8 preguntas sobre la PANDEMIA - ft. Javier Santaolalla
Como es común durante una crisis, circulan mitos, rumores y preguntas alrededor del tema
de la pandemia por la enfermedad COVID–19. Por eso hoy te presentamos:
8 preguntas sobre la pandemia
Este video se hizo gracias al patrocinio de Platzi. La plataforma de educación online que te enseña todas
las habilidades para triunfar en la nueva economía digital. Nunca pares de aprender.
¿El coronavirius es el fin del mundo? Si bien la actual pandemia causada por el
virus SARS–CoV2 debe tomarse en serio, tampoco se trata de entrar en pánico: hemos sobrevivido
a otras pandemias. En el Siglo Catorce la Peste Negra mató a unos 25 millones de personas
¡un tercio de la población de Europa! La pandemia de influenza de 1889 se inició en
Rusia y llegó a todo el mundo: murió 1 millón de personas. La pandemia de gripe de 1918,
llamada “influenza española”, infectó a 500 millones de personas y acabó con la
vida de 20 o 30 millones. En este momento, mayo de 2020, el COVID–29 ha significado
la lamentable muerte de alrededor de 100 mil seres humanos. Son muchos, pero gracias al
conocimiento científico, la humanidad ha sido capaz de contenerlo. Con la cooperación
de cada persona y cada familia, la humanidad superará esta difícil crisis.
¿El virus fue creado en un laboratorio? Investigadores especialistas se preguntaron
lo mismo que tú y se pusieron a analizar el virus. Estamos 99.99 por ciento seguros
de que el virus no fue creado usando ingeniería genética …
Si bien es cierto que en 2015 científicos en China investigaban y modificaban el virus
del SARS, se trata de un virus completamente diferente al SARS–CoV–2, además de que
se trata de laboratorios de altísima seguridad. Sus investigaciones más bien ayudaron a entender
cómo podría prevenirse la propagación de un patógeno como el que nos aqueja ahora.
Es poco probable que los virus que se estudian en los laboratorios escapen.
El SARS-CoV-2 se parece en un 96% al virus de murciélago RaTG13. Que el parecido sea
tan alto ya nos hace sospechar que ningún científico lo creó.
Las diferencias entre SARS-CoV-2 con RaTG13 son puntuales, o sea, son simplemente cambios
de bases. Cambiar bases aleatoriamente tiene infinitas combinaciones, sería casi imposible
saber la utilidad de cada una y sería costosísimo. Si un científico loco hubiera creado este
virus lo que se esperaríamos ver no serían esos cambios mínimos, sino secuencias completas
de genes. La otra pista nos la da el dominio de unión
al receptor, que es como la llave que permite al virus entrar a las células. Esta llave
tiene una forma más similar a la llave de un virus del pangolín, pero, lo interesante
es que ni siquiera sabíamos que esta llave embonara en las células humanas. Si este
virus hubiera sido creado, el científico loco no hubiera utilizado esta llave, sino
una que ya sabíamos que funcionaba.
Para que no pienses que somos parte de la conspiración, te invitamos a leer los artículos
de Nature que te dejamos en la descripción.
¿La culpa es de los chinos? Como los virus son invisibles, hay una tendencia
de buscar a alguien a quién culpar. En este caso, la epidemia inició en China, pero la
gripe porcina o influenza AH1N1 que se propagó en 2009, se inició en México. La pandemia
de la llamada “influenza española” que golpéo al mundo en 1918, casi seguro inició
en Estados Unidos o en Reino Unido. O sea que pueden originarse en cualquier parte del
mundo: los virus no tienen nacionalidad ni etnia. ¡Que una enfermedad no nos de pretexto
para ser racistas! ¿La culpa es de los murciélagos?
¡No culpes a los murciélagos! Controlan plagas, dispersan semillas, apoyan la regeneración
de los bosques, promueven la diversidad genética y polinizan 528 especies de plantas, como
plátanos, duraznos, guayabas, aguacates, vainilla ¡y hasta el agave del que se obtiene
el tequila! Si nos contagiamos de algún patógeno, es porque los humanos invadimos su hábitat,
los obligamos a convivir con especies con las que normalmente no tendrían contacto
y los matamos. ¡No los lastimes! En libertad son muy importantes.
¿Las nuevas enfermedades sólo surgen por comer cosas raras?
