E11 El poder de la mentalidad con Silvia Cabello
Perdón, perdón, estudiante. Sé que he estado un poco ausente, pero tengo una buena excusa. El año pasado grabé varias entrevistas, pero dos de ellas tuvieron problemas técnicos, no se escuchaban bien, así que no he podido compartir un nuevo episodio hasta hoy. Te recuerdo que puedes usar la transcripción gratuita, las flashcards de vocabulario y también la lista de vocabulario que creamos para que puedas leer antes de escuchar este episodio. En esa lista vas a poder leer expresiones y palabras que seguramente no conozcas y además las vas a leer en contexto, en un contexto real diferente al que luego escucharás en el episodio. Así que es muy interesante que puedas leer la lista primero, independientemente de si luego usas la transcripción o no para poder entender el episodio mejor. Y ahora sí, te dejo sin más comentarios con la entrevista de hoy.
Estudiante, quiero contarte primero por qué se me encendió la bombilla y me dije: "Tengo que traer al pódcast a la invitada de hoy". Hace poco estuve en un spa en Londres, espa no spa, espa con una e delante, como lo decimos los hispanohablantes. Estaba en un spa, el típico con camas, con burbujas de agua, con saunas, baños turcos y todo esto. Pero también había una piscina pequeñita de una persona solo, de un espacio muy reducido, con agua fría, muy fría que, por lo visto, tiene muchos beneficios para la salud, es antiinflamatorio y demás. Bueno, yo meto el primer pie y digo "joder, qué fría está". Pero bueno, poco a poco meto el segundo hasta la rodilla, meto los muslos y digo "madre mía, es que no puedo, me estoy mareando, no puedo, no puedo, no puedo". Salgo y cuando he salido veo que una mujer entra y en un segundo se ha metido completamente hasta la cabeza y yo le digo: Pero, ¿no te resulta muy fría? Y me dice esta mujer "esto es todo mentalidad". Y ahí se me encendió la bombilla, porque cada vez que escucho esa palabra mentalidad o mindset en inglés, en este caso me viene a la cabeza Silvia, que tengo hoy conmigo en el pódcast. Hola, Silvia.
Hola, César, ¿qué tal?
Muy bien. Encantado de tenerte aquí para hablar de esta palabra, de mentalidad.
Mira, César, primero de todo, agradecerte esta invitación. Y qué curioso que yo no sabía qué historia o qué anécdota ibas a contar en la introducción. Y no sé si sabes que yo empecé este año, empecé el 2023, bueno, ya sabes que vivo en Francia y vivo muy cerquita de la frontera con Suiza y muy cerquita de Ginebra. Pues el día 1 de enero con unos amigos decidimos, está decisión la tomamos evidentemente en Nochevieja, donde se toman las decisiones valientes, ¿no?
Perfecto.
Y tomamos la decisión que empezábamos el año bañándonos el 1 de enero en el Lac Léman, que es un lago que hay en Ginebra, os podéis imaginar las temperaturas. Bueno, pues el 1 de enero yo estaba siendo esa señora que me metía en el lago y que yo iba bajando las escaleras, era un lago, pero había como un acceso, y "esto es mentalidad, esto es mentalidad". Y me bañé un ratito, ¿eh? Tengo un vídeo nadando, el agua estaba a ocho grados. No sé si la que tú dices está a menos o más, pero así empecé bien.
Yo no sé a cuánto estaba, pero yo no me pude meter, pero vi a esta señora que se metía y además lo disfrutaba y yo decía: "Pero, ¿cómo puede?" Y me dijo esto "que esto es mentalidad". Y yo he buscado, Silvia, la definición, ahora quiero que tú me des la tuya, pero he buscado la definición en internet de qué es la mentalidad y se describe como "la forma en la que una persona piensa y percibe su entorno, incluyendo su personalidad, actitudes, valores y creencias. Es la suma de las opiniones, actitudes y formas de pensar que un individuo ha adquirido a lo largo de su vida y que influyen en su comportamiento". Esta es la definición más estándar, pero no sé cómo tú cuando trabajas con otros profes, porque eres mentora de profes de idiomas, cómo defines este concepto.
Mira, yo empiezo, fíjate, para hacerlo fácil con lo que no es mentalidad. A veces ayuda, porque, claro, es una palabra que a lo mejor se ha utilizado mucho los últimos años y que yo también la utilizo porque al final digo no me voy a inventar una nueva palabra. Sencillamente, yo creo que al final tenemos como que educar o divulgar el concepto real, digamos, de la mentalidad. Entonces la mentalidad no es un optimismo extremo, no es el obligarte a ser o tener una actitud, no es espiritualidad sin ningún tipo de lógica, no es escribo en un papel y que se lo proponga el universo, que esto muchas veces se confunde. Claro, y yo siempre como que lo quiero dejar muy claro. Y mentalidad, mira, si cojo un poco la definición que acabas de decir, para mi mentalidad es justamente cómo tú interpretas el mundo, la realidad, las circunstancias. Lo que pasa, pasa, César. Lo que hay es lo que hay, ¿vale?. Porque la vida, bueno, evidentemente la vida al final estamos donde... Es resultado de lo que decidimos ayer y antes de ayer, ¿no? Pero bueno, vienen circunstancias que son las que son. Pero la diferencia, o la mentalidad, está en "¿Qué hago, qué dejo de hacer, qué pienso, qué percibo y qué interpreto? Interpretar, eso es una palabra muy importante en la mentalidad, ¿qué interpreto de estas circunstancias, de esta realidad? Y ahí entran los juicios con mi personalidad, ahí entran creencias limitantes, ahí entra mi educación, dónde yo nacido, cómo yo me he construido miles de cosas y al final, es un poco, la tecla está en conocerte. De verdad. Y quitar esas capitas, hasta qué punto soy yo o soy lo que me he construido por equis razones, no son malas ni buenas. Es así, es, es lógico. O sea, somos seres sociales.
