¿El REGRESO del IMPERIO AMERICANO? - VisualPolitik
Cuando Donald Trump tomó posesión en 2017 como presidente de Estados Unidos todos conocimos
cómo sería su relación con el resto del mundo.
Fue el gran eslogan de su discurso. Lo más destacado.Pero han pasado 4 años y ahora
el nuevo Presidente anuncia un cambio de estrategia.
(América está de vuelta.)
Un momento, ¿Twitter? ¿Otra vez un presidente adicto a Twitter? No, tranquilos que en estas
ocasión los tiros no van esa dirección. Biden lo usa para dar más difusión a sus
discursos y para cosas taan interesantes como felicitar el nuevo año a la etnia Mong o
recordar cierta festividad de los sijs. Pero…. la cuestión realmente importante
es qué quiere decirnos Biden exactamente con eso de que América ha vuelto. ¿Es que
acaso con Donald Trump América había desaparecido? Evidentemente No, pero por extraño que os
parezca Trump ha sido uno de los presidentes estadounidenses más pacifistas de la historia.
Al menos si hablamos de conflictos bélicos e intervenciones ha cumplido con lo que en
España decimos como “Perro ladrador, poco mordedor”;
Es decir, que las personas que amenazan no son las más peligrosas porque se limitan
a gritar y a enfadarse pero rara vez pasan a la acción.
Vale: Trump se desfogaba de vez en cuando en Twitter. Pero a la hora de la verdad, ¿qué?
Pues poca cosa. En Irak y especialmente en Afganistán ha ido reduciendo la presencia
de tropas hasta plantearse la retirada completa en 2021 y respecto al Estado Islámico, que
tal vez su mayor operación como Presidente en ejercicio, se limitó a continuar lo que
ya estaba en marcha. Así que al final la iniciativa bélica más
significativa que Trump emprendió como presidente ha sido ésta.
(Estados Unidos acaba de atacar a las fuerzas de Assad por segunda vez en la historia. VOX)
Pues eso: hablamos de un par de bombardeos sobre Siria como castigo a Bashar al-Ásad
por usar armas químicas. El resto han sido acciones puntuales. Las
llamadas operaciones quirúrgicas. Como cuando las fuerzas especiales se cargaron al califa
al-Baghdadi del Estado Islámico. O cuando un ataque con drones acabó con el general
iraní Soleimani... Y para ya de contar. Porque a grandes rasgos este ha sido el listado
de acciones bélicas emprendidas por Donald Trump. En este sentido, ha sido bastante pacífico.
Nadie podrá decir: Donald Trump empezó esta guerra.
[Aunque la verdad tampoco parece que el ejército norteamericano tuviera energía para más
conflictos.] En cualquier caso, si profundizamos un poco
más, enseguida nos damos cuenta de que la política exterior del presidente Trump ha
sido una ruptura absoluta con la doctrina que había dominado todas las acciones de
Estados Unidos a nivel internacional desde la Segunda Guerra Mundial: la doctrina de
la Pax Americana. Quedaos con este término.
Sí, con el tiempo el enemigo ha cambiado: del comunismo al fundamentalismo islámico.
Pero mantener la Pax Americana es el denominador común que hay tras de la guerra de Corea,
de Vietnam, de Afganistán y de Irak. De hecho es lo que ha estado detrás de todas
y cada una de las guerras de Estados Unidos. Claro, hablamos de Pax Americana pero también
hablamos de muchas intervenciones militares. De hecho, esta doctrina ha recibido muchas
críticas. Se ha intentado hasta ridiculizar con memes como este:
Así que la pregunta de que nos hacemos en este vídeo es ¿Qué tal ha funcionado la
política exterior de Trump y su eslogan del America First? ¿Será la presidencia de Biden
un retorno a la doctrina tradicional de la Pax Americana? Hoy en VisualPolitik vamos
a responder a estas preguntas, pero antes, antes vamos a ver un poco de Historia.
