¿El IMPERIO del CENTRO? Cómo CHINA DESAFÍA al ejercito de USA - VisualPolitik
Si os pregunto por una potencia emergente, estoy completamente seguro de cuál sería
vuestra primera respuesta: la República Popular China.
Ahora bien, según como la formulemos la pregunta tiene matices….
¿Potencia exactamente en qué?
Si hablamos de potencia industrial y exportadora, no hay dudas;
¿Potencia demográfica?
Obviamente; ¿Potencia económica?
Nada despreciable.
Pero… ¿Y potencia militar?
Pues queridos amigos, amigas, es esta última cuestión la que va a acaparar hoy toda nuestra
atención.
¿Cómo está siendo la evolución militar del gigante asiático?
¿Podemos hablar ya de una incipiente globalización armada de China?
¿Cómo rankea en relación a Estados Unidos?
Fijaos por ejemplo en este gráfico.
El presupuesto militar base de Estados Unidos fue de 778.000 millones de dólares en 2020,
mientras que el gasto de China apenas superó los 250.000 millones.
Es decir, que hoy por hoy el Tío Sam más que triplica el esfuerzo en gasto militar
del país de los tres reinos.
Claro que, tampoco resulta extraño, el presupuesto militar de Estados Unidos es tan grande que
supera a los de China, India, Rusia, Reino Unido, Arabia Saudi, Alemania, Francia, Japón,
Corea del Sur, Italia y Australia… ¡juntos!
Es el presupuesto militar de toda una fuerza global.
Así, que con los números en la mano y teniendo en cuenta la enorme diferencia que aun los
separa parece difícil que China termine alcanzando a Estados Unidos en materia de presupuesto
militar durante la próxima década…
Ahora bien… Un momento, ¿Realmente le hace falta para poder rivalizar con el gigante
norteamericano?
Atentos.
Durante los últimos 30 años China ha cambiado mucho, y la cuestión es que su forma de entender
el ejército, la defensa nacional y sobre todo la política exterior también han experimentado
toda una revolución que podemos dividir en 3 tres fases muy diferentes entre si:
(La primera fase correspondió a la estrategia de la defensa mediante la guerra prolongada
a gran escala de Mao Zedong.
Su base esencial era disponer de un ejército enorme, gigantesco aunque fuera rudimentario
y estuviera mal equipado.
Llegado el caso este plan preveía, incluso, movilizar a los propios ciudadanos cuando
fuera necesario, aunque no contaran con entrenamiento ni equipamiento específico.
Luego la segunda fase fue la conocida como “estrategia de los 24 caracteres''.
Fue impulsada por Deng Xiaoping y pasaba por mantener un perfil exterior y militar bajo
para favorecer el desarrollo económico y no ser visto por el resto del mundo como una
amenaza.
Esta estrategia se mantuvo intacta durante la presidencia de Jiang Zemin, aunque empezó
a cambiar durante la era de Hu Jintao cuando dio comienzo la gran modernización militar.
Por último, la tercera fase corresponde a la idea del regreso del reino del centro.
Una estrategia impulsada por Xi Jinping mediante el llamado rejuvenecimiento nacional, y que
implica colocar de nuevo a China como eje vertebrador de la vida política de Asia.
Para ello el dictador chino ha ordenado expresamente convertir al Ejército Popular de Liberación
en una fuerza militar de primer orden para 2049.)
Y, ojo, porque la idea de Xi Jinping no solo pasa por tener un ejército de primer nivel
que sirva para defender a China, sino utilizarlo también para expandir su área de influencia
política.
Y amigos no penséis ni por un instante que todo esto no es más que mera retórica o
meras divagaciones.
Los discursos y sobre todo las acciones del líder chino no dejan lugar a la duda.
("Mientras ponemos un esfuerzo consciente en aprender de la historia para crear un futuro
brillante, debemos acelerar la modernización de la Defensa nacional.
Un país fuerte debe tener un Ejército fuerte.
[...] En una lucha heroica y tenaz, el PCCh y el pueblo chino declaran solemnemente al
mundo que la nación china da la bienvenida al advenimiento de un gran salto - del ascenso
a la prosperidad modesta y la fuerza naciente.
[...] La nación china ha entrado en un proceso histórico irreversible".
- Xi Jinping, Presidente de la R.P.China)
Toda una declaración de intenciones.
Ahora bien, ¿Cómo se ha llegado hasta aquí?
Y la pregunta del millón: ¿Tuvieron acaso las políticas de apertura y desarrollo de
China el objetivo claro y determinado de convertir al país de nuevo en la potencia hegemónica
del continente asiático?
¿O es algo que se está produciendo por la propia evolución de los acontecimientos?
