Parte (4)
Capítulo 7 Doro se da cuenta al momento de que la pareja que entra en el club son los amigos de Raúl. Como todos los que no están acostumbrados a estos ambientes, Pepa y Albert tratan de aparentar una naturalidad que no sienten. Al ver a las chicas del local, Pepa se acuerda del hotel de Castelldefels y una lucecita se enciende en su cabeza. −Oye, Albert, ¿el hotel de Castelldefels…? −empieza a preguntar, pero Doro la interrumpe. −Hola. Vosotros dos sois los amigos de Raúl, ¿no? Se acercan cuatro chicas. Hablan entre ellas, miran a Albert, le dicen cosas y ríen. −Sí −responde Pepa−. ¿Tú eres Doro? Albert se apoya en la barra. Está nervioso y tiene la boca seca. Una camarera le pregunta qué quiere. −Agua, por favor −pide Albert. −Ponle un whisky −dice Doro−. Y otro para la señorita. Con agua. Una de las chicas que coquetean con Albert lleva un vaso en la mano y lo deja en la barra. Albert, distraído y sediento, se lo bebe de un trago. −¡Hala! ¿Qué has hecho, tío? −pregunta la camarera que les sirve los dos whiskys. Las cuatro chicas ríen. −¿Qué? ¿Qué pasa? −pregunta Albert. −¿Qué ocurre? −pregunta Pepa. −¿De qué coño43 os reís vosotras? −pregunta Doro a las chicas. Книги на испанском от hispanoteca.ru −Se ha bebido el vaso de Judith −dice la camarera. −¿Y qué pasa? −dice Doro. −Nada… −dice Judith sonriendo. −¿Qué tenía el vaso? −pregunta Pepa. −Agua… −dice entre risas−. Y éxtasis líquido. −¿Éxtasis? ¿Qué pasa con el éxtasis? −pregunta Pepa. −¡Bah! Nada. Pero no es bueno mezclarlo con alcohol. Demasiado tarde. Albert se ha bebido su whisky y ahora está bebiendo agua. −El maletín −dice−. ¿Dónde está mi maletín? −A lo mejor Veloz sabe algo. No es seguro… A lo mejor… −dice Doro. −¿Veloz es el que conducía la moto? −pregunta Pepa−. ¿El que le robó el maletín? −Veloz es un intermediario. Los que compran y los que venden, todos conocen a Veloz. −O sea, que ahora tenemos que ver a Veloz. ¿Dónde está? ¿Cómo es? −En la calle Santa Mónica, justo al lado del Pastís44 , hay un local con un letrero en el que dice «Cerrajero 24 horas. Se abren casas, coches y cajas fuertes». Veloz está siempre allí. Es parapléjico. −¿Y cómo lo hace para abrir puertas? Doro mira a Pepa con compasión. ¡Qué chica tan inocente! Книги на испанском от hispanoteca.ru −Veloz tiene empleados, gente que trabaja para él. Muy buenos. Lo abren todo. Si pagas, claro. ¿Podéis pagar bien? Pepa dice que sí con la cabeza y le da las gracias a Doro. Salen. Книги на испанском от hispanoteca.ru Книги на испанском от hispanoteca.ru Capítulo 8 Albert anda de forma rara. A veces muy lento, a veces muy rápido. Mira a todos lados con los ojos muy abiertos. Mueve los labios pero no habla. Cruzan la Rambla. Un travesti les hace proposiciones. La calle es estrecha y huele mal. A pipí de gato. −¡Vamos! −Pepa tira de Albert−. ¿Por qué te paras? Albert se para porque un tipo pequeño le ha puesto una navaja en el estómago. Otro tipo, un poco más pequeño, pone otra navaja en el cuello de Pepa. Y otro, en la acera de enfrente, les apunta con una pistola automática. Dinero, relojes, móviles… Los chorizos cogen todo lo que llevan Pepa y Albert y se van corriendo. Pepa había dejado al mediodía en su casa el dinero que Albert le dio y solo llevaba cincuenta euros y un móvil barato. Pero el amigo llevaba «pasta gansa». Mucho dinero para recuperar su maletín. Ahora no tiene nada. Adiós al maletín. Pepa siente pena por él. No parece un narcotraficante. Los narcos de las películas no son como Albert. −¡Hey, guapo! ¡Sí, tú, ven! ¡Acércate, hermoso! El travesti de la esquina corre hacia ellos. Los tacones de sus zapatos suenan como castañuelas45 . Albert no se mueve. No habla. El travesti le toca el culo. −¡Pero qué macizo46 , por Dios! He visto lo que os ha pasado. Han sido Las tres mellizas. Os han desplumado47 . −Se dirige a Pepa−. Él es guiri, ¿no? Pero tú pareces de aquí. ¡Eres tonta, niña! ¡Son las dos de la noche! ¡Pasear a estas horas por esta zona con este tío! ¡Venga!