(LA PAX AMERICANA)
Y si os dijera que Alemania tiene bombas nucleares. ¿Qué me dirías? Seguro que muchos os preguntaréis que cómo
demonios es posible. Pero, si Alemania no tenía ni siquiera un ejército tras la Segunda
Guerra Mundial. ¿Y si quien sucede a Merkel se vuelve loco
y proclama de repente, yo que sé, el Cuarto Reich? Pues esperad un momento, amigos de
VisualPolitik, porque os he hecho una pequeña trampa. Porque sí, resulta que hay bombas
nucleares en territorio alemán. Y si cualquiera, que sé yo, pongamos que… un país al azar,
¡Rusia por ejemplo! Si Rusia atacara con armas nucleares a Alemania,
pues hombre, se podría dar una respuesta equivalente a ese ataque. Ahora bien, las
bombas nucleares que hay en Alemania no son de Alemania, sino que están en alguna de
las bases que Estados Unidos tiene en territorio alemán.
Así está previsto en la estrategia defensiva de la OTAN. Recordad que la Alianza Atlántica
es un sistema de defensa colectiva entre sus miembros que surge tras la Segunda Guerra
Mundial. Un instrumento más de la Pax Americana. (Estados Unidos era la gran superpotencia
global al finalizar la Segunda Guerra Mundial. El país representaba prácticamente el 50%
del PIB mundial. El dólar había desplazado a la libra esterlina como la principal moneda
de reserva del sistema económico internacional. Y a nivel militar nadie podía discutir su
poder aéreo y naval. Además, durante unos años se mantuvo hegemónico como el único
país con armas nucleares Así que en el Washington de 1945 hicieron
sus cuentas. Y se dieron cuenta de que lo que más les podía interesar era un mundo
en paz. Pero ¿Cómo podían conseguirlo? Pues lo primero, interviniendo los países
enemigos para que abandonaran sus regímenes autoritarios y desarrollaran una democracia.
Y luego fundamentalmente con el comercio. El sueño de Estados Unidos era que todo el
bloque occidental comerciara entre sí, ajeno a los países comunistas bajo influencia soviética.)
Según Washington, de esta forma, si las principales potencias vinculaban entre sí sus economías
mediante el comercio, sería mucho menos interesante eso de declararle la guerra al vecino. Y éste
es precisamente otro de los pilares de la Pax Americana.
(Si los bienes no cruzan las fronteras, lo harán los soldados. Frédéric Bastiat.)
Al final los bienes cruzaron las fronteras y los países capitalistas prosperaron.
Pero, amigos, para que las mercancías pudieran cruzar las fronteras sin problemas, hacía
falta seguridad. Por ejemplo, para que un barco petrolero pueda salir de los puertos
de Arabia Saudí y llegar a las costas estadounidenses, con total seguridad hace falta que no sea
interceptado por la flota de otro país o que no sea asaltado por la versión moderna
de los barcos piratas. Y en plena guerra fría los Estados Unidos estaban convencidos de
que garantizar por si mismo todo este tránsito sería la mejor forma de lograr la paz y la
prosperidad.
Por eso Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo que tiene bases militares en otros países. Para garantizar que sus
propios intereses estén a salvo. Como la seguridad de las rutas marítimas globales.
Y no hablamos de 1 o 2 bases. Hablamos de alrededor de 800 bases militares repartidas
por todo el mundo. Bases que han sido fundamentales para evitar que sus aliados sean víctimas
de ataques. Y eso, eso también es Pax Americana. Pero claro, dicho esto seguro que más de
uno estará pensando. ¿Pero cómo es posible que un país permita que Estados Unidos envíe
soldados a su territorio en tiempos de paz? Al fin y al cabo es una intrusión en su soberanía.
Pues todo esto, amigos, ha sido posible gracias al multilateralismo. Hablamos de todo tipo
de alianzas comerciales y militares entre diferentes países. Ahí es donde se encuadra
la OTAN, que ya se ha ampliado a los países de Europa del Este.
El caso es que al final todas las alianzas militares en las que participa Washington
se resumen igual. (Declarado o no, el objetivo de estas alianzas
militares es que el mayor ejército del mundo, el de Estados Unidos, garantice protección
en caso de que ataque un tercer país. Claro que la protección militar siempre exige lo
mismo: bases militares en el territorio. Por eso hay armas nucleares en territorio alemán.
O por eso la quinta flota estadounidense está en Bahrein, la Sexta Flota en Italia y la
Séptima Flota en Japón. O por eso hay casi 30.000 soldados estadounidenses en Corea del
Sur a pesar de los abrazos de Trump con Kim Jong-un.)
Y claro, dicho esto la pregunta es: ¿pero esto de la Pax Americana ha funcionado?
