La eterna DISPUTA por las ISLAS deshabitadas - VisualPolitik
Japón contra Corea. Corea contra Japón. Japón contra China. China contra Japón.
Corea contra China. China contra Corea. Mientras tanto Corea del Norte y Taiwán por ahí en
medio…
Queridos amigos, el Este de Asia se ha convertido - si es que no lo ha sido siempre - en todo
un invernadero de enfrentamientos y crisis diplomáticas entre los tres vecinos más
poderosos de la región: China, Japón y Corea del Sur.
Unos conflictos que en ocasiones, desde el ojo occidental, nos pueden parecer ridículos
pero que en Asia Oriental son mucho más que simples conflictos territoriales de “estas
islas son mías y no tuyas”.
Islas que, por cierto, en algunos casos como veremos un poco más adelante, ni siquiera
lo son.
El “problema”, por llamarlo de alguna forma, es que en esta parte del mundo junto
a la cuestión territorial se mezcla también un componente de honor, nacionalismo y sentimiento
de autodefensa que tiene mucho que ver con el pasado del siglo XX, de hechos que ocurrieron
hace menos de 80 años.
(Durante la primera mitad del siglo XX Japón llevó a cabo en Asia Oriental y también
en el Sudeste Asiático una agresiva campaña para expandir su imperio cuyo comienzo muchos
fechan en 1904 con la guerra ruso-japonesa, y que finalizó con la capitulación del Imperio
de Japón en 1945.
Esa expansión imperial se llevó por delante decenas de millones de vidas, incluidas las
de millones de personas civiles que perdieron la vida en numerosas masacres, ataques indiscriminados,
ejecuciones, experimentos con humanos, y un sinfín de salvajadas que luego más tarde
fueron reconocidas como crímenes de guerra.
Esta campaña expansionista supuso la ocupación de numerosos países, y aunque en principio
tras la caída del Imperio de Japón se firmó el Tratado de San Francisco de 1951 que reguló
la devolución de todos los territorios de las excolonias a sus respectivas naciones,
ciertos vacíos legales y ambigüedades han hecho que Japón reclame como propios algunos
de ellos.)
En cierto modo, amigos, esto es lo que explica que algunas de las víctimas del Imperio japonés
saquen las garras cada vez que el país nipón dice que ese o aquel territorio es suyo.
Claro que no es el único motivo. El creciente peso de China también ha alimentado muchos
de estos enfrentamientos políticos.
Los casos más sonados son los de las islas Senkaku, que Japón se disputa con China y
Taiwán, los islotes Dokdo de Corea del Sur y, con bastante menos ruido mediático, también
parte de las islas Kuriles de Rusia, así como Okinotorishima.
Este lugar, Okinotorishima, es un sitio del que, por cierto, seguramente nunca habréis
oído hablar, pero que tiene una curiosa historia detrás.
Amigos, en este vídeo os vamos a contar en qué consisten exactamente todos estos conflictos
territoriales que en algunos casos han puesto al rojo vivo las aguas que separan a Japón
de China, Corea del Sur y Rusia.
Atentos porque en esta historia hay mucha más tela que cortar de la que podéis imaginar.
Así que... ¡Arranquemos!
(SENKAKU, EL CONFLICTO FABRICADO)
Amigos, ¿alguna vez habéis oído hablar de las islas Senkaku? O quizás os suene más
su nombre chino Diaoyu? A los que nos veis desde occidente, que seréis la mayoría,
es probable que no os suene ni el uno ni el otro.
Sin embargo en Asia Oriental la cosa es muy pero que muy distinta.
(Las islas Senkaku son un grupo de cinco islas y tres rocas completamente deshabitadas que
se encuentran entre Japón, Taiwán y la China continental. La más cercana a los tres países
se encuentra en una estratégica posición: A 170 kilómetros de Taiwán, a 170 kilómetros
de la isla japonesa de Ishigaki y a 330 kilómetros de la costa China.
Al igual que tantas otras islas de la zona, Japón las reconoció como territorio propio
justo antes de empezar su expansión militar, en 1895, cuando la estrategia de Japón consistía
en ir reclamando territorios deshabitados e islitas relativamente próximas
En las Senkaku nunca hubo más de 200 habitantes, fundamentalmente pescadores que aprovechaban
los ricos caladeros de la zona.)
De todas formas lo curioso de esta historia no es tanto cómo los japoneses reclamaron
su soberanía, sino lo que hicieron después.
El Imperio de Japón privatizó las Senkaku en 1932, cuando se las vendió a la familia
Koga, que pretendía establecer un centro de producción de comida.
