¿Cómo XI JINPING ha DERROTADO a TRUMP? - VisualPolitik
Este vídeo ha sido posible gracias a Blinkist.
Seguro que, al igual que a mí, muchas veces tienes la sensación de que no lees tanto
como te gustaría. Exámenes, trabajo, una nueva serie… Al final siempre, siempre hay
algo que se acaba interponiendo, ¿o me equivoco?
Bueno, pues ¿qué me dirías si te dijera que existe una app que te resume en 15 minutos
miles de libros de no ficción en inglés de todo tipo? Pues amigos, esa app existe
y se llama Blinkist. Y no solo podrás encontrar libros en formato de texto sino también en
formato de audio, que por un lado nunca viene mal hacer oído y por otro, siempre te da
más libertad para, por ejemplo, escucharlo mientras vas en metro.
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os recomendemos libros. Pues precisamente en Blinkist encontraréis muchos de los que
siempre os decimos: apuestas seguras como por ejemplo, Factfulness, Freakonomics o Por
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Gracias a Blinkist por ofrecer esta oportunidad a la comunidad de VisualPolitik y por apoyar
nuestro proyecto. Y sin más, arranquemos.
Un momento porque tenemos algo que presentaros: por VisualPolitik han pasado ya Vladimir Putin
y Donald Trump, así que ahora nos tocaba cambiar de continente. ¿Estáis preparados
para la nueva entrada? Pues... Allá vamos.
El 2020 coincidió en el calendario astrológico chino con el año de la rata. Un tiempo que
según los astrólogos chino vendría cargados de oportunidades, abundancia y prosperidad.
Sin embargo, por mucho año de la rata que fuese, las cosas empezaron de mal en peor.
La persistencia de la guerra comercial y sobre todo la pandemia del Sars-Coronavirus-2 pusieron
en jaque la economía china.
Ya en febrero del 2020 todas las previsiones apuntaban a que el gigante asiático, el país
de los 3 reyes, tendría que enfrentarse a una enorme tormenta, una marejada, todo un
huracán económico.
Y no solo eso. Durante el 2020 también vimos la que tal vez ha sido la cara más agresiva
y nacionalista de China de las últimas décadas. Y si pensáis que exagero no tenéis más
que recordar los hechos. Atentos.
(Durante el año de la rata China aplastó las libertades políticas de Hong Kong, intensificó
su presión sobre Taiwán, alimentó aún más lo que ya se ha venido a conocer como
la nueva Guerra Fría contra los Estados Unidos, desató una enorme de ola de represión en
Xinjiang contra la minoría Uigur, mandó tropas a la frontera con la India y lanzó
una operación de castigo comercial contra Australia por haberse atrevido este país
a pedir una investigación seria sobre el origen del Sars-Coronavirus-2.
Incluso durante este mismo año China también aprobó una nueva ley de control de las exportaciones,
una ley por la cual la exportación de ciertos productos considerados como estratégicos
requiere de la aprobación expresa del gobierno.)
Hablamos de exportaciones como por ejemplo los minerales conocidos como las tierras raras.
Pero claro, los productos considerados estratégicos son arbitrariamente escogidos por el gobierno
así que podrían incluir cualquier cosa que se les pasara por la cabeza en esta lista.
Es decir, para que nos entendamos, esta nueva ley no es ni más ni menos que una nueva arma
que China podría emplear ante una guerra comercial o campaña de presión política.
En fin, creo que no está nada mal para tan sólo un año, ¿no os parece? Desde luego
nadie podrá decir que los líderes chinos se echaron a dormir, aunque no fuese precisamente
para hacer la clase de cosas que nos gustaría contaros.
El caso es que lógicamente, todas estas acciones llevadas a cabo por el gobierno de Xi Jinping
no sólo han recibido enormes cantidades de críticas y condenas sino que también han
incrementando, por ejemplo, los riesgos geopolíticos de invertir en el gran gigante asiático.
Además de hundir su imagen a lo largo y ancho de todo el planeta. Especialmente entre los
países desarrollados.
(La imagen desfavorable de China alcanza máximos históricos en muchos países.)
Pues, bien, el caso es que entre la guerra comercial, el coronavirus, el hundimiento
reputacional y todas las cosas que hemos visto llevó a cabo China durante el pasado año;
la abundancia y la prosperidad prometida por el año de la rata parecía un pronóstico
más errado que el de Steve Ballmer, antiguo CEO de Microsoft, cuando dijo aquello de que
el iPhone no tenía ninguna posibilidad de triunfar.