Desde luego que lo hizo durante mucho tiempo. La prueba es la globalización. De hecho es
posible que la Pax Americana llegara a su punto culminante hace 30 años, cuando cayó
el Muro de Berlín y se deshizo el bloque comunista. En ese momento el mundo comerciaba
en armonía y Estados Unidos se había convertido en la policía del mundo.
Sin embargo, a partir del 2001 este modelo empezó a hacer aguas.
La primera señal llegó cuando un hombre que había sido entrenado por la CIA para
combatir a los soviéticos. Osama Bin Laden, atacó Estados Unidos con los atentados terroristas
del 11-S. Luego llegaron las Guerras de Afganistán y de Irak. Dos desastres donde han muerto
muchos soldados americanos. Al contrario de lo que pasó con Alemania y Japón, Estados
Unidos ha sido incapaz de convertirlos en naciones prósperas y su situación desde
entonces lejos mejorar incluso ha empeorado.
Eso explica que Estados Unidos ya empezara con Obama a recular de su papel como policía
del mundo. No intervino en la Guerra Civil Siria y miró para otro lado cuando Rusia
invadió Crimea. Así que lo que hizo Obama fue profundizar en la Pax Americana. Pero
no desde un punto de vista militar, sino desde uno meramente comercial. Lo que hizo la Administración
Obama fue dejar encarrilados varios acuerdos comerciales con grandes grupos de países.
Es el caso del TTIP con la Unión Europea o de la Asociación Transpacífica con 11
países de América, Asia y Oceanía que iba a crear la mayor zona de comercio libre de
todo el planeta, una zona que poco a poco terminaría imponiendo las reglas norteamericanas
del comercio. En otras palabras, el legado de Obama fue
la ópera magna del multilateralismo comercial. Pero entonces llegó Trump.
(AMERICA FIRST, AMERICA ALONE) America First. Claro, si Donald Trump es el
presidente de Estados Unidos, no va a decir Zimbabwe First. La cuestión es que con el
America First, lo que Trump nos estaba diciendo es que Estados Unidos iba a acabar con el
multilateralismo que había desarrollado desde la Segunda Guerra Mundial. Y hay que decir
que el presidente Trump no engañó a nadie. Esto mismo ya lo avanzó en los debates de
las primarias republicanas.
Y no solo criticó a la Asociación Transpacífica.
Lo mismo pasó con el TTIP y recordad que el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte fue renegociado después de 25 años en vigor.
Pero alguno se estará preguntando, ¿por qué Trump ha sido tan crítico con estos
acuerdos comerciales? Pues digamos que el punto de vista del magnate era que a Estados
Unidos no le conviene hacer acuerdos multilaterales. (Trump ha demostrado ser un proteccionista
convencido. Entiendo que de la mano del comercio libre Estados Unidos puede sufrir una competencia
desleal capaz de destruir empleos y empresas. Además consideraba que en todo caso lo que
tendría que hacer Estados Unidos es cerrar los acuerdos comerciales país por país porque
así, siendo la potencia más poderosa del mundo a nivel económico y militar podría
imponer sus reglas. Lo normal es que la otra parte acepte sus condiciones porque van a
estar como locos por cerrar un acuerdo comercial con Estados Unidos.)
Por eso lo primero que hizo Trump como presidente fue anular estos acuerdos. Pero su política
exterior no se ha quedado ahí. También adoptó una posición muy dura en la OTAN. Porque
claro, según lo mires, para Estados Unidos la OTAN puede ser una bendición o un agujero
negro. Puede ser un instrumento que te convierta en el aliado prioritario de los países europeos,
con todo lo que eso implica a nivel económico o de influencia. Pero también puede ser una
hucha rota. Por eso Trump no dudó en sacar el látigo.
(Europa tiene que pagar una cuota justa por su protección militar. La Unión Europea,
durante muchos años, se ha aprovechado de nosotros en el Comercio y luego no está a
la altura de su compromiso militar con la OTAN. ¡Las cosas deben cambiar rápido!)
Otro cambio en la política exterior estadounidense lo podemos ver en Oriente Próximo.