Sea como sea, el caso es que fue el Presidente Hu Jintao, el antecesor de Xi Jinping que
gobernó China entre los años 2003 y 2013 quien empezó a romper con la visión no intervencionista
de Deng Xiaoping.
Fijaos.
(“Debemos conceder gran importancia a la seguridad marítima, espacial y ciberespacial.
Debemos hacer una planificación activa para el uso de fuerzas militares en tiempos de
paz, expandir e intensificar la preparación militar y mejorar la capacidad para realizar
muchos tipos de tareas militares, la más importante de las cuales es ganar la guerra
local en la era de la información.”
- Hu Jintao, ex-Presidente de la R.P.China)
Sí, lo habéis escuchado bien.
Al contrario de lo que muchos piensan, fue Hu y no Xi quien arrancó la escalada militar
china.
Aunque claro, el actual líder ha llevado las cosas mucho más lejos.
Solo tenemos que pensar en Hong Kong o en las constantes provocaciones a Taiwán.
Casi que se podría decir que la diferencia entre Hu Jintao y Xi Jinping es la que hay
entre serlo y creérselo: Hu quería serlo, y Xi quiere creérselo.
(Hu Jintao puso en marcha una fuerte y rápida modernización del Ejército Popular de Liberación.
Por ejemplo, durante su presidencia se cuadruplicó el presupuesto militar en términos absolutos,
se superó por primera vez la barrera de los 150.000 millones anuales de gasto en defensa,
y en sus tres últimos años de gobierno Jintao aumentó el presupuesto militar a un ritmo
de entre el 13 y el 18 por ciento interanual.
Gracias a esto, en la ‘era Jintao' China comenzó a operar su primer portaaviones,
lanzó las dos primeras versiones de bombarderos furtivos y desarrolló toda una nueva gama
de misiles balísticos.
Uno de ellos, por cierto, de carácter intercontinental, con hasta 14.000 kilómetros de rango el Dong
Feng 41 es capaz de alcanzar la mayor parte del planeta.
Durante los últimos años de Hu Jintao se sentaron las bases para que luego Xi Jinping
empezase a imponer en Asia, especialmente en Taiwán y en el Mar de la China Meridional,
una superioridad militar más activa: es decir, los chinos ya no solo tienen las armas, ahora
también las pasean para demostrarle a sus vecinos quién tiene el poder.)
Es decir, que lo que hizo Xi Jinping fue heredar y profundizar una carrera armamentística
que ya había comenzado, pero con un objetivo más rimbombante: reconstruir la grandeza
de China, especialmente de puertas para afuera.
Claro que para lograr este objetivo, Xi no solo necesita un ejército más moderno, necesita
sobre todo estar como mínimo a la altura de Estados Unidos en Asia.
Y la pregunta, amigos, es… ¿Qué parte de este ambicioso objetivo se ha logrado?
Pues bien, veámoslo.
(¿EL REGRESO DEL REINO DEL CENTRO?)
Aunque parezca mentira, sí, ya hay cosas en las que el ejército chino del 2021 ha
adelantado al mismísimo ejército de los Estados Unidos, el ejército más poderoso
de toda la historia de la humanidad.
Concretamente podemos hablar de tres campos.
(En primer lugar, China tiene mayor capacidad de construcción naval, lo que ha hecho que
la Armada de este país se convierta ya en la más grande del planeta.
Tecnológicamente y en términos de tonelaje aún está muy lejos de Estados Unidos, pero
su evolución y su creciente capacidad la convierten ya en un enemigo difícil de batir
en un conflicto regional.
En segundo lugar están los misiles balísticos y de crucero con base en tierra.
El ejército chino tiene ya más de 1.250 misiles balísticos listos para ser usados
en un conflicto regional.
Y por último, China cuenta con el mejor sistema de defensa aérea del mundo.
Gracias a los sistemas rusos S-300 y S-400 funcionaban junto a otros sistemas autóctonos
los cielos de China son quizás los más fortificados del mundo.)
Claro que de momento, y esto es muy pero que muy importante, hablamos de capacidades regionales.
Me explico, muchas veces en los medios de comunicación nos encontramos con noticias
y reportajes que nos describen a China en términos de competencia directa con Estados
Unidos en el terreno militar.
Pero no es estrictamente cierto.
Los líderes chinos son conscientes de que hoy por hoy las distancias siguen siendo siderales.
Por ejemplo, mientras que China solo tiene dos portaaviones activos y un tercero en proceso
de ser completado para 2023, Estados Unidos tiene 20 portaaviones en servicio.
Precisamente por eso el objetivo inmediato de China no pasa por convertirse en una superpotencia
mundial sino sobre todo en una superpotencia regional.
Es decir dominar el nuevo corazón económico del mundo.