Sin embargo en 1940 su proyecto se fue a pique, y tras la derrota japonesa en 1945 las islas
pasaron a estar administradas por Estados Unidos, que administró todo Japón hasta
1952. Estas islas sin embargo se quedaron bajo dominio norteamericano hasta el 72. Ese año no solo las Senkaku fueron devueltas a soberanía japonesa, sino que también cuatro
de sus islas fueron compradas por otra familia distinta, la familia Kurihara.
Y exactamente ahí fue cuando empezó todo el lío.
(Con la devolución de las islas por parte de Estados Unidos a Japón, China y Taiwán
paralelamente empezaron a reclamarlas como suyas en base a su proximidad y a una disputa
histórica sobre la delimitación marítima.
Realmente, de ser así, las islas pertenecerían a Taiwán, pero, claro, como la China comunista
no reconoce a Taiwán como un país, pues las reclamaron como propias. Pero al fin y
al cabo hablamos de unas islas deshabitadas aparentemente sin mucho interés así que
el conflicto diplomático y territorial se quedó dormido con el paso de los años, sin
causar mayores problemas, hasta que en 2012 de repente despertó de nuevo.)
Ahora bien, ¿qué creéis que
pudo pasar en 2012 para que el problema de las Senkaku se reavivara?
Pues que Japón decidió nacionalizar las islas. Sí sí, nacionalizarlas. Se las compró
a la familia Kurihara, y convirtió la protección del archipiélago en toda una prioridad, ampliando
incluso las unidades militares desplegadas alrededor de ellas.
Esto hizo que ese año China enviase un avión de vigilancia marítima a sobrevolar el espacio
aéreo de las islas por primera vez desde 1958.
Y no solo eso, las incursiones chinas y las respuestas japonesas con actos similares han
sido constantes desde entonces, y de hecho están viviendo un punto álgido en el momento
de preparar este vídeo, con barcos de los guardacostas chinos navegando regularmente
alrededor de estas islas.
Ahora bien, ¿qué es lo que ha conducido a China a ampliar su presión y vigilancia
sobre las islas? Pues sorprendentemente cosas como estas:
(Votación en Japón para cambiar el estatus de unas disputadas islas amenaza con aumentar
las tensiones con China. El Ayuntamiento de Ishigaki en la prefectura japonesa de Okinawa
aprobó la legislación que cambia el estatus administrativo del grupo de islas deshabitadas,
conocido como las Senkaku en Japón. El proyecto de ley cambia el nombre de las islas con fines
administrativos de "Tonoshiro" a Tonoshiro Senkaku" - CNN)
¡Un cambio de nombre! ¡Aunque parezca mentira básicamente un simple cambio de nombre por
parte de un ayuntamiento bastó para desatar todo un choque diplomático!
("La isla Diaoyu y las islas afiliadas son el territorio inherente de China, China está
decidida a salvaguardar nuestra soberanía territorial, esta llamada redesignación administrativa
es una grave provocación hacia la soberanía territorial de China". Zhao Lijian, portavoz
del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.)
No me digáis que no parece casi una broma.Pues amigos así se las gastan en Asía Oriental.
El caso es que legalmente, con la Ley en la mano, no cabe ninguna duda de que las islas
Senkaku son actualmente territorio japonés, y las reclamaciones de Taiwán y China no
tienen mucho recorrido. Aunque claro, con la China de Xi Jinping pues… Nunca se sabe.
Sin embargo, como os comentábamos al principio del vídeo, este no es ni de lejos el único
conflicto territorial que Japón tiene abierto.
El otro conflicto importante es el de los islotes Dokdo, que implica directamente a
Corea del Sur, un país con el que Japón se lleva como el perro y el gato.
Atentos.
(NO SON LAS ISLAS, ES NUESTRO HONOR)
En el mar del Este, entre la Península de Corea y Japón, se encuentra Dokdo, apenas
dos islotes y varias rocas que sin embargo se han convertido en uno de los símbolos
patrios más característicos de Corea del Sur.
Pero, ¿Cómo pueden haberse convertido dos pedazos de roca en mitad del mar en los que
no se puede hacer prácticamente nada, en una especie de símbolo moderno de la resistencia
antijaponesa?
Pues bien, para entenderlo veamos un poco de historia.
(Los islotes Dokdo, también conocidos internacionalmente como Rocas de Liancourt o Takeshima en Japón,
aparecen mencionados en escritos antiguos que mencionen que los islotes pertenecían
a Corea ya desde el año 512, durante el reino coreano de Shilla.
En 1905 durante la guerra ruso-japonesa el Imperio de Japón los ocupó y poco después,
en 1910, fueron anexionados como el resto de Corea como territorio propio del Imperio.
