¿Puede RUSIA DESINTEGRARSE territorialmente? - VisualPolitik - YouTube (1)
A estas alturas, parece que el régimen de Putin es indestructible. La economía está aguantando
las sanciones comerciales mucho mejor de lo que muchos se esperaba - Aunque como ya os hemos
contado en nuestro boletín de Patreon las cosas han comenzado a cambiar con la llegada del 2023.
Sea como sea, Putin ha sido capaz de sofocar todas las protestas. Y
tampoco parece que sea inminente una rebelión interna en el círculo más próximo al Kremlin.
Sin embargo... ¿Y si el problema estuviera FUERA de Moscú? Dicho de
otra forma... ¿Hasta qué punto las regiones de la periferia del país podrían separarse
de la Madre Rusia algún día? ¿De verdad es esto posible? Puede que os sorprenda,
pero esta es uno de los mayores miedos del propio Putin. Atentos.
En otras palabras: que la posible balcanización de Rusia no es algo
que nos inventemos aquí en VisualPolitik: es un miedo que tiene el propio Putin.
Y lo cierto es que hay motivos para pensar que Rusia podría separarse
algún día. Pensad que hablamos de un país enorme,
con un montón de etnias y nacionalidades que no tienen nada que ver con los rusos de Moscú.
Y no, aquí no sólo hablamos de territorios como Chechenia. Por ejemplo ¿Sabíais que
la República de Tatarstán, que es esta región que veis aquí,
estuvo a punto de convertirse en un estado independiente y soberano?
Y no hace falta remontarse muy atrás en el tiempo: ¡Hablamos del año 1992! Y esto es solo un ejemplo.
Administrativamente, Rusia se compone de 84 entes territoriales diferentes - y eso sin
contar con lo que se han anexionado de Ucrania. Y las diferencias entre unos y otros son abismales.
Por ejemplo... en el plano económico, Rusia es terriblemente desigual. Mucho
más incluso que la Unión Europea y todas sus constantes ampliaciones.
Por ejemplo, el PIB per cápita de la región más rica del país puede
ser - según el precio del petróleo - hasta 60 veces más alto que el
del territorio más pobre. Esta diferencia en la Unión Europea, es apenas 16 veces.
Y la guerra de Ucrania está sirviendo para aumentar estas diferencias aún más. Y ya sé
lo que pensarán muchos ¡Buenas noticias para Occidente! ¿Verdad? Pues... ¡no tan
rápido! Una ruptura interna en Rusia podría desencadenar ser una crisis
internacional de proporciones nachovidalianas.
Pensadlo así ¿Quién se quedaría con el arsenal nuclear ruso? Como podéis ver,
hablamos de un escenario que, más o menos probable, necesita que estemos preparados.
Por eso, en el vídeo de hoy vamos a centrarnos en uno de los aspectos más centrales de la
política de Rusia... y a la vez más desconocidos fuera de Rusia ¿De verdad Rusia puede llegar a
desintegrarse territorialmente? ¿Pueden perder territorios? ¿Qué territorios
serían estos y por qué querrían separarse? Hoy vamos a responder a estas preguntas,
pero antes, vamos a ver un poco de historia.
T1(LAS FRONTERAS CAMBIANTES DE RUSIA)
Si estudiáis la historia de Rusia, veréis que hay 3 leyes de hierro que se han cumplido durante
siglos. La primera es que Rusia siempre tiende a expandirse. Sí, es cierto que muchos otros países
tienen disputas territoriales, pero el caso de Rusia es especial. Por ejemplo,
esto que veis aquí es la República de Tuva. Con un territorio equivalente a 3 Costa Ricas.
(Durante casi toda su historia, esta zona ha estado controlada por China. Sin embargo,
desde 1944 es territorio ruso ¡Ojo! No es que fuera territorio de la Unión Soviética:
no. Hablamos de Rusia ¡Pero esperad porque hay más!
Esto otro que veis es la isla de Sajalín, que es tan grande como todo Austria. Durante siglos,
estuvo dominada por China, Japón y Rusia. Desde 1905, los rusos se la dieron a los japoneses.
Pero, tras la Segunda Guerra Mundial, volvieron a recuperarla en su totalidad. Y podríamos seguir
con otros tantos territorios: Primorski, Karelia, Kaliningrado... Pero la expansión de Rusia no
terminó en la Segunda Guerra Mundial. En 2014, Rusia se anexionó Crimea y,
el año pasado, en 2022, se anexionaron, al menos sobre el papel, las repúblicas del Dombás. Y sí,
estamos hablando de anexiones. Es decir, en los mapamundis rusos,
tanto Crimea como el Dombás son territorios tan rusos como el mismísimo San Petesburgo. Dicho de
otra forma: Rusia continúa moviendo sus fronteras incluso hoy en día:
independientemente de los acuerdos internacionales que hayan firmado.)