Lo que yo he construido o cómo me han construido, porque al final todos estamos expuestos en nuestra familia, en nuestro trabajo, nuestro entorno a: "Silvia es así o César es así" y desde pequeños hemos recibido ese input y al final te llegas a crear tu personaje, que puede ser verdad que tengamos rasgos de personalidad de esa forma que nos han dicho siempre que somos, pero quizás porque hemos cambiado o hemos madurado esa característica ya no va con nosotros, pero parece que la tengamos que continuar arrastrando.
Yo digo mucho al final esto que tú dices, la familia, tal y cual, es un poco el equilibrio entre expectativas exteriores, sociedad, familia o lo que sea, con las autoexigencias, mis expectativas y, luego, lo más mentalidad total es el juicio que yo tengo de mí por hacer. No hacer, llegar o no llegar, ser o no ser. Porque al final que a mí me digan o yo crezca con una etiqueta, que al final una etiqueta en sí no es buena ni mala, es como decir tener miedo. Tener miedo en sí no es bueno ni malo, pero ¿qué juicio lleva detrás esa etiqueta? ¿Cuánto me pesa o de qué me protege esa etiqueta? Es ahí donde entra la parte que te puede pesar, porque hay personas, hay etiquetas que las llevan muy bien. Dicen no hay ningún tipo de juicio. No hay ningún tipo de problema, ¿no? Entonces es ahí, es el juicio interno.
Pero sí que hay etiquetas que nos pueden frenar mucho a nivel personal y también a nivel profesional. Y ahora que estabas diciendo esto me ha venido a la mente. Yo en 4.º de la ESO, 16 años, uno de mis compañeros nos dibujó a toda la clase en un dibujo. Él hacía grafitis y dibujaba muy bien y era una especie de caricatura. Entonces, estábamos todos cara, cara... No me sale el verbo ahora, pero era caricaturas de nosotros, ¿no? Y a mí me dibujó con una cremallera en la boca. Porque yo era muy callado, hablaba muy poco, era muy introvertido, muy tímido y me dibujó con la cremallera en la boca. Y es verdad que era una de mis etiquetas, de tanto mi familia como en el colegio, mis amigos "César es callado, es introvertido, no le gusta llamar la atención". Y, claro, si yo miro a años atrás, hace 16 años o 17 a cómo era antes y a cómo soy ahora, que tengo tres pódcast, que comunico, que me gusta aparecer y tener voz, pienso: "claro, es que me ha costado bastante". Por eso, por esa etiqueta que un día se me puso y porque a lo mejor probablemente era así de verdad, me ha costado eliminar esa etiqueta y decir "no, pero es que yo era así. Pero he conseguido herramientas, he aprendido, he crecido, he madurado y ahora soy un poco diferente", ¿no? Entonces sí que es verdad que algunas etiquetas pesan y mucho.
Se me han puesto los pelos de punta, ¡Qué historia! ¡Qué bonita! ¿Sabes?
Sí, sí, sí, es que me acuerdo. Tengo que sacar, tengo que buscar. Está en Valencia ese dibujo porque todavía lo tengo.
Sabes qué es muy típico en el sector artistas, en el sector, actores y actrices, que te digan, que tú los ves en el escenario y aparte están, bueno, ya te hablo directamente de interpretar, ya no, ya no es sencillamente el exponerse con un pódcast y tal y cual y divulgar que está mal, que también es un ejercicio heave, sino ya es meterme, bueno, meterme en un papel, sacar emociones a flor, bueno, las que sean, ¿no?, porque es la interpretación y cuando hablas con ellos, "bueno, yo es que en verdad soy muy tímida", o "era muy tímida" o "yo esto nunca lo haría en otra situación" y a lo mejor acaba hacer una cosa que dices "¡wow!, ¿cómo puede ser?" Y la pregunta aquí, César, ya no es si eras o no eras, o has cambiado o no has cambiado. Es, por ejemplo, cuando tú, en esta época de la cremallera, porque tú cuando estabas en ese silencio aparte, interpretado tal cual una cremallera, o sea, estaba dibujado ese silencio tuyo, ¿estaba ahí como escondido de alguna manera en silencio, era elegido, o sea, tú sufrías por ese silencio o tú estabas bien en ese silencio o no lo sabes?
No, no, no, sí, no, ahora lo sé. En ese momento no lo sabía. Era simplemente un mecanismo de defensa porque tenía miedo a estar expuesto, que ahora como he perdido ese miedo, ya no necesito cremalleras ni necesito esconderme. Ahora con perspectiva puedo verlo porque era, pero no era elegido era autoimpuesto. Pero claro, al final, cuando somos pequeños o no tenemos claridad de quiénes somos, pues hacemos cosas que no, que no son beneficiosas.
Has dicho la palabra exacta. Has dicho mecanismo de defensa. Y como tú dices, evidentemente no somos conscientes. Y que sepas, César, que ahora mismo, en nuestras vidas actuales, que ya somos adultos, seguimos utilizando mecanismos de defensa y diferentes.
Totalmente.
A lo mejor mucho más atenuados, porque ya está, bueno, ya el autoconocimiento, el aceptarnos mucho más en miles de cosas que eso también trae la edad. Pero todo..., o sea, funcionamos con mecanismos de defensa. Y justamente la otra pregunta que te iba a hacer es: al final el hecho de callarse para ti, aunque fuera inconsciente, te estaba protegiendo de algo. Por eso es un mecanismo de defensa. Y ahora, como por alguna razón, cada uno con sus cosas, ese peligro a lo mejor ya no está o ya lo estás viendo desde otra perspectiva, ya no necesita ese mecanismo de defensa. Tenemos otros, tenemos otros.
Totalmente y ¿cómo podemos...?, Silvia, puesto que gran parte de esa mentalidad es o para conseguir las cosas que queremos hacer con nuestra vida a todos los niveles, queremos liberarnos de esas etiquetas, de esos mecanismos de defensa. ¿Hay alguna estrategia para poder identificarlos y ser conscientes de que los estamos usando?
