A mi aire 1: Primeros contactos con Suiza (18 de agosto de 2008)
Hola, soy Alicia. Bienvenidos y bienvenidas al primer episodio de mi podcast que se llama "A mi aire [1]". Hoy es el 18 de agosto y espero que hayáis vuelto bien de las vacaciones y que estéis con energía para empezar otra vez con vuestro trabajo.
Como os he dicho, me llamo Alicia y soy de Madrid, pero llevo ya muchos años viviendo en Suiza. En este primer episodio, claro, me voy a presentar un poco y os voy a contar mis primeras impresiones de Suiza hace quince años. ¿Sabéis lo que más me impresionó? La naturaleza, por supuesto, y ... el silencio. Sí, sí, el silencio. También os voy a hablar de nuestros fines de semana a la sierra madrileña cuando era pequeña, cosas curiosas de las fiestas que tenemos en España, como los encierros [2] y os contaré una de mis aventuras con los toros, ¡he tenido tantas! Bueno, ¡espero que os guste!
*
Yo acabo de llegar [3] de las vacaciones de verano, he estado en la Costa Brava. Hoy me he despertado y he pensado que seguía en la playa, pero enseguida he reconocido [4] mis cortinas naranjas en la habitación. Me he levantado, me he puesto la bata y he salido directamente a la terraza para saludar a mis flores y arreglarlas un poco. Todas las mañanas hago lo mismo. Me encanta salir fuera y ver como están mis margaritas y petunias, tengo más flores, pero no me sé los nombres. También tengo un naranjo y un limonero pequeños. Tengo un poco del Mediterráneo en la terraza. Me gusta salir y hablar con mis plantitas. Mi vecina Karin siempre me dice: "¿Alicia, ya estás hablando con las plantas otra vez? ¡Tú estás loca!, pero dime, ¿qué te cuentan?" me pregunta siempre irónica, pero yo no le hago caso [5]. Karin vive enfrente y me ve desde su cocina. Karin es de "Ticino". Nos conocimos cuando llegué.
* Os he dicho ya que soy de Madrid y llegué a Zürich cuando las tiendas cerraban a las seis y media y los bares a las doce de la noche. ¡Qué tiempos aquellos! Me acuerdo de lo extraño que era para mí pasear por el centro de la ciudad a las siete con las tiendas cerradas y sin ver a nadie. Yo me preguntaba: "¿Dónde estará la gente?". Acababa de llegar de Madrid, una ciudad enorme, donde hay ruido y personas por todas partes. Mi hermana Lucía me lo dijo: "Alicia, te vas a Europa, allí no puedes comprar todo a última hora y tendrás que cenar a las siete, ¿eh?". "Ya lo sé, ya lo sé", le contesté entonces convencida, pero no fue tan fácil como yo pensaba al principio. En aquellos tiempos Europa empezaba para los españoles al otro lado de los Pirineos, y en realidad allá la vida era diferente. Cuando llegué, más que el horario de las tiendas y de las comidas, me extrañó el silencio. Madrid es una ciudad muy ruidosa. Los coches pitan [6] mucho, la gente habla alto, hay obras en la calle. Es ruido de gente de ciudad, hay mucho ruido. Aquí, nada, la gente habla bajito, los coches no pitan y, si pita alguno, seguro que es un español o un italiano. Recuerdo que empezaron a hacer un garage subterráneo enfrente de mi casa y yo estaba contentísima. ¡Oía algo! Salía a la terraza a estudiar o a leer para no sentirme sola, oía las excavadoras [7] y oía hablar a los obreros. ¡Por lo menos oía algo! También para combatir el silencio me compré un gato. Así hablaba con Sputnik y con las plantas. Llamé a mi gatito "Sputnik" porque, cuando era pequeño, siempre daba vueltas alrededor de mis pies. ¡Era como el primer satélite ruso!
*
Lo que más me gustó de aquí fue la naturaleza, el campo tan verde, las montañas y los lagos. Me acuerdo de que yo hacía fotos a los campos verdes. Hacía fotos panorámicas: verde, verde y más verde. A lo mejor una vaca. Me encantaba. Y es que yo vengo del centro de España. Esa región es muy seca y árida. En el centro de España no hay muchos campos verdes. ¿Conocéis Castilla? Es una región maravillosa, pero muy especial. Castilla es amarilla, ocre, marrón. Castilla es muy ancha y se ve hasta el infinito. Te da una sensación de libertad. ¡Me encanta! Pero claro, ¿qué os voy a decir yo si vengo de allí? El olor a seco, a tomillo y a romero [8] me han acompañado siempre. Cuando era pequeña todos los fines de semana salíamos de Madrid e íbamos a un pueblo cerca de Segovia, a La Granja de San Ildefonso. Entonces, nos metíamos los cuatro hermanos en el coche y naturalmente siempre nos llevábamos a la gata Misifú. Mi padre tenía un Seat Toledo verde, sin aire acondicionado. ¡En verano pasábamos un calor horrible en el coche! Lucía siempre iba protestando porque la gata no dejaba de maullar [9], mi madre cantaba jotas [10] y al final la gata terminaba devolviendo [11]. No sé si la gata se mareaba por las curvas del puerto de Navacerrada o por el ruido que hacíamos todos. ¡Qué viajes más entretenidos!. Mi padre paraba el coche en la cuneta [12] y allí nos bajábamos todos, menos Lucía. Ella siempre limpiaba lo del gato. Lucía es mi hermana mayor. Es la más sensata de los cuatro y la que más ha viajado. Ahora quiere irse a pasar un año a Cuba.