La segunda constante en la historia rusa es... la incapacidad del Kremlin
para enviar recursos y servicios públicos a todos los confines de su territorio. Da igual
que hablemos de la Rusia de los zares, la Rusia soviética o la Rusia de Putin,
Moscú siempre intenta controlar todo el país desde el Kremlin... con resultados
desastrosos. Esto provoca un montón tensiones regionales y tensiones étnicas.
Y esto nos lleva a la tercera constante en la historia de Rusia:
la tensión entre centralismo y federalismo. Es decir: dependiendo del momento histórico,
Moscú ha intentado dar más autonomía a sus regiones... y luego se la ha quitado. Y ahora la
pregunta es: si Rusia puede ganar territorios... ¿Puede perderlos? Pues ahora mismo lo vamos a ver.
(T2:
¿REPÚBLICAS INDEPENDIENTES DENTRO DE RUSIA?
Si os interesa la política Rusa, hay algo que os va a llamar la atención:
Chechenia, Dagestán, Sakha… son regiones de Rusia,
pero que se autodenominan como “Repúblicas Independientes”. Y diréis ¿Esto qué significa?
¿Son independientes o son parte de Rusia? ¿Cómo puedes ser independiente y, a la vez,
parte de un país? Pues bien, aquí es donde entra en escena este señor que veis en pantalla.
¡Hablamos de IOSIF STALIN! ¡Sí, el mismo Stalin de los Gulags y las deportaciones!
Cuando los comunistas llegaron al poder, se dieron cuenta de que hay 2 rusias: la parte central y la
periferia, que tiene etnias muy distintas. Durante siglos, los zares habían expandido su territorio.
En ocasiones, al ritmo de una nueva Bélgica al año. Como resultado, había montones de regiones
cuya única relación con Moscú era el tributo que tenían que pagar... y los jóvenes que tenían que
mandar a las guerras. Por lo demás, tenían una cultura, religión o incluso idioma distinto
Y ¡No penséis que hablamos de territorios pequeños!
Por ejemplo, esto de aquí es la República de Saja. Tiene el tamaño de 6 países como España,
lo que la convierte en la región más grande de toda Rusia. Y está poblada por los yakutos,
que ni siquiera hablan una lengua eslava. Y esto que veis aquí es la República de Buryatia.
Es tan grande como Alemania... Y también tiene su propio idioma,
emparentado con el Mongol. Pues bien, Stalin entendía que la mejor forma de encajar todos
estos territorios en su nueva utopía comunista era darles un estatus especial. Permitir que estas
regiones mantuvieran su propio idioma, su propia cultura y sus propias tradiciones - por supuesto,
la religión era un tema aparte porque eran comunistas, pero eso es otra historia. Y así es
como nacieron las Repúblicas Autónomas de Rusia. Es decir, UCRANIA o KAZAJISTÁN eran parte de la
URSS, pero no parte de Rusia. Sin embargo, la República de Saja de la que hablábamos antes,
por ejemplo, sí era parte de Rusia. Es decir: ley de hierro número 3: el Kremlin no puede gestionar
todos sus territorios y busca un nuevo encaje... pero el buenrollismo dura solo una década.
Básicamente, en 1938 el propio Stalin volvió a imponer el ruso como lengua
obligatoria y comenzaron las deportaciones y la marginación cultural. Sin embargo,
la figura de las Repúblicas Autónomas se mantuvo. Y esto es muy importante ¿Por qué? Pues atentos.
(T3: CUANDO RUSIA CASI SE ROMPE)
Unión Soviética, años 90: todo el país está al borde del colapso ¿Conclusión? Territorios
rusos que se quieren separar del yugo de Moscú. Para evitar un colapso total, el por entonces
líder soviético, MIJAIL GORVACHOV, aprobó la “Ley de Repúblicas Autónomas”. El 26 de abril de 1990,
la URSS dio el mismo estatus legal a las Repúblicas Rusas que a las repúblicas
soviéticas. Dicho de otra forma, que, por ejemplo, CHECHENIA podría haber roto con Rusia,
pero haber seguido integrada en la Unión Soviética con el mismo encaje que tenía
Ucrania o Kazajistán ¿El problema con esta ley? Que meses más tarde, el mismo Gorbachov terminó
anunciando la disolución de la Unión Soviética. Ucrania, los bálticos... todos esos soviets se
convierten en nuevos países independientes, pero ¿Y qué pasa dentro de Rusia? Pues
que, en muchas de estas repúblicas autónomas se preguntan ¿Seguimos siendo parte de Rusia o no?