Y, amigos, ¿sabéis qué?
Ahí si las cosas están mucho más igualadas y muy pronto China podría superar las capacidades
de Estados Unidos.
Y muy importante para lograrlo necesita mucho menos recursos que el hegemón norteamericano.
Pensadlo un momento.
Mientras que Estados Unidos tiene un inmenso océano de por medio, y por tanto necesita
una gran flota de portaaviones, equipos de despliegue y bases militares repartidas por
todo el mundo, la situación del gigante asiático es totalmente diferente.
(Al gobierno chino le basta con tener unas fuerzas armadas modernas capaces de hacer
frente a lo que Estados Unidos tiene desplegado en sus bases de Asia-Pacífico.
Una región dónde la potencia norteamericana tiene desplegados unos 325.000 soldados, 180
buques, alrededor del 60% de toda la armada estadounidense y unos 1.500 aviones.
Pues bien, para lograr su objetivo, a China le basta con superar las capacidades norteamericanas
en la región.
Y eso es exactamente lo que están persiguiendo: limitarse a su vecindario más próximo.
En el resto del mundo, en cambio, China sigue una estrategia de influencia alejada completamente
de la esfera militar: se dedican a invertir, comprar empresas, dar préstamos a países
en vías de desarrollo y construir infraestructuras.
Una estrategia que quizás le puede dar muchos frutos durante las próximas décadas pero
que hoy por hoy no tiene ambición militar alguna.)
Claro que no hace falta.
El mundo ha cambiado y hoy controlar Asia-Pacífico basta para condicionar toda la política mundial.
Y eso, eso es precisamente lo que explica que a la hora de la verdad la diferencia de
presupuesto militar entre Estados Unidos y China puede no ser tan importante.
Además, los chinos cuentan en cierto modo con otra ventaja: la etérea frontera entre
la economía civil y el campo militar.
(Desde la llegada al poder de Xi, se incorporaron requisitos militares a la infraestructura
civil, y se aprovechó la construcción civil para fines militares.
También se han aprovechado capacidades logísticas y de servicios civiles para reforzar la capacidad
de las fuerzas armadas, al tiempo que se ha profundizado y expandido el sistema de movilización
de defensa nacional que tiene como objetivo contar con todos los recursos nacionales para
su uso en la carrera militar china y, eventualmente, en una guerra.
Todo esto que os estamos contando tiene nombre y apellidos: La Estrategia de Desarrollo de
Fusión Militar-Civil, también conocida como MCF por sus siglas en inglés.)
La base industrial de defensa china no estuvo tan fusionada con la tecnología civil e industrial
desde la época de Mao Zedong.
¿Y qué quiere decir todo esto?
Pues básicamente el gobierno chino quiere aplicar al campo militar toda la evolución
tecnológica y operativa de las empresas chinas.
Es decir, en otras palabras: el gobierno chino quiere convertir al país en todo un fortín
y en una fuerza imbatible en Asia-pacífico.
Para lograrlo Xi Jinping está dispuesto a utilizar todos los recursos que sean necesarios.
Y eso, eso también significa que en cierto modo el presupuesto militar puede no estar
reflejando todo el esfuerzo que China está haciendo en el terreno militar.
¿Queréis un ejemplo?
Pues ahí está por ejemplo el conocido como collar de perlas chino, un proyecto que consiste
en el desarrollo de bases, puertos y estructuras navales bajo control de empresas chinas desde
el mar de las China Oriental hasta el mismísimo Mar Mediterraneo.
En principio la red tiene un enfoque civil, pero no nos engañemos es probable que muchos
de sus nodos tengan también un uso potencialmente militar.
Desde luego los analistas militares es algo que dan por hecho.
Es decir, en otras palabras, que la carrera entre Estados Unidos y China, la carrera de
verdad, la carrera que importa puede estar mucho más igualada de lo que podríamos pensar
en un principio.
Sí, la superioridad económica, tecnológica y militar de Estados Unidos sobre China sigue
siendo enorme, pero a pesar de ello ya no está claro que la potencia norteamericana
podría superar fácilmente a China en Asia-Pacífico, el nuevo corazón económico e industrial
del mundo.
Está es la globalización armada con la que sueña el gigante asiático.
Controlar la joya de la corona para influir en todo el mundo.
Ahí es, amigos, dónde Xi Jinping parece estar saliéndose con la suya y es exactamente
ahí dónde se sitúa la nueva prioridad de los Estados Unidos de América.
Pero llegados hasta aquí, turno para ti: ¿Cómo crees que Estados Unidos y en general
los países occidentales pueden contener el creciente liderazgo de China en la región
más importante del mundo?
Dejanos por aquí abajo tus respuestas.
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Un saludo y hasta la próxima.