Es por eso que para los coreanos Dokdo simboliza la primera víctima de la ocupación japonesa
de 1910, y para ellos forma parte de los territorios colonizados durante esa época.)
El caso es que, nuevamente, tras la caída del Imperio en 1945, estos islotes quedaron
de nuevo en manos coreanas, o al menos eso era lo que creían los coreanos.
Sin embargo, para los japoneses no eran más que terra nullius, o sea, tierra de nadie,
y por tanto, sí los podrían reclamar.
Ahora bien, ¿acaso con la descolonización de Corea y la disolución del Imperio de Japón
no se fijó el futuro de Dokdo?
Pues bien, mirad lo que decía el artículo 2-a del Tratado de San Francisco.
(“Japón, reconociendo la independencia de Corea, renuncia a todo derecho, título
o reclamación sobre Corea, incluyendo las islas de Quelpart, Port Hamilton y Dagelet.”
- Artículo 2-a del Tratado de San Francisco)
Como seguro que os habéis dado cuenta, las Rocas de Liancourt no están mencionadas expresamente
en el tratado, y ese es el vacío legal que aprovecha Japón para continuar reclamando
los islotes.
Por este motivo los argumentos para defender la soberanía coreana de los islotes giran
en torno a los debates históricos, geográficos e incluso geológicos, ya que se considera
que forman parte de la plataforma continental de la isla surcoreana de Ulleung-do, que está
a 94 kilómetros.
Mientras que las islas japonesas más cercanas, las islas Oki, están a 157 kilómetros de
Dokdo.
El caso es que, igual que vimos con las Senkaku, el conflicto diplomático sobre Dokdo está
sorprendentemente más vivo que nunca, en parte gracias a cosas como esta.
(Un mapa de 156 años de antigüedad puede reavivar la disputa entre Japón y Corea del
Sur sobre unas islas - DW)
En ese mapa de 1861, Dokdo aparecía dibujado como parte del Reino de Corea. El mapa había
estado oculto hasta 2017 como parte de la colección de un particular japonés [sí,
paradójicamente japonés], que lo adquirió en 1932. Anteriormente estaba en una biblioteca
de Pyongyang.
Otro documento del Gran Consejo de Estado de Japón, este de 1877, decía que Dokdo
no tenía ninguna relación con Japón.
Sin embargo hay para todos los gustos, mapas coreanos donde Dokdo aparece dibujado como
territorio coreano, y otros japoneses que lo incluyen como parte de la prefectura de
Shimane.
Todo esto ha conducido a un cierto mito sobre quién debe controlar los islotes, y en Japón,
al menos en la prefectura de Shimane, se lo toman bastante en serio.
De hecho, el gobierno de la prefectura declaró el 22 de febrero como el Día de Takeshima,
y cada año hay actos y eventos que reclaman la soberanía sobre Dokdo.
Una propaganda que no solo es japonesa, sino también surcoreana.
Ambos gobiernos gastan millones de dólares cada año en promocionar la soberanía de
Dokdo, tienen páginas web institucionales de sus respectivos ministerios de exteriores
donde explican por qué Dokdo es coreano o japonés, e incluso ponen anuncios en las
calles o en el metro.
[Sí, puede que os parezca que en esta zona del mundo se cogen las cosas con papel de
fumar. Y desde luego no os falta razón. Menudos conflictos, esto si que son ganas de pelear.]
Ahora bien, ¿quién controla estos islotes? Pues.. Hoy por hoy, Corea del Sur.
(Corea del Sur mantiene un contingente militar rotatorio de 39 efectivos que está desplegado
permanentemente en estas islas, e incluso cuentan con residente, claro que, ya anciano
que podría tener que abandonar la isla muy pronto para conseguir acceso a tratamientos
médicos.
Lo más curioso de todo es que estos policías que hay en Dokdo suelen ser chicos del servicio
militar obligatorio que eligen este lugar para no tener que hacer prácticamente nada,
aunque eso sí, tampoco tienen nada que hacer.
Porque en estos islotes lo único que hay es un pequeño embarcadero, un puesto de guardia,
un faro, un buzón de correos y un par de senderos. Nada más.)
El caso es que Japón lleva años proponiendo someter esta disputa a la decisión de la
Corte Internacional de Justicia de La Haya, cosa que Seúl rechaza porque para ellos eso
sería como asumir que existen dudas sobre la soberanía de un territorio que bajo su
punto de vista fue ocupado por la fuerza.
Ahora bien, llegados a este punto seguro que muchos os estáis preguntando… ¿qué narices
hay en Dokdo para que despierte tanto interés en ambos países? ¿Qué justifica un despliegue
de 39 soldados o que los ministerios pierdan un solo minuto en esta historia?