A ver, primero de todo, tienes, o sea, tienes que ver... Usamos mecanismos de defensa y al final esto es una manera de funcionar, donde el mecanismo de defensa a lo mejor estaría bien, el trabajarlo, analizarlo o el conocerse un poco más es en el momento en que ese mecanismo de defensa te pesa. A veces no eres consciente en el primer momento, pero luego, con el tiempo en algo, en algún momento tu silencio te pesaba. En algún momento, o aunque tú nunca hubieras cogido por decisión propia "mira, voy a hablar". Pero en ese momento había como un momento incómodo. Tú sostenías una incomodidad. La sostuviste durante mucho tiempo porque podías. Porque tenemos una resistencia ahí, al sostener la incomodida, pero la primera señal para saber si hay que trabajar o es un mecanismo de defensa que verdaderamente me está pesando, es escucharte. Porque más allá de lo que tú puedas manifestar, porque tu familia pensó "mira, el niño es tímido, déjalo tranquilo, si no quiere hablar el niño es tímido", los profesores también "oye, César está bien, si no quiere hablar", es que es cierto. Hay personas que no les apetece hablar. Tienen menos necesidad de hablar, pues no pasa nada. Hay otras personas que tenemos más, ¿no? Buscamos un equilibrio y ya está. Pero el malestar tú, aunque lo escondas o no, tú lo sabes, tú lo sientes. Y sí que es verdad que la época de la adolescencia, como hay tantas cosas que pasan dentro, tú ya no identificas si es un malestar, si es lo que te va a pasar a partir de ahora, si es que... Si son las hormonas. Ahí, ya en ese momento ya es otra cosa. Pero cuando tú ya estás en una edad, ya no digo un joven adulto, vale. Es que ya no sé hasta dónde llega la adolescencia ahora, pero para que nos entendamos. Hoy día sí que puedes decir, pero a mí esto me incomoda. Yo por dentro estoy teniendo la sensación de molestia, no de incomodidad a lo mejor de decir mira, me apetece hacer esto y quiero sacar un pódcast. Yo sé que los primeros capítulos voy a estar con el estómago así, un poco encogido. Bueno, eso se pasa y no pasa nada, pero cuando es como un malestar interno, esa es la primera alarma. Y decir, ¿de qué me estoy protegiendo? Hay muchas, hay muchas maneras. Un mecanismo de defensa al final es "me protejo de algo". Al final lo que estoy haciendo, a pesar de que me molesta, estoy sacando algún beneficio, que esto cuesta mucho de entender. Cuando ya ves en la mente en una sesión pura y dura de mentalidad, no de estrategia ni nada con un profe le digo y ¿qué sacas de positivo esto? ¿De qué te estás protegiendo? Que al final es la misma pregunta al revés. Y a veces, claro, te quedas "no, no me estoy protegiendo de nada. Si estoy sufriendo". No, pero piensa si te paralizas aquí es porque no vas a llegar a eso. Hay un rédito. Claro. Al final es un poquito ir más allá y ahora mismo depende, ¿no? No hay una manera de desbloquear el inconsciente. Pero por ahí muchas veces vamos. ¿Cómo identificar también mecanismos de defensa? Cuando hablamos y generalizamos nuestras verdades, por ejemplo, "Siempre. Nunca. Todos. Nadie". Y eso es una cosa anecdótica, porque eso lo utilizamos todos, iba a decir, fíjate. Lo utilizamos mucho. Una cosa es que tú lo utilices para comunicarte así, pero cuando estás al lado de una vivencia tuya, por ejemplo, y "todas las personas son" y "siempre me pasa que". Perfecto, pero ahí estás sentenciando una cátedra para ti y es como estar reforzando algo y para ti te mantiene en esa situación que aunque sea incómoda, es la que conozco. Muchas veces una de las crucecitas es generalizas, o una también es hasta qué punto lo que alguien o un grupo de personas esperan de mí yo lo generalizo como verdad absoluta: "es que tengo que, dicen que". ¿Quién dice? Y si lo dice, ¿qué pasa? ¿Qué pasa si no lo hago? Es que lo que se espera de mí, es que claro, tengo que. Y eso dónde entramos en las expectativas externas que nos las convertimos nuestras y nos autoexigimos y luego entramos en la rueda del juicio por llegar o no llegar y ahí empieza la bomba. Claro, y estoy de acuerdo, Silvia, pero es verdad, y en la definición que yo he encontrado en internet de mentalidad lo menciona. Dice la mentalidad es la forma en que una persona piensa y percibe de su entorno y el entorno, es verdad que a veces pueden ser expectativas que ya están caducas y nosotros pensamos que todavía la gente espera que seamos como éramos cuando teníamos 15 años y no es así para nada, pero hay veces que de forma directa y explícita queremos, por ejemplo, emprender un proyecto personal, profesional, da igual. Y recibimos los comentarios muy negativos, obviamente, siempre bienintencionados, de personas que nos quieren o no, o personas que tenemos alrededor. Y claro, eso, eso puede ser un freno para la mentalidad y para alcanzar algo que nos apetece hacer. Yo siempre lo digo el proyecto de "Spanish Language Coach" yo lo tuve en mi cabeza en 2014, pero en ese momento había una persona que era importante en mi vida, que me dijo qué haces eso no tiene ningún sentido, esto es una tontería. Tienes ya... Eres adulto. Esto son jueguecitos de niños. Y el proyecto más o menos como lo tenía mi cabeza, lo hice cinco años después y, afortunadamente, ha ido muy bien, ¿no? Y estoy muy contento de haberlo creado y pienso: "jolín, es importante tener en cuenta la consideración de la gente, sobre todo de la gente experta, no tanto de la gente que nos quiere, sino de la gente es experta en la materia". Pero también la intuición yo creo que es superimportante y cada vez confío más en el segundo cerebro, en el estómago. ¿Cómo podemos, sin desestimar lo que nos dicen o lo que escuchamos de la gente que nos quiera, pero al mismo tiempo ser lo suficientemente fuertes como para decir: "Bueno, quiero hacerlo"? Mira, aquí has dicho una cosa superimportante. Has dicho, Mira en 2015, 