¿Qué es la mecánica cuántica? - CuriosaMente 79
“Física cuántica” es un término que oímos con frecuencia, pero del que se tiene
una idea tan vaga que incluso hay quien lo usa para vender engañosas “curas mediante
la mente” o supuestamente cumplir tus deseos con tan sólo pensarlo… Realmente...
¿Qué es la mecánica cuántica? A finales del siglo XIX los físicos estaban
muy satisfechos. Newton había descrito el movimiento tanto de planetas como de manzanas
por medio de sencillas ecuaciones y gracias a Maxwell se había comprendido que electricidad
y magnetismo formaban parte de un mismo fenómeno. Al parecer, si tenías los datos suficientes,
era posible predecir (o determinar) cómo funcionaría cualquier sistema.
Hasta que llegó Max Planck. Se preguntaba por qué y cómo los objetos cambian de color
cuando se calientan. Sucede que es porque, la energía que absorben la liberan en forma
de luz con diferentes frecuencias. Según la mecánica clásica, a mayor energía introducida,
la “radiancia espectral” aumentaría exponencialmente, ¡tendiendo al inifinito! Pero los experimentos
mostraban que no sucedía tan rápido, y que había un límite. A este fallo de la teoría
clásica se le conoce como “la catástrofe ultravioleta”.
Para resolver este problema, justo en 1900, a Plank se le ocurrió que en vez de medir
la energía de manera continua, la podía medir en cantidades indivisibles, o paquetes,
a los que llamó “cuantos” (o en inglés “quantum”). ¡Ahora todo encajaba! La
unidad mínima de magnitud de acción (relación entre energía y tiempo) ahora se conoce como
“Constante de Planck”, y cualquier proceso físico sólo se puede medir en múltiplos
enteros de esta constante. Para Planck esta era una solución meramente matemática, pero
poco tiempo después Einstein recuperó el concepto y lo usó para explicar y predecir
el efecto fotoeléctrico, lo que le valió el premio Nobel. La realidad subatómica es
cuántica. Tanto así que Niels Bohr lo usó para construir
su modelo de átomo. En él, los electrones pueden estar en ciertas órbitas, pero nunca
en un punto intermedio: están “cuantizadas”. Y cuando pasan de una órbita a otra menor,
emiten un fotón: la partícula de la luz. Pero ¿la luz es una partícula? Científicos
como Christian Huygens, al ver fenómenos como la difracción y la refracción de la
luz, vieron que se comportaba de manera muy similar a las olas que se hacen en el agua.
Concluyeron que se trataba de una onda. Pero otros científicos, como Newton, pensaron
que entenderla como partículas explicaba mejor el asunto. Y de hecho, el efecto fotoeléctrico
Antes de la teoría cuántica, Thomas Young había hecho un experimento: entre una fuente
de luz y una pared oscura colocó un cartón con dos pequeñas rendijas. La imagen que
se proyectaba no mostraba dos barras de luz, sino varias. Esto era un clásico patrón
de interferencia que se obtendría sólo si la luz se comportaba como ondas que se reforzaban
en unas partes y se cancelaban en otras. Este experimento, conocido como “el experimento
de la doble rendija”, se puede llevar a cabo lanzando una partícula a la vez, por
ejemplo un fotón, el cual podría rebotar en la barrera o pasar por alguna de las dos
rendijas y dejar una marca al chocar con la pantalla. Si hiciéramos el experimento con
objetos como, digamos, municiones, no habría interferencia, sólo dos franjas de marcas
donde la munición ha pegado. En cambio, si lo hacemos con partículas subatómicas el
resultado es el patrón de interferencia que ya conocemos. ¡Un momento! si hemos lanzado
sólo una partícula a la vez ¿cómo puede interferir con la partícula del futuro?
Y la cosa se pone todavía más rara. Si colocamos un detector en las rendijas para saber por
cuál de ellas ha pasado el fotón ¡el patrón de interferencia desaparece y la luz se comporta
como municiones! Es como si la mera observación cambiara el resultado del experimento. A este
fenómeno se le llama “dualidad onda-partícula” de la luz. La verdad es que tanto “onda”
como “partícula” son ideas de nuestro mundo cotidiano que intentamos usar para explicar
el mundo cuántico, cuya naturaleza muchas veces va en contra de nuestra intuición.
Otra consecuencia extraña de la mecánica cuántica es el principio de indeterminación
o de incertidumbre de Heisenberg:
está matemáticamente demostrado que no se pueden saber dos magnitudes
de una partícula al mismo tiempo. Si conoces su posición, es imposible saber la cantidad
de movimiento, y viceversa. La indeterminación cuántica también se
aplica en el llamado “efecto Hamlet”: los materiales radioactivos tienden a decaer
hasta dejar de serlo. si no se observa, un átomo radioactivo se encuentra en dos estados
simultáneamente: ser y no ser radioactivo. De ahí el experimento mental ideado por Schrödinger:
si la vida de un gato depende de un átomo en superposición de estados ¿el gato está
vivo y muerto al mismo tiempo? Pareciera que así es, hasta que alguien lo observa.
Estos extraños resultados han tenido múltiples interpretaciones, entre ellas una que dice
que existen universos paralelos… una pregunta que resolveremos en otro video ¡CuriosaMente!
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