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Tres Cuentos, Ep.39 - Finis - Santiago Dabove (3)

Ep.39 - Finis - Santiago Dabove (3)

A nosotros nos había tocado un crepúsculo. En él vagaba torpemente, como mariposa nocturna, ensimismado, cuando de repente, la obscuridad que invadía presurosa, me hizo mirar al Sol. No se ponía, se iba. Estaba casi del tamaño de Venus por las tardes. Me vino un impulso raro y exclamé como adorando, como un indio con los brazos en alto: "Te vas, Vieja Querida, Madre Antigua". Al perderlo se me ocurría el vocativo femenino, maternal.

*

Sin saber cómo, me encontré frente al hoyo con escalones donde bostezaba la boca del Cetáceo. Mucho tiempo estuve allí helado y agazapado. De pronto vi a varios que venían corriendo y que desaparecían en el subterráneo. De lejos vi a una mujer conocida que corría, seguida torpemente por Gould, el gordo potentado.

Bajó los escalones sin elegancia y el gordo Gould, también bajaba con las piernas gordas abiertas, como compás falseado.

Amanda entró, pero el “señor” amoratado y entorpecido por el frío, tambaleó. Con pena, con infinita pena, levanté la pistola automática y la hice ladrar varias veces para desinflar al gordo a quien el dinero y la necesidad daban margaritas...

Algunos llegaban a todo correr gritando: “¡El frío de muerte! ¡Viene el frío de muerte!” y se metían en el antro... El termómetro de alcohol colocado en la boca del Cetáceo bajaba con rapidez aterradora: 40, 50, 70, 80 grados bajo cero.

*

Caí. Mi última visión fue la de una charca de agua tibia y transparente con islotes de pasto de un verde muy puro. Chapoteábamos Amanda y yo haciendo subir a la superficie el fino lodo del fondo. Ranitas como objetos preciosos y esmaltados nos miraban. De los cielos descendían una luz, una paz y una serenidad que eran como secreta música del alma.

*

Comentario

Muy bien, pues sacudámonos aquella predicción apocalíptica de Santiago Dabove, que se une a los miles de profecías más que han sido inmortalizadas en textos sagrados, literatura, y en la pantalla grande y chica. Entonces, antes de hacer una reflexión y conocer más acerca del autor, propongo que le demos las gracias a quien presto su voz al texto de Finis.

Yo conozco a Ricardo Muriel desde hace casi dos décadas. Él fue prácticamente mi primer profesor de narración oral en Cali, Colombia. Pensaría que quizá a través de los talleres que tomé con él se acrecentó mi interés por los cuentos, y por el deseo de contarlos.

Ricardo Muriel, es psicólogo de la Pontificia Universidad Javeriana (en Cali, Colombia) y Maestrando en Educación con Acentuación en Desarrollo Cognitivo del Tecnológico de Monterrey (México).

Ricardo es investigador en Juegos Mentales, Storytelling, y Desarrollo del Pensamiento (Crítico, estratégico y narrativo). Cuenta con 20 años de experiencia docente en la Pontificia Universidad Javeriana. Y hoy trabaja como parte del equipo de consultores en creatividad e innovación de la misma Universidad. Es miembro fundador y director del proyecto Kacumen, iniciativa que busca fortalecer un sistema de pensamiento, que permita tomar decisiones más inteligentes en el ámbito de la innovación y la planeación estratégica.

Ricardo, vincula su trabajo con juegos abstractos de tablero (como el ajedrez, go, reversi y hex, entre otros) y problemas de ingenio, partiendo de la idea de que el juego mantiene viva la motivación por aprender y que, a su vez, da vía libre al aprendizaje de conceptos complejos y al entrenamiento de habilidades cognitivas fundamentales.

Pueden contactar y encontrar mucho más acerca del trabajo de este innovador, Ricardo Muriel, en su página web: https:/rmuriel.com/

*

Les recuerdo que se subscriban al correo del podcast. Todo lo que deben hacer es ir a nuestro sitio web www.trescuentos.com. Por último, si encuentran valor en lo que estamos haciendo en Tres Cuentos, apreciamos sus comentarios positivos en iTunes o en cualquier aplicación donde escuchen el programa, y por supuesto compartan sus episodios favoritos.