¡Un taxi y a casita! Книги на испанском от hispanoteca.ru −Sí, tienes razón −Pepa se siente responsable de lo que les ha pasado. Sabe que esta zona puede ser peligrosa, especialmente si tienes aspecto de turista rico−. Pero no tenemos dinero. Oye, ¿me haces un favor? ¿Tú tienes móvil? ¿Me lo dejas? Solo una llamada, a un amigo. −Vale, pero rápido −saca un móvil del bolso y se lo da a Pepa. Le toca los muslos y la entrepierna a Albert−. Esto por dejarte el móvil −le explica a Pepa. −¡Raúl! ¡Raúl! ¡Qué desastre! Nos han robado. ¿Estás en el garaje? Voy hacia ahí. Tengo que verte. −Niña, ¿qué le pasa a tu novio? ¿Es siempre así o ha tomado algo? −le pregunta el travesti a Pepa. −Muchas gracias −Pepa le devuelve el teléfono al travesti−. Nos vamos. Adiós. Книги на испанском от hispanoteca.ru Книги на испанском от hispanoteca.ru Capítulo 9 Pepa se encuentra con Raúl y le explica lo que ha pasado. Albert está ahora muy nervioso. Habla en inglés y mueve continuamente los brazos y las piernas. Deciden llevarlo al hotel. Pepa lo acompaña y Raúl espera fuera en la calle. El recepcionista le pide la documentación para registrarlo y Albert empieza a desnudarse. −Tú y tu amigo os vais a hacer el idiota a otra parte −dice el recepcionista. Pepa saca a Albert a la calle. −Sin documentación y con el colocón48 que lleva, no podemos ir a ningún sitio −le dice Pepa a Raúl. −Llévalo a tu casa −dice Raúl. −Y tú, ¿qué haces? −Mira, el estríper ese −Albert se ha quitado la chaqueta y la camisa−, que se olvide del maletín. Sin pasta no se puede hacer nada. Pero yo voy a dar una vuelta y a ver a mis colegas. Si sé algo, te aviso. Книги на испанском от hispanoteca.ru Capítulo 10 «Si Carlos está en casa, ¿qué le digo?», piensa Pepa mientras sube las escaleras. Carlos no está en casa. −Siéntate, Albert. ¿Quieres agua? Voy a buscar un poco de agua, ¿de acuerdo? Pepa va a la cocina. En la nevera no hay agua, solo cervezas. Abre un armario y coge una botella. Luego saca hielo del congelador y pone unos cubitos dentro de dos vasos. Mientras hace todo esto, Albert sale a la terraza y se quita toda la ropa. Con los brazos abiertos, respira el aire húmedo de la ciudad. Con los vasos en las manos, Pepa va hacia la terraza. Albert está interpretando una versión personal de la haka49 maorí. En las habitaciones del hotel, justo enfrente de donde vive Pepa, se han encendido un par de luces y una pareja de turistas nórdicos abre la ventana para ver mejor el espectáculo. «¿Es la famosa tuna50 ?», le pregunta la esposa al marido, pensando que es folclore español. −Por favor, Albert. ¡Para! ¡Vamos dentro! −le pide Pepa. Albert no hace caso, sigue cantando y bailando. Pepa ve en la calle a Carlos con su moto. Va al párking donde la guarda por las noches. «Seguro que viene a casa», piensa Pepa. «¿Cómo explico que tengo a un hombre guapo bailando desnudo en la terraza?» −Por favor, Albert. ¡Vístete! Tienes que irte. Carlos sale andando del párking. Pepa coge la mano de Albert, le da un fuerte tirón y lo hace entrar en casa. Ropa. Pepa busca ropa. ¿Dónde están los pantalones de Albert? Mira en la terraza. ¡Mierda! No están. Los ha tirado a la calle. Carlos está buscando las llaves para abrir Книги на испанском от hispanoteca.ru la puerta. Pepa coge una sábana del armario, envuelve con ella a Albert, sale a las escaleras y lo mete en el ascensor. Carlos es muy deportista y siempre sube a pie. A continuación Pepa entra en casa, coge un libro y se sienta en un sillón. Entra Carlos. −Hola, Carlos. Te he llamado al móvil varias veces pero no me has contestado. −He estado muy ocupado. Oye, cariño, yo… Lo siento. Tenemos que hablar con más calma. A las seis sale mi avión −mira el reloj: son las tres−. He venido sólo a recoger mis cosas. Pero el próximo fin de semana podemos vernos. ¿Por qué no vienes a Madrid? He encontrado un apartamento muy bonito y… Suena el timbre. −¿Quién llama a estas horas? Carlos abre la puerta. −¡Raúl! Raúl lleva un maletín. Ha recuperado el maletín de Albert. Ha sido fácil. Dentro solo había harina. Iba a ver a Pepa y a Albert para darles el dichoso maletín y también quería saber por qué Albert está tan preocupado por unos gramos de harina. Raúl se ha encontrado a Albert sentado en el ascensor, vestido como un romano. Al ver a Carlos, entiende por qué. −¡Hombre, el pijo51 ! −dice Raúl. A Raúl no le gusta Carlos−. ¿Está Pepa? Книги на испанском от hispanoteca.ru
−Hola Raúl −Pepa y Raúl se miran. No pueden hablar con Carlos delante−. Es muy tarde. ¿Qué quieres? −Nada −dice Raúl−. Pasaba por aquí… He visto luz y… Ya me voy. Ya me voy. No quiero molestar. −Sí, mejor otro día… Raúl baja a pie las escaleras. El ascensor está en el primer piso. Albert sigue sentado dentro. −Tío, no puedes quedarte aquí −le dice Raúl a Albert. A Albert se le están pasando los efectos del éxtasis, pero aun está confuso. Ve el maletín que lleva Raúl y de pronto lo recuerda todo. −Mi maletín −dice−. ¿Es mi maletín? −Sí, tío, sí. Pero vamos. Vamos a mi casa. Está amaneciendo. Necesitas dormir. Книги на испанском от hispanoteca.ru
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