¿Cómo RUSIA utiliza EJERCITOS PRIVADOS para proyectar su PODER? - VisualPolitik
(En 1991, la segunda mayor potencia militar del planeta y uno de los ejércitos más poderosos
del mundo se enfrentan a un futuro incierto.
Miles de hombres en edad militar, con formación de élite y conocimiento avanzado en las terribles
prácticas soviéticas son fichados por empresas militares y sobreviven como soldados de fortuna.
Si usted tiene algún problema y dinero suficiente, quizás pueda contratarlos…
El equipo, ¡Rusia!)
Querida comunidad de VisualPolitik, no penséis ni por un segundo que estamos exagerando.
Actualmente en nuestro mundo hay decenas y decenas de empresas de fuerzas militares que
operan en conflictos internacionales, sobre todo en África.
Son las llamadas EMSP, empresas militares y de seguridad privado. Y no, con lo de fuerzas
de seguridad privada no nos referimos a los guardias que podemos encontrar en centros
comerciales o en la empresa de alarmas que tengas contratada.
Hablamos de auténticas organizaciones de soldados con formación y equipamiento militar
avanzado que son contratadas por dinero.
¿Queréis saber más sobre el desconocido mundo de los “ejércitos privados”? Pues…
Arranquemos.
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Dicho esto comencemos. Y podemos hacerlo, si os parece, con una pregunta: ¿Son los
ejércitos privados un fenómeno único de los países de Europa del Este?
Pues No, desde luego que no. Porque amigos, aunque el equipo A fue una serie de ciencia
ficción, el concepto subyacente es muy real. Mucho más de lo que podríamos pensar. Tanto
en el este… como en el oeste. Aunque, por supuesto, podemos encontrar algunas diferencias.
(En Occidente también hay una importante industria de Empresas militares y de seguridad
privada, sin embargo, son un tanto diferentes a las que podemos encontrar, por ejemplo,
en Rusia.
De esta forma, mientras que este tipo de empresas rusas sí prestan habitualmente servicios
de combate, las occidentales - que son fundamentalmente estadounidenses - se centran sobre todo en
prestar apoyo militar, proteger infraestructuras clave - incluidas, por supuesto, las infraestructuras
militares - o encargarse de realizar labores técnicas avanzadas.
Sin embargo por lo general - lo que no quiere decir siempre - son reacias a participar en
combates directos)
¡Stop! Un momento, un momento, porque antes de seguir por esta senda la pregunta que podemos
hacernos llegados hasta aquí:
En VisualPolitik me están hablando de empresas militares privadas, pero ¿Realmente son este
tipo de compañía aceptadas por la comunidad internacional?
Pues… Bueno, digamos que aquí tenemos que hacer muchos matices.
Y es que veréis, en 1989 y tras hacerse públicas varias atrocidades cometidas por cuerpos de
mercenarios en África, tuvo lugar la Convención Internacional contra el Reclutamiento, Utilización,
Financiación y Entrenamiento de Mercenarios.
(Esta convención, impulsada por las Naciones Unidas, buscaba prohibir tanto a los mercenarios
como también las empresas privadas militares, a las que considera poco más que una evolución
de los primeros.
La idea era que, para finales de 2001, todos los países evitaran recurrir a mercenarios
y a empresas militares privadas. Sin embargo, hasta el día de hoy apenas 46 países la
han ratificado. Y, por supuesto, entre los 46 no están quienes más uso hacen de estos
servicios. Ni siquiera un país como España está en esa reducida lista.)
Y sí, ¡por supuesto! Ni Estados Unidos, ni Rusia ni el Reino Unido, con mucha diferencia
los tres países que más uso hacen de este tipo de instrumentos, están en la lista de
firmantes.
