¿Por qué amamos la música? (con Valentina González) 🎧 CuriosaMente 74
¡Ah, la música! Ha estado presente en la humanidad desde el inicio y nos acompaña
en toda nuestra vida, exaltando nuestras emociones…
¿Por qué amamos la música? No hay un área del cerebro especializada
en comprender la música, sino que apreciarla es una “función superior” que articula
muchas regiones del cerebro. La neurocientífica Valorie Salimpoor, a partir de un experimento
realizado en McGill College, descubrió que cuando escuchamos música que nos gusta, un
área llamada “núcleo accumbens” se conecta con el hipocampo (relacionado con
la toma de decisiones) y con la amígdala (el centro de las emociones). Durante la experiencia,
el cerebro se inunda de dopamina, la “hormona de la recompensa” que se libera también
con estímulos como el sexo, ciertas drogas o la comida deliciosa: escuchar música puede
ser adictivo. Pero ¿por qué reaccionamos así sólo con
la música y no con cualquier sonido? Nuestra afición tiene que ver con el reconocimiento
de patrones: cuando escuchamos estructuras musicales y somos capaces de predecir lo que
sigue, el cerebro se da una recompensa a sí mismo. Pero si los patrones son demasiado
predecibles, se pierde el reto y no hay recompensa. Por eso nos gusta oír piezas musicales
nuevas, pero que de alguna manera sean similares a los patrones que ya conocemos.
¿Cómo se construyen esos patrones? Invitamos a la artista de la voz Valentina González
para que nos explique. ¡Hola Valentina!
¡Hola Javier! ¡Hola, mentes curiosas! Son
muchos los elementos que componen una pieza musical, como la armonía, el timbre o el
volumen. Los dos más relacionados con los patrones musicales son el ritmo y la melodía.
El ritmo es la manera en que los sonidos fuertes, los débiles y los silencios, se organizan
en el tiempo. Escucha lo siguiente:
Aunque lo hayas oído por apenas unos segundos,
estoy segura de que podrás predecir el patrón ¿lo intentamos juntos?
¿Puedes sentir esa dosis de dopamina en tu cerebro?
La melodía está formada por una sucesión de tonos o notas. Algo curioso: al
reconocer una melodía, nuestra mente no recuerda tan fácilmente las notas específicas como
los intervalos, que son las distancias entre los tonos. No los tonos específicos
Escucha esta breve melodía.
Aunque cambiemos las notas específicas, reconocemos la melodía si mantenemos los
intervalos, o sea la relación entre las notas.
Estas secuencias forman frases que, con variaciones, se repiten, formando patrones. Veamos si puedes
reconocer el patrón de esta melodía y completar la nota que falta. ¡Canta conmigo! Repite
el tono que yo cante y veamos si adivinas el tono que falta.
¿Lo lograste? ¡Felicidades, te has ganado
una dosis de dopamina! Oye pero ¿por qué el cerebro se recompensa
por reconocer y componer patrones musicales?
Según Darwin, la música podría jugar
un papel importante en la búsqueda de pareja. Después de todo, los patrones sonoros les
funcionan así a muchos animales: los grillos, los pájaros y las ranas. Por no hablar de
las estrellas de rock…
O quienes llevan serenatas…
Más recientemente, se ha sugerido que el
reconocimiento de patrones en sí mismo es una herramienta valiosa para detectar depredadores
o encontrar comida: o sea, nuestra mismísima supervivencia, por lo que reforzar esa habilidad,
usando la música, sería vital.
Por otro lado, somos una especie altamente
social, y la música y la lengua están íntimamente vinculadas a nuestra imperiosa
necesidad de comunicación. Mucho de lo que no se puede decir con palabras, se puede expresar
mediante la música.
Por nuestra misma naturaleza social, la
música juega un papel importante en la formación de comunidades. Los himnos nacionales, los
cantos de la iglesia o las porras de los equipos de fut bol son ejemplo de esto. Y, en la vida
cotidiana, nos identificamos con aquellos que disfrutan el mismo tipo de música que
nosotros.
¡La música es un universo vastísimo!
lo que conocemos como música occidental, con sus escalas, tonalidades y rítmicas,
es sólo una pequeña parte del espectro musical universal: Por ejemplo, mi escala favorita
de Música Clásica del Norte de la India es esta. Vamos de Do a Do pero
con dos semitonos inesperados en el camino que no acostumbramos en la música occidental,
al escucharlo viajamos a algún país lejano. En el flamenco existen “palos” o subgéneros
que tienen patrones rítmicos muy especiales como el de 12 tiempos.
En un plano más filosófico, crear música es lo más extraordinario que conozco, poder
dar vida a algo que no existía con notas que nacieron de los sonidos de la naturaleza
de la cual venimos todos. Hay algo de divino en componer música!
En todo caso la música es de esos aspectos
de la vida que, aunque aparentemente no tienen una utilidad, tienen la función más importante:
hacernos más humanos. ¡Curiosamente!
Te invitamos a visitar el canal de Valentina González y su página web www.valentinagonzalez.com.mx
para que conozcas su hermosa música. ¡Y no olvides también suscribirte a CuriosaMente!