*

Antes de darle el micrófono a nuestro colaborador Leo Quiron, para que nos cuente más acerca del autor y del cuento que escuchamos, permítanme hablar un poco de cómo se va a acabar el mundo.

Desde muy chica me ha fascinado la ciencia, por mucho tiempo estuve subscrita a la revista de la National Geographic y otras más que me devoraba apenas llegaban. Mis programas de televisión favoritos fueron por mucho tiempo los que producían Discovery y el History channel. Así que cuando sale alguna noticia científica que tiene que ver con lo que esta más allá de la exosfera, la última capa de la atmosfera terrestre, pues la leo con vivo interés.

Entonces cuando me topé con el artículo que presentare a continuación, no pude dejar pasar la oportunidad de compartirlo con ustedes. El texto se llama “There are many ways the world could end, but scientist think these are the most likely”, (Hay muchas formas en que el mundo puede acabarse, pero los científicos piensan que estos son los más probables), escrito por Dave Mosher y republicado en la revista digital Sciencealert.com en julio del 2018.

Mosher nos dice que un sin número de hermosas coincidencias permiten que los seres humanos vivamos, evolucionemos y prosperemos en el llamado planeta tierra. A pesar de nuestra buena fortuna todo tiene su final, y un día nuestro cuerpo celeste será un lugar inhóspito. Sin embargo, no os preocupéis, tenemos miles de millones de años para que ello suceda, a menos de que nos empeñemos en destruirlo todo en tiempo récord. Ya sabemos como somos los humanos, testarudos, y en competencia eterna los unos con los otros y con la naturaleza.

Pero Mosher nos advierte que, dependiendo de las vicisitudes de la astrofísica, la fecha de expiración de la tierra puede suceder mañana o en cualquier tiempo intermedio, entre hoy y miles de millones de años. Y a continuación el autor nos presenta seis escenarios funestos que evocan el cuento de Santiago Dabove, Finis.

Primero, el núcleo fundido de la tierra podría enfriarse. La tierra está rodeada por un escudo magnético protector, llamado magnetosfera, el cual es generado por la rotación de la Tierra. Para no entrar en complejos detalles y acabar dándoles un dolor de cabeza, lo que necesitan saber es que la magnetosfera desvía y modifica, el tamaño y forma de las partículas energéticas que el sol emana. La magnetosfera es como un escudo que filtra la energía solar que aquí abajo podemos manejar, como un protector solar.

Por ejemplo, gracias a las partículas de energía solar a veces vemos hermosas auras o presenciamos tormentas geomagnéticas. Pero si el núcleo fundido de la tierra se enfriara, perderíamos la magnetosfera, y la protección que esta nos da contra las particulares solares.

En pocas palabras, nuestro vecino, Marte, sufrió esta calamidad hace miles de millones de años, y por eso ahora esta como esta.

Segundo, el sol podría empezar a morir y expandirse. Hoy día el sol es un cuarentón, es decir que está a mitad de vida. Pero cuando llegue a esa edad senil de los miles de millones de años, no tendrá más hidrogeno y comenzará a fusionar helio. Esto significa que no sabrá ni donde esta parado, y en lugar de quedarse en su puesto y seguirnos calentando, reaccionará empujando sus capas hacia afuera posiblemente tirando de la tierra. Es decir, que entraremos en su campo y acabaremos pulverizados.

Otra teoría dice que, en lugar de acabar achicharrados, el sol empujaría a la tierra fuera de orbita y nuestro lindo planetita se congelaría, y todos quedaríamos como paletas, o preservados en el hielo, para cuando los alienígenas nos encuentren y nos pongan en sus museos de curiosidades.

Tercero, y esta teoría se parece mucho a lo que pasó en el cuento Finis. Así como hay seres humanos que son muy picaros y les gusta desestabilizar lo que encuentran a su paso, también los hay en forma de planetas. Como es arriba es abajo. Sucede, pasa y acontece que el chisme científico dice que hay más planetas solitarios y fuera de su curso, de lo que hay estrellas. Y puede ser, que uno de esos planetas errantes, sin invitación entre a nuestro sistema solar y desestabilice la rutina terrícola.

Mosher dice “Un cuerpo planetoide lo suficientemente grande y a la deriva, y lo suficientemente cerca podría incluso sacarnos del sistema solar por completo. O hacer que colisionemos, que nos estrellemos con un planeta vecino”.