2014, alguien que era muy importante para mí me dio una opinión. Y a lo mejor tú, a lo mejor puedes pensar alguna vez, pues "por culpa de" entre comillas, no lo sé, en verdad, el problema o el freno, aunque no te lo creas, no fue el comentario de esa persona, fue tu necesidad en aquel momento de la validación externa. ¿Quién te dice a ti que en 2014, si tú estabas a nivel mental o a nivel personal, con esa necesidad de validación externa, tú te hubieras atrevido a hacer lo mismo que estás haciendo aquí ahora? A lo mejor eso que te pasó... Ahora que lo dices, probablemente hubiese fracasado porque efectivamente no estaba preparado. Imagínate que a nivel económico, a nivel de mercado lo hubieras petado en 2014. No, porque al final no solo son números, no es el qué hago.No es la to do list, haz esto y esto y esto y funciona. Es el desde dónde lo hago. Y tú en 2019 estabas donde tenías que estar gracias a cosas que te han pasado para poder conseguir lo que has conseguido y ya está. Y yo creo, mira, no tenemos bola de cristal, pero creo que si estabas con esa necesidad de aceptación, de validación externa, que al final el ser humano necesita ser querido, ser respetado y ser reconocido, tú y todo el mundo, pero si lo tenías como tan tan tan, a lo mejor no te hubieras permitido hacer ciertas cosas, que lo estabas haciendo, empezaste en 2019, con lo cual perfecto. Al final no, no fue la persona. Es la interpretación y el valor y el juicio que tú te llevaste a partir de eso, porque las circunstancias son las que son. Porque me he encontrado también. Sí, porque... Dime, dime. Perdón, perdón. No, no, que de hecho estaba pensando que también cuando lo retomé años después, también recibí ese tipo de comentarios, pero probablemente porque ya esa necesidad de validación era mucho menor, todavía existía y todavía existe, dije "pero yo voy p'alante, y si me equivoco, me equivoco y no pasa nada". Pero efectivamente, simplemente no era el momento. Porque al final, fíjate, fíjate lo que me acabas de decir: "también había comentarios. Ahora que lo pienso, también era un comentario y también era importante para mí, porque..." Y ¿dónde está la diferencia? ¿Es lo que te pasa? No, es cómo lo percibiste. Ahí está. O sea, y que no hay nada, no hay nada al final de mágico. Y a mí me pasa, esto me pasó en una, en una mentoría con una profesora. Estábamos hablando y evidentemente sin querer, cuando hablamos de mentalidad pura y dura, no de estrategia, hay en algún momento es bastante típico que salen cositas de infancia, familia, personas muy cercanas. Esto es inevitable, ¿vale? Esto significa: "es que tengo una familia tóxica, no sé qué...". No va de esto. Las personas... No, no. No, no, no, las personas emitimos juicios, nos relacionamos y pueden ser percibidos de una manera u otra. Y esto también lo hacemos. Y hablaba justamente. Sentía como esta presión de la opinión de alguien y tal. Y yo, pero, ¿te lo ha dicho?, ¿te lo ha manifestado? Y al final ella me decía si en verdad, si lo que quiere, en verdad esto le da igual lo que quiere que sea feliz yo. Fíjate hasta que punto no ha habido comentario, no ha habido comentario, pero ya ha habido todo el sistema interior como si lo hubiera habido y me pongo una presión que ni existe. Claro, es una interpretación de la realidad, que siempre somos... Tendemos a ser un poquito más pesimistas por una cuestión de supervivencia, ¿no? Puede ser, puede ser las dos. Quiero decir hay más tendencia a un pesimismo que a un optimismo. Pero bueno, luego si al final, que una persona pesimista deje de hacer ciertas acciones para llegar donde quiere, para acabar reforzando la idea inicial que no va a salir bien, pues no es ser pesimista. Eso es que son cuatro. Porque si al final no haces nada, no actúas ni dejas de actuar para llegar a algo. Y luego, cada vez que al final emprender es difícil, bueno, sí es difícil, levantarse a las 05:00 para trabajar una fábrica es difícil, estar en el paro es difícil. Yo que sé. Intentar aprobar una oposición, ser funcionario y ver que el sistema educativo cambia cada tres años es difícil o no todo es fácil. Ser madre o padre es difícil, claro, es que efectivamente... Es superinterpretación, es difícil, es no sé qué a mí... Y claro, yo lo que intento, que no lo consigo al 100% porque es que somos humanos y somos seres subjetivos. Es intentar quitar lo máximo posible, que ya te digo que no lo consigo al 100% mi interpretación de las situaciones de los profes o de la realidad, lo que a mí me ha funcionado o lo que yo veo que funciona, no significa que sea la regla. Porque no es así. Porque si en vez de pensar solo aquí empezamos a pensar así, así hay casos de todo. Personas aparentemente más válidas, menos válidas, con un contexto más propicio, menos propicio, con ciertas características, habiendo hecho unas cosas u otras. Y con resultados opuestos. De los dos casos. Entonces... Con más talento, con menos talento, pero luego también entra, yo siempre digo que que admiro más a las personas constantes que a las personas talentosas, siempre que el talento sea una cosa innata, ¿no? Por ejemplo, una persona tremendamente inteligente. Al final es algo que te viene en la genética, pero ser una persona constante y trabajar por lo que quieres es incluso... Pues tiene un mérito más grande para mí. Y Silvia, hemos hablado de mentalidad y me gustaría un poco conectar esa idea con la de la fuerza de voluntad, porque es algo que a mí me gusta trabajar mucho. Yo en el otro pódcast, el de nivel intermedio, hablo mucho de mi elefante e interpreto al elefante como esa parte salvaje e irracional que se mueve por impulsos y yo soy el jinete que tengo que domarlo. Entonces el elefante pesa mucho más que yo. Me puede arrastrar, pero yo soy más inteligente y sé cómo manejarlo. No siempre. A veces lo dejo y va descarrilado