En cualquier caso la cuestión es que hablamos de toda una enorme industria que, a nivel
mundial, mueve entre 20.000 y 100.000 millones de dólares anuales, y que en ocasiones obtiene
contratos tan importantes como estos:
(En Afganistán, se gastaron “más de 100.000 millones de dólares en contratistas militares”
Un informe de Bloomberg apunta a que, en abril de 2021, había 16.832 trabajadores empleados
por contratistas militares privados en Afganistán, siendo 6.147 de ellos ciudadanos estadounidenses.
Eso era más del doble de los 2.500 soldados estadounidenses que quedaban en ese momento.
Politifact)
Pues sí, puede resultarnos sorprendente pero recurrir a unidades militares privadas es
mucho más común de lo que podríamos pensar a simple vista. Empresas fundamentalmente
de Estados Unidos y Rusia que luego a su vez, en muchas casos, subcontratan o montan empresas
locales en el propio terreno de las operaciones.
Si necesitas un cuerpo de élite para proteger una instalación, si necesitas un equipo que
se encargue de dar formación militar avanzada, si necesitas labores de inteligencia, localización
de agentes enemigos, control de radar, gestión de misiles avanzados, lo que sea, tan solo
tienes que coger el teléfono y pedir presupuesto. Bueno, no es tan sencillo, pero ya me entendéis.
Ahora bien, ¿Por qué hablamos de Rusia? ¿Cuál es la diferencia, la clave que hace
que la industria militar privada rusa suela ir mucho más allá que la norteamericana?
Y quizás la pregunta más importante de todo: Si tienes que contratar una empresa de este
tipo, ¿Por qué demonios Rusia es una opción tan popular?
Pues bien, veámoslo.
(¿CRUZANDO LA LÍNEA?)
¿Por qué Rusia se ha convertido en todo un Hub de empresas militares privadas?
Para responder a esta pregunta tenemos que echar la vista atrás: la caída de la Unión
Soviética dejó a miles y miles y miles de militares sin trabajo.
(Tras el colapso de la URSS, el ejército experimentó una importante reducción en
el número de hombres porque había un enorme excedente. La Unión Soviética había sido
un estado en gran medida militarizado y tras su caída ni hacían faltan tantas unidades
militares ni había como pagarlas.
Esto hizo que muchos soldados, e incluso también oficiales y personal de mayor rango, tuvieran
que buscarse la vida. Y cuando lo único que sabes hacer tiene que ver con temas militares,
pues blanco y en botella. Convertirse en todo un soldado de fortuna se convirtió en una
opción lógica.)
Y eso no es todo. El fin de la URSS y la caída de sus estructuras también provocó un importante
descontrol en la gestión de los arsenales, especialmente en los que quedaron fuera de
la actual Rusia.
De esta forma, por ejemplo,muchos helicópteros Mi-17 y Mi-24 fueron abandonados y quedaron
en manos de oficiales y pilotos ex-soviéticos que optaron por darles una salida lucrativa
y sacar tajada.
Y así, de esta manera es cómo los rusos se familiarizaron con la industria internacional
de las empresas militares hasta el punto de convertirse, poco a poco, en toda una superpotencia
en el campo.
Ahora bien, si vamos al terreno práctico, ¿Por qué recurrir a este tipo de empresas
y no emplear al ejército convencional? ¿Para qué se usan realmente este tipo de compañías?
Queridos amigos, amigas, esta es una pregunta fundamental.
(En el caso de las empresas norteamericanas la respuesta más aceptada es la eficiencia.
En algunos aspectos, estas empresas logran reducir sustancialmente los costes de operación
de los ejércitos nacionales gracias a su especialización en materias muy concretas.
Por ejemplo, hay empresas especializadas en la protección de aeródromos militares, otras
en la seguridad de perímetros en zonas acotadas de guerra, otras en el control de checkpoints…
En algunos casos, incluso, prestan servicios que muchos ejércitos por sí mismos no están
preparados para realizar. Es algo que vimos por ejemplo en Afganistán. La retirada de
estas empresas privadas hizo que la fuerza aérea afgano se volviera prácticamente inoperativa.)
