, sus colores. Tenemos que saber dónde vivimos, ser muy buenos observando, apropiarnos del espacio.
Hay cierta poesía en la casa de las mecedoras, poesía que nunca tendría la casa número 72. No digo que sea malo el número, claro. Entiendo que hacia eso tendríamos que progresar. Pero confieso que parte de mi extrañará la casa de las mecedoras y a su vecinos.
¿Pero cómo cambiar algo tan engranado en la cultura tica? Algo que no hemos podido cambiar durante siglos. La respuesta es lógica, simple. los niños.
CAMPOS: Sabemos, por ejemplo, que en la escuela en alguno de los grados —generalmente es en cuarto grado— se ve el tema de cómo se escribe una carta, dónde es el remitente, dónde es el destinatario y cómo hago para utilizar los puntos cardinales. Y ahí aprendo las direcciones. Pero estamos enseñando a la antigua.
VARGAS: Quería comprobar esta teoría.
DIANA: Yo soy Diana y tengo 11 años.
VARGAS: Ella es mi sobrina.
Di, ¿usted se sabe la dirección de su casa?
DIANA: Creo.
VARGAS: ¿Cómo es?
DIANA: Di ahí. Detrás del colegio (risas).
VARGAS: No muy prometedor.
¿Ya le enseñaron en la escuela cómo son las direcciones y demás?
DIANA: Algo así.
VARGAS: Pero no se acuerda de mucho.
DIANA: No.
VARGAS: ¿Y no se acuerda dónde es este, norte, sur?
DIANA: Un poco nada más. Algo así como que no sé. No sé, casi se me olvidó.
VARGAS: Le pregunté cómo haría si tuviera que dar la dirección de su casa.
DIANA: Di, dándolo en un papel como es, cómo llegar, no sé.
VARGAS: Con un croquis, un mapa dibujado. Igual que Gaby, mi compañera, en sus fiestas de cumpleaños.
Diana es buena estudiante, inteligente y vive en una zona con rotulación, pero parece que sigue sin entender cómo dar direcciones más allá de “Mi casa está detrás del colegio” y por suerte se sabe el nombre del colegio. Es como si dar direcciones no fuese parte elemental del currículum. Yo no me acuerdo exactamente cómo me enseñaron a dar direcciones en la escuela, pero estoy seguro que no fue con números de calles y avenidas, ni con números de las casas.
Si como ya dijimos, no todos los lugares de Costa Rica tienen rotulación, y los que la tienen se concentran en el centro del país, y si además los niños no están entendiendo cómo navegar su ciudad, parece que la manera de dar direcciones a la tica no va a cambiar muy pronto. A menos que algo se haga en las escuelas.
Antes del reporteo de esta historia no había pensado mucho sobre nuestras direcciones. Digamos que se lo mencioné a mis colegas de Radio Ambulante, gente de afuera, que siempre se quedaban alucinados con nuestra idiosincrasia.
Y bueno, cuando me puse a investigar, me di cuenta el tamaño del problema. Es que esto va más allá de lo Macondiano y tropical. Es más que ahorrarnos tiempo, incomodidades, frustraciones o dinero. Es también salvar vidas.
Porque otra de las instituciones que sufren por las direcciones a la tica es el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica. Hablé con su director operativo, Luis Fernando Salas.
Cuando atienden una emergencia...
LUIS SALAS: Muchas veces, la persona, diay, pues, se confunde con los puntos cardinales. Entonces nos dice que es al norte y tal vez es al este o al oeste. Entonces, mire, si la unidad llega a la dirección que supuestamente se nos dio originalmente, entonces nuevamente hacemos un llamado a las personas y les manifestamos: la unidad se encuentra en el lugar y no los ubicamos.
SALAS: Entonces, en plena emergencia, en medio del apuro. paran y coinciden en un punto que la persona y que los bomberos conozcan.
SALAS: Hay que recurrir a establecimientos comerciales, por ejemplo, y decir: “Mire, nos encontramos en el abastecedor tal”. Entonces si la persona ya: “Ah, sí, eso queda a 200 metros de mi casa. Tienen que bajar esa dis..”. Entonces ahí buscamos ese... ese acercamiento con la persona. Pero, repito, sí, en algunos casos, es difícil.
SALAS: Anualmente, el cuerpo de bomberos atiende más de 65 mil emergencias. A veces acudiendo a 450 o 500 llamados diarios. Todos con su dirección particular.
SALAS: Cuando es un incendio ya desarrollado es... es fácil llegar, porque la cantidad de llamadas que se reciben son muchas.
SALAS: Además...
SALAS: Cuando hay un incendio, las máquinas salen y le dicen: “Mire, vamos a ver: Desamparados, hacia Aserrí, en el cruce”. Eso es lo que dicen (risas). OK, pero si usted sale y ya desde la estación se ve una columna de humo, usted dice: “Sí, tiene razón, es hacia... hacia el sur de Desamparados” y se ubica bien.
SALAS: El problema es cuando llaman diciendo:
SALAS: “Mire, hay un corto circuito en un medidor de una casa en el sector tal”. Entonces es algo que no es... a veces incluso usted en el lugar, ni siquiera es visible. Si la dirección es un poquito difícil, cuesta mucho más.
SALAS: Son las emergencias que no se dejan ver las que dan más dolor de cabeza. Para resolver este problema, los bomberos salen todas las semanas a hacer una revisión de las tomas de agua, es decir, de la ubicación de los hidrantes. Y durante esos recorridos estudian, de una vez, los puntos de referencia importantes del área que atienden.
SALAS: Entonces ya todos los bomberos de Nicoya ya saben dónde está la Municipalidad, dónde está el hospital, dónde están los tribunales, la delegación de la guardia, la sede de la policía, de la Cruz Roja, que son puntos muy utilizados por los vecinos.
SALAS: Sin este protocolo quién sabe cuántas tragedias veríamos en las noticias.
Y eso es algo que tengo pegado en la cabeza. Las tragedias que pasan por la falta de un sistema de direcciones formal. Hace unos meses leí sobre un niño de cinco años que murió por maltrato de sus padres.
Un psicólogo puso la denuncia ante el 911 cinco días antes de su muerte, pero al parecer venía sin dirección exacta, porque a pesar de que los funcionarios del Patronato Nacional de la Infancia buscaron y preguntaron a los vecinos, no encontraron la casa. Ahora la Fiscalía investiga a los padres por homicidio y al Patronato por negligencia.
La muerte de un niño de cinco años a manos de sus padres. Todo por un país que se niega a avanzar en el tiempo.
ALARCÓN: Luis Fernando Vargas es editor de Radio Ambulante, vive en San José, Costa Rica.
Este episodio fue editado por Camila Segura y por mí. La música y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri. Andrea López Cruzado hizo el fact-checking.
El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Lisette Arévalo, Gabriela Brenes, Jorge Caraballo, Victoria Estrada, Rémy Lozano, Miranda Mazariegos, Patrick Moseley, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill, Luis Trelles, David Trujillo, Elsa Liliana Ulloa y Joseph Zárate. Carolina Guerrero es la CEO.
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Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.
En el siguiente episodio de Radio Ambulante: una comunidad en Tennessee se une para proteger a un vecino...
[Verónica Salcedo] Empiezan a decir: “¡Hay que hacer una cadena humana!”.
CATHY CARILLO: Nos tomamos de las manos alrededor de la camioneta en ambos lados. Eran vecinos, organizadores, toda la gente que estaba ahí presente.
ALARCÓN: La historia de este sorprendente acto de resistencia, la próxima semana.