Entonces, nuestra bola de billar llamada Tierra, acabaría en otra mesa y pasaría de ser azul celeste, a ser blanco invierno. Otra alternativa es que el empujón gravitatorio que nos daría aquel planeta extranjero podría causar estaciones extremas y mortales. Y como ya estamos presenciando algo de dichos cambios climáticos extremos, opino que mejor recemos por no tener visitas de planetas que pasan por nuestro vecindario a turistear.

Cuarto, que como en un juego de billar, un planeta de “esos bien picaros”, interrumpa la órbita de la tierra y nos cause severo choque. Eso ya nos pasó, hace 4.500 millones de años. El cuento dice que hace mucho tiempo “un pequeño planeta se estrelló contra un planeta más grande del sistema solar, formando la Tierra y su l una”. Si eso sucediera, como dice el dicho, nada se perdería, más bien nos transformaríamos en un nuevo planeta, y hasta nos convertiríamos en una nueva especie.

Quinto. Dice Mosher que la siguiente es la teoría favorita de los directores de Hollywood, “la llama muerte por asteroide”. También ya nos pasó hace mucho tiempo. Hace cientos de millones de años, una lluvia de asteroides no dio tan duros golpes que los océanos acabaron hirviendo. Los únicos que aguantaron la caldera fueron los microbios.

Sexta y última. Que pasemos muy cerca de un agujero negro. Los científicos sospechan que al igual que hay planetas errantes, hay agujeros negros que vagabundean por ahí. Si uno de esos charcos sin fondo pasara por nuestra vecindad, digamos uno pequeño e inofensivo, la tierra estaría en graves aprietos. Unos científicos dicen que “los átomos podrían extenderse hasta que se desintegren por completo. Otros físicos han teorizado que encontraríamos el final del universo, o acabaríamos en uno completamente diferente”.

Y en este momento se ve viene a la mente, la serie de televisión The Expanse, desarrollada por Mark Fergus y Hawk Ostby. Si no se la han pillado, les digo que yo me he visto todas las temporadas dos veces y eso que aún no se ha acabado.

Pero mejor no los asusto más con el final del mundo que probablemente no verá ninguna de nuestras generaciones. Por que como dije, aquellos posibles finales pueden suceder en miles de millones de años. Así que no hay por que angustiarse al respecto. Mejor vivan cada día como el más precioso que hayan vivido.

Sin más rodeos o lecciones de astronomía le doy la bienvenida a Leo Quiron, quien hablará de temas más terrenales y literarios.

*

Entiendo que tenemos la manía de andar clasificando, la literatura por géneros y a las personas por sus obras, y no afirmo que ese proceder este mal, sino que al hacerlo corremos el riesgo de cerrar las interpretaciones bajo el rótulo que le pusimos. Y de esta manera sentirnos cómodos al saber que ese rótulo nos permitirá hablar con dominio sobre el tema, pero se corre el riesgo de no comprender el texto o conocer a la persona.

Ahora bien, cuando digo comprender me refiero a un segundo estado de la elaboración de ideas, es decir, una vez entendiste la parte mecánica del discurso, y si tu mente está dispuesta, será posible que el texto pueda influenciar tus conceptos generando nuevo conocimiento, y poder transformarlo en acción.

Volviendo sobre el tema de los rótulos estoy de acuerdo con el escritor argentino Borges cuando afirma: “(…) ni siquiera sabemos con certidumbre si el universo es un espécimen de literatura fantástica o de realismo.”

De Santiago Dabove sólo conocemos un libro, La Muerte y Su Traje. Al parecer el escritor no tuvo intención de publicar sus textos, porque años después de su muerte fue que llegaron a la imprenta, y esto sucedió más por el deseo de sus amigos cercanos de salvar del olvido una obra, que, aunque corta, está construida con una mirada singular.