Pues amigos, aquí la cosa se pone interesante. Algunos reportes hablan de un enorme depósito
de gas junto Ulleungdo y Dokdo que podría suplir todas las necesidades de gas de Corea
del Sur durante un periodo de entre 30 y 100 años. Y no olvidéis que Corea del Sur es
un importante consumidor de Gas Natural.
Por cierto, como curiosidad, ¿sabéis que Dokdo fue bombardeado en una ocasión? Y no,
no fue Japón sino Estados Unidos. En 1948 el ejército norteamericano realizó aquí
unos ejercicios aéreos de prácticas de tiro con misiles que acabaron muy, pero que muy
mal.
Resulta que justo en el momento de los ejercicios se encontraban unos 80 barquitos pesqueros
surcoreanos recogiendo algas. El suceso terminó con 16 coreanos muertos y la imagen del ejército
americano por los suelos.
Pero, amigos, para terminar no nos gustaría cerrar este vídeo sin hablaros del curioso
caso de Okinotorishima, una isla que… bueno, ni siquiera lo es.
Atentos.
(LAS DISPUTAS SUMERGIBLES)
Qué pensáis si os digo que Japón dedica sustanciales esfuerzos diplomáticos a reclamar
unos islotes en pleno mar de Filipinas que apenas sobresalen unos 20 centímetros sobre
el nivel mar y que suman un área de apenas 0.008 km2. ¿Qué?¿Cómo os quedáis?
Hablamos de Okinotorishima, un arrecife de coral administrado por Japón que está perdido
en medio del mar con dos rocas que han sido elevadas con hormigón para evitar que se
sumerjan con la marea alta.
Es algo surrealista, algo así como un intento desesperado por conservar unas rocas que muy
probablemente hubieran desaparecido bajo el mar de no ser por el hormigón.
Y la pregunta es… ¿Por qué?
Pues bien, Japón quiere que se le reconozca un área económica exclusiva alrededor de
estas rocas de 200 millas náuticas, unos 370 kilómetros, el mismo que le toca a la
costa de cualquier país continental o islas pobladas y consolidadas.
La intención de Japón en este caso es solapar esta zona con la zona económica exclusiva
de China para así robarles un pedazo de este “pastel”. Si es que los chinos se fueran
a dejar.
Claro que para casos como este en donde hablamos de islas deshabitadas, la legislación internacional
tan solo le reconocen 12 millas náuticas o 22 kilómetros de Zona Económica Exclusiva.
En estas zonas económicas exclusivas los Estados tienen exclusividad para gestionar
y extraer los recursos, por ejemplo minerales o pesqueros, que consideren oportunos, es
decir, para usar el área como quieran. De hecho, esto de las Zonas Económicas Exclusivas
tiene mucho que ver con todas las disputas que hemos visto en este vídeo.
Normalmente los países tratan de que su zona económica exclusiva sea lo más grande posible,
pero, claro, el caso de Okinotorishima es... no se como describirlo. El sueño del rey
de los pícaros.
Algo por cierto parecido al caso de Ieodo. (Ieodo, también llamada roca Socotra, es
una roca sumergida a 4,6 metros de la superficie que se encuentra entre China y Corea, y que
está administrada de facto por Corea del Sur.
Con la intención de que se le reconozcan derechos de zona económica exclusiva a Corea
sobre esta roca, el gobierno construyó en 2003 una plataforma de investigación oceánica
sujeta a la propia roca sumergida donde no falta la bandera surcoreana que marca su “propiedad”.
El tema de Ieodo puede parecer quizás uno de los más surrealistas de este vídeo porque
la roca ni siquiera asoma al aire libre, pero no es más que un ejemplo más de cómo los
tres grandes países de Asia Oriental, China, Corea del Sur y Japón, intentan arañar zonas
de influencia sea como sea. Y de paso si hay recursos minerales, gas o un buen caladero
de pesca, como parece que es el caso pues mejor que mejor.)
En fin, amigos, estas son las principales disputas territoriales en las aguas de los
mares que rodean a Japón y que aunque nos puedan parecer conflictos ridículos, el hecho
es que alimentan choques diplomáticos que en ocasiones ponen la tensión al rojo vivo
con despliegues militares, amenazas de sanciones y el riesgo de que por cualquier tontería
las cosas vayan a más.
Todo por mantener alto el orgullo nacional y de paso expandir las zonas económicas exclusivas.
En fin, espero que ahora cada vez que escuchéis hablar de estas polémicas sepáis exactamente
a que se refieren.
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