y no pasa nada. De vez en cuando le tienes que mimar y dejarle que sea salvaje, porque es su naturaleza. Pero me gusta esa metáfora de ver el elefante como esa parte más salvaje y yo esa parte que controla que tiene el poder al final. ¿Cómo podemos conectar la mentalidad y la fuerza de voluntad? Mira, yo no te voy a decir cómo conectar la mentalidad con la fuerza de voluntad, porque primero justamente esta fuerza de voluntad y aparte me has puesto un ejemplo que me viene a huevo. Estás hablando de la fuerza de voluntad como..., me lo estás imaginando, bueno estás poniendo la imagen de dos animales, que uno domina al otro. Y claramente es una batalla de titanes. Una lucha de poder. Y una batalla de titanes. Es un conflicto de poder al final. Y uno va a utilizar uno y uno, no sé qué. Estoy luchando y controlo, la palabra control superimportante. Entonces, justamente ¿hasta qué punto la fuerza de voluntad es algo que no está a lo mejor muy sobrevalorado? Me explico, ¿vale? Porque si la fuerza de voluntad es este control de esta lucha interna, a ver hasta cuánto lo puedo sostener, tuve la voluntad de ir a correr durante siete meses. Nunca más. Porque ya hiciste game over, porque ya no pudiste sostener este conflicto, porque era lucha interna. ¿Hasta qué punto tengo que controlar lo que hace el elefante? ¿Hasta qué punto? ¿Qué hace el elefante que no hace el elefante? ¿Hasta qué punto? Ahí está el arroyo. Yo creo que se puede y que no se malinterprete con "haz lo que quieras cuando quieras", ¿no? Pero yo a lo mejor conecto más con lo que tú dices, una constancia que para mí va más relacionado con una cosa que para mí es coherente que la fuerza de voluntad que la utilizamos si te das cuenta, la utilizamos con cosas que para nosotros ya son un conflicto o son una carga o son algo que yo ya tengo. Hay algo interno que no acabo. Fuerza de voluntad para mí, por ejemplo, a nivel personal, ¿qué es? Régimen, ir al gimnasio, perder peso es fuerza de voluntad. A mí, por ejemplo, fuerza de voluntad no es el emprendimiento, por ejemplo. Sí es constancia, es trabajo, es dedicación, pero no hay esta fuerza de voluntad porque no tengo este conflicto interno. No necesitas esa motivación externa, interna, ¿no? Ya no es motivación, es el conflicto. Yo no tengo ese conflicto, a lo mejor que tengo con, bueno, no tengo un elefante y un jinete en el emprendimiento y, a lo mejor, con el tema del peso, sí, ¿no? Es mi interpretación, mi percepción de esa movida, evidentemente. Claro, sí, yo exactamente igual. Y habrá personas que sean amantes del deporte desde que eran pequeños y para ellos el ejercicio es siempre una fuente de disfrute, mientras que quizás nosotros, que también, porque obviamente es muy saludable después de haberlo hecho y te sientes bien, pero el momento de ir al gimnasio cuando tienes pereza, pues igual es más complicado para nosotros. Y de hecho yo sí que he notado que de todos los objetivos que tengo y de las cosas que más necesita mi fuerza de voluntad, es imposible estar al 100% siempre con todo. O sea, que si estoy muy a tope una semana con el gimnasio probablemente esté menos a tope con la limpieza de la casa o el estudio de idiomas, o la práctica del piano. O sea que... Y esto sí que ya lo he asumido y no me siento mal por ello, porque creo que también, porque recibimos muchas veces muchos mensajes de "puedes con todo". Se trata de ser más productivo, más eficiente y no al final, de la misma forma que tú no puedes ir al gimnasio, coger una pesa y empezar a hacer ejercicio de bíceps de forma interminable tu mente tampoco puede estar constantemente con una atención plena y trabajando y esforzándote. Entonces, aceptar que somos humanos y no máquinas. Bueno, las máquinas también se estropean y necesitan descanso, pero creo que también es muy importante. Y lo dice una persona que tiene una aplicación en el teléfono que se llama "Hábitos" y todas las noches, esto es que es muy loco, todas las noches marco las cosas que he hecho y no. Y tengo, fíjate lo que tengo, pero a mí me ayuda, pero de verdad ahora lo hago de una forma sana, pero tengo: ponerme crema en la cara por la mañana y por la noche, que ya no es crema porque voy a cumplir 34 y es sérum, ¿o sérum? Sérum se dice, ¿no? Sérum, contorno de ojos y crema hidratante; meditación; francés; piano; no tomar azúcar hoy; hacer algo divertido en Londres, esto es un objetivo semanal; inglés; ir al gimnasio y 15 minutos de lectura de ficción. Esos son mis objetivos diarios. Cesar, déjame... Pero ya no me siento mal si no hago alguno. César, déjame hacer un pequeño aviso a las personas que están escuchando este pódcast. Acabáis de escuchar a alguien que utiliza esta herramienta, no sabemos si para él le va bien o le va mal, pero os puedo decir que podemos vivir sin herramientas, podemos vivir sin ponerlo todo en una lista o poniéndolo pero quiero decir... Ay, yo soy amante de listas. Todo perfecto, pero justamente esto de la voluntad y tal, esto es un poco como los objetivos cuando empezamos el año a mí me encantan, pero hay personas que no, no pasa nada, quiero decir, no hay problema, no hay problema en eso, pero sí que es verdad que si las cosas que tú apuntas en una lista, si las cosas que tú dices tengo que tener fuerza de voluntad, estas cosas al final acaban entrando en el cesto de una cosa más para juzgarme, una cosa más que va a recordar lo desastre que soy, una cosa más que me a recordar la poca fuerza de voluntad que tengo, una cosa más que va a reforzar de es que nunca vas a conseguir nada, siempre te va a pasar lo mismo, entonces no lo utilicéis. Si luego no tienes la capacidad de no lo hago: "mira, la semana pasada no lo hice, está bien", pues ya está. Si tienes ese nivel de interpretación light o cero interpretación, magnífico. Si eso te lleva al "un poquito más, un poquito