Ep.39 - Finis - Santiago Dabove (3) Ep.39 - Finis - Santiago Dabove (3) Ep.39 - Finis - Santiago Dabove (3) Ep.39 - フィニス - サンティアゴ・ダボーフ (3) Ep.39 - Finis - Santiago Dabove (3)

A nosotros nos había tocado un crepúsculo. En él vagaba torpemente, como mariposa nocturna, ensimismado, cuando de repente, la obscuridad que invadía presurosa, me hizo mirar al Sol. In it I wandered clumsily, like a moth, lost in thought, when suddenly, the darkness that quickly invaded made me look at the Sun. No se ponía, se iba. Estaba casi del tamaño de Venus por las tardes. Me vino un impulso raro y exclamé como adorando, como un indio con los brazos en alto: "Te vas, Vieja Querida, Madre Antigua". Al perderlo se me ocurría el vocativo femenino, maternal.

*

Sin saber cómo, me encontré frente al hoyo con escalones donde bostezaba la boca del Cetáceo. Mucho tiempo estuve allí helado y agazapado. De pronto vi a varios que venían corriendo y que desaparecían en el subterráneo. De lejos vi a una mujer conocida que corría, seguida torpemente por Gould, el gordo potentado.

Bajó los escalones sin elegancia y el gordo Gould, también bajaba con las piernas gordas abiertas, como compás falseado.

Amanda entró, pero el “señor” amoratado y entorpecido por el frío, tambaleó. Con pena, con infinita pena, levanté la pistola automática y la hice ladrar varias veces para desinflar al gordo a quien el dinero y la necesidad daban margaritas... With sorrow, with infinite sorrow, I raised the automatic pistol and made it bark several times to deflate the fat man to whom money and necessity gave margaritas....

Algunos llegaban a todo correr gritando: “¡El frío de muerte! Some came running in shouting: "The cold of death! ¡Viene el frío de muerte!” y se metían en el antro... El termómetro de alcohol colocado en la boca del Cetáceo bajaba con rapidez aterradora: 40, 50, 70, 80 grados bajo cero. The alcohol thermometer placed in the mouth of the Cetacean was dropping terrifyingly fast: 40, 50, 70, 80 degrees below zero.

* *

Caí. I fell. Mi última visión fue la de una charca de agua tibia y transparente con islotes de pasto de un verde muy puro. My last vision was that of a pool of warm, clear water with islets of pure green grass. Chapoteábamos Amanda y yo haciendo subir a la superficie el fino lodo del fondo. Amanda and I were splashing around, making the thin mud at the bottom rise to the surface. Ranitas como objetos preciosos y esmaltados nos miraban. Little frogs as precious and enameled objects looked at us. De los cielos descendían una luz, una paz y una serenidad que eran como secreta música del alma. From the heavens descended a light, a peace and a serenity that were like secret music of the soul.

*

Comentario

Muy bien, pues sacudámonos aquella predicción apocalíptica de Santiago Dabove, que se une a los miles de profecías más que han sido inmortalizadas en textos sagrados, literatura, y en la pantalla grande y chica. Entonces, antes de hacer una reflexión y conocer más acerca del autor, propongo que le demos las gracias a quien presto su voz al texto de __Finis.__

Yo conozco a Ricardo Muriel desde hace casi dos décadas. Él fue prácticamente mi primer profesor de narración oral en Cali, Colombia. Pensaría que quizá a través de los talleres que tomé con él se acrecentó mi interés por los cuentos, y por el deseo de contarlos.

Ricardo Muriel, es psicólogo de la Pontificia Universidad Javeriana (en Cali, Colombia) y Maestrando en Educación con Acentuación en Desarrollo Cognitivo del Tecnológico de Monterrey (México).

Ricardo es investigador en Juegos Mentales, Storytelling, y Desarrollo del Pensamiento (Crítico, estratégico y narrativo). Cuenta con 20 años de experiencia docente en la Pontificia Universidad Javeriana. Y hoy trabaja como parte del equipo de consultores en creatividad e innovación de la misma Universidad. Es miembro fundador y director del proyecto Kacumen, iniciativa que busca fortalecer un sistema de pensamiento, que permita tomar decisiones más inteligentes en el ámbito de la innovación y la planeación estratégica.

Ricardo, vincula su trabajo con juegos abstractos de tablero (como el ajedrez, go, reversi y hex, entre otros) y problemas de ingenio, partiendo de la idea de que el juego mantiene viva la motivación por aprender y que, a su vez, da vía libre al aprendizaje de conceptos complejos y al entrenamiento de habilidades cognitivas fundamentales.