Sin embargo, en el caso de las empresas rusas, junto a estas, encontramos también muchas
más razones.
Por ejemplo, fijaos. Sí, ya sé que hemos hablado muchas veces
de los hombrecillos verdes de Ucrania, y durante la invasión del este de Ucrania y Crimea
muchos medios de comunicación dijeron que se eran soldados rusos.
Y… Bueno, lo cierto es que sí y no al mismo tiempo. Soldados rusos hubo en el terreno,
casi seguro, y desde luego todos estaban al servicio del Kremlin. Pero lo más probable
es que muchas de esas unidades que asaltaron el este de Ucrania formaran parte de empresas
de servicios militares contratadas por el propio gobierno ruso o por entornos cercanos
a este.
Lo que quiere decir que, sí, que es posible que Vladimir Putín no mienta - no al menos
técnicamente - cuando dice que el ejército ruso no invadió Ucrania. Lo que, como veis,
no quiere decir que Rusia no invadiera Ucrania.
Cuestión de matices.
De esta forma las intenciones y el resultado pueden ser los mismos aunque nadie puede estar
seguro al 100% de la autoría. Nos tenemos que conformar con un 99%.
(Rusia acumula un amplio bagaje en el uso tanto de empresas militares privadas como
también de mercenarios en su historial de conflictos militares.
El más sonado, por ejemplo, es el Batallón Vostok, formado por el señor de la guerra
checheno Sulim Yamadayev en 1999, al comienzo de la segunda guerra chechena.
Más tarde, este batallón participaría también en la guerra de Georgia, entre 2007 y 2008,
y más recientemente en Ucrania, donde ha sido rebautizado en algunos casos como Batallón
Donbass.)
La cuestión es que los métodos utilizados por este batallón son tan brutales que ni
siquiera Rusia acepta abiertamente su relación con ellos. El gobierno ruso se conforma con
decir que se trata simplemente de voluntarios locales que se suman a su causa.
[Ya sabéis, el altruismo llevado a su quinta esencia. Todo por la madre patria Rusia…
Lo que en realidad quiere decir: todo por los billetes del Tio Sam.]
El caso es que supuestamente este batallón que hemos tomado como ejemplo se disolvió
en 2009… Pero lo cierto es que nunca lo hizo. Y cuando el 2014 y la crisis de Ucrania,
¿Qué mejor estrategia que recurrir a estos mismos efectivos?
Claro que no podía ser tan obvio. Había que mejorar “la subcontrata”
(El gobierno ruso evitó que en el batallón hubiera demasiadas unidades ligadas a los
conflictos de Chechenia y Georgia. De esta forma, mientras que el corazón de la conocida
como Unidad del Donbass estaba formado por mercenarios chechenos experimentados, el grueso
del cuerpo lo integraban combatientes separatistas de Donetsk que habían sido reclutados con
anterioridad.
Y Por supuesto no se trató únicamente de las unidades de combate. Con los suministros,
las armas y otras operaciones especializadas, la operativa fue muy similar.)
Y sí, así es como Rusia subcontrató la guerra a grupos de mercenarios y empresas
privadas militares.
Pero, amigos, amigas, aquí no termina todo. La pregunta que podemos hacernos es, ¿Pero
que ocurre con todos estos grupos cuándo no están trabajando para el gobierno ruso?
¿Qué está pasando hoy por hoy con esta industria? ¿Quiénes son sus principales
actores?
Pues bien, atentos.
M(RUSIA, ¿UN MACRO HUB DE GUERRA PRIVADA?)
Empecemos con una pregunta: ¿Cuántas empresas militares privadas creéis que hay en Rusia?
1, 2, 3… ¿Quizás 5?
Pues se calcula que en total hablamos de entre 10 y 20 empresas de este tipo registradas.
Registradas, eso sí, de formas muy variopintas porque legales, legales, como tal no lo son.
Aunque el propio gobierno sea un buen cliente.
