ARIZONA: ¿El feudo REPUBLICANO que puede VOTAR por JOE BIDEN? - VisualPolitik
Amigos, Arizona es un estado famoso por el Gran Cañón del Colorado, sus minas de cobre
y sus cactus. Porque si algo escasea en este estado es la lluvia. Ahora bien, tener un
clima semidesértico no ha impedido que Arizona sea el estado en el que más rápido está
creciendo la población de todos los Estados Unidos.
Para que os hagáis una idea, actualmente en Arizona viven el doble de personas que
hace 30 años. Acaban de superar los 7 millones de habitantes.
De hecho es muy llamativo ver cómo estados vecinos bastante similares como Nevada, Nuevo
México e incluso Utah tienen prácticamente la mitad de población que Arizona. Y os estaréis
preguntando ¿y esto por qué demonios pasa?
Pues parece, que la respuesta es evidente: por la inmigración.
Los datos demográficos ofrecen pocas dudas. Un 30% de la población de Arizona es de origen
hispano cuando hace 30 años estos apenas representaban el 19%.
Y ojo porque el peso de la población hispana no va a dejar de crecer.
Desde el año 2017 los nacimientos de madre latina son superiores a los de cualquier otro
colectivo. Y claro, con los años todo esto tendrá un efecto sobre el electorado de Arizona.
Porque los menores de 18 años no pueden votar ahora, pero que puedan votar es solo una cuestión
de tiempo.
Por eso un informe de la Universidad Estatal de Arizona estima que la proporción hispana
del electorado crecerá del 15% en 2010 al 25% en 2030.
Así que, queridos amigos de VisualPolitik, la conclusión es sencilla: Arizona, un estado
que en 2016 dio su apoyo a Donald Trump para llegar a la Casa Blanca, es cada vez más
hispano.
En este vídeo vamos a ver cómo puede influir todo esto de cara a las elecciones presidenciales
del próximo martes 3 de noviembre y de cara a futuros comicios electorales. Atentos que
comenzamos.
Desde VisualPolitik creemos que para entender bien las elecciones de Estados Unidos, no
podemos verlas como las de un país cohesionado sino que hay que verlas estado por estado.
Y Arizona ha sido históricamente un feudo republicano.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la victoria del demócrata Harry Truman
en 1948, Arizona apoyó siempre al candidato presidencial del Partido Republicano salvo
en 1996. Y en aquella ocasión Bill Clinton se impuso por la mínima.
Sin embargo, ahora parece que todo esto podría estar a punto de cambiar:
(Biden Leads by 8 Points in Arizona Over Trump, New Poll Shows. Newsweek)
La importancia de Arizona es considerable. Especialmente para el presidente Trump. ¿Por
qué? Pues básicamente porque está bastante claro que las posibilidades de Trump de seguir
en la Casa Blanca pasan por mantener los apoyos obtenidos en 2016.
Ojo también con los demócratas: es más importante para Biden ganar ahora en Arizona,
que supone 11 votos en el Colegio Electoral, que para Clinton cuando lo logró en 1996,
pues entonces solo eran 8 votos, o en tiempos de Harry Truman, cuando apenas eran 4.
(Que Arizona deje de ser un feudo republicano puede convertirse en un gran quebradero de
cabeza para los republicanos. Porque su importancia en el Colegio Electoral está creciendo.
Recordad que las elecciones presidenciales de Estados Unidos son unas elecciones indirectas.
En realidad los votantes eligen a los 538 miembros del Colegio Electoral cuya única
función es elegir al presidente y al vicepresidente y en el que la distribución de sus miembros
va más o menos en función de la población de cada estado.
Recordad también que otra particularidad de las elecciones estadounidenses es que con
la excepción de Nebraska y Maine los delegados no se reparten proporcional sino que el candidato
que gana se hace con todos. En Arizona no importa que un candidato gane las elecciones
por un voto o por un millón. Lo importante es ganar. El candidato más votado se hará
con sus 11 votos en el Colegio Electoral.)
Por eso Arizona es tan importante. Hablamos de los 11 electores que gana un candidato
y los 11 electores que deja de ganar el otro candidato. Hace 4 años 77 votos del Colegio
Electoral separaron a Trump y Clinton. Y con estos cálculos, Arizona representaría por
sí sola 22 votos, seguro que ya no os parecen tan pocos.
