El Nivel del Mar Sube: ¿Qué va a Ser de las Playas?
Esto fijo que lo sabéis: una de las consecuencias más conocidas del cambio climático es que
el nivel del mar está subiendo. Lleva haciéndolo desde principios de siglo XX y la predicción
es que para 2100 subirá entorno a medio metro más…
Y puede que esto te parezca super decepcionante. Al fin y al cabo esta es la imagen que nos
venden: la Estatua de la Libertad con el agua hasta el cuello. ¿Es acaso esto una exageración
de algunos ecologistas? Hoy vamos a explicároslo. Pero, primero, ¿por qué sube el nivel del
mar? Dos motivos: Una parte de la subida es debida a la expansión térmica del agua.
Al calentarse el planeta, el agua de los océanos se expande; se dilata, lo que produce una
subida. La otra parte proviene del regreso de agua que antes estaba congelada. Vuelve
al mar y aumenta su cantidad. Tal vez hayas oído que el derretimiento del
polo norte es lo que está echando más agua al mar, lo cual no es cierto. Al ser hielo
flotando en el océano, el espacio que desplaza lo compensa al derretirse con un menor volumen
(probad a hacer el experimento en casa poniendo hielos en un vaso y midiendo el nivel del
agua antes y después de que se derritan, veréis que no ha cambiado). Vamos que el
hielo flotante, los icebergs que ya andan por ahí, ya están subiendo el nivel del
mar. Que se derritan no va cambiar eso. El hielo que nos importa es el que está sobre
los continentes, el hielo posado, que no está desplazando el agua marina, como el de Groenlandia.
Lo mismo podemos decir de los glaciares de todo el mundo. Todos ellos contribuyen a que
suba el nivel del mar al derretirse. Ok, dicho esto vamos a los números: que si
20 centímetros, 50, 100… ¿cuánto es eso realmente? ¿cómo me puede afectar exactamente?
Pongamos el ejemplo de los lugares más queridos de los españoles: sus playas. Que conste
que los siguientes datos provienen de este informe del Ministerio de Medio Ambiente,
en el que consideran dos escenarios muy concretos .
Las proyecciones para 2100 son las siguientes: en la costa mediterránea no son muy graves,
para entonces la playa de Gandia, en Valencia, perderá dos metros y medios de ancho en el
mejor caso, tres en el peor, lo que viene siendo una pérdida de una toalla y media.
Not bad. La cosa se complica con las playas que dan al Atlántico. En Gran Canaria, la
playa de Maspalomas perderá entre cuatro y cuatro metros y medio, lo que son unas tres
toallas. La playa de la Barrosa en Cádiz también se verá reducida entre cuatro y
4.2 metros, otras tres toallas… Y, por último, los peores parados, las playas del cantábrico.
Por ejemplo, la playa de La Concha en San Sebastián, un lugar emblemático, perderá
unos seis metros de ancho. Cuatro toallas. Y ya no es solo el perder espacio para el
domingueo. Por un lado, pensad que el mar marca el nivel base de los ríos. Si sube,
los ríos también, lo cual puede empeorar los efectos de las crecidas. Y esto va a ser
especialmente grave en aquellas zonas proclives a inundaciones. Por ejemplo, ciertas zonas
de España ya tienen riesgo de inundaciones por lluvias torrenciales como la famosa gota
fría. Imagínate que gracias les hará tener medio metro de inundación más por la subida
del nivel del mar. Y, por otro lado, tenemos el tema de la intrusión salina.
Fácil: si el nivel del mar sube, es muy posible que el agua salada acceda a un acuifero subterráneo
y lo contamine. Lo mismo ocurre en las desembocadura de los ríos. Si este efecto lo combinas con
unas bajas precipitaciones (como las que se preveén en España) tenemos un problema en
las fuentes de agua dulce. Y no hace falta mirar al futuro para ver lo que podría pasar.
Hoy en día islas del Pacífico como Tuvalu se han visto obligadas a importar su comida
simplemente porque su tierra ha absorbido tanta sal que no pueden cultivarla. Otros
países como Kiribati ya directamente han comprado terrenos en otros países por si
tuviesen que trasladar a su población. Gente, esto está pasando ¡ahora mismo!
Y la línea roja no está lejos para otros países. En Egipto o en Bangladesh, un aumento
del nivel del mar de 1 metro inundaría el 10 % de los campos de cultivo de estos países,
obligando a millones de granjeros a desplazarse. Pero, agarraos, porque la situación puede
complicarse más si cabe. Os recuerdo, las masas de hielo que pueden
derretirse y subir el nivel del mar son: los pequeños glaciares de montaña y los grandes
jugadores: Groenlandia y la Antártida. Los múltiples glaciares repartidos por el
mundo ya se están derritiendo. Se estima que irán desapareciendo en las próximas
décadas. Sin embargo, a más largo plazo los verdaderos protagonistas son los otros
dos. Y, bueno, “largo plazo”. Siento informarte
que Groenlandia ya se está derritiendo. Si se fundiera por completo, el derretimiento
elevaría el nivel del mar entre 6 y 7 metros. ¿Cuánto es esto? Olvidaos de toallas. Esto
querría decir que vuestro hotel de playa favorito quedaría sumergido hasta la segunda
planta. Y no creáis que esto es algo impensable, mantener una temperatura por encima del acuerdo
de París, esos 2ºC, podría conducir a este escenario.
