ASALTO al PODER en ISRAEL: ¿el FIN de NETANYAHU? - VisualPolitik - YouTube (1)
La mecha se prendió en Israel y el país estalló.
Las calles de las principales ciudades han visto algunas de
las mayores protestas de la historia de este país.
Más de 600.000 personas al grito de “democratia” y ondeando banderas israelíes se echaron a las
calles en Tel Aviv, Jerusalem, Haifa y otras ciudades para protestar contra el gobierno.
O mejor dicho, contra el propio Benjamin Netanyahu, el mismísimo rey Bibi.
Las protestas comenzaron en febrero de 2023 ante
el anuncio de una amplia reforma judicial y poco a poco fueron tomando cada vez más
intensidad hasta que a finales de marzo todo terminó de saltar por los aires.
El jueves 23 de marzo el Knesset, el parlamento israelí, aprobó una
Ley blindando el poder de Netanyahu frente a la acción de la justicia. Una Ley que impide
explícitamente que el Tribunal Supremo pueda ordenar la suspensión en el cargo
a un primer ministro, estableciendo que solo una supermayoría de tres cuartos del
parlamento puede forzar la suspensión o destitución del primer ministro.
Esta Ley sumada al gran descontento general por una treméndamente polémica y absolutamente
clave reforma judicial ha sido algo así como la gota que ha colmado el vaso en el Estado judío.
Cortes de autopistas, cargas policiales con cañones de agua, un asedio a la residencia
privada de Netanyahu en Jerusalem, y una enorme huelga que paralizó los principales puertos y
el mayor aeropuerto del país, y, también incluso las embajadas y los consulados.
A pesar de que las protestas han sido hasta el momento fundamentalmente
pacíficas y muy ordenadas, por momentos todo parecía indicar
que Israel estaba al borde de un estallido social mucho más grave.
Un estallido que todavía en el momento en el que preparamos este vídeo no se puede
descartar del todo. Y no, no somos ni mucho menos los únicos que no lo descartan. Fijaos.
(Ex-jefe de las Fuerzas Aéreas de Israel:
Netanyahu ‘declaró la guerra civil' - The Times of Israel)
Sí, puede que hablar en términos de guerra civil sea algo muy exagerado, pero lo cierto es que a la
división ideológica, religiosa y a el descontento con los políticos actuales que experimenta gran
parte del país, se ha sumado ahora la versión aparentemente más autoritaria de Netanyhau.
Para muchos el Rey Bibi parece querer convertirse en el Dios Bibi.
Ahora bien, ¿por qué? ¿Por qué de repente parece haber caído en desgracia un primer
ministro que ha dirigido el Estado judío durante la mayor parte de este siglo,
y que ha conseguido enormes éxitos económicos y sociales para su país?
Ya os dijimos en un pasado vídeo aquí en VisualPolitik que esta vez, el Rey Bibi,
el arquitecto del Israel moderno podría estar superando muchas lineas rojas.
Una de ellas fue, precisamente, la formación de gobierno con fanaticos religiosos y,
también con algunas de las facciones más nacionalistas, radicales y peligrosas de la
política israelí: hablamos, por supuesto, del conocido como sionismo religioso.
De hecho ha llegado a colocar como super Ministro de Seguridad Nacional a Itamar Ben-Gvir,
un tipo al que el ejército no le dejó hacer la mili por formar parte del partido fascista
Kach [KAJH], una agrupación que - mucho ojo - fue designada por el propio estado
de israel como una organización terrorista e ilegalizada en 1994.
Las cosas empezaron mal y ahora parecen ir de mal en peor.
Sus críticos denuncian que Netanyahu quiere ir demasiado lejos y utilizar
su posición de poder en el Estado para su propio beneficio personal… En concreto,
le acusan de que querer convertir al estado de Israel en una especie de cortijo personal
reformando la justicia para evitar que puedan llegar a perjudicarle nuevos procesos judiciales.
Recordad que Netanyahu está o ha estado inmerso en varias investigaciones judiciales
relacionadas con supuestas tramas de corrupción. Concretamente hablamos de
cuatro casos conocidos como el caso 1000, el caso 2000, el 3000 y el 4000 respectivamente.