Así que la pregunta es: ¿Puede Arizona dejar de ser un feudo republicano y convertirse
en un swing state? ¿Qué nos hace pensar que las gentes de este estado van a votar
por Biden o por qué podrían quedarse con Trump? ¿Decidirá Arizona en noviembre quién
ocupará la Casa Blanca durante los próximos 4 años? Hoy en VisualPolitik vamos a responder
a estas preguntas. Pero antes, antes vamos a ver un poco de historia.
(EL VIEJO SHERIFF DE MARICOPA)
El condado de Maricopa es uno de los 15 condados de Arizona. Allí se encuentra Phoenix, la
capital y la ciudad más poblada del estado. Y os aseguro que no exageramos un pelo si
decimos que durante muchos años las únicas noticias que nos llegaron desde aquí eran
las que protagonizaba Joe Arpaio, el viejo sheriff de Maricopa.
(Joe Arpaio fue elegido en 1993, cuando tenía 60 años, sheriff del condado de Maricopa.
Permaneció en el cargo durante 24 años, hasta 2017, al ser reelegido hasta en 5 ocasiones
como sheriff. Fue siempre el candidato respaldado por el Partido Republicano y él mismo se
autoproclamaba como el sheriff más duro de toda norteamerica. Su fama alcanzó incluso
un nivel internacional por su trato severo a los prisioneros y su persecución a los
inmigrantes ilegales.)
Su mayor polémica fue la cárcel de Tent City.
Y es que veréis, antes de que Arpaio se convirtiera en sheriff, el número de reclusos de Arizona
excedía el máximo permitido. Así que a muchos se les ponía en libertad antes de
cumplir su condena para cumplir con las normas y evitar el hacinamiento.
Pero Arpaio se inventó una solución: Tent City. Una cárcel formada por tiendas de campaña
y vigilada por garitas de las que colgaba un mensaje que ponía: “Habitaciones libres”.
De esta forma la política carcelaria de Arizona cambió de repente: todos los presos pasaron
a cumplir la condena íntegra porque al final, si se necesitaba más sitio, el sheriff Arpaio
te montaba más tiendas de campaña.
Claro que las condiciones no eran precisamente las mejores. Montar una acampada en Arizona
no parece la mejor idea. Fijaos por ejemplo en esta noticia de hace 3 años:
(Arizona is housing prisoners in a tent city and it's 117 degrees. Vice)
Si Arpaio quería que su cárcel pareciera el infierno, está claro que por calor no
era. Luego están otros detalles que tanto llamaron la atención de los medios de todo
el mundo: los presos, condenados generalmente por delitos menores, estaban obligados a llevar
ropa interior de color rosa y trajes a rayas blancas y negras; vamos los clásicos de los
presos. Solo les faltaban los grilletes y la cadena con la bola arrastrada por el pie
para llevar el kit completo.
Por supuesto las organizaciones proderechos humanos denunciaban que se daba a los presos
un trato denigrante. Pero la cuestión es que, en el fondo, Arpaio estaba encantado
de recibir tanta atención. Claro que a la larga, tanta atención, genera problemas.
Y vaya si Arpaio los ha tenido.
(Las redadas realizadas por el sheriff para buscar inmigrantes ilegales provocaron durante
años acusaciones de discriminación racial. A esa conclusión llegó en 2011 un juez federal.
Ordenó a Arpaio poner fin a sus controles de inmigración ya que detenían a personas
sin evidencia de haber cometido ningún delito. El veterano sheriff no hizo ni caso y en 2017
fue condenado por desacato criminal.
Arpaio se enfrentaba a una posible condena de hasta 6 meses de cárcel. Pero tiene amigos
muy poderosos. En las elecciones de 2016 mostró apoyo total a la candidatura presidencial
de Donald Trump. Así que, cuando fue condenado, el presidente acudió en su auxilio y le indultó.)
Fue el primer indulto de Trump y no contó con la
aprobación de muchos republicanos. Ni siquiera con la aprobación del que fue durante 3 décadas
senador por Arizona, John McCain.
(Mr. Arpaio was found guilty of criminal contempt for continuing to illegally profile Latinos
living in Arizona based on their perceived immigration status in violation of a judge's
orders. The President has the authority to make this pardon, but doing so at this time
undermines his claim for the respect of rule of law as Mr. Arpaio has shown no remorse
for his actions. John McCain.)
Pues bien, esta era la Arizona que en 2016 apoyó a Trump a llegar a la presidencia.
El condado de Maricopa, cuyos votantes reeligieron múltiples veces a Arpaio, reconocieron en
el magnate el mismo discurso contra la inmigración y las mismas propuestas que ya habían escuchado
de su viejo sheriff.
Pero dicho esto, veamos cómo ha sido la Arizona de la era Trump.