más y venga carga mental y venga mal malestar y venga, me autoetiqueto, me hablo mal, me siento mal". Aquí no estamos o hay un problema interno. No, no, no, no, es verdad que sí que es verdad, porque esto de las listas y tal lo llevo haciendo toda mi vida. Hay un cambio muy importante entre hacer esto y tener objetivos. Cuando tienes una conversación sana contigo mismo y te hablas como si hablaras a un amigo, que si te hablas fatal porque si te hablas fatal, efectivamente, en seguida vas a decir "pues mira, hoy no has hecho ejercicio, has comido fatal, no has hecho nada en todo el día, eres un desastre". Claro, si entras en esa conversación es muy nocivo, pero a mí sí que me ayuda a esto, porque además, todas estas cosas que he mencionado, excepto la del azúcar, que es por una cuestión de salud, porque tengo soy supergoloso y tengo antecedentes de diabetes tipo 2 en mi familia y me estaba pasando con el azúcar, entonces sí que es un control que no disfruto, pero lo necesito hacer, el resto de cosas son cosas que cuando me pongo a hacerlas además las disfruto, entonces está bien. Pero sí que es verdad que es muy importante la conversación con uno mismo. Al final y cualquier herramienta para cualquier persona que nos esté escuchando. Cualquier herramienta, cualquier truquito, cualquier cosa que te diga la gente. Porque al final, oye, no pasa nada. La gente compartimos cosas que hacemos, para eso estamos, ¿no? Quiero decir, todo está genial. Al final, pruébalas si te apetece. O sea, no mueras, tonto, es decir, pruébalo, o sea, solo los imbéciles no cambian de opinión porque algo que a lo mejor me parece sorprendente, mañana lo hago cada día. Pues claro que sí. Pruébalo y a ver qué pasa si te apetece probarlo todo. Hay cosas que directamente ni te apetece probarlas. Lo pruebas a ver qué pasa, a ver cómo, si verdaderamente lo estás experimentando, lo estás como resistiendo, tu jinete y tu elefante, como tú decías. Y no añadas una presión más a la cuerda, porque es ahí, es cuando peta y ya está. Por ejemplo, tú ahora decías esto de la señora que se metió en el agua y a ti quién te dice que dentro de un año yo digo "Ven aquí a ver" y nos vamos los dos a Ginebra en enero a bañarnos. Pues seguramente. Al lago. Puede ser que sí, quiero decir o no. Da igual, que no pasa nada, pero quiero decir que hay muchas cosas que podemos pensar hoy: "Pero qué locura" que mañana van a ser nuestra solución y al revés. Y no es malo ni bueno- Totalmente. Y una cosa muy importante, César, que a mí me gustaría decir y esto es también un detector de hasta... De mi nivel de interpretación, de interpretación que me carga, que me pesa es vemos muy claro la diferencia entre cuando algo me gusta y cuando algo lo amo, estoy enamorada. Es evidente, algo me gusta, me agrada, es positivo, y lo estoy viendo desde una intensidad emocional, pues bueno, como bastante neutra, me gusta. No, no me estoy cohibiendo ..... pero me gusta. Estoy dando mi opinión y me siento libre de dar mi opinión, me gusta, pero cuando estoy enamorada es como una pasión, algo que no se explica. Es como algo interno que me coge ahí, que no sé ni lo que es. Pues pasa exactamente igual cuando algo no me gusta que cuando algo me mosquea, me enciende. Lo que te enamora no habla de la otra persona, habla de ti, de lo que te estás proyectando por alguna razón en esa persona que no estás haciendo con lo que te gusta, pero sí con lo que te enamora. Y cuando algo te enciende no está en la cosa que te enciende, la circunstancia, la persona. Hombre, no vayamos a meter límites en el sentido, yo que sé, la pedofilia, ¿vale? Aquí ya nos podemos encender, pero para que me entiendan, porque hay veces que nos vamos como a extremos, es que... Soy responsable de lo que digo no de lo que se interpreta. Se me entiende, ¿no? Se te entiende. Entonces, cuando hay algo que te enciende no es ni esa persona ni esa cosa, es que detrás hay un juicio tuyo hacia ti. Que lo estás llevando a otra persona. Una persona que se enciende, por ejemplo, hablando de "es que ahora en redes sociales" es que por ejemplo, recibimos muchos mensajes que tenemos que ser así o asá. Recibimos muchos mensajes de todo. ¿A qué mensajes le estás poniendo...? Porque mensajes ahora mismo en redes sociales tienes de todo, de todo, de todo y de cosas que nos podemos echar las manos a la cabeza, de todo. Sí, de todos los extremos de puntos intermedios. Sobre cómo emprender, cómo comer, qué comer, qué ejercitar, cómo cuidar y criar a tus hijos. Todo. Absolutamente todo. Es que ahora todo el mundo dice que tenemos que estar en redes sociales, pero solo decimos es que todo el mundo dice "es que recibo un montón de mensajes". Buah, nivel tropecientos de interpretación. Y encima, evidentemente, nos rodeamos de personas, porque esto no es casualidad, que están en nuestra onda. Entonces yo me voy a rodear de personas que hablan de emprendimiento de mi manera, con lo cual me van a validar total lo que yo pienso porque piensan igual que yo. Y si te das cuenta, nos rodeamos de ciertas personas para hablar de salud con los que nos conviene, ¿por qué? Porque así mi inconsciente me deja ahí, me protege. Has hecho un trailer del próximo episodio del pódcast de nivel intermedio de los jueves, que hablo de los sesgos y ese es el sesgo de autoconfirmación, que de forma automática prestamos más atención a las cosas en las que ya creemos, ¿no? Porque al final no queremos desafiar los pensamientos que ya tenemos. Silvia, moviéndonos un poco del tema y hablando también de metáforas, ahora vamos a dejar al elefante. Si, estudiante, si escuchas mí otro pódcast de nivel intermedio, también sabes que el bambú es muy importante para mí, que fue durante mucho tiempo mi fondo de pantalla, porque, Silvia, no sé si lo sabes, el bambú, cuando tú lo plantas, tarda siete años en ver la