Pueden contactar y encontrar mucho más acerca del trabajo de este innovador, Ricardo Muriel, en su página web: https:/rmuriel.com/

*

Les recuerdo que se subscriban al correo del podcast. Todo lo que deben hacer es ir a nuestro sitio web www.trescuentos.com. Por último, si encuentran valor en lo que estamos haciendo en Tres Cuentos, apreciamos sus comentarios positivos en iTunes o en cualquier aplicación donde escuchen el programa, y por supuesto compartan sus episodios favoritos.

*

Antes de darle el micrófono a nuestro colaborador Leo Quiron, para que nos cuente más acerca del autor y del cuento que escuchamos, permítanme hablar un poco de cómo se va a acabar el mundo.

Desde muy chica me ha fascinado la ciencia, por mucho tiempo estuve subscrita a la revista de la __National Geographic__ y otras más que me devoraba apenas llegaban. Mis programas de televisión favoritos fueron por mucho tiempo los que producían Discovery y el History channel. Así que cuando sale alguna noticia científica que tiene que ver con lo que esta más allá de la exosfera, la última capa de la atmosfera terrestre, pues la leo con vivo interés.

Entonces cuando me topé con el artículo que presentare a continuación, no pude dejar pasar la oportunidad de compartirlo con ustedes. El texto se llama “There are many ways the world could end, but scientist think these are the most likely”, (Hay muchas formas en que el mundo puede acabarse, pero los científicos piensan que estos son los más probables), escrito por Dave Mosher y republicado en la revista digital Sciencealert.com en julio del 2018.

Mosher nos dice que un sin número de hermosas coincidencias permiten que los seres humanos vivamos, evolucionemos y prosperemos en el llamado planeta tierra. A pesar de nuestra buena fortuna todo tiene su final, y un día nuestro cuerpo celeste será un lugar inhóspito. Sin embargo, no os preocupéis, tenemos miles de millones de años para que ello suceda, a menos de que nos empeñemos en destruirlo todo en tiempo récord. Ya sabemos como somos los humanos, testarudos, y en competencia eterna los unos con los otros y con la naturaleza.

Pero Mosher nos advierte que, dependiendo de las vicisitudes de la astrofísica, la fecha de expiración de la tierra puede suceder mañana o en cualquier tiempo intermedio, entre hoy y miles de millones de años. Y a continuación el autor nos presenta seis escenarios funestos que evocan el cuento de Santiago Dabove, __Finis__.

Primero, el núcleo fundido de la tierra podría enfriarse. La tierra está rodeada por un escudo magnético protector, llamado magnetosfera, el cual es generado por la rotación de la Tierra. Para no entrar en complejos detalles y acabar dándoles un dolor de cabeza, lo que necesitan saber es que la magnetosfera desvía y modifica, el tamaño y forma de las partículas energéticas que el sol emana. La magnetosfera es como un escudo que filtra la energía solar que aquí abajo podemos manejar, como un protector solar.

Por ejemplo, gracias a las partículas de energía solar a veces vemos hermosas auras o presenciamos tormentas geomagnéticas. Pero si el núcleo fundido de la tierra se enfriara, perderíamos la magnetosfera, y la protección que esta nos da contra las particulares solares.

En pocas palabras, nuestro vecino, Marte, sufrió esta calamidad hace miles de millones de años, y por eso ahora esta como esta.

Segundo, el sol podría empezar a morir y expandirse. Hoy día el sol es un cuarentón, es decir que está a mitad de vida. Pero cuando llegue a esa edad senil de los miles de millones de años, no tendrá más hidrogeno y comenzará a fusionar helio. Esto significa que no sabrá ni donde esta parado, y en lugar de quedarse en su puesto y seguirnos calentando, reaccionará empujando sus capas hacia afuera posiblemente tirando de la tierra. Es decir, que entraremos en su campo y acabaremos pulverizados.

Otra teoría dice que, en lugar de acabar achicharrados, el sol empujaría a la tierra fuera de orbita y nuestro lindo planetita se congelaría, y todos quedaríamos como paletas, o preservados en el hielo, para cuando los alienígenas nos encuentren y nos pongan en sus museos de curiosidades.

Tercero, y esta teoría se parece mucho a lo que pasó en el cuento __Finis__. Así como hay seres humanos que son muy picaros y les gusta desestabilizar lo que encuentran a su paso, también los hay en forma de planetas. Como es arriba es abajo. Sucede, pasa y acontece que el chisme científico dice que hay más planetas solitarios y fuera de su curso, de lo que hay estrellas. Y puede ser, que uno de esos planetas errantes, sin invitación entre a nuestro sistema solar y desestabilice la rutina terrícola.