Del caso 3000, centrado en la supuesta compra irregular de submarinos alemanes fue absuelto.
Pero los otros tres se siguen juzgando… Y lo están haciendo también con cierta polémica,
basicamente porque parecen interminables. (10 de febrero de 2023: Tres años después,
el juicio de Netanyahu no tiene un final a la vista. Algunos juristas dicen que los jueces en
los casos de Netanyahu están permitiendo que los procedimientos se prolonguen demasiado. - Haaretz)
De hecho, según el punto de vista tanto del propio Netanyahu como de numerosos juristas
de su entorno, los jueces estarían alargando adrede el proceso judicial para perjudicarle,
para que la sombra de la corrupción siga cayendo constantemente sobre él.
Pero más allá de posibles elucubraciones, el caso es que si ya fue polémico que recuperase el poder
aliándose con el Partido Sionista Religioso, una coalición de partidos ortodoxos de extrema
derecha con tintes racistas, homófobos e incluso belicistas, la reforma judicial parece haber
sido la puntilla. La gota que ha desbordado la paciencia de gran parte de la sociedad israelí.
Hablamos de una reforma que lo que busca es básicamente blindar al primer ministro
en su puesto y permitir que gobierno controle directamente la justicia.
Y cuando decimos controlar no hablamos de maniobrar de
forma torticera para colocar unos jueces afines por aquí y por allá
que en un momento dado le puedan salvar los trastos al gobierno.
No.
Hablamos de un control mucho pero que muchísimo más amplio que para muchos analistas podría poner
a la única democracia liberal de Oriente Medio verdaderamente contra las cuerdas.
(Netanyahu finalmente fue demasiado lejos - VOX) N4(Las reformas de Benjamín Netanyahu provocan la
indignación de los partidarios más acérrimos de Israel en EE.UU. FT)
(“La reforma es necesaria y la llevaremos a cabo — pero no al
precio de una guerra civil.” - Nir Barkat, Ministro de Economía del Estado de Israel)
Sobre la mesa está una reforma que dejaría a los controvertido
cambios judiciales de Orban en Hungria o del PiS en Polonia como un juego de
niños. Como aprendices en el dudoso arte de querer mano en la justicia.
Ahora bien, ¿qué es exactamente lo que ha movilizado a tantos israelíes en contra de estos
cambios? ¿En qué consiste concretamente la reforma que antes o después quiere aprobar Netanyahu? ¿Por
qué ha sido justo a finales de marzo cuando las calles han explotado en contra del gobierno?
Pues bien, todas estas cosas y más os las vamos a contar a continuación en este vídeo,
así que, prestad mucha pero que mucha atención.
T1(LA REFORMA DE LA DISCORDIA)
Hay algo que en Israel todo el mundo sabía,
pero que quizás no tanta gente pensaba que fuese a ser tan descarado.
Sí, se sabía que tras el ímpetu de Netanyahu por regresar al poder estaba la búsqueda de
ciertos beneficios personales. Pero pocos hubieramos imaginado que a los
pocos meses de regresar al poder y de la mano de algunos de los partidos más
radicales de la historia política de Israel, Bibi fuera tan lejos.
Y es que, queridos amigos de VisualPolitik, lo cierto es que la reforma, promovida
directamente por el Ministro de Justicia Yariv Levin, del Likud,
el partido de Netanyahu, pero respaldada y promovida también por sus radicales socios
de gobierno le permitiría al ejecutivo israelí controlar al poder judicial casi por completo.
Pero… Si os parece, veamos exactamente que se plantea.
Pues bien, por un lado, la idea de la reforma es que las decisiones del
Tribunal Supremo queden estrictamente subordinadas al poder político.
De esa forma, por ejemplo, la reforma planteada aumenta los requisitos necesarios para declarar
ilegales y anular leyes ya aprobadas. Pero por supuesto eso no es lo peor.
Si aún así el Tribunal Supremo logra invalidar una Ley por considerarla ilegal,
la Knesset, el parlamento, podría anular esa decisión con tan solo una mayoría
simple de 61 votos de 120 que tiene en total. Es decir, las decisiones del alto tribunal
podrían ser fácilmente revertidas por el poder político si estas chocan con sus intereses.