Allí la política del presidente Trump ha sido muy simple: dejarlo todo en manos de
Arabia Saudita, Emiratos Árabes e Israel y, en caso de duda, largarse. El sueño de
Obama ejecutado a las mil maravillas. Bueno, eso y contentar a toda costa a Israel y Arabia
Saudita. Sólo tenéis que recordad los gestos que
ha tenido con este país Arabia Saudita: les apoyó en su enfrentamiento con Qatar, a pesar
de ser este un estrecho aliado; este mismo país fue el destino de su primer viaje oficial,
donde se marcó el conocido bailecito con la espada.
Y no solo eso, Trump ha tenido otros dos gestos importantísimos con los saudíes: el primero,
poner fin al acercamiento de Obama con Irán y al Pacto Nuclear. El segundo, cerrar un
acuerdo para venderles a los saudies armas por valor de 100 mil millones de dólares,
¿Qué más ha tenido que hacer Trump? Pues cosas bastante desagradables. Cosas como esta.
(Trump se jactó de que protegió al príncipe heredero de Arabia Saudí después del asesinato
de Khashoggi: "Le salvé el culo".) (Según el próximo libro de Bob Woodward,
Trump estaba dispuesto a pasar por alto el asesinato de Jamal Khashoggi siempre que Arabia
Saudí mantuviera el flujo de dinero.) Y claro, la pregunta es: ¿pero esto ha servido
de algo o no? Pues la conclusión es que Trump aquí por lo menos cosechado algunos fracasos
pero también algunos éxitos. Eso sí, no han sido precisamente baratos.
Porque además de tener que hacer la vista gorda con el asesinato de Khashoggi, al venderle
armas a Arabia Saudí se convirtió en cómplice de la guerra de Yemen, donde se están cometiendo
graves violaciones de los Derechos Humanos. (Por un lado, Trump deja en Oriente Próximo
un clima inestable por las tensiones de Arabia Saudí y Emiratos Árabes con Qatar y con
Irán. Además, Washington ha tenido que intervenir igualmente cuando los barcos petroleros saudíes
y de los Emiratos han sido atacados en el Estrecho de Ormuz.
Pero por otro lado el acuerdo de Paz entre Israel y los países árabes ha sido un acontecimiento
histórico.) Al Cesar lo que es del Cesar.
Por último está el cambio de actitud de Estados Unidos con respecto a China. Lo que
ocurre es que Trump, en lugar de organizar una alianza militar contra el gigante asiático,
lo que intentó es utilizar el poder del dólar con la guerra comercial, de la cual ya os
hemos hablado en VisualPolitik un montón de veces. Y eso, eso ha sido un fracaso enorme:
no ha logrado nada, ha perjudicado los intereses norteamericanos y para colmo Washigton ha
perdido una baza negociadora muy importante. Quizás sin la Guerra Comercial nunca hubiéramos
visto la toma de Hong Kong. Digamos que Washington siempre jugaba la carta de las sanciones y
que cuando finalmente la utilizaron los chinos se dieron cuenta de que la cosa no era para
tanto. O al menos, que estaban dispuestos a soportar el golpe hasta que hubiera una
administración más dialogante. Y además de la caída de Hong Kong, tampoco
ha conseguido evitar que China haya tenido una política expansionista muy agresiva.
Ahí está el caso de Taiwán que sigue siendo víctima de continuas amenazas.
Pero de todos el mayor fracaso del America First de Trump se acaba de producir:
(China firma el gran acuerdo comercial de Asia y el Pacífico con 14 países)
Hablamos del RCEP, el acuerdo comercial que acaba de cerrar China. Sus socios en este
acuerdo son los 10 países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y ojo al
dato con los otros 4: Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda. 4 países que han
venido siendo tradicionalmente los principales aliados de Estados Unidos en la región.
Claro, ahora es cuando queda en evidencia el fracaso de Trump. Porque los aliados de
Estados Unidos han seguido apostando por el multilateralismo aunque la Casa Blanca ya
no mostrará interés en participar. Conclusión: China cada vez tiene más influencia a nivel
internacional. Y también más peso en las instituciones internacionales. Como en la
OMS. Cuando Washington da un paso atrás, Pekín da un paso adelante para ocupar ese
vacío.
En fin, ya lo véis, más allá de los llamados acuerdos entre Israel y los países árabes,
los éxitos del American First brillan por su ausencia. Eso sí, no ha declarado ninguna
guerra y eso está muy bien.
Pero ahora la pregunta es: ¿Qué hará entonces Biden cuando llegue a la Casa Blanca? Pues
ahora mismo lo vamos a ver.