En cualquier caso la mayoría de ellas están registradas como empresas de seguridad convencional,
claro que de convencional tienen muy poco. Y como es lógico y siempre ocurre unas destacan
más que otras y muchas están especializadas en campos muy determinadas.
(Por ejemplo tenemos a Antiterror-Orel, una empresa militar privada registrada como un
“centro de educación y formación no gubernamental”. En realidad, la actividad de la empresa es
completamente diferente.
Por ejemplo, Antiterror-Orel se encarga de proteger por cualquier medio y a gran escala
las operaciones de varias grandes empresas rusas en países como Irak.
Otro ejemplo bastante conocido es Moran Secutiry, una empresa militar establecida por antiguos
miembros de la FSB -los servicios secretos rusos-, y de la Armada nacional.)
Esta empresa, Moran Security, por ejemplo, afirma en su web que se dedica a escoltar
barcos y a recuperar barcos secuestrados. Una de sus operaciones más conocidas fue
el rescate de un barco de Emiratos Árabes Unidos secuestrado en 1999 por sudaneses.
Pero eso no es todo. También tienen un importante historial de operaciones terrestres, entre
ellas operaciones en zonas como Irak y varios países de África.
Y por si os lo estabais preguntando, sí, la empresa cuenta con sus propios buques de
asalto, los cuales tienen matrícula de las Islas Cook, y sus propios vehículos blindados
. Y en cierta forma cualquier cosa que necesiten para llevar a cabo sus operaciones.
Porque evidentemente el gobierno ruso no es ni de lejos su único cliente. El peso de
este tipo de empresas en muchos de los conflictos internacionales más importantes no es precisamente
pequeño.
Pero, volviendo a Ucrania y a la presencia de empresas militares privadas en la contienda,
quedaos con este nombre: RSB-Group.
Esta es otra empresa militar privada registrada en 2011 también por exfuncionarios del FSB
ruso y del Departamento Central de Inteligencia, más conocido por GRU.
(Esta empresa, además de llevar a cabo numerosas operaciones de protección de buques en aguas
africanas de Somalia y el Golfo de Guinea u operaciones de eliminación de minas en
Libia, también parece estar vinculada con la invasión a Ucrania.
El sitio web ucraniano Infonapalm afirma que RSB-Group colaboró con los rebeldes respaldados
por Rusia en el Donbass, y que asimismo esta empresa participó en las operaciones de anexión
de Crimea.)
Para Staver y Skomorokhov, dos observadores rusos del sector, RSB-Group es la empresa
militar privada más compleja y quizás más similar a las que podemos encontrar en Occidente
y, en especial, en Estados Unidos.
Por ejemplo, cuentan también con su propio departamento de ciberdefensa e incluso se
dice que llegaron a rechazar un encargo de un Estado para influir en las elecciones de
un Estado extranjero. Cliente que, según ellos, no era Rusia.
El caso, para que veáis hasta dónde llega la influencia de estas empresas, en los últimos
12 años han sido por lo menos 4 los intentos de realizar cambios legislativos para legalizarlas
plenamente. Algo con lo que el propio Vladimir Putin se ha mostrado de acuerdo.
El problema es que legalizarlas supondría en cierta forma regularizarlas y ponerlas
bajo un estricto control del FSB, el GRU o el propio Ministerio de Defensa o Exteriores.
Asi que ni ellas mismas están de acuerdo.
Su estatus actual de alegalidad parece el más conveniente… Para todas las partes,
incluido por supuesto el gobierno ruso.
Por ejemplo, ¿habéis oído hablar de la guerra híbrida? Pues pensadlo bien, ¿qué
mejor forma de llevarla a cabo que recurrir a este tipo de compañías?
Ahora bien, la pregunta es: ¿Qué te parece que tu país recurra a este tipo de empresas?
¿Te parecería bien subcontratar una parte de la seguridad nacional o de las operaciones
militares en el extranjero?
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