Sin embargo, esperad un momento, porque al final en el caso de China las cosas fueron
muy pero que muy diferentes y el 2020 incluso terminó así:
(La economía de China se expande a un ritmo más rápido que antes del coronavirus.
El PIB aumenta un 6,5% en el cuarto trimestre del 2020 mientras otras grandes economías
luchan por recuperarse de la pandemia. FT)
Y claro visto lo visto en el resto del mundo, la pregunta, la gran pregunta que todos podemos
hacernos es: ¿Qué demonios ha pasado con China?
Pues queridos amigos y amigas, lo cierto es que, contra viento y marea, a pesar de todo
y aunque pueda sorprenderte más que Tesla presentando un coche movido por diésel, 2020
fue uno de los años en los que Xi Jinping cosechó más éxitos desde que está en el
poder.
Y ojo que no sólo hablamos de su campaña nacionalista.
Atentos porque esta que os vamos a contar es la historia de cómo Xi Jinping le infligió
durante el 2020 una dura derrota a la gran potencia norteamericana, los Estados Unidos
de América.
Comencemos.
(CONTRA VIENTO Y MAREA)
Vale, puede resultar completamente chocante, pero si hablamos de política y economía,
China terminó el año del Covid bastante más fuerte de lo que lo arrancó:
El gigante asiático fue una de las pocas economías importantes que terminaron el año
con crecimiento económico positivo, reforzó su papel en el comercio mundial y apuntaló
su papel como la fábrica del mundo.
Tal vez, el hecho más representativo de esta evolución es que mientras que en medio mundo
las economías colapsaban ante el avance del coronavirus, en diciembre del 2020 China anunció
la erradicación de la pobreza extrema en su territorio. Y… amigos, en esta ocasión
los expertos apuntan a que este hecho no tiene por qué ser una exageración del gobierno.
En China sigue habiendo pobres, claro, pero según el Banco Mundial durante las últimas
4 décadas 800 millones de chinos han abandonado la pobreza y ahora, según el gobierno chino,
ya no existen bolsas de pobreza extrema en todo el país.
Un logro enorme si tenemos en cuenta que en 1978, poco después del fallecimiento de Mao,
la inmensa mayor parte de los chinos vivían en condiciones de pobreza extrema.
(China fue el país donde surgió el Sars-Coronavirus-2 y por tanto fue el primer país golpeado por
la pandemia. Durante los dos primeros meses del 2020 vimos imágenes tremendas de cómo
la Covid-19 estaba causando estragos, de la misma forma que también vimos una respuesta
muy pero que muy contundente por parte del gobierno chino.
Los primeros confinamientos y probablemente las medidas de erradicación del coronavirus
más dura de todo el mundo se pusieron en marcha aquí.
El resultado es que el gobierno chino no sólo consiguió frenar por completo la propagación
del coronavirus sino que a pesar del duro golpe recibido con caídas históricas de
la producción económica logró aquí sí toda una recuperación en V)
Apunte: ya sabéis, porque os lo hemos contado, que los datos oficiales presentan más dudas
que las tesis doctorales y los títulos de máster de los políticos de España.
Sin embargo en esta ocasión todos los datos alternativos que se utilizan para cotejar
la veracidad de los datos oficiales, como por ejemplo la evolución de los préstamos
bancarios, la producción de electricidad, la actividad en los puertos, las exportaciones
a China del resto de países, etcétera, etcétera apunta en la misma dirección: la economía
china cerró 2020 a pleno rendimiento.
En esta misma línea, por ejemplo, mientras que la inversión extranjera directa se desplomó
durante buena parte del 2020 en Estados Unidos y Europa, en China apenas se resintió. Entre
enero y noviembre se incrementó más de un 6% respecto al año anterior.
De hecho, con los datos en la mano, lo que vimos en 2020 es la clara manifestación de
cómo los Estados Unidos han perdido estrepitosamente la guerra comercial.
Queridos amigos, corría el año 2018 cuándo Donald Trump escribió esto en Twitter:
(“Cuando un país (EE. UU.) Pierde muchos miles de millones de dólares en el comercio
con prácticamente todos los países con los que hace negocios, las guerras comerciales
son buenas y fáciles de ganar ". Donald Trump en Twitter)
Claro que la historia desde entonces ha sido muy diferente. Washington se lanzó a toda
una bacanal de aranceles y barrera al comercio de todo tipo, pero los resultados no han sido
los esperados.
(Mientras el déficit comercial de la potencia norteamericana ha continuado batiendo récords
en 2020, el peso de China en el comercio mundial apenas se ha resentido e incluso en 2020 el
peso de las exportaciones chinas en las exportaciones globales ha superado la cifra previa la guerra
comercial.