Por suerte la Antártida tiene tanto hielo que no va a derretirse por completo debido
al calentamiento global.. Pero hay una manera de hacerlo parcialmente.
Física básica de glaciares, la nieve se acumula, se compacta formando hielo, el cuál
fluye al mar. Esto incluye a los glaciares de la Antártida, donde el hielo suele acumularse
en la zonas costeras formando una especie de plataformas. Aunque lo que más sale en
las noticias y alarma a la gente es el desprendimiento de grandes trozos de hielo de estas plataformas,esto
no es lo que más contribuye a la subida del nivel del mar. Al fin y al cabo, los 500 metros
de plataforma que estaban sumergidos ya estaban desplazando un volumen. Son sólo los 50 metros
que estaban por encima de la superficie los que elevan el nivel. Además, estos desprendimiento
son algo que en cierta medida ha pasado siempre: todos los glaciares pierden hielo de manera
natural en su parte costera, bien porque se funde o bien porque se desprende en forma
de icebergs. Si esta pérdida se compensa con la nieve que cae, se mantienen estables
y todo guay. Lo que verdaderamente preocupa a los científicos
de este desprendimiento es que este equilibrio se rompa a lo bestia. Los glaciares del interior
ocupan decenas de miles de kilómetros cuadrados y tienen miles de metros de altura y como
están sobre roca su derretimiento contribuiría al nivel del mar. ¿Os acordáis de las retroalimentaciones
del Ártico? Pues la Antártida tiene las suyas propias. Por un lado, el hielo de las
plataformas marinas actúa como dique de contención, oponiendo resistencia al flujo del hielo hacia
el mar. Si por el aumento de la temperatura se desprenden, el hielo del interior fluye
mucho más rápidamente hacia el mar. Y cuanto más rápido pierde hielo el glaciar, más
se aleja del equilibrio. Y esto ya ha sido medido recientemente, gracias a los satélites.
Cuando se rompió la barrera de hielo de Larsen C en Julio de 2017, la velocidad de algunos
glaciares que tenía detrás se multiplicó por 8.
Veamos otra retroalimentación más. En ciertas zonas de la Antártida Occidental la roca
sobre la que está el hielo, se encuentra por debajo del nivel de mar, en parte hundida
por el peso del hielo, formando una especie de “bol”. Como la roca está por debajo
del nivel del mar, el agua podría llegar a colarse por debajo e ir llenando el bol
derritiendo el hielo a su paso. Y ojo que estamos hablando de miles de kilómetros cuadrados
de hielo fundido. Al aumentar la superficie de hielo en contacto con el agua marina la
cantidad de hielo que se funde aumenta, por lo que el flujo del glaciar hacia el mar se
acelera. Esta inestabilidad podría suceder en estas partes de la Antártida si la temperatura
del agua sigue aumentando. Vamos que a este paso, el desmantelamiento
de estas zonas podría causar una subida de varios metros del nivel del mar. Evidentemente,
cuanto más lo supere, mayor es el riesgo, pero no es fácil hacer predicciones precisas...
Groenlandia está claro en qué camino va. La gran incógnita de los modelos está en
este fenómeno de la Antártida Occidental; estos fenómeno son tan complejo que pequeños
cambios en la temperatura afectan mucho a las previsiones.
Y… A ver los de la costa, no empecéis a hacer las maletas todavía. Tranquilos. Vuestra
casa no se va inundar de la noche a la mañana. El derretimiento de estas grandes masas de
hielo se completará a lo largo de cientos o miles de años. Hay mucho hielo que derretir
y los cambios tardan tiempo en ponerse en marcha. Que no cunda el pánico. Pero ojo,
que sean tan lentos tiene una cosa mala: como las grandes masas de hielo tardan tanto en
derretirse y como el calor tarda siglos en ser absorbido por los océanos, incluso si
parásemos de emitir hoy, el nivel del mar seguiría subiendo poco a poco durante los
próximos cientos o miles de años. Seguramente lo que se te quede de este vídeo
es que cuando tengas más de 90 años, tu playa favorita habrá perdido un par de toallas
de anchura. No cometas ese error. Sería como decirle a una persona que a la
décima de segundo de saltar por un precipicio no va a sufrir dolor… cuando lo importante
es cómo va a estar al final del recorrido, cuando impacte contra el suelo. Por ello,
para evitar este tortazo, una vez dejemos de emitir CO2 la cosa no se va a quedar ahí.
Seguramente vamos a tener que seguir trabajando hasta devolver la temperatura de la Tierra
a su valor original, o bien mitigar los daños como podamos, pero de estas cuestiones hablaremos
en un futuro vídeo. Y ojo porque los vídeos acuosos no han terminado: dentro de poco hablaremos
sobre cómo el cambio climático va a cambiar las lluvias
del mundo.
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