* En aquella época pasábamos los veranos en la Granja. Allí en verano puedes ir de fiesta en fiesta. Cada pueblo o ciudad celebra su virgen o su santo. En las fiestas castellanas normalmente hay verbena en la plaza y de madrugada " encierros ". Los encierros más conocidos son los de Pamplona en su semana de fiestas. Pamplona está en Navarra, al norte de España. Está muy cerca del País Vasco. Las fiestas de Pamplona son en julio y se llaman los Sanfermines, en honor a su patrón San Fermín. El encierro consiste en soltar a los toros en un lado de la ciudad y los jóvenes tienen que correr delante de los toros para llevarlos hasta la plaza. El ambiente es muy simpático y divertido. El único problema es que hay que saber correr delante de los toros, ¡no es tan fácil! Este año ha vuelto a haber heridos. A mis padres siempre les ha gustado ir a los Sanfermines y allí íbamos toda la familia con mi tío Enrique. Nosotros mirábamos desde las talanqueras [13] los encierros. Mis padres corrían los toros. Ellos empezaban a correr y si veían peligro se metían por debajo de las talanqueras. Un día mi madre lo pasó mal, porque no pudo meterse por debajo y la gente la tuvo que subir por encima de la talanquera a pulso [14]. Menos mal que la gente es muy solidaria ¡y enseguida ayuda! Pero desde entonces mi madre no ha vuelto a correr un toro.
*
A mí las corridas de toros [15] no me gustan nada y los toros mismos me dan miedo. No parezco una típica española. Cuando estoy en España, en La Granja, y me voy a pasear por el campo, si veo un toro o una vaca, me agarro [16] fuerte al primero que tenga al lado, porque me muero de miedo. Es que por los alrededores del pueblo hay vacas bravas, porque en los encierros siempre se escapa algún toro. Así que el monte está lleno de vacas y toros bravos. Una vez estábamos paseando por el campo Lucía y yo y nos encontramos con un toro. ¡Qué miedo pasamos las dos! El toro estaba en medio del camino, si íbamos hacia la derecha, ahí se ponía el toro, a la izquierda, el toro se iba hacia la izquierda. Entonces nos pusimos detrás de un árbol y empezamos a andar para atrás muy despacio y muy recto, para que no nos viera el toro. Lucía me dijo: "Alicia, venga, primero tú. Empieza a andar para atrás, recto y muy despacio, despacio, así, muy bien. Venga, que no te vea, sigue hasta el final y pasas la valla". ¡Menos mal que la tenía a ella!, porque yo estaba paralizada [17]. El animal bufaba [18] y se le veía negro, negro, con unos cuernos enormes. Así, llegué yo a la valla y salté, uff. Luego vino Lucía. Ella hizo lo mismo que yo, andar hacia atrás sin que la viera el toro. Sin asomarse [19] hacia un lado o hacia otro. Al final no pasó nada y todo quedó en una aventura, ¡pero lo pasamos fatal! ¿Os habéis encontrado vosotros alguna vez cara a cara con un toro o una vaca brava? Yo ahora, cuando voy a pasear por allí, siempre llevo una piedra en la mano para asustar [20] a la primera vaca o toro que se me acerque. Mi hermano Toni dice que soy una exagerada, ¡pero a mí me da igual!
* Aquí también hay fiestas en verano. La Street Parade fue el fin de semana pasado. ¿Estuvistéis allí? ¿Os gusta participar en las fiestas de los pueblos o de las ciudades? ¿Hay alguna fiesta que os guste en especial ? Me lo podéis contar en la página www.podclub.ch. Bueno, ya es todo por hoy. No os olvidéis de escribir vuestros comentarios en la página web y espero teneros conmigo la próxima vez. Sobre todo porque os voy a hablar de los cines al aire libre y de los conciertos que tenemos en esta época por España. Quizás os hable también de mi hermana, que ya estará en Cuba. Hasta entonces, ¡a disfrutar del final de agosto! Cuidaros, chicos.