Es muy probable que COVID–19 haya surgido a partir del contacto de un murciélago con
un pangolín y este con seres humanos. El proceso en el que un virus salta de una especie
al ser humano se llama “zoonosis” y ya lo explicamos en otro video. Pero estas enfermedades
no sólo surgen por comer cosas que a los occidentales nos parecen raras.
La influenza AH1N1 que surgió en México se propagó a partir del contacto con los
cerdos. La gripe aviar, conocida en Italia desde el
Siglo Diecinueve en aves acuáticas, tuvo un auge en 2005 a partir del contacto de humanos
con los pollos, aunque ha habido pocos casos en humanos.
La encefalopatía espongiforme bovina, o “enfermedad de las vacas locas”, probablemente se originó
al alimentar vacas con harina de huesos y carne, y se extendió a los humanos al consumir
la carne de res. La enfermedad conocida como MERS apareció
a partir del contacto de las personas con camellos: posiblemente su leche o su carne.
Así que cualquier animal puede ser el originario. Las que raramente transmiten enfermedades
al ser humano son las plantas: sólo algunas de sus bacterias nos pueden contagiar y ninguno
de sus virus nos afectan. ¿Quizá es buen momento para considerar un cambio de dieta?
¿Sirven de algo las mascarillas? Hay que dejar muy claro que usar mascarilla
no te hace inmune a contraer COVID–19 pero si estás contagiado, aunque no te sientas
mal, el cubrebocas puede limitar la cantidad de gotas de saliva que salen de tu boca y
la distancia a la que llegan, y si no, atrapar gotas de saliva de otras personas, reduciendo
la posibilidad de contagio. Puedes hacer tu propio cubrebocas o “nasobuco” usando
una doble capa de tela de algodón lo suficientemente densa que no deje pasar la luz, cubriendo
completamente la boca y la barbilla y lavándola después de cada uso. Te dejamos un link en
la descripción. Recuerda que no sustituye la aplicación de otras medidas como el distanciamiento
social, evitar tocarte la cara y el lavado de manos frecuente y concienzudo. Si en tu
país hay escasez de mascarillas profesionales ¡no acapares! Déjaselas a los trabajadores
de la salud, que son quienes corren más riesgos. ¿Con qué me curo?
Aunque hay muchos en desarrollo, hasta el momento no hay un medicamento clínicamente
probado que cure COVID–19. Hay muchos remedios caseros y de plano estafas que no te van a
curar. Un té de eucalipto seguro no te curará, aunque te puede hacer sentir mejor. Pero tomar
cloro o clorito de sodio es definitivamente tóxico. ¡No apuestes tu salud a engaños!
Si tus síntomas son leves, mantente aislado, calientito y bien hidratado: se curará sólo
en un par de semanas. Si son fuertes, como fiebre y dificultad para respirar, llama a
los servicios de salud para que te orienten. ¿Las ondas 5G causaron la enfermedad?
Para responder a esta pregunta hemos invitado a Javier Santaolalla, de Date Un Vlog, que
además de físico es ingeniero en telecomunicaciones. ¿Qué nos puedes decir, tocayo?
Pues las ondas electromagnéticas sí que pueden dañar la salud: un onda de
alta energía puede ionizar los átomos y causar
la ruptura de moléculas y, por lo tanto, de tejidos. Es lo que sucede con los rayos
gamma que pueden alterar el ADN y causar mutaciones o los rayos ultravioleta que pueden llegar
a provocar cáncer en
la piel. ¡Pero! –y este es un gran pero– eso sólo
sucede con las ondas de alta energía. Las ondas de baja frecuencia, como la luz visible
y de ahí para abajo, no han demostrado tener efectos dañinos en el organismo. Los rayos
infrarrojos, por ejemplo, se usan en medicina para aliviar el dolor. Pues las ondas electromagnéticas
que usan los celulares, son todavía de menor frecuencia. Ningún estudio serio hasta ahora
ha indicado que afecten la salud. Javier hizo un video muy completo donde lo
explica con detalle. Visítalo: te dejamos el link en la descripción ¡Te estallará
el cerebro! Bueno, en sentido figurado.
Nos despedimos pidiéndote que, por tu bien y el de todos, hagas caso de las autoridades
sanitarias ¡CuriosaMente! Una buena manera de aprovechar el tiempo es
aprendiendo. Como con Platzi: tienen más de 600 cursos de ingeniería, emprendimiento,
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