De hecho, al final, durante el año de la rata el gigante chino logró el segundo mayor
superávit comercial de toda su historia: más de 535 millones de dólares. La demanda
de productos chinos es tan fuerte que ahora el problema es que no hay suficiente capacidad
en los puertos.)
En otras palabras, los enormes esfuerzos norteamericanos que han castigado a sus consumidores,empresas
y productores no han valido prácticamente de nada.
Y eso nisiquiera es todo. Para colmo el año de la pandemia constató que, a pesar de todo,
el gigante asiático sigue siendo la fábrica más fiable de todo el planeta.
Fijaos, tras erradicar el coronavirus, la actividad industrial se restableció totalmente
y mientras las cadenas de producción de muchos países sufrían problemas de abastecimiento,
en China cualquier empresa tenía prácticamente a cualquier proveedor que necesitara trabajando
a pleno rendimiento. De hecho, si algo ha dejado claro el 2020 es que este efecto red
es simple y llanamente, una ventaja enorme.
Y eso, eso es precisamente lo que explica cosas como estas:
(Una encuesta del banco de inversión HSBC realizada en noviembre entre más de 1.100
corporaciones globales muestra ni más ni menos que el 75% de las grandes empresas industriales
esperan incrementar sus inversiones directas en China, incluyendo el 70% de las empresas
estadounidenses.)
Lo siento, pero los números son contundentes: el pulso librado entre Donald Trump y Xi Jinping
lo ha ganado de forma aplastante el líder chino.
Claro que esta no ha sido ni mucho menos su única victoria en 2020. Atentos al cambio
de juego global que se está produciendo.
(LA MEJOR PARTIDA DE XI JINPING)
El 15 de noviembre se anunció un acuerdo histórico y quizás la mayor victoria política
de Xi Jinping. Ese día 15 de noviembre, quince países de la región Asia Pacífico, incluyendo
a los tres gigantes económicos China, Japón y Corea del Sur, firmaron el conocido como
“Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional” el bloque comercial con mucha
diferencia más grande de todo el planeta.
Un bloque que abarca a más de 2.300 millones de personas y el 30% de toda la economía
mundial. Hablamos de un tratado que según las estimaciones va a impulsar el comercio
regional en cientos y cientos de miles de millones de dólares al tiempo que ordenará
bajo reglas y normas comunes no sólo el comercio de bienes y servicios, sino también la inversión
transfronteriza y el comercio electrónico de toda la región, una región que se ha
convertido ya en el epicentro económico del mundo.
Y amigos, por supuesto, tal y como os podéis imaginar, China está en el corazón de todo
este acuerdo.
(“"El comercio intraasiático, que ya es más grande que el comercio de Asia con América
del Norte y Europa juntas, continuará impulsando el crecimiento económico global y desplazando
el centro de gravedad económico hacia Asia". Stuart Tait, jefe regional de banca comercial
para Asia-Pacífico del HSBC.)
Amigos, si nada más llegar al poder Donald Trump decidió sacar a Estados Unidos del
TPP, en ese mismo momento China pisó el acelerador para lograr su propio acuerdo, uno además
mucho más grande.
Un acuerdo que no solo va a impulsar la economía china sino que también va a hacer que poco
a poco muchos de los principales aliados de Estados Unidos se integren cada vez más con
el gigante chino.
Por ejemplo, por este acuerdo el 86% de las exportaciones japonesas a China quedarán
libres de aranceles y en el caso de Corea del Sur esta cifra se elevará hasta más
del 90%.
Así que, ya lo veis, aunque el nuevo presidente norteamericano, Joe Biden, decida reincorporarse
al TPP, ahora el predominio norteamericano en la región y su capacidad de influir ya
no será ni mucho menos la misma.
(Para colmo, pocos días después de la firma de este acuerdo, el propio Xi Jinping manifestó
la posibilidad de que China solicitara adherirse al propio TPP, lo que supondría todo un quebradero
de cabeza en Washington y le daría a China la posibilidad de liderar los dos mayores
acuerdos comerciales del mundo al tiempo que Estados Unidos no formaría parte de ninguno
de ello.)
Pero, amigos, este acuerdo de los 15, no fue la única buena noticia que tuvo en 2020 la
estrategia diplomática del líder chino.
La noche del 30 de diciembre se anunció que China y la Unión Europea habían alcanzado
tras más de 6 años de negociaciones un acuerdo de inversión. Un acuerdo que facilitará
las inversiones de muchas empresas europeas en algunos sectores de China, como por ejemplo
en el sector del automóvil, que dicho de paso es clave ¿Para sabéis quien? Exactamente
Alemania.