(TODOS LOS MUROS DEL PRESIDENTE)
En 2015 Trump lanzó su carrera hacia la Casa Blanca; pronto dejó clara la opinión que
tiene sobre la inmigración mexicana:
El primer mandato de Donald Trump ha reformado drásticamente el sistema migratorio de Estados
Unidos. Desde que asumió el cargo su administración emprendió más de 400 acciones ejecutivas
sobre inmigración.
Ahora bien, ¿cumplió Trump las promesas utilizadas hace 4 años para ganar votantes?
¿Ha cumplido con un discurso que muchos podrían tachar de populista? Pues parece que no del
todo.
(La promesa de construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México
fue una de las promesas de campaña más controvertidas de Donald Trump.
El magnate hablaba de un muro de hormigón de 1.600 kilómetros, con el resto de la frontera
asegurada por barreras naturales. Además, Trump también insistió en que México lo
pagaría y cifró su coste en unos 8.000 millones de dólares.
Sin embargo. 4 años después, la realidad es que ni México ha puesto un peso ni Trump
ha construido el muro. Su muro.)
Eso por no decir que un informe interno del Departamento de Seguridad Nacional estimó
que el muro propuesto por Trump costaría 21.600 millones de dólares, más del doble
de lo estimado por el magnate.
Este asunto ha sido utilizado constantemente en las peleas entre republicanos y demócratas.
Como los demócratas controlaban la Cámara de Representantes y le bloqueaban la asignación
de fondos para el muro, Trump declaró en febrero de 2019 el estado de emergencia nacional
en la frontera.
Así ha podido hacerse con 15.000 millones de dólares al desviar fondos de la lucha
contra el tráfico de drogas y del ejército. Desde entonces, el presidente dice que ya
se han construido 480 kilómetros de muro.
Pero lo que no cuenta es que 420 kilómetros han venido a sustituir o reparar estructuras
fronterizas ya existentes que estaban deterioradas. Eso sí, esperad un momento porque el muro
no es la única promesa en materia de inmigración que el candidato Trump hizo en 2016.
(Trump también se comprometió a deportar a todos los inmigrantes indocumentados. Esta
medida hubiera supuesto la expulsión de Estados Unidos de aproximadamente 11,3 millones de
personas. Aunque eso sí, el candidato republicano fue suavizando su postura. A medida que avanzaba
la campaña electoral de 2016, Trump redujo las deportaciones prometidas a unos 2 o 3
millones de personas, prometiendo concentrar sus esfuerzos en expulsar criminales, pandilleros
y narcotraficantes.)
Al final la realidad es que la cantidad de personas deportadas por Trump en su primer
mandato ronda el millón de personas.
Aunque es verdad que ha intentado expulsar a más, pero se ha encontrado una oposición
enorme. De hecho, una de las medidas más polémicas fue su intento de acabar con el
programa de protección de menores inmigrantes de Obama.
Tuvo que ser el Tribunal Supremo de los Estados Unidos el que le parara los pies al fallar
en contra de su propuesta de rescindir la llamada DACA, que protege a unos 650.000 jóvenes
que entraron en Estados Unidos sin papeles cuando eran niños.
El caso es que si algo ha cambiado con Trump eso ha sido precisamente el discurso. Y no
olvidéis el peso que los hispanos tienen ya en Arizona.
Pero… Sigamos.
Si hablamos de Trump y del año 2020, es imposible no hablar del dichoso coronavirus. Y aquí
está claro que el presidente no ha encontrado el muro capaz de frenar la pandemia.
Las cifras en Estados Unidos hablan por sí solas: a estas alturas, más de 8 millones
de contagios y más de 220.000 fallecidos. Pues bien, el mayor problema para Arizona
es que el 95% de su población vive en núcleos urbanos.
(Arizona es el decimocuarto estado más poblado de los Estados Unidos. Sin embargo, el hecho
de que la población esté más concentrada en las ciudades ha incrementado la incidencia
del virus. Hablamos del octavo estado con más casos, más de 230.000 contagios, y caso
6.000 fallecidos en el momento de preparar este vídeo. De hecho, el gobernador de Arizona,
el republicano Doug Ducey, se vio obligado a decretar el confinamiento de la población
desde el día 1 de abril durante mes y medio.)
El coronavirus ha hecho pedazos los términos en los que pensábamos que podía moverse
esta elección: Trump presumiendo de crecimiento económico frente a los demócratas reivindicando
temas más sociales como las cuestiones migratorias. Pero 2020 nos ha cambiado la vida a todos,
también a los estadounidenses.