luz, pero durante esos siete años está cogiendo raíces, o sea, está creciendo para abajo y luego al 7º año, en pocos meses crece un montón. Y para mí eso es una metáfora muy buena de entre otras cosas, el emprendimiento, las personas que tenemos un proyecto que obviamente cuando tú empiezas algo pequeñito, tú solo, tú sola, pues crece muy poco a poco. Pero quería hablar de esto contigo, porque creo que parte de esa mentalidad y parte de las cosas que tenemos que considerar cuando queremos algo, ya sea hablar un idioma, tener un proyecto empresarial, tener una familia, son todo proyectos de largo plazo y muchas cosas que merecen la pena en la vida tardan tiempo en florecer. ¿Cómo podemos lidiar en esa espera hasta que el bambú sale y se ven los primeros brotes verdes? Aquí, primero la espera, y otra vez voy a ser una pesada, está en el juicio. Primero, ¿dónde está? ¿Dónde está escrito, que sí, que encontraremos artículos... ¿Cuánto tiempo se tarda en emprender? Sí, hay artículos, pero por ejemplo, tú y yo, que nos movemos en el mundo de los idiomas, ¿vale? Evidentemente que podemos decir es que se tarda, yo que sé, dos años en facturar, uno, seis meses. Es que no lo sé. Esto que sepáis que lo estoy diciendo entre comillas porque no sé cuál es la frase que sentencia. Si miramos en compañeros, ¿cuántas personas llevan en velocidad crucero años? ¿Cuántas personas han explotado? Depende de lo que miremos. En una semana. ¿Dónde está la velocidad? ¿Quién ha hecho bien, ha hecho mal? ¿Aquí alguien ha hecho trampa o ha hecho lo que ha podido con lo que ha tenido?Quiero decir y, tampoco, no es ni bueno, ni malo, ni bueno, ni malo. Al final, porque podíamos tener... Ejemplos tenemos miles, con cualquier cosa, con creación de algo, con con las redes, con la comunicación, con crear equipo, con crear varios proyectos, con lo que sea. ¿Dónde está la velocidad media? ¿Dónde está? Porque sí que es verdad una maternidad, aquí yo saco el calendario, son: fecundas, nueve meses, más o menos. Ahí sí que lo podemos calcular, pero emprender evidentemente que tenemos que huir de, a lo mejor frases muy de marketeras de: "consigue en tres meses, en cuatro". Vale, sí, sí. Al final, esto es que depende de muchas cosas, pero... Es como los profes de idiomas, ¿no? Muchas veces nos chirría esto de habla como un nativo en tres meses. Esto nos chirría a los profes en general. Ya el "como un nativo" a mí esto ya no. "Habla de manera fluida en tres meses" esto claro, si tú lo miras tal cual, en principio dices: "esto es mentira". Pero, César, entre tú y yo. Esto depende. Te voy a explicar. Depende de tu concepto de fluidez. Depende un montón de factores. Imagínate si yo dedico 15 minutos cada día, tres meses, aquí las cuentas no nos salen. A no ser que yo tenga ciertas facultades, pero bueno, contando que soy una persona ordinaria, vale como cualquier persona de a pie. Claro. Yo, por ejemplo, y esto es mi caso, una persona que lo soy, lo sigo diciendo soy mala en idiomas. Yo soy la antiprofesora de idiomas. Yo no soy la que está haciendo miles de cursos y pasando certificados de otros idiomas por el placer de aprender otros idiomas. A mí la vida me llevó a aprender francés y todo perfecto y lo aprendí. Yo estaba tan motivada que en nueve meses no llegó, pasé de no decir ni "Bonjour" a venir hablando en Francia, a mí no me hacía falta que nadie me tradujera. ¿Cuál fue la diferencia? ¿Qué pasó? ¿Hice algo milagroso? Mira, pues no, pues hacía seis horas de clase por semana, venía cada 15 días a Francia. Si luego cuentas, alguien dice "Madre mía, habló francés en nueve meses". Pero si luego cuentas, yo he hecho lo que hay gente que lo hace en cinco años. Totalmente. O sea, que en verdad no tengo nada, ninguna facilidad, porque yo lo que hice sería para haber hablado antes, porque hice muchas cosas. Entonces, tú no sabes hasta qué punto esa persona va a tener un compromiso, una constancia, una motivación o lo que sea para sostener ese reto. Por eso, a mí eso de los tiempos... Hay personas que emprenden rápido, hay personas que no facturan jamás. Y hay personas que yo creo que eso va con, y eso sí que te lo voy a decir, yo creo que es hasta qué punto tienes resistencia con la incomodidad. Yo lo que veo por los profes, los que consigue más en menos tiempo son aquellos que no piensan, actúan. Evidentemente, actúan con inteligencia, lo que ellos han decidido, lo que ellos piensan, pero no están, es que si hay, es que lo quiero hacer perfecto. Venga, venga, esto, atajo. Y es más, estas personas tienen menos carga mental, que podría parecer que están en la rueda de hámster. No, lo que está en la rueda de esto es lo que piensan todo el día. La parálisis por análisis que tú mencionas mucho. Total. Claro. Me ha recordado por por el tema de la incomodidad una frase que dijo una filósofa contemporánea, Rosalía, la cantante española. Lo digo de broma, me encanta Rosalía, pero me gustó mucho la frase y me pareció muy filosófica, pero a la vez muy milenial, porque dijo algo así como "Una de las razones de mi éxito ha sido dar un poco de vergüenza ajena en algunos momentos", ¿no? Y es que es verdad que al final, para hablar idiomas, para emprender, para cualquier cosa, al final tienes que atreverte y dejar de verte a ti desde fuera, o sea, olvidarte un poco, fluir y decir: "mira", como dicen en la película de la llamada que me gusta mucho, "lo hacemos y ya vemos". Obviamente, sin ser un cabeza loca, pero es que a veces hay que atreverse, simplemente, hay que atreverse y probar. Tal cual. Fíjate, hablamos de lo que decíamos antes. Esa frase de Rosalía al final tiene una mentalidad tremenda detrás. Una persona que "bueno, al final doy vergüenza ajena" es qué poder le doy al juicio externo, a lo que se espera de mí, a lo que debo hacer y qué me juzgo yo por eso. Cero. Ahí la tienes. Claro. Ahí