(Volkswagen invierte más de $ 2 mil millones en la industria de automóviles eléctricos
de China. El fabricante de automóviles alemán aumenta su participación en una empresa conjunta
china de vehículos eléctricos y compra una participación en un productor de baterías.
WSJ)
Pero hablamos de un acuerdo que sobre todo supone una bofetada diplomática a la nueva
administración de Joe Biden.
¿Por qué? Pues porque el nuevo Presidente de los Estados Unidos, de la mano de su asesor
de seguridad nacional Jake Sullivan le había pedido a la Unión Europea que no rubricaran
este pacto y que desde ahora formaran sociedad en sus acuerdos con China. Es decir, en vez
de negociar cada uno por libre, negociar conjuntamente y decirle a Xi Jinping:
Ey, ojo que estás hablando con el 40% de la economía mundial.
Sin embargo, pues bueno, de momento en Europa han preferido desoír la primera llamada de
la nueva administración norteamericana. Tanto para China, ¿No os parece?
("El acuerdo profundizará los lazos económicos entre China y la UE, siendo la negociación
de un acuerdo de libre comercio el siguiente paso esperado". Wu Xinbo, director del Centro
de Estudios Americanos de la Universidad de Fudan en Shanghai)
("Incluso en el orden geopolítico actual, China ha demostrado repetidamente su voluntad
de usar su poder económico como arma estratégica. Al profundizar su dependencia económica de
China, sin coordinar su política con otras democracias, las naciones europeas están
aumentando su vulnerabilidad a la presión de Beijing". Gideon Rachman, columnista del
Financial Times)
Pues amigos, aún hay otro campo en el que 2020 ha sido un buen año para China: las
finanzas.
Sí, a pesar de todos los intentos de la Administración Trump durante los últimos años la integración
financiera de China en el resto del mundo se ha disparado y 2020 no fue una excepción
sino precisamente un año bastante bueno para los intereses chinos en este terreno.
Para que os hagáis una idea de lo que estamos hablando las tenencias extranjeras de bonos
chinos se incrementaron en 2020 un 49% respecto al año anterior. Y sobre las inversiones
en bolsa, pues, más de lo mismo. Un proceso al que se están sumando un montón de gigantes
financieros internacionales que están desembarcando en el país asiático gracias a las nuevas
facilidades aprobadas por el gobierno chino.
Es decir, en otras palabras, el dinero de Occidente se está lanzando a financiar la
economía china a toda velocidad.
("Sigo creyendo firmemente que China será una de las mayores oportunidades para BlackRock
a largo plazo, tanto para los administradores de activos como para los inversores". Larry
Fink, Presidente y CEO de BlackRock, la empresa de gestión de activos más grande del mundo.)
Pero de todo esto se hablará con todo detalle próximamente en Value School. Así que ya
sabéis, no os olvidéis pasar por nuestro canal amigo.
En fin, ya lo véis, 2020 fue un año muy bueno para los intereses de China en el mundo.
Ni siquiera el coronavirus o la ocupación de Hong Kong han cambiado esta realidad.
Claro que un momento porque todo esto no quiere decir que China tenga el futuro del todo despejado.
(OJO CON LAS MALAS PRÁCTICAS)
Amigos, gracias al enorme crecimiento económico registrado durante las últimas décadas,
China cuenta hoy con la segunda mayor economía del mundo, el mayor superávit comercial,
las mayores reservas financieras y hasta la marina con el mayor número de embarcaciones
militares de todo el mundo.
Sin embargo, un momento, porque a pesar de que parece que el gigante chino se está comiendo
el mundo, el creciente autoritarismo e intervencionismo del gobierno de Xi Jinping plantea riesgos.
(Desde el 2007 la tasa de crecimiento se ha reducido casi a la mitad, la productividad
se ha reducido. la fuga de capital humano sigue siendo importante y la deuda en circulación
se ha multiplicado por 8, especialmente en las ineficientes empresas públicas.)
De esta forma, aunque el crecimiento chino parece haber sido deslumbrante, si lo comparamos
con el que registraron los famosos dragones asiáticos la cosa queda un poquito desdibujada:
Y esto, esto nos hace directamente hacernos una pregunta: ¿Cómo de cerca está China
de Estados Unidos?
Pero, amigos, de eso hablaremos muy pronto en un próximo vídeo aquí en VisualPolitik,
así que ya sabes no olvides suscribirte al canal si aun no lo has hecho.
Y dicho esto te paso los trastos a ti: ¿Qué opinión tienes de China? ¿Cómo valoras
su creciente peso internacional? ¿Cómo crees que deberían comportarse los países occidentales?
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Muchas gracias por estar ahí.