Si los ucranianos se han independizado... ¿Por qué no los Chechenos o los Tártaros?
Conclusión: que en cada una de estas repúblicas hicieron sus referéndums
para ver si querían seguir dentro de Rusia… o no ¿Y qué creéis que pasó?Pues
que hubo repúblicas que votaron por ser independientes. La historia de Chechenia
ya la conocéis… ¡Pero no fueron los únicos! Por ejemplo, aquí tenéis el caso de TATARSTÁN.
(Los tártaros son una etnia muy distinta de la Rusia. Son musulmanes, hablan el idioma tártaro,
que también es una lengua túrquica y tienen su propia historia y hasta sus propios nombres.
Y, por si alguno se lo está preguntando: no, no tienen nada que ver con la salsa tártara!
Pues bien, en 1992, los tártaros votaron en un referéndum de autodeterminación: 82% de
participación y 61% a favor de la soberanía, lo que la mayoría interpretaron como independencia.)
Como os podéis imaginar, esto hizo saltar las alarmas del Kremlin ¿Otra Chechenia?
¿Otra región más que se quiere separar? ¿Otra región donde tendremos que mandar al
ejército? Pues… por suerte, en este caso, Yeltsin consiguió convencerles de que se
quedaran ¿Cómo? Con buenrollismo y negociación Durante los años 90, el Kremlin negoció tratados
bilaterales con todas y cada una de estas repúblicas autónomas. Eso explica por qué
cada república haya tenido más o menos autonomía dependiendo de cómo negociarán
con Yeltsin. En el caso de Tatarstan, como se querían ir, a Moscú no le quedó otro
remedio que darles más autonomía que a nadie. Eso explica que, durante más de dos décadas, los
tártaros han podido tener sus propios impuestos o incluso su propia política exterior ¿Y esto en qué
se traduce? Pues en que la República Independiente de Tatarstán tiene mejores infraestructuras y está
mucho más industrializada que sus vecinas. En otras palabras: parecía que Yeltsin había
encontrado la solución para integrar a todas las etnias rusas en una Federación. Vale, sí, hablamos
de un federalismo desigual… ¡Pero funcionaba! ¿El problema? Recordad la tercera ley de hierro rusa:
buscamos un nuevo encaje a todos los territorios, pero el buenrollismo duró lo que tardó en llegar
un nuevo inquilino al Kremlin. Atentos. (T4: PUTIN Y LA VUELTA AL CENTRALISMO)
Os hago una pregunta ¿Cómo se llama el partido político de Vladimir Putin?
¡Exacto! Rusia UNIDA. Creedme, el nombre no es casual. Si hay algo que no le gusta a Putin
es el Federalismo buenrollista. (En 2004, Putin eliminó la elección
democrática de gobernadores regionales. Cierto, en 2013 volvió a reinstaurarla pero con muchísimas
comillas. Dicho de otra forma: los líderes regionales están elegidos, de un modo u otro, por
Moscú. Para que os hagáis una idea, entre 2012 y 2018, el Kremlin reemplazó a 63 gobernadores.)
Y sí, eso incluye a la muy independiente y muy soberana Tatarstán. Desde 2017, han perdido hasta
la capacidad de tener sus propios impuestos. En otras palabras: a día de hoy ya podemos
decir que Rusia es vuelve a ser una república federal sólo en nombre. Todas las decisiones se
toman desde Moscú. Y esto se nota, sobre todo, en el dinero. Para que os hagáis una idea,
entre 2012 y 2018, los ingresos fiscales de Kremlin medidos en rublos - que no en
dólares - crecieron un 77% mientras que los de las regiones solo un 3% ¿Qué significa esto?
Regla número 3: te damos independencia para que te quedes, y a los pocos años te la quitamos.
Y ya sé lo que pensaréis muchos: tiene lógica. Un país con tantísimas desigualdades
territoriales necesita redistribución de recursos. Por ejemplo, el 80% de los
recursos de Chechenia viene del Kremlin. Pero este centralismo tiene unos problemas
económicos muy grandes. Y la guerra de Ucrania no ayuda ¿Por qué? Ahora mismo lo vamos a ver.