Mosher dice “Un cuerpo planetoide lo suficientemente grande y a la deriva, y lo suficientemente cerca podría incluso sacarnos del sistema solar por completo. O hacer que colisionemos, que nos estrellemos con un planeta vecino”.

Entonces, nuestra bola de billar llamada Tierra, acabaría en otra mesa y pasaría de ser azul celeste, a ser blanco invierno. Otra alternativa es que el empujón gravitatorio que nos daría aquel planeta extranjero podría causar estaciones extremas y mortales. Y como ya estamos presenciando algo de dichos cambios climáticos extremos, opino que mejor recemos por no tener visitas de planetas que pasan por nuestro vecindario a turistear.

Cuarto, que como en un juego de billar, un planeta de “esos bien picaros”, interrumpa la órbita de la tierra y nos cause severo choque. Eso ya nos pasó, hace 4.500 millones de años. El cuento dice que hace mucho tiempo “un pequeño planeta se estrelló contra un planeta más grande del sistema solar, formando la Tierra y su l una”. Si eso sucediera, como dice el dicho, nada se perdería, más bien nos transformaríamos en un nuevo planeta, y hasta nos convertiríamos en una nueva especie.

Quinto. Dice Mosher que la siguiente es la teoría favorita de los directores de Hollywood, “la llama muerte por asteroide”. También ya nos pasó hace mucho tiempo. Hace cientos de millones de años, una lluvia de asteroides no dio tan duros golpes que los océanos acabaron hirviendo. Los únicos que aguantaron la caldera fueron los microbios.

Sexta y última. Que pasemos muy cerca de un agujero negro. Los científicos sospechan que al igual que hay planetas errantes, hay agujeros negros que vagabundean por ahí. Si uno de esos charcos sin fondo pasara por nuestra vecindad, digamos uno pequeño e inofensivo, la tierra estaría en graves aprietos. Unos científicos dicen que “los átomos podrían extenderse hasta que se desintegren por completo. Otros físicos han teorizado que encontraríamos el final del universo, o acabaríamos en uno completamente diferente”.

Y en este momento se ve viene a la mente, la serie de televisión __The Expanse__, desarrollada por Mark Fergus y Hawk Ostby. Si no se la han pillado, les digo que yo me he visto todas las temporadas dos veces y eso que aún no se ha acabado.

Pero mejor no los asusto más con el final del mundo que probablemente no verá ninguna de nuestras generaciones. Por que como dije, aquellos posibles finales pueden suceder en miles de millones de años. Así que no hay por que angustiarse al respecto. Mejor vivan cada día como el más precioso que hayan vivido.

Sin más rodeos o lecciones de astronomía le doy la bienvenida a Leo Quiron, quien hablará de temas más terrenales y literarios.

*

Entiendo que tenemos la manía de andar clasificando, la literatura por géneros y a las personas por sus obras, y no afirmo que ese proceder este mal, sino que al hacerlo corremos el riesgo de cerrar las interpretaciones bajo el rótulo que le pusimos. Y de esta manera sentirnos cómodos al saber que ese rótulo nos permitirá hablar con dominio sobre el tema, pero se corre el riesgo de no comprender el texto o conocer a la persona.

Ahora bien, cuando digo comprender me refiero a un segundo estado de la elaboración de ideas, es decir, una vez entendiste la parte mecánica del discurso, y si tu mente está dispuesta, será posible que el texto pueda influenciar tus conceptos generando nuevo conocimiento, y poder transformarlo en acción.

Volviendo sobre el tema de los rótulos estoy de acuerdo con el escritor argentino Borges cuando afirma: “(…) ni siquiera sabemos con certidumbre si el universo es un espécimen de literatura fantástica o de realismo.”

De Santiago Dabove sólo conocemos un libro, __La Muerte y Su Traje__. Al parecer el escritor no tuvo intención de publicar sus textos, porque años después de su muerte fue que llegaron a la imprenta, y esto sucedió más por el deseo de sus amigos cercanos de salvar del olvido una obra, que, aunque corta, está construida con una mirada singular.