Ahora bien, si levantamos la vista y echamos un vistazo más allá veremos que si algo
ha cambiado durante estos últimos 4 años eso ha sido precisamente Arizona. Atentos.
(LA NUEVA ARIZONA)
Ya os lo hemos dicho antes: Arizona es un feudo históricamente republicano. Y sí,
hace 4 años dieron sus 11 electores a Donald Trump. Confiaron en el magnate. Pero desde
entonces hemos visto en Arizona numerosos signos de divorcio entre el presidente y el
electorado republicano.
Un factor seguramente clave ha sido el desprecio con el que Trump trató en varias ocasiones
al senador John McCain. El que fuera candidato presidencial contra Obama nunca dudó en hacer
públicas sus discrepancias con el magnate.
Pero las cosas van más allá de cualquier pequeña polémica. Además de los terribles
desprecios y ataques que Trump dirigió hacia McCain, en Arizona se sienten en realidad
los guardianes del alma conservadora del Partido Republicano, los herederos del senador Barry
Goldwater.
(Barry Goldwater fue senador por Arizona durante 30 años y candidato presidencial del Partido
Republicano en las elecciones de 1964. Perdió ante Lyndon Johnson pero su legado está considerado
como clave en el renacimiento del movimiento conservador. Goldwater se apoyó en una ideología
liberal concentrada en 3 objetivos: reducir el poder del gobierno federal, favorecer las
libertades económicas y políticas y combatir el comunismo en el exterior. El resultado
tuvo nombre y apellidos: Ronald Reagan.)
El difunto John McCain fue una voz crítica contra el presidente Trump. Pero a los 6 meses
de que el magnate jurara su cargo, le fue diagnosticado el cáncer mortal. Así que
la voz del conservadurismo republicano fue reivindicada por el otro senador por Arizona.
Jeff Flake condenó en un libro la influencia de Trump en el movimiento conservador. Denunciaba
que el Partido Republicano había renunciado a todas sus creencias e ideología a cambio
del poder ofrecido por alguien tan autoritario y populista como Donald Trump. Así lo explicaba
el propio senador cuando anunciaba que no se presentaría
a la reelección:
(El mandato de Jeff Flake como senador concluyó en 2018. En las elecciones al Senado para
ocupar su vacante, la candidata del trumpismo, Martha McSally, fue derrotada. Hacía 30 años
que el Partido Demócrata no conseguía hacerse con uno de los dos puestos de senador por
Arizona.
Pues bien, en las elecciones de este 3 de noviembre se elegirá también quién recoge
la vacante tras la muerte de John McCain. McSally es de nuevo la candidata republicana.
De perder, sería la primera vez desde 1952 que los dos senadores por Arizona pertenecen
al Partido Demócrata. Y este aspecto las encuestas ofrecen pocas dudas: eso es exactamente
lo que va a ocurrir)
Amigos, la sensación que existe es que el trumpismo se desmorona en Arizona.
De hecho, los demócratas también ganaron en la última elección para la Cámara de
Representantes.
E Incluso el propio Joe Arpaio, el fiel seguidor de Trump, ha sufrido 3 reveses electorales:
perdió el cargo de sheriff del condado de Maricopa ante su oponente demócrata; luego
ya indultado compitió sin éxito con Martha McSally para presentarse al cargo de senador;
y ya puestos los republicanos no le han dado ni siquiera la oportunidad de que pueda volver
a ser elegido sheriff.
La estrella de Arpaio se apagó. Veamos qué pasa con Trump porque el partido en Arizona
da signos de descomposición.
(Former Sen. Jeff Flake, former Rep. Jim Kolbe throw support behind Joe Biden. AzCentral)
La verdad es que esta película ya la hemos visto antes. Los republicanos en California
intentaron avivar el miedo a los inmigrantes ilegales en los año 90. Y lo único que les
valió fue para mantener el cargo de gobernador apoyados en la popularidad de Arnold Schwarzenegger.
Pero desde entonces, ya sí, Sayonara Baby. Los hispanos nunca se lo perdonaron. Y cada
vez los hispanos tienen más que decir, también en Arizona.
hispanos tienen más que decir, también en Arizona.
Pero ahora turno para ti, ¿Crees que Arizona seguirá siendo un feudo republicano? ¿Consideras
que la población hispana pasará factura a Trump por su discurso antiinmigración?
Déjame tu respuesta en los comentarios. Si el vídeo te ha resultado interesante dale
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Un saludo y hasta la próxima.