Evidentemente esto le concendería a la mayoría parlamentaria un poder practicamente ilimitado.
Pero si esto ya parece una salvajada, todavía no habéis visto nada.
El proyecto de ley también propone quitarle la autoridad al Tribunal Supremo para revisar
la legalidad de las Leyes Fundamentales de Israel. Hablamos de leyes que funcionan como
una especie de Constitución por fascículos. Porque Israel no tiene una Constitución
escrita al uso como la que hay en la mayoría de países del mundo,
sino que el Estado se rige por un grupo de Leyes Fundamentales que se van aprobando o reformando.
Evidentemente esto haría que el poder político pudiera colocar casi cualquier cualquier cosa
o cualquier atropello legal en la cima del sistema jurídico israelí sin que el
Tribunal Supremo pudiera hacer prácticamente nada.
Pero no, eso ni siquiera es todo. Todavía hay más.
Obviamente todo buena reforma judicial para controlar la justicia no estaría completa
del todo sin intentar también controlar a los jueces. Y no,
el proyecto de ley tampoco se olvida de este punto.
La reforma también plantea cambios en la forma en la que se elige a los jueces.
Concretamente, se pretendía cambiar el poder que tiene el Comité de Selección Judicial,
que es el organismo que nombra a los jueces de los tribunales israelíes.
Actualmente este comité está formado por una mezcla variopinta de miembros del gobierno,
políticos, jueces y juristas pensada para que ninguna de
las tres partes tenga nunca la mayoría a la hora de elegir.
Pues bien, con la reforma, lo que se pretende es,
precisamente eliminar a dos representantes del Colegio
de Abogados de Israel ((Israel Bar Association)) de modo que los miembros del Comité de Selección
Judicial que que representan al gobierno o a la coalición de gobierno sumen 5 de 9 votos.
De esta manera, el control de los nombramientos de jueces en todo el
país estaría efectivamente en manos del gobierno.
No digáis que no lo tenían bien pensando.
Y no se trata sólo de los jueces. La idea de politizar el sistema alcanza todos los niveles,
incluso el de los asesores jurídicos. El cuerpo de los asesores jurídicos del gobierno en Israel
está hoy formado por profesionales más o menos independientes que dependen del
Fiscal General. Sus decisiones son hasta cierto punto vinculantes. Es
decir, para avanzar en cambios políticos el gobierno tiene que tener el visto bueno
de los asesores jurídicos. Tiene que saber que lo que hace puede ser considerado legal.
Pues bien, con la reforma, eso tampoco sería así. Estos asesores jurídicos,
estos abogados del estado pasarían a ser designados y cesados por cargos
políticos y sus criterios no serían más que meras recomendaciones no vinculantes.
En otras palabras, que el gobierno podría seguir
adelante con acciones incluso cuando se le informe de que estas son ilegales.
Ya véis que han pensando en todo. Queridos amigos, amigas, estas son
algunas de los postulados más graves de la reforma judicial liderada por Bibi. Seguro que ahora
entendéis mucho mejor la enorme indignación que ha suscitado dentro y fuera del país.
C2("Amamos a Israel, pero no vamos a ver cómo se debilitan o incluso se socavan los
cimientos democráticos de Israel [...] No podemos imaginar un Estado judío que
no sea democrático y, sin embargo, hay gente que sí puede". Rabino Rick Jacobs,
presidente de la Unión para el Judaísmo Reformista)
Por ahora las protestas que han hecho que Bibi congele temporalmente este proyecto de ley. Algo
que por cierto le ha costado tener que aceptar que el extremista ministro de seguridad nacional
Itamar Ben-Gvir pueda formar su propia guardia pretoriana. Esto es, duplicar la guardía nacional
hasta los 1.800 efectivos y ponerla directamente bajo el control de este radical ministro.
N5(A cambio de aceptar el retraso de la reforma, Ben Gvir recibe la promesa de tener la "guardia
nacional" bajo su control. Los críticos consideran que la medida le da a Ben Gvir una
milicia privada. Times of Israel) Ahora bien, la pregunta es ¿qué
busca realmente Bibi con todo esto?
Pues bien, evidentemente el proyecto de reforma judicial
busca directamente debilitar al Tribunal Supremo y permitirle al primer ministro