(EL RETORNO DE AMÉRICA)
Joe Biden es el primer presidente estadounidense en los últimos 30 años con una profunda experiencia en política exterior.
Pasó 34 años como miembro del Comité de Asuntos Exteriores del Senado. Y a eso luego hay que sumarle sus 8 años como vicepresidente de
Obama. Es un convencido del multilateralismo y tiene las ideas muy claras.
Por eso ha renunciado a hacer lo que hizo Obama, que para representar a Estados Unidos
en el exterior colocó al frente del Departamento de Estado a dos estrellas de la política
como Hillary Clinton y John Kerry. Frente a ello Biden ha elegido para el cargo
a su mano derecha desde hace 20 años: Antony Blinken.
Y le ha encomendado una misión por encima de todas: recuperar la confianza de los aliados despreciados
por Donald Trump.
(El presidente Trump ha cambiado el panorama. Se ha convertido en America First, que ha
significado America Alone. Nos encontramos en una posición en la que se están desgastando
nuestras alianzas.) Claro, la pregunta es si está a tiempo de
recuperar el terreno perdido por Trump. Desde luego, en el caso del gran acuerdo comercial
de Asia y el Pacífico, parece complicado que, una vez que ha entrado China, Estados
Unidos esté interesado en unirse teniendo en cuenta que las condiciones del acuerdo
ya están negociadas. En cuanto al enfoque que Biden adoptará con
el gigante asiático, su idea es que Estados Unidos lidere a Occidente cuando se sienten
a negociar con Pekín. Biden y Blinken creen que, con el apoyo de sus aliados, Washington
puede decirle a Pekín: “hey China, aquí está el 60% del PIB mundial, no solo el 25%
que representa Estados Unidos, y estamos de acuerdo en que no puedes hacer esto”.
Consideran que así será más fácil que China muestre más respeto por las reglas
de juego de la economía internacional, como los derechos de propiedad intelectual o la
competencia que supone el respaldo estatal a compañías privadas como Huawei.
De todas formas, aunque la marcha de Trump suponga que no se agrave la guerra comercial
con China, esto no significa que los aranceles vayan a retirarse de inmediato. En Estados
Unidos ya no ven a China con los mismos ojos que hace 10 años.
(El Partido Demócrata llegó a creer que las reformas económicas de China traerían
con el tiempo una reforma política. Es cierto que, desde los tiempos de Deng Xiaoping, pocos
países se han beneficiado tanto de la Pax Americana. China ha aprovechado la estabilidad
política del Lejano Oriente y las redes de comercio mundial que ya utilizaban Japón
y los tigres asiáticos. Pero las reformas políticas parecen más lejanas que nunca.)
Lo que sí que va a cambiar de forma radical es la posición de Estados Unidos en las instituciones
internacionales. De hecho ya sabemos 2 de sus decisiones: Biden planea frenar la salida
de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud, prevista para julio de 2021.
Y también quiere devolver a Estados Unidos a la lucha contra el cambio climático volviendo
a firmar el Acuerdo de París. Ya sabéis que los demócratas se presentaban a las presidenciales
con un ambicioso plan medioambiental para descarbonizar la economía en el medio plazo.
Posiblemente esas sean sus primeras medidas en política exterior. Ahora bien, ninguna
será tan urgente como esta:
(Puede que Biden solo tenga 16 días para evitar una carrera armamentística nuclear)
Efectivamente amigos. El 5 de febrero expira el START-III, el Tratado de Reducción de
Armas Estratégicas, apenas 16 días después de la toma de posesión de Biden. Hablamos
del último tratado bilateral de control de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia
después de que Trump acabara con el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio,
en vigor desde 1987. Así que el equipo de exteriores de Biden tendrá que ponerse manos
a la obra si quieren prorrogar este acuerdo. Por el historial de Biden entendemos que sí.
Pero, el futuro es impredecible. Así que ahora la pregunta es para vosotros:
¿Que esperáis del presidente Biden en asuntos internacionales? ¿Creéis que han sido un
error los años del America First? ¿Volverá la Pax Americana? Es más, ¿volveremos a
ver bombardeos en la CNN? Podéis dejarme vuestra respuesta en los comentarios. Como
siempre, no olvidéis que sacamos vídeos nuevos todas las semanas así que suscribíos
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dadle a LIKE y nos vemos en el próximo. Un abrazo y hasta pronto.