la tienes despechá, cantando a todo el mundo. Totalmente. Hay un vídeo, imagino que lo has visto, Silvia, en YouTube está. Cuando ella tenía 15 años fue a un talent show en España que se llamaba "Tú sí que vales". Y pues eso, tenía 15 años, poca experiencia cantó, el jurado le dijo: "Mira, Rosalía, tienes potencial, pero cantas, has desafinado, has cantado como un grillo". Y ella se lo tomó superbién. Dice: "No pasa nada. He venido aquí a aprender de profesionales como vosotros y ya mejoraré". Y es verdad que esa actitud también es muy importante. Primero, el poder salir de esa incomodidad y hacerlo de todos modos. Y luego también, controlar tu ego y decir: "Bueno, soy nuevo en esto. Lo que me digan, lo voy a, obviamente con un filtro, pero sé que hay espacio para la mejora y voy a escuchar las opiniones de sobre todo, como he dicho antes, de gente que ya sabe del tema". Y por eso también me parece tan importante la figura de mentoras como tú, que además hay una cosa que dices mucho y me encanta y lo has dicho también en el episodio: "Lo que me ha servido a mí no tiene por servir a todo el mundo". Yo sé que tú te levantas a las 05:00, no a todo el mundo le va a servir eso, pero quizás otras cosas sí, que a ti no te sirven. Entonces creo que eso también es clave. Muy importante. Yo esto yo lo expliqué en mi newsletter, yome leí el libro del club de las 05:00 en 2019. A mí me gusta consumir contenido, yo eso yo no lo hago ni me llevo ningún juicio, pero me gusta enterarme de las cositas y tal y me lo leí en aquel momento dije "bueno, esto es imposible, esto es de locos y yo no lo hago". Aparte tenía las niñas pequeñas, o sea, ni de broma, o sea, no podía. Circunstancias de la vida, en el mes de mayo de mayo 2022 estoy hablando hace poco, conozco una persona que hace esto y yo le digo, yo, Silvia Cabello, mayo 2022: "Pues tú estás loca, ¿esto es una secta o que?" Como la curiosidad mató al gato, tal cual, te estoy hablando literal, tal cual. En septiembre 2022 hay la oportunidad de probar una semana a hacerlo. Y digo: "Ostras, por una semana. ¿A mí que me cuesta? A ver si, oye, si tanta gente que dice que va bien, qué más da". Mi vida era diferente, mis hijas más grandes, dormían, yo viviendo en Francia, que también nos vamos antes a dormir. Ojo, porque yo no me lo quito de sueño. Yo he cambiado de rutina porque si no, no es estirar la cuerda, no dormir, ¿no? Lo pruebo una semana y digo: "¡Hostia! Si es que me va bien". Porque yo al final trabajo las mismas horas, soy más eficaz, tengo más tiempo para mí, pero lo he cambiado al final el tiempo. Por ejemplo, ha llegado el mes de diciembre y este principio de enero me ha costado mucho y todavía no he cogido el redil como lo tenía noviembre. ¿Pasa algo? No, que te digo que te levantes a las 05:00 para nada. Te digo que duermas lo que necesita tu cuerpo, eso sí, y que tengas tu ritmo. Y que la Silvia de 2019 decidió lo que le iba bien, la de 2022, 2023. Y a lo mejor en 2025 te digo, no, que yo ahora trabajo por las noches. O a lo mejor te digo en ni trabajo, quiero decir. También, otra frase que me encanta decir y es que es así, es que "solo los imbéciles no cambian de opinión". Y que yo lo haga o lo deje de hacer, que no tiene que digamos, que no tiene que encender a nadie. Y si eso enciende, a alguien la llama está en él o en ella, no en mí. Claro, que se lo haga a mirar. Claro que sí. Qué más da que haya métodos que digan que ayuno intermitente, dormir de pie, a meditar. Existen muchas cosas. ¿Las tienes que hacer todas? No. ¿Pasa algo si la gente lo hace? No, si a mí no me lo imponen... Y yo, como adulto, decido hacerlo, dejar de hacer. ¿Dónde está aquí el problema? Cabemos todos. Cabemos todos. Claro, claro. Yo creo que hay que tener la mente abierta, experimentar. Has mencionado el ayuno intermitente. Mi madre lo hace desde hace tiempo. Le encanta. Yo lo probé, a mí no me gusta. A mí me gusta tener un cafetito con leche de soja por las mañanas, me gusta desayunar y, aunque, tenga beneficios, el beneficio para mí espiritual de tomarme de cafetito mientras leo por la mañana a las 06:30, pues no lo quiero cambiar, ¿no? Entonces yo siempre animo a los estudiantes con los idiomas, puedes experimentar cosas, pero a lo mejor esa aplicación que te he recomendado a ti no funciona y a mí sí, o puede que este programa a ti no te funcione y a mí sí. O sea, se trata de experimentar y tener un poco la mente abierta. Y, Silvia, se nos ha ido ya la hora. Muchísimas gracias. Dinos dónde te pueden encontrar los oyentes del pódcast. Bueno, pues mira, me pueden encontrar como mentora de profesores en Instagram, en la cuenta @Silviacabello.mentora y como profesora de idiomas, que yo estoy especializada en expatriados franceses en España me pueden encontrar en Profeole tanto en Instagram como en Facebook. Y también tengo un pódcast muy chiquitito, muy segmentado, digamos, muy para expatriados franceses que viven en España, que se llama espangol pour expats. Muy bien. Pues perfecto. Pues ahí tenemos todas las redes de Silvia. Como siempre, un placer, Silvia. Es como tomar un cafelito contigo. Que sepas que yo me lo he tomado, eh Sí. Yo es que ya me he tomado dos cafés hoy y una Coca cola, así que ya estoy un poco arriba de energía. Bueno, muchas gracias, César. Silvia, muchas gracias. Muchas gracias, ha sido un placer. Un abrazo. Un besito. Un abrazo. Chao. Muchas gracias Silvia de nuevo y gracias a ti estudiante por escucharnos. Si te gusta el podcast lo estás disfrutando y estás aprendiendo de él. Recuerda compartirlo con otros estudiantes de español, con otras personas que puedan apreciarlo y también valorarlo en tu plataforma de podcast, ya sea con estrellitas o con un comentario, una valoración. Te lo agradezco muchísimo y te espero en el próximo episodio. Te mando un abrazo grande. Chao.